Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

-T4- Capítulo 78 Un día desastroso


🍁Capítulo 78 «Un día desastroso.»

—No puedo dormir.

A penas escuchó a Julia. Hernán preguntó de forma eufórica.

—¿Tienes alguna incomodidad? ¿Te sientes mal? ¿Te preparo algo?

Aunque le agradaba en cierta medida su preocupación por ella, Julia notaba que tal vez podía exagerar algunas veces. Y él incluso no se daba cuenta de sus propias palabras.

Así que mencionó de forma sincera.

—... ¿Estás tratando de reconfortarme o desesperarme?

¿Yo también me hubiera preocupado así si hubiera sido padre? ¿Y si la situación hubiera sido diferente y él...?

Julio, no pienses en cosas más raras...

Hernán tosió brevemente.

—Entonces, ¿qué es lo que te incomoda?

—No me puedo mover, siento que aplastaré mi barriga. Aunque instintivamente sé que no lo haré... Es complicado de explicar.

Hernán suspiró, respondiendo de forma obvia y en un tono preocupado.

—Debes dormir, es malo para tu salud trasnochar.

—Gracias tu preocupación, ¿pero qué crees que no puedo hacer? –dijo Julia con sarcasmo.

—Es muy notorio que yo también no podré dormir si no duermes. Así que será malo para los dos.–Miró su vientre, luego a ella.—No, los tres.

—¿Es una especie de amenaza? –respondió Julia de inmediato.

—Sugerencia. No soy un maleante, incluso si lo "fui" alguna vez.

—Que curioso, de pequeño sí fui algo así. Que recuerdos... –Lo miró de reojo.

—Imaginarlo me resulta gracioso y adorable.

Julia se sintió avergonzada por un momento.

—¡No te burles de mi yo pequeño!
Pegaba muy fuerte cuando me molestaban...

—Me pregunto si me hubieras golpeado en ese tiempo, si te hubiera conocido y molestado un poco.

Al escucharlo decir aquello, Julia moldeo una sonrisa, que expresaba el haber tocado un punto en donde podría sacar ventaja.

—Tu madre me contó que te parecías a tu hermano pequeño en ese tiempo, incluso más tímido y mimado. Definitivamente hubieras llorado.

—Umm.

—¿Ahora tú te enojaste?

—No. Solo que no creí que mi madre te diría también ese dato de mi yo pequeño.

—Me llevó a comprar muchas cosas la semana pasada y habló mucho conmigo. Es muy agradable. Incluso el más mínimo detalle de tu infancia, lo recuerda de forma vivida. Es a lo que dicen: Una madre orgullosa de su hijo.

—Yo creo que ahora eres tú su hija favorita. –Sonrió.

—No digas eso, tu hermano menor se pondrá celoso.
Y tú también.

—¿Soy aún un niño para hacerlo? –Rio.

—Para tu madre creo que siempre lo serás. Incluso con tu pequeño hermano, y de hecho, él me agrada mucho a pesar de su contacto visual algo abrumador en ocasiones. –Rio de forma nerviosa.

—... Entonces, no tendrás problemas que él venga a casa el fin de semana.

Con solo oír esto último, Julia volteó en un segundo su cabeza hacia Hernán.

—¿En serio? Pero... ¿Y si descubre lo que realmente soy?

—Si eso sucede. Él no hablará, si uno le pide que no lo haga.

—Prefiero no traumar a tu hermano. Por lo menos no ahora. –Sonrió brevemente y apretó su mano en un puño.—Así que seré cuidadoso.

Por breves segundos, Hernán tuvo un mal presentimiento sobre eso.

—Y me dijo que no vendrá con las manos vacías. Así que me preguntó qué podrías querer.

—¿Qué le dijiste?

—Un pez.

—¿Le mandaste a comprar un pez? –habló sorprendida

—Es que mirabas tan solitaria el pesero.

Solo miraba el desperdicio de espacio que había...

—Ya te dije que algún día lo compraríamos... Un pez solitario, suena triste.

