-T4- Capítulo 85 Las palabras que siempre quise decir.
🍁Capítulo 85 «Las palabras que siempre quise decir.»
Un lugar preferido, siempre va a ser un lugar preferido.
Aún si se tiene buenos recuerdos en el.
Sin embargo, el recuerdo de Julia era vívido cuando fueron a ese lugar como una especie de reunión o cita. Situación que no acabo bien, pero tampoco mal.
Situación en la que descubrió que su enemigo, que consideraba ahora su amigo, lo veía como potencial pareja. Pero como la vida estima mucho a Julia, ahora se convirtió en el padre de su hija. Esto para darle un giro dramático, a sus deseos pasados de recuperar su vida anterior.
Algo que ahora mismo no estaba dispuesta a voltear a ver, para desearlo de nuevo.
Porque en la actualidad, ya había trazado un futuro que debía alcanzar. Y un presente, que debía disfrutar ¡Como es la de tener a su hija!
Claro, que dar a luz no iba ser para ella algo necesariamente una experiencia disfrutable.
Pero el resto, sí.
Oh eso quería creer Julia.
El acuario que parecía haberse mantenido igual por meses, ahora entraban a ese lugar por segunda vez. Y de manera extraña, Julia sentía que la situación era totalmente diferente a la primera vez.
—¿Era aquí a donde querías llevarme? ¿Por qué?
—Sí, es un lugar tranquilo. Además hoy hay menos gente que antes y te gusta.
Si te cansas te cargaré entre mis brazos, no te preocupes.
Su sonrisa satisfecha, hizo que Julia pensara que algo definitivamente extraño estaba pasando. Mientras ambos pasaban al interior al entregar los boletos.
—Te has ejercitado poco los últimos meses, ¿crees que podrás cargarnos?
—Tengo la oportunidad de hacer ejercicio, ahora mismo.
Julia lo miró de arriba y abajo.
—Oh... Esa parte de ti realmente no ha cambiado.
—Tus reacciones tampoco.
Siguen siendo bastantes interesantes y encantadoras.
—¿Así tratas a la persona que te gusta? –murmuró.
De hecho Julia iba a decir: "Así tratas a la persona que te dará una hija." Pero su subconsciente actuó primero y dijo aquello como si fuera nada. Teniendo en cuenta que fue en ese lugar, que lo rechazó por primera vez.
—...
—No quise...
Hernán habló de inmediato en tono confiado.
—Solo trato de no ser tan empalagoso, sé que no te gusta que sea así contigo.
Tosiendo, Julia mencionó de forma rápida.
—Algunas palabras dulces, no están demás.
Logrando entender, Hernán volteó hacia ella con una sonrisa juguetona.
Mientras aún caminaban hacia el interior.
—Entonces, dime algo dulce.
—¿Ahora? –expresó de forma efusiva.
Hernán asintió.
—Siempre dices palabras dulces a tus hermanos, Sara e incluso a ese chico joven del hospital –enfatizó. —Estoy celoso.
—¿Es en serio? Pero, yo... –Julia estaba un conflicto, de hecho aquello era cierto, pero para ella decirle algo así a Hernán, de alguna manera extraña le costaba. Hasta que se atrevió a decirlo, pero en voz baja. —Es... Este chico guapo es muy atento y es un buen padre.
—¿Um? No te oí.
Oír aquello, hizo que la expresión frustrada de Julia fuera muy evidente.
¿Lo tengo que decir por segunda vez?
Mira su mirada de expectativa...
—¡Oye! Tienes buena audición. –Se detuvo en caminar.
—¡Exactamente en ese tono! No dejaré de insistir en todo el trayecto. Cada cinco minutos.
Mostrando un rostro desafiante, Julia acercó ambas manos hacia su boca y las arqueó para gritar.
—¡Este chico guapo es muy atento y es un buen padre!
Mirando hacia Julia, todas las personas que pasaban por su lado, se sorprendieron por el grito que oyeron. Incluso el vigilante no supo si intervenir o dejar con la vergüenza a Julia. Aunque eligió lo segundo.
Hernán se tocó el pecho de repente.
—Tus palabras atravesaron mi corazón y mis tímpanos ¡Fue genial! –Volteó hacia ella muy contento.—Así que eso es lo que piensas de mi.
—¡Eres un fastidioso! –Golpeó su espalda de un manotazo, estando aún avergonzada.
—No tan fuerte, nuestra hija puede imitarte en el futuro.
—Todavía está en mi vientre.
¡No seas gracioso!
Hernán en ese momento se rio como hace mucho no lo hacía e incluso aquello fue contagioso para Julia, ese instante vergonzoso hizo recordar a ambos su relación en un principio. Que aunque no fue buena, se sintió para ambos bastante nostálgico.
Solo con algunos cambios, muy evidentes.
—Las viejas costumbres no se olvidan –suspiró Julia.
—Tampoco las personas que nos vieron ahora, nos olvidarán –afirmó Hernán.
—Bueno, hacer el ridículo entre dos es menos vergonzoso.
—Hacemos buen equipo. –Miró hacia Julia.
—Definitivamente. –Alzó la mirada con una leve sonrisa de complicidad. Para luego mirar hacia adelante. —Entonces, sigamos caminando. Aún hay mucho que mirar.
—Con cuidado. –Le ofreció su brazo derecho para que se sostuviera de él al momento de caminar, ya que todo el largo trayecto, iba ser difícil para Julia soportar el peso de su barriga.
Julia aceptó su gesto de ayuda sin pensarlo mucho.
—Vamos.
Luego de unas horas de mirar algunos lugares y espectáculos muy vistosos.
Ambos iban por un pasaje llenos de peces de diferentes colores, que los dirigía a un pequeño restaurante nuevo dentro del acuario.
Mirando de forma curiosa, Julia notó que los peces que veía ahora mismo. Se parecían mucho a los que tenían en casa.
—Nuestros peces también están un poco grandes, ¿debemos comerlos?
—¿Quieres hacerle llorar a mi hermano?
Julia esbozó un risilla.
—No. Pero, en verdad que se ven tan bien estos de aquí...
—¿No te gustaban los peces?
—¡Claro que sí! Me gusta verlos, pero más comerlos –expresó con un gran sonrisa.
Ese momento efusivo, fue un poco difícil de procesar para Hernán. Y por alguna extraña razón, los peces que se habían acercado a Julia, estaban cada vez más lejos.
—Nuestros peces, son peces dorados, así por lo menos nos deben durar unos diez años.
Mirando aún los peces, Julia mencionó de forma nostálgica.
—Entonces sería bueno... Verlos ambos crecer por todo ese tiempo.
Hernán contestó mirando hacia Julia.
—Estaría encantado.
Julia de inmediato volteó y avanzó, sin dudarlo. Aún cuando era consciente de lo que había oído.
—Bueno, vamos a comer.
¡Me muero de hambre!
—Bien. –Asintió Hernán.
El almuerzo que duró una hora. Fue suficiente para recuperar fuerzas de la larga caminata que habían hecho. Así que la caminata que vino después, fue más lenta.
—Ya pronto serán seis meses –mencionó Julia refiriéndose a su embarazo.
—El tiempo ha pasado muy rápido.
—Estuvimos muy ocupados con el trabajo, así que ni nos dimos cuenta que el tiempo pasó tan rápido.
Tan rápido que tengo miedo de llegar a ese día.
¿Debo aún considerar el dejar calvo a Hernán, si me duele mucho las contracciones?
—¿Por qué siento que estás pensando en mí y no necesariamente de buena forma?
Julia volteó hacia él, con un poco de sorpresa. Alzando su pulgar derecho.
—Excelente intuición, Hernán.
—Creo que no es necesario preguntar en qué pensabas –rio de forma nerviosa.
De un momento a otro, Julia se dio cuenta que habían caminado hacia un lugar que casi ni se percibía mucha gente. Viendo delante de ella una escena peculiar.
—Eso es...
Cerca de ellos, estaba los almacenes donde algunas vez fueron para ocultarse en su primera cita.
Julia lo miraba con cierta expresión de nostalgia en su rostro. Pero también de confusión.
—No hay muchos buenos recuerdos en este lugar. Creo que nos desviamos de nuestro destino original.
Hernán volteó hacia ella.
—...
¿Es así?
¿No deberíamos cambiar eso?
—¿Qué?
Después de unos segundos, Julia poco a poco se dio cuenta de la situación.
Acaso, ¿no es casualidad de que estamos aquí?
Parándose frente a ella, Hernán habló de forma directa.
—Julia, podrías por favor. Repetir la pregunta que me hiciste esa vez, en este lugar.
La expresión de Julia se quedó fría al escuchar aquella petición. Sintiendo su pecho oprimirse al sentirse nerviosa.
Pregunta...
¿Qué pregunta?
¡Esa pregunta!
Espera...
¡¿Esa pregunta?!
¿Realmente?
—Hernán. Tú...
—Por favor, hazla.
Yo, quiero darte una respuesta apropiada.
Pasando saliva, Julia pensó conmocionada.
Si lo digo, eso significa sentenciar el rumbo de nuestra relación.
Pero.
Eso es lo que quería.
No puedo ser un cobarde.
—Está bien –lo miró de forma directa, apretando un poco sus manos. Tomó un poco de aire y suspiro, en poco tiempo el ambiente se había tornado tenso—A quién ves ahora ¿A Julio o a Julia?
La voz de Hernán sonó firme.
—Desde la primera vez que te vi. Siempre has sido tú.
—¿Qué... quieres decir? –expresó confundida.
—Yo nunca quise aceptarlo.
Que la persona que apareció antes mis ojos ese día por primera vez. Esa persona que solo conocía por relatos y siempre quise conocer.
Me cautivo de esa forma a primera vista. Sin embargo, también sabía que había una línea que no debía atravesar.
Pero repentinamente, un día esa línea desapareció.
Las orejas de Julia se notaban poco a poco enrojecidas. A penas y podía procesar lo que le estaba diciendo Hernán.
Espera... Me dijiste que nunca me odiaste ¡¿Entonces, en realidad siempre me miraste con otros ojos?!
—Tal vez lo que dije e hice antes fue solo una excusa para no reconocerlo. Fui demasiado tonto. Lo siento.
¡Yo fui más tonto por no darme cuenta!
Julia nunca esperó esa respuesta, tanto que ante su mirada atónita. Solo pudo soltar una pregunta de su boca, incluso si sabía la respuesta.
—¿Desde la primera vez?
Tomando valor de si mismo, con una voz clara y firme. Hernán expresó sus sentimientos sin contenerse.
Incluso había un notable rubor en sus mejillas. Una escena que Julia no esperó ver y oír.
—La persona que veo ahora eres tú. La persona que amo eres tú.
Sea cual sea tu cuerpo o como aparezcas ante mi, siempre serás tú.
Esa es mi respuesta.
Por fin las palabras que siempre quiso decir Hernán, fueron dichas en ese instante.
Siendo aquella respuesta, algo que Julia anheló oír, desde aquella vez que lo preguntó por primera vez. Sintió dentro de ella muchos sentimientos encontrados.
Ya que antes tenía mucho miedo e incertidumbre por cada día que pasaba. Pero en ese momento, ya no tenía miedo más del futuro.
Mirándolo fijamente a los ojos, mientras su rostro y orejas se mostraban sonrojados.
Sus sinceras palabras se dirigieron a él sin dudarlo.
Estirando su mano derecha hacia Hernán.
—Entonces, ¿estás dispuesto a ser juzgado en el futuro y soportarlo junto a mi?
Porque yo, sí estoy dispuesto a hacerlo y seguir adelante una vida juntos.
Hernán, en ese instante se quedó sin palabras. No sabiendo cómo reaccionar exactamente.
Había expresado sus sentimientos ¡Pero no esperó recibir una respuesta tan romántica!
—Yo, ¿realmente te gusto de esa forma?
Sin contener más sus lágrimas. Aquellas lágrimas cayeron sobre sus mejillas, mientras una gran sonrisa se reflejó en el rostro de Julia
—¡Tonto!, si no me gustaras de esa forma ¿Crees ahora mismo que te hubiera dicho todo esto?
¡Te has confesado, así yo también tenía que hacerlo como respuesta!
Maldición, estoy llorando y sonriendo de forma nerviosa a la misma vez. Realmente mi rostro debe estar hecho un desastre en este momento ¡Yo también quería verme genial!
Tomando de forma suave su mano derecha, la acercó hacia él. Abrazando su cuerpo con cuidado.
—Yo hace mucho tiempo que me rendí hacia ti. Mientras este a tu lado y la de mi hija, lo que venga en el futuro, lo enfrentaremos juntos. .
Hernán, eres fatal para mi corazón ¡Y tus palabras también lo son!
No eres el único que se rindió.
Mi corazón también lo hizo por ti.
—Gracias por aceptarme. Julio.
El rostro de Julia mostró sorpresa.
—Mi nombre...
—Ese es tu verdadero nombre, estoy dirigiendo mis sentimientos a la persona correcta.
Julia se separó un poco de Hernán y limpió sus ojos con la manga de su polera, alzando la mirada hacia él con una leve sonrisa.
—Hernán. Realmente no me arrepiento de mi decisión. Te lo advierto, soy una persona muy leal, aún más si es con alguien que amo. Así que prepárate a verme por el resto de tu vida.
Acercando su boca a la de Julia, Hernán contestó sin dudarlo.
—Si esa es una amenaza, con gusto lo aceptaré. Es una lástima, que incluso toda mi vida no sea suficiente para estar a tu lado.
Julia se mostró aún más avergonzada.
—¿De dónde aprendiste a decir palabras tan románticas?
Hernán sonrió de forma pícara.
—Solo basta con mirarte.
Incluso si el ambiente era propicio para escena romántico e íntima, de repente Julia y Hernán se dieron cuenta ser vistos por muchas personas. Confirmando esto al voltear ¡En realidad personas curiosas se habían acercado a ver a la pareja que había declarado sus sentimientos de una forma tan apasionada!
En ese momento no solo Hernán se sintió frustrado, también lo estaba Julia.
—¡¿Nunca vieron dos personas confesarse?! –exclamó Julia volteando hacia ellos.
Varias personas negaron con su cabeza
¡¿No conocen la privacidad?!
—Bueno, entonces tendremos que escapar.
De un momento a otro, Julia sintió ser cargada por Hernán. Saliendo ambos de la muchedumbre de personas.
Fue un escape exitoso, aunque más admirable fue ver a Hernán cargar a una mujer embarazada como si fuera nada.
La tarde que sobró, fue para que ambos se dieran cuenta de lo vergonzoso que fue la confesiones de ambos. Aún así no era algo de que se arrepintieran.
En el trayecto de regreso a casa, ambos tenían una sonrisa feliz en su rostro. Entrelazando sus manos, mientras Julia dormía en su hombro.
(***)
Cuando Julia se disponía en avanzar algunas cosas pendientes de su trabajo, después del día que tuvo. Siendo una situación que aún no superaba, pero debido a que Hernán salió de emergencia por momento, pudo ordenar mejor sus pensamientos y corazón. La llamada entrante que recibió, fue inesperadamente la de Arcadio.
—¿Arcadio?
—¡Él mismo!
¿Estás bien?
—Sí, perfectamente bien, no pensé que me llamaría de repente.
—No sabía de ti hace mucho tiempo, pensé que era bueno saber si estabas bien.
—No creí que usted se preocupara tanto por mi –mencionó de forma sarcástica.
Dando una pausa, Arcadio preguntó cambiando el flujo de la conversación.
—¿El medicamento que te di, lo tomaste todo?
—Sí, según algunos exámenes médicos. Mi cuerpo está sobrellevando bien el embarazo.
Solo he tenido algunos problemas de salud leve, pero es debido al estrés.
—Bien, eres una excelente paciente.
Julia mencionó de forma directa.
—Hay algo que siempre quise preguntarte.
—¿De qué?
—Arcadio, ¿te arrepientes el haberme usado para tu experimento?
—¿Por qué preguntas eso ahora? –su voz se notó confundida.
—Porque al principio no vi en ti ni una pizca de remordimiento cuando descubrí que me habías mentido, pero repentinamente usted me ayudó a buscar una forma de recuperar mi género original, incluso cuando dijo al principio que no había marcha atrás. Siempre me ha parecido extraño.
Incluso ahora, ¿por qué se preocupa por mi?
—Nos conocemos por meses, ya no eres una extraña.
—Pero al principio sí lo era.
—...
Entonces responderé a tu pregunta.
Sí me arrepiento.
Julia se notó sorprendida.
—¿Por qué?
—Eso es algo difícil de contestar.
—¿Difícil?
—Pero lo que sí te puedo decir...
Es que siendo un anciano, mientras más me acerco a la muerte. Más arrepentimientos cargo en mi memoria.
—¿Se va a morir?
—¿Me quieres matar tan pronto?
—¡Usted lo mencionó primero! Eso de que se acerca a la muerte.
—Es una forma de decir que ya no tengo tantos años por delante.
Esta juventud... –su voz cambio de tono, a uno más animado. — Así que también te preocupas por este anciano.
—Ya le dije que no quiero que su alma deambule cerca mío. ¡Manténgase vivo!
—Igual moriré antes que tú.
Por un momento, Julia notó ser amenazada.
—En la vida nunca se sabe, yo podría morir... –Julia sintió un escalofrío repentino en su cuerpo, cuando dijo aquello.—¡No me haga decir esas cosas! Ahora tengo una gran familia que cuidar.
—Tú comenzaste.
—...
—Así que te está yendo bien por tu tono de voz.
—¿De qué?
—Tu... nidito... de... amor...
Julia colgó de inmediato, al avivar aquella escena.
—Este anciano realmente no va cambiar... –El rostro de Julia se mostró confundida de repente. —Pero, esa conversación fue realmente extraña.
¿Acaso me oculta algo?
Nota de Aru:
Solo tengo algo que decir:
¡Por fin logré terminar el capítulo!
¡Por fin logré escribir esa escena tan esperada!
Ahora Aru se va a descansar, después de tener unos días muy ajetreados.😳
No olviden votar, si les gustó el capítulo. Para mi significa mucho❤✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro