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-T5- Capítulo 103 Destruir el pasado


🍀Capítulo 103 «Destruir el pasado.»

Para Arcadio no era difícil cambiar algo debido a sus conexiones, así que también hizo posible que la falsa identidad de Julia, sea cambiada para beneficio de su bisnieta. Haciendo viable que Ángela tenga por fin su verdadero apellido, siendo registrado Julio como su padre de forma legal. Fue un procedimiento arduo y minucioso, que también costó mucho dinero. Pero Arcadio estaba dispuesto a comenzar por remediarse, haciendo posible aquello.
Así que también Julio estaba decidido a ir un viernes a visitarlo luego de salir de trabajar, para agradecerle de forma correcta.

Sin embargo, si de revelar identidades a gente cercana a Julio se trata.
Ese mismo día y por razones personales, Andy había sido invitado por Laura a una especie de cita, una forma de celebrar sus 25 años cumplidos y el comienzo real de sus prácticas obligatorias, ya que ahora cambiaría de área y trataría a pacientes de forma más directa. Para así poder graduarse de forma exitosa en menos de dos años, como médico obstetra.

Cita que se vio perjudicada, ya que Laura tuvo que volver a la corporación por un asunto personal que dejó pendiente a pesar de ser su día libre, debido a que Hernán le solicitó con urgencia de que se hiciera cargo de ello. Así que Andy fue llevado a ese lugar, situación por la que fue inevitable que también se encuentre con Julio.
Un momento bastante inesperado para ambos, ya que Julio solo estaba yendo a la dirección de Hernán, pero primero tenía que pasar por la oficina de Laura.

El debate interno que tenía Julio era tremendo, ya que era la primera vez que se veían con su verdadero cuerpo.

Estoy cien por ciento seguro que Laura no le contó nada, porque no ha reaccionado a mi parecida apariencia a Julia.

Pero no quiero ignorar a un buen amigo como si no lo conociera, algún día tendría que enterarse.

La mirada de Andy era de sorpresa, combinada con un estado de shock. Por que Julio rompió ese incómodo momento de inmediato.

—Eh... Buenas tardes. Supongo que estás esperando a Laura.
¿Estás bien?

—¿Qué? Ah, lo siento. Por un momento pensé que vi a alguien conocido. –Acomodó su voz, en un intento de sonar calmado. —También buenas tardes, por favor pasa, creo que estoy estorbando en el pasillo. Yo solo estoy de forastero aquí.

—Yo solo... Andy.

—Cómo... –Pasó saliva con dificultad. —Disculpa, ¿pero cómo sabes mi nombre?

—Supongo que será difícil explicarte de forma normal, pero solo te voy asegurar que no solo viste a alguien conocido, porque soy esa persona.

Otro silencio incómodo se sintió en ese instante.

—Acaso tú eres... ¿Julia? –mencionó confundido.

—Técnicamente lo era, lo siento por ocultar esto de ti. Mi verdadero nombre es Julio. Perdona por decírtelo así, pero no quería tratarte con un extraño al encontrarme contigo de esta forma.

—Sí, claro... Entiendo –Sonrió de forma natural.

—Espera, ¿lo entiendes? –Julio lo miró perplejo.

—Sí, supongo que me quedé dormido.
Debo estar soñando, ahora me despierto. –Se dirigió a una de las paredes del pasillo.

—¡Detente Andy, no te golpees...!

Sin dudarlo mucho, Andy golpeó su frente contra la pared, lagrimeando de inmediato por el dolor que sentía y el hecho de que definitivamente no estaba soñando.

—¡¿Eres un hombre?! –gritó.

—Andy, cálmate. Te van a oír si gritas así –Yendo hacia él, Julio le tapó su boca con una mano. —Te lo voy a explicar, ¿sí?

Cuando por fin sintió que se había calmado un poco, Julio le quitó la mano de su boca.

—Lo siento por callarte, ¿pero estás mejor?

—Yo... Yo... ¿Pero cómo tuviste una hija si eras un hombre? –De inmediato se mostró avergonzado al darse cuenta de algo importante. —Espera, ¿a mi en realidad me gustó un hombre? Ahora entiendo el porqué comprendías tan bien a los hombres.

La cara de arrepentimiento de Julio era un poema.

¡Maldición, no debí decirle nada!
Casi siempre fue alguien tranquilo, pero no sabía que reaccionaría así al estar en un estado de shock. Ni siquiera me deja explicarle.

Mostrando una reacción de susto, de repente Julio sintió una alta sombra detrás de él. Siendo Andy sacado del contacto físico que tenía con Julio, como si fuera un muñeco que acaba de ser cambiado de lugar.

La voz de Hernán se oyó algo enojada.

—¿Qué andas confesándote a novio ajeno a plena luz del día?

—¿Yo, qué? ¡Espera, te equivocas! –mencionó de inmediato Andy un poco avergonzado.

—¿Hernán? ¿Cómo sabías que estaba aquí?

—Es imposible no reconocer tu voz mi querido Julio. Solo que no esperé encontrar una escena tan íntima.

Julio solo sonrió de forma nerviosa.

Es evidente que está celoso.

—Antes que le regañes, te aviso que está así porque le dije quién soy, como lo habrás notado.

Una fina sonrisa satisfecha se plasmó en su boca.

—Supongo que ahora sí se olvidará de ti por completo.

¿Por qué ahora siento que estás muy feliz, Hernán?

—¡¿Andy?! ¿Qué pasó?, te ves asustado –mencionó Laura, apareciendo en la escena de forma inesperada.

—Bueno, es... –Miró a Julio de forma incómoda.

—Supongo que te enteraste lo de Julio. –Suspiró.

—Sí.

—Te entiendo. A mi también me sorprendió bastante al principio.

Andy de inmediato se acercó a Julio, con una mirada más calmada.

—Yo.., lo siento, fui muy grosero contigo... –tragó más saliva y tartamudeó. — Ju... Ju... Julio.

—No, de hecho fue mi culpa, no debí decirte esto de esta forma.

—Pero ya lo sabes, eso es lo importante –interrumpió Hernán.

—Hernán... –Advirtió Julio, al notar sus intenciones de molestarlo.

—Andy querido, yo te explicaré lo de Julio. Ya terminé lo que tenía que hacer, así que sigamos con nuestra salida. –Miró a Hernán para indicarle que ahora sí no la llamara de nuevo. —Mi lindo Julio, no te preocupes, otro día le explicas tú también los detalles con calma. Hoy es su cumpleaños, sean considerados con él.

El cuerpo de Julio se quedó frío por un momento.

¡No puede ser!, le di como regalo el revelar que su amiga nunca fue su amiga.

Julio de inmediato se acercó a Andy y palmeó de forma suave sus hombros, ya que sentía la presión detrás de él, si lo abrazaba para felicitarlo. Además de que Andy apenas estaba asimilando la situación.

—¡Feliz cumpleaños Andy!, lo siento por no acordarme de esta fecha importante.

—Está bien, no hay problema Julio. Gracias. Yo también suelo olvidarme, hasta de mi propio cumpleaños –Rio nervioso.

—Mejor te dejo ir –suspiró con una leve sonrisa. —Diviértanse chicos.

—Por supuesto que sí –afirmó Laura.

Despidiéndose de ambos, Julio por fin suspiró desfogando la tensión que sentía.

—Creí que se iba a desmayar...

—No te burles de él Hernán. Que voy a recordar los días que te burlaste de mi por esa razón.

—Yo no dije nada –mencionó de inmediato. —Después de todo sé que es algo difícil de asimilar, yo también pasé por eso.

—Lo recuerdo perfectamente –Sonrió con algo de malicia.

Estando nervioso por su respuesta, Hernán trató de cambiar la conversación.

—Pero te ves más aliviado, eso es lo importante. Incluso tus amigas te pudieron reconocer, te notó con mejor ánimo. Sabes que me gusta verte sonreír.

—Mi estimado CEO, ¿no quería hablarme sobre trabajo? Hay muchos ojos escondidos dentro de la corporación.

Debido a las reglas de la corporación, aún la relación de Julio y Hernán no era expuesta en sí. Pero aquello era algo que Hernán ya había trabajado para que sea aprobado, el de que incluso familiares muy cercanos puedan trabajar juntos en la corporación. Solo faltaban algunos arreglos legales, y pocos días para ser aprobado.

Y es entonces, que la corporación se volvería un total caos ante semejante noticia. Sobre todo porque no era un secreto que Hernán tenía muchas pretendientes, de las cuales por obvias razones, eran rechazadas.

—Esto es un martirio –exhaló Hernán. —Aunque aún no estamos casados para ser familia legalmente, tú eres mi familia, lamentablemente tengo que dar el ejemplo.

Él en verdad me está dando tiempo, para algo tan importante...
El matrimonio no es algo que se haga a la ligera, menos en nuestra situación.

—Es horario laboral y tú eres el jefe, Hernán. –Lo miró de reojo. —Aunque llamarme, sé que fue una excusa para verme.

—Pero no tardaste en venir. –Sonrió feliz.

—Soy un trabajador muy puntual. –Disimuló.

—Claro que sí, lo sé. –Se contuvo en abrazarlo, caminando de inmediato hacia su oficina junto a Julio. —En realidad sí tengo que darte un documento y es para el jefe de tu área. Solo le dices que de casualidad te encontraste conmigo y te di este documento, para que le entregaras de paso.

—Estás cada día más creativo con tus excusas. —Rio un poco.

—Lo sé. –Lo miró con complicidad.

Cuando la hora de salida llegó, Julio fue solo hacia la casa de Arcadio. Encontrando algo inusual al momento de llegar.

Había un ruido estruendoso que provenía desde dentro de su casa, como si estuvieran rompiendo algo grande.
Sin meditarlo mucho, Julio de inmediato empujó la puerta principal, el cual para su suerte, solo se encontraba medio cerrado.

—¡Abuelo! –gritó. —¿Qué está pasando? ¿Por qué hay tanto ruido?

—Oh, ¿Julio? ¡Bienvenido! Es bueno haber dejado la puerta abierta si no te escuchaba tocar.

Julio se sintió un poco desconcertado y aliviado al encontrar algo distinto de lo que imaginó.

—Entré sin tocar porque creí que estaba pasando algo aquí dentro. Y no dejes la puerta abierta, que aunque el lugar esté un poco vacío, no quiere decir que no te puedan robar.

—En simples palabras estás preocupado por mi. –Sonrió feliz. —Querido nieto, no lo volveré hacer. Tal vez.

—Abuelo... –Miró con detenimiento qué es lo que estaba haciendo, mostrando sorpresa en su mirada. —¿Tú estás destruyendo la máquina?

—Estoy destruyendo mi pasado.
Será peligroso en las manos equivocadas.

Julio de inmediato giró hacia un balde de metal puesto en el piso, en el cual quemaba algunos documentos.

—Incluso tus investigaciones... ¿Por qué los estás quemando?

Dejando a un lado la barra de metal que tenía en su mano derecha. Arcadio suspiró por un momento.

—Comenzaré de nuevo. –Giró su rostro en dirección a su nieto. —Sabes Julio, aunque tengo el poder de salvar miles de vidas. Los altos mandos me matarían, antes de patentar mi creación inicial, del cual ahora sí tengo lo necesario para terminarlo. Pero di mi vida entera por la ciencia y eso no cambiará. Así que lo pensé bien, y decidí que mejoraré de a poco la medicina moderna, hasta el punto de hacer conocido mi nombre, sin llegar a ser un peligro a sus intereses. Ese es ahora mi objetivo en esta vida. –Una sonrisa nostálgica se mostró en su boca. —Yo quiero que mi nieto se sienta orgulloso de mi.

Las vidas que no pudiste salvar... Es como si quisieras remediar ese arrepentimiento.
Simplemente, ya no quieres aferrarte a ese triste pasado.

Eres realmente valiente, abuelo.

Mostrando una sonrisa de admiración, Julio habló en un tono animado.

—Desde el momento que decidiste cambiar tu forma de vivir, ya estaba orgulloso de ti abuelo.

Se oyó la risa nerviosa de Arcadio que contenía su emoción.

—Entonces me tendré que esforzar el doble, mi estimado nieto.

—Hazlo a tu ritmo, sé que aún tienes muchos años por delante.

—Siempre te lo he dicho, hierba mala nunca muere.

—¿Entonces también soy una hierba mala?

—Depende del significado que le des. Tal vez es algo bueno para nosotros.

Ambos se vieron y rieron por aquello.
Después de todo, solo queda reírse de las desgracias de la vida, cuando estas por fin fueron superadas.

—¿Quieres también romperlo? –Señaló la máquina a medio romper. —Desestresa bastante.

—Te traje la cena, ¿si primero comemos juntos? –Alzó las bolsas que tenía en su mano izquierda.

—Justo limpié mi casa hoy ¡Qué oportuno! Gracias por la cena.

—Es lo mínimo después de lo que hiciste por mi. De hecho, será la primera vez que comemos de esta forma. –Julio acomodó las bolsas sobre su mesa vacía, para luego mirarlo. —Abuelo, recuerda que siempre serás bienvenido en mi casa. De ahora en adelante, ya no estarás solo.

Quedándose en silencio, Arcadio se mostró pensativo por un momento.

—¿Dije algo mal?

—Claro que no. Solo que... No sabía que vivir se sentía así. –De inmediato Arcadio rodeo el cuello de Julio con su brazo izquierdo y habló con entusiasmo. —Tengo muchas ganas de ver en qué se convertirá mi querida familia en el futuro, ni de broma me moriré antes de poder verlo.

Julio habló con determinación.

—¡Definitivamente no te arrepentirás!, aún no me conoces por completo, abuelo.

Después de aquella animada charla, Julio solo disfrutó de una agradable cena junto a él.
De a poco y de forma natural, incluso Arcadio estaba cambiando a su ritmo.

Nota de Aru:

Hola querid@s lector@s, para los aún siguen está historia. Les agradezco por el apoyo y les comunico, que quedan pocos capítulos (aún no sé cuántos), además de que al terminar esta historia, habrá capítulos extras.

Nos vemos en un próximo capítulo ✨

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