—Quizás trae dos.

Julia suspiró.

—Bueno... La intención es lo que cuenta. Un pez o diez es un regalo. –Mostró una expresión incómoda.—Y... Aún no puedo dormir.

—Yo tengo una solución –dijo con firmeza.

—¿Cuál?

—Voltea hacia mi y cierra tus ojos.

El cuerpo de Julia se tensó por un momento.

—¿Qué piensas hacer? –Lo miró con desconfianza.

Hernán solo sonrió con una expresión tranquila, como respuesta. Por lo que Julia hizo lo que le pidió con un poco de duda.
Sintiendo a Hernán acercarse a ella, mostró sorpresa cuando comenzó a darle palmaditas en su espalda.

Él habló de repente.

—Solo imagina que estás en un lugar totalmente reconfortante.

Está... Haciendo algo parecido cuando lo calmé para dormir.

—¿Lo tienes?

—El jardín –mencionó sin dudarlo.

—¿El jardín?

—Un lugar reconfortante y nostálgico. Yo solía quedarme dormido debajo de la sombra de los árboles en el orfanato. No sé porqué, pero amaba ese lugar.
Ahora, también me gusta mucho el jardín que tenemos. Sobre todo, ese gran árbol.

La mano de Hernán se detuvo por momento al oír esto último, para luego continuar dándole suaves palmadas en su espalda.

—Es un buen lugar.

Luego de sentir su cuerpo estar más cómodo, Julia se sintió adormilada a pesar de estar demasiado cerca de Hernán.
Solo le bastó unos cinco minutos para quedarse dormida. Para el alivio de Hernán.

Sin embargo, tal vez la vivencia de un buen sueño no fue igual para los dos cuando amaneció.

Notando la postura peculiar de Julia sobre el cuerpo de él.
Su pierna izquierda estaba en el muslo derecho de Hernán y su mano izquierda bordeando su cintura. A penas habiendo dormido. Hernán pensó con seriedad y cansancio. «Fisiológicamente es casi imposible, pero no sé cómo aguanté tanto.»

De manera cuidadosa la apartó de él, para irse primero a trabajar. Ya que era seguro que el despertar de Julia en esa situación, no sería tranquilo. Pero de repente oyó a Julia murmurar entre sueños.

—La almohada está algo dura...
Pero no está mal.

Hernán rio brevemente por su sinceridad, tocando su frente con cuidado. Habló de forma suave.

—Pronto sonará tu alarma, mejor te dejaré el desayuno listo.
No te precipites en salir.

Después de cerrar la puerta y sintiéndose un breve silencio en el cuarto, la mano derecha de Julia se alzó y tocó su frente. Sintiendo sus orejas y mejillas arder. Abriendo sus ojos, de forma breve su boca solo bordeó una sonrisa.

(***)

Ya siendo tres días de su llegada, aún Julia no había logrado congeniar con sus compañeros de oficina. Aunque eran varias oficinas separadas del mismo área. Aún así en la oficina que estaba, habían cuatro mujeres y dos hombres.

Sentada frente a la computadora, incluso si estaba concentrada en su trabajo, de repente notó algo de bullicio a menos de tres metros de ella.

La escena que notó, fue una total sorpresa para ella. Algo que veía por primera vez, como trabajadora de esa corporación.

Una de sus compañeras estaba siendo tomada de la muñeca por un hombre mayor, que le exigía que vaya con ella a su oficina, porque había hecho mal un informe que solicitó. Pero la mirada aterrada de la joven mujer, solo demostraba que aquello era solo una excusa.

—¡Deja a mi amiga! Nosotras podemos volver hacerlo ¡No es necesario que vaya con usted!

En un tono enojado, aquel hombre respondió despectivo a la mujer que trató en defender a su amiga.

—¿Te he hablado a ti? ¿No tienes una familia que mantener? Solo mantente callada.

Al no soportarlo más y dispuesta en hacer algo para liberarla. Ella trató de golpear su brazo con un objeto de metal, pero se detuvo en seco cuando vio otra mano sostener con fuerza la muñeca del hombre mayor.

—Ya que tiene tanto tiempo libre, ¿por qué no va a otro lugar a desfogar su frustración? Hombre patético.

La mirada de Julia fue de frialdad total, al hacer contacto entre miradas con aquel hombre.

Soltando a la joven mujer, él trató de agarrar el brazo de Julia.
Pero ella golpeó su mano antes que la tocara. Dejándole una marca roja en ella.

—Lo siento, pero me enferma el contacto de personas como tú.

Un bufido sarcástico se oyó del hombre mayor.

—Tú debes ser nueva, ya que no pude atenderte personalmente. No me había dado cuenta de tu presencia.

—Afortunadamente -respondió Julia en breve.

Caminando casi a la salida de la oficina, él indicó que lo siguiera por un momento.

—Seré conciso contigo, no te metas en mis asuntos. Si quieres aún mantenerte bien, porque veo que traes un engrendo en tu vientre.
Te daré una oportunidad, solo por esta vez.

—¿Cómo acabas de llamarlo? –mencionó en un tono enojado.

—¿Qué harás, me darás una cachetada? –murmuró de forma burlona.

Julia sonrió de forma sarcástica, para su sorpresa.

—Lo lamento, pero no seré tan suave.

El hombre mayor que medía unos 1.70 cm de altura, para Julia no fue difícil cerrar su puño derecho y propinándole un puñetazo limpio en su mejilla izquierda.
Notando que incluso parte de su mejilla golpeada se había hinchado.
El enojo de aquel hombre, fue un estallido de frustración.

—¿Cómo te atreves? ¡Haré que te sancionen!

—Hazlo, explícales la razón por la que te golpeé. Me pregunto quién será el sancionado. Y no te olvides, cuántas cámaras han grabado lo que hiciste. Así que ni te atrevas a mentir.

—Tú, maldita mujer...
Tienes agallas. Pero te metiste con la persona equivocada.
¿Crees que la corporación pasará por alto lo que hiciste?

Solo jódete, bastardo.

Cerca de la escena también una mujer alta de cabello negro y ojos celestes. Miraba asombrada la situación que presenciaba a poco tiempo de su llegada, viendo al hombre irse con una expresión enojada. Mirando un poco más dentro de la oficina, ya que una de sus vidrios era transparente, sonrió al notar la actitud de Julia para después irse a donde iba al principio.

Las mujeres que miraron la escena nunca se imaginaron que una aparente mujer frágil y embarazada, pudiera ese comportamiento tan osado.

La mujer mayor preguntó primero al ver la situación de Julia.

—¿Tu mano está bien? ¿No te duele algo?

Julia apretó su mano derecha, con un rostro de satisfacción.

Si solo hubiera estado en mi cuerpo original y sin un bebé en mi vientre, no me hubiera contenido tanto, bastardo.

—Eso no importa, lo importante es que ese bastar... –Al Julia darse cuenta de la situación, moldeó una sonrisa y calmó su enojo. —Digo, estoy bien. Solo me dolió un poco, pero valió totalmente la pena.

Tengo que actuar, tengo que actuar, no soy Julio aquí...

De inmediato la mujer que fue agraviada, fue hacia Julia de inmediato.

—A pesar de ni nos conocemos. Hiciste algo así por mí. Gracias por ayudarme.

—Para que no haya una próxima vez, no te contengas en reportarlo. Lo mínimo que merece ese sujeto, es una buena sanción.

La mujer mayor aclaró de inmediato.

—Él es nuestro supervisor y jefe de área, lleva solo unas semanas aquí. Y ya ha acosado a muchas mujeres de esta área. Dice que si lo acusamos, seremos despedidas, porque tiene el apoyo directo de los altos mandos. Aunque las ganas de golpearlo era mayor, tuvimos miedo perder nuestro trabajo. ¡Pero tú hiciste exactamente lo que queríamos hacerle! –expresó contenta.

¡¿Él es el jefe de área?!

Ugh. Y eso qué importa, no me arrepiento.

Semejante escoria, ¿realmente entró por recomendación?
Hernán, ¿qué tipo de filtro has aplicado en la corporación?

La mujer miró preocupada y culpable la situación de Julia.

—Sin embargo, ahora tu puesto está en peligro...

Julia sonrió de forma sincera.

—No te preocupes. Ese sujeto no se va a librar fácil de mí.

¡No me iré de aquí por nada del mundo!

Al notar la presencia silenciosa de sus dos compañeros, Julia se acercó de inmediato a ellos.

—Y ustedes, ¿se llaman a si mismos hombres? Viendo esto cada día sin hacer nada.

Uno de ellos habló de inmediato.

—También teníamos miedo de ser sacados si interveníamos.
Ese sujeto no miente al decir que tiene el apoyo de los altos mandos.

—Eso es verdad...

Julia los miró con un rostro de pocos amigos, asustando a ambos.

—Cobardes.

Las demás mujeres también intervinieron.

—No te preocupes, todas nosotras somos testigos y ¡ustedes también! –Miró a sus dos compañeros.-Así que si nos van interrogar, vamos apoyarte hasta el final.

Julia solo asintió ante su apoyo, para luego sentarse en su sillón por el largo día que le esperaba.

(***)

Dentro de la oficina de Hernán, una noticia repentina fue escuchada.

—Director, su secretaria a llegado.

—Déjala pasar.

Cuando sintió su presencia, Hernán de inmediato indicó con su mano izquierda, mientras terminaba de enviar un documento importante.

—Por favor revisa el cuaderno azul que está en la parte derecha de mi escritorio. Ahí está todo mi horario especificado para que vayas adaptándote a el.

Tomando el cuaderno y yéndose hacia el sofá detrás de ella, se sentó y cruzó sus piernas. Respondiendo de manera informal.

—Que formal y directo eres... Lo único que ha cambiado de ti es que ahora sí te has convertido en todo un hombre mayor. Por lo menos un saludo, ¿no? Hernán.

Mostrando sorpresa en su expresión, Hernán de inmediato alzó la mirada.

—¿Qué...?

—¿Ya no me recuerdas? ¿Cuánto tiempo a pasado? ¿Seis o siete años?

Hernán la miró fijamente, sintiendo un pequeño deja vú.

—¿Realmente no reconoces a tu primera novia o bueno, exnovia?

—¿Laura? ¿Cómo llegaste aquí? –mencionó sorprendido.

—Específicamente no fue por ti, no te preocupes, no cometo los mismos errores por segunda vez. Además recuerda que quedamos como amigos, que como novios no encajamos. –Su voz sonó dramática de repente.—Pero repentinamente me tuve que ir al extranjero. Y nos alejamos, luego oí la historia de qué sucedió con la corporación de tu padre. Ya que no tenía trabajo, pensé que sería oportuno tener a una confidente como yo.

Hernán la miró sin expresar mucho y sonrió con sarcasmo.

—No nos hemos hablado por siete años...
¿Por qué realmente viniste?

Laura lo miró de reojo, dando un suspiro.

—Que ganas de arruinarme la historia... Bueno, me mudé a este país de nuevo y se podría decir no tengo un trabajo que me ayuda a distraerme. Así que postulé a la corporación de tu padre y repentinamente me enteré que ahora tú eras el CEO, esa es la historia detrás de ello. Así que... aquí estoy.

—En realidad es la segunda vez –aclaró.

—¿En serio?

—Eso no importa ahora, ya que podría considerarte confiable.
–Enderezó su postura. —Entonces, solo me queda ver tu desempeño como mi secretaria.

—De eso no dudes. –Alzó el pequeño cuaderno con una sonrisa confiada.

De forma inesperada, su puerta volvió a ser tocada. Dejando Hernán pasar a quien tocaba.

En un tono confundido, él preguntó.

—Tú... ¿no eres secretaría del comité de ética?

—Buenos días CEO.
Lo que acontece es que...
El jefe de área de contabilidad y finanzas, está haciendo un alboroto arriba.
Dice que no deberían contratar a una mujer que solo golpea a las personas al azar y que encima no va hacer bien su trabajo estando embarazada. Quieren que aprueben el despedirla.

Hernán lo miró con desagrado, expresando molestia por lo que oía.
«¿Había un bastardo con un cargo tan importante en la corporación? Parece que no hice bien la limpieza...»

—Hay una grabación de una de las cámaras donde se ve a él siendo golpeado por esa mujer. Y solo una parte donde él dice: «¿Crees que la corporación pasará por alto lo que hiciste?»
Ahora ella va ser investigada por el comité de ética.

«Solo hay una persona que podría golpear sin miedo a otra persona, aunque esté peligro.
...
¿A ella te atreviste a amenazarla?»

—¿Cuánto tiempo lleva él en la corporación?

—Solo dos semanas.
La mujer solo tiene tres días aquí.

Hernán suspiró de forma amarga y sus pensamientos se tornaron más oscuros.
«¿Así que quiere investigarla y después despedirla? Eso jamás sucederá.»

—Aunque este trabajo es del comité de ética, el jefe de área precisa que apruebe personalmente su pedido. O por lo menos que usted dé la orden.

—Ahora estoy ocupado, pero dígale que me haré cargo de su pedido..., de cualquier forma -su voz sonó fría.

—Lo comunicaré, me despido.

—Gracias.

Al salir aquella mujer, después de unos segundos, Laura recordó de inmediato aquella descripción expresando sorpresa.

—¿Una mujer embarazada del área de contabilidad y finanzas? Oh, esa linda mujer. La vi golpear a un hombre horrible y luego este irse enojado. Ella tenía una mirada fría con él, pero a la vez era muy amable con sus compañeras. Creo que las estaba defendiendo.
Es una lástima que tenga pareja. Incluso si mi última pareja fue un hombre, hace mucho tiempo que no me llamaba la atención alguien.–Su rostro se iluminó.—¿Oh, tal vez es madre soltera?

Al escuchar esto, la mirada de él se quedó atónita.

Aunque Hernán quería expresar: «Cualquiera, menos ella.» Al describir perfectamente a Julia.
Mantuvo serenidad.

—Hoy es tu primer día de trabajo Laura, no hagas alboroto. Esa mujer debe tener un esposo, así que mejor investiguemos a ese hombre.

Ella lo miró dudosa.

—Te ves muy enojado.

—En mi corporación no voy a tolerar a personas como ese tipo.
Así que desde quien le dio su puesto y los involucrados a él. Todos recibirán una sanción.

—¿Qué harás con él?

Hernán golpeó dos veces con su dedo su escritorio y volteó hacia ella.

—Una sanción que esté a la medida de sus acciones.

—Entonces, ¿crees firmemente en la inocencia de aquella mujer?

—Tú misma me has dicho lo que viste, ¿debería dudar también de ti? Sé que nunca mientes.

Laura sonrió un poco.

—¿Y dudas que sea la mejor opción para ser tu secretaria? Veo que aún me recuerdas perfectamente.

—Solo un poco, estás a prueba –aclaró.—Ya que también eres testigo, brinda al comité de ética toda la información posible y has que den su testimonio también a todos los área en la que él estaba a cargo. Y esa cámara de seguridad, investiga si fue modificada a cualquier precio.

Dando un suspiro, ella afirmó con el rostro.

—... Bien, este será mi primer trabajo. Iré en tu nombre, probablemente de esta forma no será tomado como algo simple.

Nota de Aru:

Aprovecho este espacio, para mostrar las dos formas de Juli@❤

Ahora entienden el porqué Hernán dice que no hay mucha diferencia, si Julio se pone una peluca😂

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro