-T5- Capítulo 105 Una noche para los dos
🍀 Capítulo 105 «Una noche para los dos.»
Hernán estaba por fin satisfecho de algo importante; aquella regla que restringía que familiares cercanos puedan trabajar juntos, estaba ahora anulada por él, con la aprobación de los demás directivos.
Con aquello, básicamente Hernán no tenía ningún problema en mencionar a toda la corporación de que Julio era su pareja. Aunque temía un poco de la aptitud que tendrían con Julio después de saberlo. Siendo capaz de cambiar a sus empleadores si le llegaran hacer algo, pero era solo un último recurso, ya que Julio no era una persona que sea intimidada fácilmente.
Esa misma noche, Hernán tenía algo especial que darle a Julio por medio de una cena y después de la junta que tenía pendiente. Sus anillos de compromiso. Algo que resaltaría con evidencia que él ya no era una persona soltera, al igual que Julio. Además de que era algo que siempre quiso darle, aunque no sean unos anillos de boda, ya que por ahora, no es posible en consideración al deseo de Julio de realizar aquello cuando sus vidas estén más estables. Para Hernán, eran igual de importantes.
Yendo directamente hacia el departamento de contabilidad y el lugar de oficina de Julio en medio de la noche, debido a que aún seguía avanzando con algunos ajustes pendientes de las cuentas asignadas, mientras que todos se habían ido. Hernán no dudó en acercarse hacia él sigilosamente, agachándose hacia un lado de su oreja.
—Supongo que es válido que estés tan vulnerable cuando estás trabajando, pero no sé si considerarlo una ventaja ahora mismo.
Julio dio un grito ahogado al sentirse asustado por la repentina aparición de Hernán. Así que trato de no hablar muy alto.
—¡¿Hernán?! ¿Qué haces acá? Se supone que iremos a encontrarnos para cenar todavía a las 8:00pm y fuera de la corporación.
—Pero si acabo de llegar. Me siento como un amante que estás tratando de ocultar –bromeó, fingiendo estar dolido.
—No digas tonterías... En realidad deberías prepararte para la junta, ¿no es una reunión importante?
—Lo es, pero hay prioridades en esta vida.
Julio tosió ocultando su vergüenza al oír tales palabras.
—Supongo que no es tan malo si eres cuidadoso.
Moviendo su cuerpo al frente de Julio, Hernán habló en un tono preocupado.
—Julio, ¿acaso no quieres que sepan de nuestra relación? Ya no hay nada que no lo permita.
Julio mostró sorpresa por su pregunta, pero recuperó la compostura poco después.
—¿Qué? No es eso. Solo que... Me preocupa también el cómo te tratarán si saben quién es tu pareja.
—Eso a ellos no les debería importar, si quieren aún seguir trabajando en esta corporación –mencionó Hernán de forma directa, dejando a Julio sin palabras por un momento.
—El poder del capitalismo... –murmuró.
—Julio, yo también tengo la misma preocupación por ti. Pero confío en nuestra relación, ¿por qué debería preocuparnos opiniones de terceros? ¿Acaso ese día no fuiste directo con mi padre, con tal de que te dé su aprobación sin importarte nada?
Ni yo sé de dónde saqué tanta valentía, Hernán.
—Yo... –suspiró largo y sonrió poco después. —Tienes razón, en realidad es más abrumador ocultar algo así. No me gusta tratarte como un simple conocido.
La mirada de Hernán se mostró más emocionada. Por lo que Julio se dio cuenta que su emoción se iba descontrolar si no lo detenía en ese instante, así que para su "fortuna" de repente oyeron tocar la puerta fuera de la oficina. Siendo el ambiente enfriado al instante.
—Se supone que solo yo estoy en la oficina, todos mis compañeros ya se fueron a sus casas –mencionó Julio desorientado.
—Yo iré a ver.
Separándose de Julio, Hernán fue directamente a abrir la puerta con una mirada no tan amigable. Hasta que esté se tornó confundido por la inesperada visita.
Una mujer joven y con una mirada algo emocionada, se apresuró a hablarle a Hernán, como si hubiera encontrado un tesoro valioso.
—CEO, ¡por fin lo encuentro! Supongo que intuí bien que estaría por aquí. –Vio la figura de Julio con una mirada sorprendida. —Es un lugar algo inesperado y veo que no está solo.
Julio notó un ambiente extraño, por lo que trató de no intervenir por ahora y solo acercarse un poco.
¿Vino a mi departamento a encontrar a Hernán?
¿Eso no es algo imposible? Al menos que lo siguiera o preguntara a dónde fue.
—Estaba en una reunión privada, pero, ¿cómo sabías que estaba por aquí?—La miró fijamente. —Recuerdo haberte visto algunas veces.
—¿Me recuerda? Yo trabajo en el mismo piso que usted CEO. Soy la secretaria del vicepresidente. Estoy trabajando un mes en la corporación, así que fui a unas cuantas reuniones donde usted estaba presente.
—Oh, sí recuerdo haberte visto en una reunión.
—¡Me alegra tanto que se acuerde de mi!, yo siempre lo he admirado. Es una figura destacada, pero tiene buena fama por ser atento con sus empleados.
—Supongo que eso es algo bueno de saber, pero señorita secretaria, aún no me ha dicho del porqué está aquí. No recuerdo tener algo pendiente con usted, menos en este lugar.
La mirada de la mujer se mostró nerviosa.
—Perdóneme CEO, solo que ya que hoy nos encontraremos en la junta, quise hablar con usted antes que se inicie la reunión. Ya que suele irse rápido después de cada reunión, de casualidad alguien me dijo que lo había visto entrar a este piso.
—Entiendo, pero aún no has respondido a mi pregunta.
Julio no sabía qué sentir en ese instante, pero de algo estaba seguro. Aquello no pintaba nada bien, así como su presencia.
Oigan, ¿en qué momento me volví un extra de fondo?
—CEO sé que no me conoce por mucho tiempo, pero quiero arriesgarme ahora mismo. Le quería preguntar, si podría tener una cita con usted está noche. Solo... ¡Solo un almuerzo formal entre los dos!
—¿Cita? –mencionó de forma fría.
—Perdón por ser directa, pero no sabía cómo decirlo. Además, ambos estamos solteros ¿Verdad? Solo dame una oportunidad, sé que no se arrepentirá.
Julio era consciente de que Hernán era muy popular, pero aún así ninguna mujer se atrevió a pedirle salir con él de forma directa en la corporación. Por lo que no sabía si aplaudir la valentía de aquella mujer o quedarse consternado, de que acaba de ver pedirle salir a su novio en su propia cara
Está tan soltero que hasta una hija tiene...
Siento que si digo algo voy arruinar todas sus ilusiones. Después de todo esto será aclarado por Hernán.
Hernán vio de reojo a Julio, haciendo que él lo mire confundido.
—Tal vez, pero no creo que pueda irme solo –Suavizó su mirada.
La expresión de Julio era un poema completo.
¿Hernán?
—Acaso..., ¿es por él? ¿Es en realidad tu amigo?
¿Amigo?
—¡No hay problema! Yo tengo una amiga disponible, e incluso creo que eres de su tipo. Te lo puedo asegurar ¿Te parece bien? Seríamos solo los cuatro, si quieres que también vaya él.
—Eso es muy conveniente –le contestó Hernán.
La sonrisa de Julio se torció un poco.
¿Hernán, qué demonios estás tratando de hacer?
¿Quieres acaso que yo intervenga?
De forma cautelosa, Julio no tuvo de otra que meterse en la conversación.
—Señorita, agradecemos tu sinceridad. Y gracias por tu invitación. Pero...
—Perdóname, aunque no eres mi tipo. No te preocupes, sé que te gustará mi amiga.
¿Me acaban de rechazar?
Julio volteó una mirada de amenaza hacía Hernán.
—¿Lo digo yo o lo dices tú? –murmuró.
—Siempre he esperado este momento, "querido amigo." –le contestó en un susurro.
Al oír aquello, era correcto la suposición de Julio. Hernán estaba tratando de hacerle sentir celos.
Así que me estás provocando, Hernán. Espero que estés listo para las consecuencias.
—CEO, entonces... –mencionó en un tono nervioso, al notar la distracción de Hernán.
Julio se acercó un paso adelante de Hernán y mencionó todo lo que tenía que decir en ese momento.
—Sé que no te apetece escucharme, pero este chico guapo de aquí y el cual le dices CEO, puede dormir hoy en el sofá si acepta tu invitación. Aunque sé que no lo hará. Ya que en realidad nos conocemos bastante bien.
A Hernán se le borró la sonrisa al oír lo del sofá.
—¿Disculpa? No lo entiendo ¿Qué relación tienen? No creí que serían tan cercanos –le contestó tratando de mantener la calma.
—Para simplificar las cosas, de una que cría a una bebé juntos, que es a la vez nuestra hija. No preguntes los detalles –aclaró. —Y sí, es mi novio, futuro esposo. Y el padre de mi hermosa hija. Creo que fui bastante directo. Lo siento si tenías otras intenciones con él.
—No puede ser, me están mintiendo –los miró con una expresión susto.
—No, sí es verdad –confirmó por fin Hernán.
—Estás comprometido con un hombre y encima tienes una hija con él ¡¿En qué momento?! ¿Cómo es posible? Oh, por Dios. Esto es... Yo creí que el CEO era...
El momento se volvió más incómodo, cuando aquella joven mujer salió del lugar de forma muy dramática.
¿Se fue llorando?
—Hernán –mencionó su nombre en un tono de serio.
—Antes de que me digas algo, te explicaré la situación. Ella es una empleada que le gusta divulgar noticias relevantes de la vida de los demás por lo que he escuchado, así que estoy seguro que mañana ninguna mujer de la corporación se atreverá a mirarme con otros ojos. –Hernán se acercó a Julio con una sonrisa satisfecha. —Cariño, se sintió tan bien ver cómo contenías tus celos y expresabas tan claro nuestra relación.
¿Entonces él si la conocía bien e hizo todo esto con ese propósito?
—Hernán, eres en verdad un hombre malvado... Sabes que no me gusta ser grosero con las mujeres. Aunque esta vez fue un poco necesario.
—Lo sé, pero estabas celoso.
—No lo puedo negar. —Desvió la mirada.
No creí que llegaría el día que llegaría a sentir celos de una mujer.
Y ahora entiendo el porqué me dejaste esto a mi.
—No te enojes mi querido Julio, solo estaba demasiado feliz de ver cómo dejabas en claro nuestra relación que me dejé llevar.
—Claro que no estoy enojado. Hoy dormirás en el sofá. Cariño. –Le sonrió con malicia.
—¡Espera! ¿Eso era en serio? No me pidas eso, no volverá a pasar.
—Claro que no, porque toda la corporación estará enterada mañana.
—Por favor, Julio... Nunca hemos dormido separados desde que nos mudamos juntos.
—Tal vez vaya y consuele a esa chica, para aclararle que todo fue una broma. ¿No me dijiste que era tu querido amigo?
—¿Julio? –Lo miró con una expresión nerviosa. —No lo harás, ¿verdad?
Julio se acercó a él, poniéndolo en una situación inesperada.
—¿Cómo voy a dejar que una mujer llore por mi culpa? Pensé que me conocías.
Además, ella no sabía desde el principio que tenías pareja ¿No eres consciente que atraes a muchas personas?
—¿En serio, lo harás?
Julio no pudo aguantar más al ver la expresión de Hernán y se rio, cortando la frialdad del momento.
¿Quién es el celoso, ahora?
—Ahora te entiendo, es algo refrescante. Te perdono lo del sofá.
Hernán suspiró del alivio, al ver que en realidad no estaba tan enojado como creía.
—Sigues siendo algo vengativo... –sonrió, y le tocó su rostro de forma suave. —Pero eso también adoro de ti. Lo siento por hacerte enojar.
—No seas tan meloso, no estoy de tan buen humor.
—¿Quieres que te ponga de buen humor?
Julio tragó saliva al escuchar esto, viéndolo de reojo.
—...
No te aproveches del momento, Hernán.
—Nuestra hija está siendo cuidada por su nana y saldré temprano de la junta.
No te preocupes, volveremos temprano a casa.
—¿Cómo es posible volver temprano si hacemos eso? –mencionó con seriedad.
—Lo decía por la cena que te prometí esta noche. –Hernán captó de inmediato las palabras de Julio, mostrando una mirada coqueta. —Ya sé qué entendiste, si quieres puedo cambiar los planes.
El rostro completo de Julio estaba que estalle de la vergüenza en ese momento.
¡Es porqué lo dices en doble sentido!
—¡Sí!, vamos a cenar, eso. Yo te espero, que te vaya hoy bien en la junta. Luego nos vemos, terminaré de hacer este trabajo pronto.
Julio de inmediato lo empujó de su espalda con ambas manos para que se vaya, ya que no quería mostrarle su rostro avergonzado.
—Bien. Si eso quieres, sabes que estoy dispuesto a hacer lo que tú quieras –Se volteó hacia él, agarrando su rostro con ambas manos. —, con tal de borrar esa expresión enojada de ti y hacerte sonreír.
La expresión de Julio se calmó un poco, preguntándole a Hernán algo que siempre quiso saber.
—¿Por qué siempre te empeñas en coquetearme, como si me estuvieras enamorando? Ya somos novios —la sonrisa de Julio se volvió coqueta y expectante, hasta que lo cambió de forma brusca, asustando a Hernán cuando lo jaló de la corbata hacia su rostro.—No vuelvas hacer esto de nuevo solo para confirmar mis sentimientos por ti ¿Crees que no estoy lo suficientemente enamorado de ti?
—Mi querido Julio. Nunca dejaré de hacerte sentir especial, incluso siendo esposos. Y por supuesto que no lo volveré hacer, fue un gran error del momento ¿Perdonas a este tonto novio?
Sin meditarlo mucho, Julio tomó la iniciativa de besarlo. Algo que tomó por sorpresa a Hernán, dejándose también llevar por aquel beso, haciendo que incluso Julio pierda el aliento por un momento. Por lo que Julio pidió un respiro, apartándose de él con evidente agitación y satisfacción.
—Creo que ya tienes una respuesta con esto –respiró profundo para recuperar el aliento y así poder dirigir a Hernán a la salida —Ahora sí, ve a tu junta. Ya has estado aquí por mucho tiempo ¡Que te vaya bien!
—Esto no es justo –mencionó frustrado.
—Eres el CEO, es el peso de un buen cargo.
Cuando por fin Hernán se fue a la reunión, Julio pudo respirar mejor, al combinar todas su emociones en ese instante.
—Mierda, hace calor. Espera, ¿de qué estaba enojado? –Tocó su boca con cierto sonrojo. —De hecho, ¿por qué este día se debe acabar en la cena?
Si bien es cierto que Julio tomaba valor y se olvidaba de su timidez, estando borracho. Está vez era muy consciente de lo que quería ser, ya que su timidez era diferente a la poca inocencia que tenía.
Sin pensarlo mucho tomó su celular, y marcó el número de la nana de Ángela. Acomodando incluso su tono de voz.
—Hola Zaria, quiero pedirte un gran favor, sé que mi Ángela te adora mucho. Así que si estás de acuerdo, solo por esta vez, ¿podrías cuidar a mi hija toda la noche? Te pagaremos el doble por este día.
—Señor Julio, sabe que para mi no hay problema en cuidarla, es una niña muy tranquila y yo con gusto la cuidaré cómo su fuera mi propia hija, usted no se preocupe. Espero que la pasen bien, vayan con cuidado a divertirse esta noche. Es bueno tomarse un día libre para ustedes.
—Muchas gracias Zaria. Estoy seguro, que así será.
Sentándose en su silla, Julio expresó con una sonrisa en su boca.
—Si tanto deseabas conocer esta otra parte mi, ¿por qué no demostrarlo esta noche? Mi estimado Hernán.
Nota de Aru:
Por fin nuevo capítulo. 🤭
No duden en apoyarme con una estrellita, si les gustó ♥️✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro