Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

-T5- Capítulo 102 En realidad, soy su yerno

🍀Capítulo 102 «En realidad, soy su yerno.»

Mirando fijamente aquella elegante casa, Julio pasó saliva al estar frente a frente a lo que él consideraba, la entrada a su juicio final.

—¿La casa de tus padres era tan grande antes, Hernán?

—No hay que estar nerviosos, saldremos de esta. Como siempre lo hicimos.

Julio solo asintió con mucha determinación. Determinación que se esfumó cuando Hernán tocó el timbre. Y su suegra no tardó en salir a recibirlos con una gran sonrisa.

—Los estábamos esperando: Hijo mío, mi nieta hermosa y mi cuñada, ¿Julia? –Con los brazos abiertos, la sonrisa de Irina se congeló. —Estás algo diferente y tú cabello está... ¿Corto?

Cálmate Julio, cálmate malditasea.

Sin saber cómo reaccionar, Julio la saludó de inmediato.

—Suegra, ¡buenos días!

—Oh, ¿estás mal la garganta? Tu voz está un poco rara.
Espera, tú no...

Julio solo podía sonreír, mientras sudaba frío ante la mirada atenta de su suegra.
Ya que era evidente su cambio de apariencia.

Bloqueando la visión de Irina, Hernán pasó al frente, llevando el pequeño coche dentro de la casa, donde estaba recostada su hija.

—Primero pasemos, madre.

—Claro. Claro que sí, pasen.

Gracias, Hernán. Casi olvido cómo respirar.

Irina de inmediato se acercó al coche de su nieta, cargándola con mucho cuidado.

—Hola mi vida, ¿la nana Zaria te agradó? ¿Jugaste mucho con ella?

—Mi hija se comportó muy bien con Zaria, ella mencionó que está encantada de cuidarla –habló Hernán en un tono orgulloso.

—Mi nieta Ángela definitivamente es un angelito, no le pudieron dar mejor nombre ¿Quién no caería ante tu encanto?

Eso es hija mía, distrae con tu ternura a mi suegra, mientras yo me preparo mentalmente.

Sin previo aviso, la voz de Emilio sonó en un tono alto, mientras se acercaba a la entrada.

—Mamá, ¿ya llegaron, verdad? La comida ya lo apagué...

Cuando Emilio hizo contacto visual con Julio, se sorprendió tanto de ver su verdadero cuerpo en vivo y directo, que no pudo contener su sorpresa.

—¡Cuñad..! –Sin terminar de hablar, se tapó la boca nervioso.

Julio solo podía hacer una especie de telepatía con él en ese momento, mientras a Emilio se le podía notar lo que pensaba en ese instante.

«¡Ese es tu verdadero cuerpo!»

No digas nada por ahora, no estoy preparado aún.

Entendiendo la situación, Emilio asintió de inmediato.

—Hijo, salúdalos primero. Mira que también tu sobrina está emocionada de verte –mencionó Emilia, dándose cuenta del extraño ambiente entre ambos.

—Bienvenidos... –Alzó su mano con una sonrisa nerviosa. —Y hola querida sobrina, estás más grande y gordita.

—¿Verdad, que sí? –expresó Irina emocionada, por tener de nuevo a su nieta en sus brazos.

Justo cuando por fin Julio estaba asumiendo el propósito de su visita. La voz repentina de su suegro Fernando, hizo que su cuerpo se tensara más. Tratando Hernán de calmarlo, sosteniendo su mano izquierda.

—Oh, ya llegaron. Los estábamos esperando, ¿cómo está mi nieta querida?

Está tan concentrado en su nieta Ángela, que ni me miró bien...
Eso es, solo un poco más.
Relaja tu cuerpo Julio, no será difícil.
Solo le diré que en realidad su nuera es un hombre.

...

¡Cómo no voy a estar nervioso, si mi suegro casi se desmaya, cuando Hernán le dijo eso en broma!
Lo recuerdo como si fuera ayer.

Apretando más su mano, Hernán no dudó en susurrarle a Julio.

—Julio, te lo dije, no estás solo.

—Sí. –Sonrió un poco.

Emilio estando en modo estático, al notar que iba a suceder un acontecimiento muy grande, prácticamente le habló con la mirada a Julio.

«¿Me quedo aquí?»

¡Sí cuñado! Eres mi testigo más confiable.

Sin poder hacer mucho, Emilio solo retrocedió un poco, cuando Fernando por fin volteó a verlos.

—Ustedes dos están extraños.

—Padre, me da gusto verte mejor de salud.

—Suegro, buenos días. –Julio alzó un poco su mano.

—Tú.., ¿nuera? –Fernando avanzó hacía la dirección de Julio. —Ey, tú no eres mi nuera.

Julio iba a comenzar por decir las cosas por parte, pero por las circunstancias de su nerviosismo, y debido a la intensa mirada de su suegro. Dijo primero, lo más importante del discurso, entonando en voz alta.

—¡Perdón por no decirlo antes, pero ustedes no tienen una nuera, sino un yerno!

Volteando Hernán hacía Julio, solo pudo expresar en su mente: «¡Así no era Julio, es demasiado directo!»

Tanto como Fernando e Irina quedaron sorprendidos por lo dicho, algo tan bizarro que sería difícil asimilar con tan solo algunas palabras.

—¿Qué que acabas de decir? ¿Quién eres tú? ¿Dónde está mi nuera?

—¿Aquí? –Julio no dudó en alzar la mano de manera firme.

—¿Eres, qué? –expresó Irina confundida.

Riéndose un poco para calmar su mente, Fernando suspiró, tratando de hallar una respuesta de parte de Hernán.

—Hijo, ¿qué tipo de broma es está? ¿De dónde conseguiste a un chico tan parecido a mi nuera?

Julio pasó saliva, al saber que aquello de hecho era una reacción normal para una situación así, por lo que todavía tenía chance de decir la cosas de forma correcta.

Todavía están en la etapa de negación.

Así que es hora de la explicación. Tengo que reivindicarme.

—Ella es tu nuera, papá. Esa es la verdad, sabes que odio mentir –expresó Emilio, tratando de "ayudar".

¡Espera cuñado, todavía no era la hora de dar un golpe tan directo a la realidad!

—Así es padre –afirmó Hernán, luego de ver que era imposible retroceder lo ya dicho.

¡Hernán!

—¿No están bromeando? ¿Qué disparate están diciendo? –Señalo a Julio. —¡Tú!

Julio se espantó con solo ver la mirada seria de Fernando, ya que jamás lo había mirado de esa forma.

—Sue... Suegro. Por favor, respire un poco. –Julio sacó de inmediato el papel que tenía guardado, para entregarle a Fernando. —Esto podría explicar muchas cosas, es una prueba de ADN. Mi nombre real es: Julio Ruiz Clemente.

—Qué demonios... ¿Nombre real? ¿Ese es tu verdadero apellido? –Sostuvo el papel con fuerza.

—Técnicamente también soy un Forest, pero eso lo explicaré después. Y ... Ahí dice que Ángela es mi hija. Así que... En realidad yo siempre fui un hombre, con un cuerpo femenino temporal, debido a circunstancias científicas.

Sí, lo dije, ya está.
¡Lo hice!
Que venga, lo que tenga que venir.

Hernán no dudó en interceder por Julio.

—Padre, sé que lo que te dijo suena a una broma, pero todo es real. Revisa bien lo que te dio Julio. Y si no lo crees, puedes corroborarlo luego.

—¿Entonces me han mentido todo este tiempo? ¡Ha! Diciéndome cosas absurdas de la nada...

—Esposo cálmate por ahora, también asustas a tu nieta –mencionó Irina, a querer suavizar la situación.

Fernando suspiró largo y señaló de nuevo a Julio, tratando de asimilar la situación.

—Tú... Julio. Dime algo.

—¡Sí!

—Esto era un secreto entre Julia y yo. Sé que mi nuera no le diría esto a nadie. Y ya ni me importa exponer esto debido a la situación.

—Sí...

—¿En dónde perdí el anillo de mi matrimonio?

Irina no dudó en voltear de inmediato hacia su esposo.

Es cuando me dijo que perdió su anillo de matrimonio a los días de casado y lo reemplazó por uno idéntico, sin que su esposa se diera cuenta.
¿Está tan desesperado para revelar algo así?

De hecho, me tenía tanta confianza que me reveló algo así...

Julio no dudó en contestar.

—En la playa del sur, cuando casi se ahoga porque las olas aumentaron en la tarde. Le tomó un día para conseguir otro anillo igual, para que su esposa no se diera cuenta de que lo perdió. Ya que era el anillo que ella preparó especialmente para los dos. Y para su fortuna, usted tenía una foto revelada de el. Así que pudo replicarlo.

Sin poder refutar nada, Fernando sabía ahora con certeza, que era real todo lo dicho por ellos.

—Y lo dijiste en detalle, ¿pero qué es esto? ¿Nunca tuve una nuera? Pero si tengo una nieta... No puedo aceptar esto, no puedo asimilarlo ¿En verdad, eres tú Julia?

Julio solo asintió.

—¿Cómo es eso posible? –Irina miró a su hijo menor. —Emilio, tú lo sabías.

—Me enteré hace mucho tiempo, y todo lo que dicen es verdad, aunque suena descabellado.

Fernando quiso decir algo, pero solo pudo mencionar algo evidente.

—Esperen, se me bajó la presión.

—¡Esposo!

Julio se espantó al oír aquello de su suegro.

¡Hernán, tu padre de verdad va escupir sangre por la conmoción!

—Padre, por favor. Cálmate. –Hernán sostuvo a su padre.

—Cuñado trae una silla. No, yo lo hago.

Emilio de inmediato sacó la silla que tenía a un lado.

—No te preocupes, aquí lo tengo listo.
Sabía que esto pasaría.

¿En qué momento trajo la silla?

Eres demasiado eficiente, cuñado.

Después de unos minutos, estando en mejor estado Fernando. Lo primero que hizo fue aclarar lo expuesto a Irina.

—Lo siento esposa...

—No te preocupes, igual siempre lo supe.

—¡¿Qué?! –Giró su cabeza hacia ella.

—Por favor Fernando, ¿cómo no voy a saber cómo eran exactamente los anillos que yo mandé hacer? Solo lo dejé pasar.

—...

Julio sabía que si aquello seguía así, sería imposible resolver las cosas desde un principio. Y por nada del mundo iba a permitir que toda esa paz se derrumbara en la familia de Hernán.

Así que alzó la voz, aunque aún seguía nervioso.

—Señor Fernando, yo amo mucho a su hijo, aunque ahora se niega en aceptar esta realidad, no pienso rendirme con Hernán y menos a que usted no me acepte. También no permitiré que la relación de Hernán con ustedes se agriete por mi culpa.

Sus rodillas cedieron, arrodillándose frente a Fernando. Para conmoción todos.

—¡Julio, no hagas eso! –exclamó Hernán sorprendido.

No Hernán, mi dignidad hace mucho que lo perdí.

—Incluso si ahora estoy temblando por los nervios y estoy de rodillas por ello. Utilizaré el método que sea necesario si es para proteger la unión de mi familia. Así que señor, yo Julio Ruiz Clemente. ¡Por favor, acépteme como su yerno!

Sin oír respuesta alguna, de repente vio como Hernán se arrodilló al costado de él.

—¡¿Hernán?!

—Somos una pareja, no te voy a dejar hacer esto solo. Si no puedo detenerte, entonces me uniré a ti.

Una leve sonrisa se plasmó en los labios de Julio en complicidad a la mirada de Hernán, algo que fue muy significativo a la vista de Irina. Luego ambos miraron al frente, con una expresión seria.

—Padre, Julio y yo no nos levantaremos sin oír una respuesta tuya. También espero que madre lo comprenda, yo amo a Julio tal como es.

Fernando suspiró y pasó su mano en su cabeza, levantándose de inmediato de la silla.

—¡Par de tercos! Me sentiré como el suegro malvado de su relación, por favor levántense ¡Déjenme asimilarlo primero!

—¿Suegro? ¿Eso quiere decir que lo va a pensar? –Lo miró con una expresión emocionada, mientras se levantaba junto a Hernán.

La expresión de Fernando se suavizó un poco.

—Tú... En realidad, no me caes mal, solo estoy confundido. Pensé que tenía una nuera y luego vienes así de la nada...

—¡Suegro, gracias! Incluso aunque es difícil para usted verme de esta forma. Trata de aceptarme solo recordando mis acciones. Eso ya significa mucho para mi.

La mirada de Julio era como el de un cachorro emocionado, por lo que el padre de Julio era débil ante su mirada. Ni siquiera ahora se atrevía en decirle algo malo.

Incluso Hernán estaba orgulloso del nivel de convencimiento de Julio, que ni siquiera se darían cuenta que es Julio quien tiene más carácter que su propio hijo mayor.

Fernando solo suspiró y se acercó a Julio con más tranquilidad, al asimilar sus emociones.

—Eres un buen... hombre, alguien que ha pasado también por situaciones dolorosas y difíciles, aún así te aferraste a no rendirte. Ese tipo de admiración, no se puede opacar fácilmente. Además, ¿quién soy yo para decir a quién mi hijo quiere amar? Sé que tengo aún una mentalidad pasada y no lo niego. Pero cometí muchos errores en el pasado, como para ser un buen ejemplo. Hernán ya es un adulto y ustedes, ahora son una familia. Yo solo tendré que aceptar la realidad.

Julio se acercó a Fernando sin titubear.

—Usted es su padre, y le importas mucho Incluso si Hernán es terco en demostrarlo. También a usted, su madre. Ambos son preciados para él, así que para mi es fundamental su aceptación.

Emilio por unos segundos se sintió excluido, pero luego recordó que ni era necesario ser mencionado. Ya que era obvio que su hermano se preocupaba mucho por él.

Fernando solo pudo sentirse un poco emocional luego de oír aquello, pero fue Irina quien intercedió por él.

—¿Julio, verdad? Queremos escucharte. Sé que tienes mucho por decirnos, y te escucharemos. Desde el día en el que aceptaste a mi hijo, nosotros ya somos tu familia. También nos has dado una hermosa nieta. –Giró a ver a Fernando. —Esposo mío, ¿qué más quieres de él?

—Querida. No me hagas quedar como el malo, es confuso y lo sabes. Estoy viejo como para sentir fuertes emociones. Y sabes muy bien que este tipo de relación no será nada fácil para ellos, sobre todo para la mirada de los demás.

—Oh, esposo mío, incluso tú estás rompiendo con tus propias creencias, solo para aceptarlo. Eres tan lindo.

—Dios mío Irina, estamos frente a nuestros hijos –Volteó su rostro avergonzado.

Acabo de sentir un dejá vù con esta escena.

Ahora entiendo el nivel de similitud de Hernán y su madre.

Hernán no dudó en contestar.

—Padre, de eso no te preocupes. Sabemos perfectamente a qué nos estamos enfrentando, y sabemos cómo reaccionar ante ello.
Ahora mismo, lo que te debemos es una explicación más detallada.

—Bueno, sobre eso...

Julio de repente intercedió con una voz más formal. Mirándolo a los ojos, para su sorpresa.

—Suegro, esto le quería decir desde antes, pero mejor era decirlo con mi verdadero cuerpo. Sin engaños, sin mentiras. Esto es lo que soy y no me arrepiento de mi decisión.
Sé que ahora solo soy un empleado de su corporación, pero dame algunos años más. Y también haré que mi apellido sea muy conocido y digno en todos los sentidos.
Tengo muchos proyectos en mente y no descansaré hasta realizarlo.
Por supuesto que construiré aquello junto a Hernán. Ambos siempre coincidimos en muchas cosas. Y esta en una de ellas.

—Siempre apoyaré cada decisión que tome, lo sabes padre –Sonrió.

Tal vez no había visto esa parte de él, porque era la primera vez que mostraba quién era en realidad. Si ya le agradaba todo lo que había visto de sus logros, en realidad Fernando había subestimado todo este tiempo su forma de ser. Algo que hizo que se interesara más por él.

Fernando no dudó en responderle.

—Tienes proyección, eso me gusta. Estaba confundido por todo este caos de identidades, pero lo que más me gusta de una persona es su perseverancia y eso siempre lo tuviste. Ambos son fuertes, sé que superarán el camino que han tomado ambos. –Tosió un poco, para ocultar la vergüenza de las palabras que dijo hace unos minutos. —Mi nieta, tiene buenos padres.

—Nunca dejaré de apoyarlos padre, pero definitivamente mi hermano será tu mejor sucesor. Es un niño muy inteligente y capaz.

—Hermano... –Emilio se sintió halagado.

—Es tu decisión hijo, no cometeré el mismo error del pasado, en obligarte a hacer algo que no quieras, solo por ser mi hijo mayor.

—Gracias, padre. –Hernán lo miró aliviado.

—Y en cuanto a ti Julio. Demuéstrame hasta dónde eres capaz de llegar, estimado yerno. –Sonrió.

—De eso no lo dudes suegro.

Julio estrechó su mano con la de él, un acto de aceptación y trato a la vez.

En ese instante, incluso Fernando vio el tremendo potencial que tenía Julio.
Ya que pasó de temblar de miedo, a pararse con firmeza frente a él en cuestión de minutos, cuando demostró su determinación.

Después de aquel desenlace, Emilio pensó con cierta seriedad: «Siento que he visto una escena de las novelas antiguas que veía mi madre, pero una versión más actualizada.»

Irina solo pudo susurrarle a su nieta, quien aún seguía siendo cargada por ella.

—Ya todo está bien Ángela, tu abuelo se rindió ante tus padres. Parece tener un carácter duro, pero sé lo suave que puede ser.

Fernando volvió a suspirar, para volver a sentarse en la silla.

—Bueno, ahora denme espacio, mientras me acostumbro a esta situación.
Y por favor explíquenme cómo pasó todo esto. Que me va a dar un colapso mental imaginando qué sucedió.

—Suegro mejor pasemos dentro, será demasiado larga la historia que le contaré.

Fernando cambio de opinión de inmediato.

—Entonces primero almorcemos. Luego me contarás todo.

Irina se adelantó a ir primera hacia el comedor. Para luego hacer lo mismo, Julio y Hernán.

—Papá.

—Dime, Emilio.

—También aceptaste a mi cuñado, porque no soportarías la idea de estar lejos de tu nieta, ¿verdad?
Además que te es imposible odiar a Julio. Incluso sabiendo que es un hombre, ya que le agarraste cariño como si fuera tu hijo.

—A veces me da miedo en tener hijos tan inteligentes...

Emilio sonrió satisfecho.

—Eso es un sí. No tardes en venir, papá.

Tal vez desde ese día no solo todo comenzaría a cambiar para Fernando, en realidad, demasiadas cosas iban a cambiar en el futuro.

Nota Aru:

Holaa. Aquí les traigo el primer capítulo de este año 🤭
Espero que disfruten de lo que quede del libro ✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro