-T4- Capítulo 73 Conociendo a la peculiar familia (1/2)
🍁Capítulo 73 «Conociendo a la peculiar familia. Parte 1»
Tal vez no era la primera vez en que Julia estaba en una situación similar. Pero a veces no podemos contener los nervios y decir lo primero que se viene a la mente. Aún más cuando Julia tenía al frente, a tres personas que la veían fijamente.
—Yo me llamo Julia.
Y... Vengo voluntariamente a ser interrogada.
De alguna forma, el ambiente se tornó un poco silencioso con esta peculiar presentación.
—....
—...
—...
Hernán, quien estaba sentado junto a ella. Acercó su cabeza un poco a Julia, susurrando cerca de su oído.
—Julia, no estamos en la comisaría.
Julia también le susurró de forma nerviosa.
—Solo quería sonar un poco formal...
La dulce voz de la madre de Hernán, rompió el hielo y la tensión de inmediato.
—Disculpa si el ambiente es un poco tenso, pero no tengas miedo de nosotros. Sabemos en la situación en que están. Así que lo único que quería era conocerte mejor. Y sobre todo mi esposo e hijo menor. –Señaló a ambos.
Julia asintió de forma breve y alzó la mirada de manera lenta hacia el padre de Hernán.
Un hombre con algunas canas, contextura delgada y mirada seria, que la alertó de inmediato.
Lo más próximo que pudo deducir, fue lo que más rápido pudo apreciar.
El padre de Hernán es de apariencia común como yo...
Así que definitivamente.
¡La belleza de la madre predominó al cien porciento sobre sus hijos!
Pero... ¿De quién Hernán heredó su temperamento?
Tosiendo brevemente el hombre mayor, Julia de inmediato se dio cuenta que el padre de Hernán se estaba dirigiendo a ella.
—Ya que conociste a mi esposa e hijo Emilio primero.
Te diré quién soy.
Mi nombre completo es:
Fernando Earls Cantrell.
Julia contestó de inmediato.
—Mucho gusto señor, mi nombre es Julia...
Forest Benson.
Él asintió aún con un semblante serio.
—Buen apellido.
Julia solo estaba llorando de forma interna, al mentirle desde el comienzo.
Es una cachetada a mi nombre original. En realidad me llamo Julio Ruiz Clemente ¡Su futuro nieto tendrá ese apellido!
Su esposa también intervino.
—Es cierto, no te dije mi nombre completo.
Soy Irina Ivanova.
—....
Analizando lo dicho por ella. Julia de inmediato volteó su rostro de sorpresa hacia Hernán.
¿Qué?
¡¿Tu madre es rusa?!
¡¿Eres mitad ruso?!
Hernán solo sonrió al entender perfectamente sus pensamientos internos.
Irina de inmediato le aclaró su duda.
—Si te estás preguntando por mi nacionalidad. Aunque nací en Rusia, yo viví casi toda mi vida en este lugar.
Entonces, Hernán...
Hasta ahora solo sabía el apellido paterno de Hernán por las noticias, ya que al principio él tenía otra identidad falsa. Que lo único cierto era su nombre.
Ya decía que su apariencia, solo podría ser extranjera. No es de extrañar que su madre sea tan bella y se vea tan joven...
A pesar de que Emilio estaba presente, su mirada se mostraba incómoda. Esperando pacientemente que se termine la reunión familiar. Julia lo miró de forma fija al darse cuenta de su actitud, sintiendo verlo sobresaltarse y desviando el contacto entre miradas de inmediato.
—Al parecer, aquí quien dio el primer paso fue mi hijo. Puedo intuirlo porque lo conozco.
Es tan terco como su padre, pero no es un mal hombre.
—Madre... –Hernán no pudo contenerse en avergonzarse.
—Ah... Algo así. –rio Julia por pura cortesía.
Alzando la mirada, Fernando señaló a su hijo.
—Es mi hijo después de todo.
Irina. Yo conquiste a mi esposa con esa terquedad.
Tocando el hombro de su esposo, Irina aclaró lo dicho por él.
—Bueno, en realidad mi esposo me rogó para que me casara con él. Pero yo lo rechacé cinco veces.– Sonrió de forma amplia.—La personalidad terca y perseverante, mis dos hijos lo heredaron de su padre.
El padre de Hernán no paró de toser luego de oír eso de su esposa. Ella tan solo palmeó de forma suave su espalda, para calmarlo.
Señor, en su situación yo también quisiera que me trague la tierra.
Ahora estoy cien por ciento seguro que la forma atrevida de hablar lo heredó de su madre. Acaban de destruir mi primera impresión....
Después de unos minutos. Por fin Fernando se calmó y mantuvo la compostura seria que un principio mostró.
—¿Y ustedes cómo se conocieron?
¿Lo dices tú o lo digo yo?
Tú sabes mentir, así que tú.
Asintiendo por la intensa mirada de Julia, Hernán intervino en la conversación.
—...
Nosotros éramos cercanos desde hace mucho tiempo, ya que nos encontrábamos por casualidad. Teníamos amistades cercanas entre ambos.
Después de algunos eventos impredecibles. De alguna forma terminamos trabajando juntos. Y luego nos hicimos amigos.
Hubiera dado mi alma para que eso hubiera ocurrido realmente.
—¿Después?
Julia mostró un poco de incomodidad por el detalle que faltaba contar.
—Debido al alcohol nosotros terminamos por involucrarnos de forma íntima, aún solo siendo amigos... Y esa es la razón por la que estamos en esta situación actual.
Técnicamente eso es cierto...
Fernando suspiró de forma leve.
—Pensé que ibas a salir con tus gustos extraños, por lo menos te involucraste con una mujer normal.
Señor, me siento ofendido.
Moviendo levemente sus dedos, Hernán se atrevió a preguntarle de forma directa.
—¿Y si hubiera sido un hombre?
Los ojos de Julia se abrieron de par en par.
¡¿Estás loco Hernán?!
Su padre sonrió con sarcasmo, ya que era consciente que su hijo no tenía esos gustos.
—Ahora mismo ya estaría escupiendo sangre.
¡Hernán tu padre se va morir si se entera!
Irina no tardó en calmar la situación.
—¿Por qué preocuparnos a quién llegue amar nuestro hijo?
Yo siempre aceptaría a la persona que te llegue a querer.
Sin importarme cómo sea.
—Teniendo esos pensamientos tan liberales desde joven... –murmuró.
Riendo de manera suave, Irina le contestó.
—No creas que no sé que te enamoraste de mi por esa razón también. Sé que eres solo serio por fuera.
Fernando solo sonrió levemente, mostrando ante los ojos de Julia. Que en realidad era un hombre bastante accesible. Probablemente, más que antes. De esa forma, los nervios que sentía, desaparecieron de a poco. Bebiendo un poco de agua que le habían servido minutos antes.
—¿Y entonces, cuándo se van a casar?
Julia se atoró un poco con el agua. Al oír esa pregunta inesperada de parte de Fernando.
—¿Estás bien? –le preguntó Irina preocupada.
Sintiendo que Hernán le estaba dando una palmaditas en su espalda. Julia respondió de inmediato.
—Sí señora, solo me atoré.
—Padre. Aún nos estamos conociendo mejor. Tal vez puede ser en el futuro.
Julia lo miró de reojo.
¿Por qué estás tan seguro?
—Esto es lo malo de tener hijos fuera del matrimonio. –suspiró largo.
—Ellos no son de nuestra época. –intercedió Irina.
—Solo digo que..., me gustaría que mi nieto tenga una familia unida.
Julia respondió de inmediato.
—Y lo tendrá. Incluso si ocurre mil cosas en el futuro, mi hijo nos tendrá a ambos. Y los tendrá a ustedes.
El hombre mayor se mantuvo en silencio luego de oír la respuesta firme de Julia, poco después, se dirigió a ella en tu tono más formal.
—En nombre de mi familia, te pido disculpas por ser involucrada y expuesta de esa forma en nuestro asunto familiar.
No soy un hombre admirable en lo absoluto, mi familia sufrió días muy críticos debido a mi negligencia. Y al final, con quien más estricto fui, fue quien nos salvó.
Me pregunto, ¿de qué sirvió ser un padre estricto y correcto? Cuando no le di una imagen más fraterna en su juventud.
—Padre, no recordemos el pasado. No es bueno para tu salud.
Julia no tardó en contestar, con una mirada más serena.
—Usted se aferró a la vida para estar con su familia, ¿cómo no me puede parecer eso admirable? Incluso si lo conozco recién, creo que a través de palabras duras, lo único que quiere es felicidad para su hijo. Tal vez la vida no es como lo esperamos. Pero no importa que tan inesperada sea, lo único que nos queda es vivirla al máximo. Mientras aún podemos estar junto a quienes queremos.
Seguramente que soné como un viejo que ha vivido mil desgracias... Bueno, lo intenté.
El padre de Hernán le sonrió para su sorpresa.
—Eres tan elocuente, me agradas. Creo que podríamos tener una buena relación de suegro y nuera.
Técnicamente me siento tranquilo con su aceptación, pero a la vez no.
Vamos, solo sonríe y asiente.
El que también sonreía ampliamente era Hernán, al notar su esfuerzo de caerle bien a su padre.
Sé lo que piensas Hernán, ¡deja de mirarme así!
Luego de una largo almuerzo y una conversación más amena entre Julia y los padres de Hernán.
Irina decidió, junto a Hernán. Que se quedarán también el día domingo en su casa. Así que tendrían que dormir ambos en ese lugar.
Antes irse a dormir y yendo Hernán a acomodar el cuarto vacío de invitados, Irina se quedó a solas por un momento con Julia.
—Si necesitas algo, algún consejo o ayuda. No dudes en decírmelo. Solo espero que podemos llevarnos bien. Y me puedas considerar, no solo el ser la madre de Hernán, sino también una amiga.
Los ojos de Julia se notaron conmovidos.
—Yo...
¿Me veo tan confiable?
Irina tomó sus manos de forma suave. Y la miró de forma directa, mostrando una mirada apacible.
—Es difícil encontrar corazones honestos en este mundo. La forma en que te mira Hernán, es como si fueras la persona que más confía ¿Cómo podría dudar en lo que mis ojos ven? Incluso yo puedo notarlo.
Julia la miró fijamente al notar su honestidad ante sus palabras y no pudo evitar sentirse un poco avergonzada.
Asintió con una sonrisa y contestó.
—¿Y yo, cómo podría negarme a tal petición?
Luego de esa corta conversación, Julia estaba siguiendo el camino indicado por Irina, pero a pocos metros de llegar a su destino. Grande fue su sorpresa el ver la figura del hermano de menor de Hernán, Emilio. Parado a una esquina de ese pasaje.
Julia sintió la tensión de inmediato. A pesar de que era un niño de diez años.
—Ah... Tú, ¿duermes cerca de esta habitación?
Emilio la vio fijamente, acercándose un poco a ella.
Pasando él saliva, habló de forma directa sobre lo que pensaba de ella.
—Eres una mujer rara. Tienes la apariencia de una mujer delicada. Pero actúas como un hombre viejo.
Es algo extraño...
Julia se sobresaltó un poco al oír eso. Pero calmó su expresión y le sonrió.
—Niño perspicaz, lamentablemente sí lo soy.
—¿Qué? –los ojos de Emilio se abrieron de par en par, quedándose helado.
Riendo levemente, Julia repitió.
—Bromeo. Bromeo.
—No me asustes así...
¿Está nervioso?
—Tal vez, ¿quieres decirme algo más?
Emilio se quedó en silencio por unos segundos y afirmó con su cabeza.
—¿Puedo preguntarte algo?
Y responderme con la verdad.
—Sí. –Julia respondió un poco sorprendida, por su repentina seriedad.
—¿Tus intenciones, son realmente buenas con mi hermano?
—¿Qué?
—Mi familia ha estado involucrada con gente que solo tiene intenciones ocultas.
Por mucho tiempo. Solo he visto a gente que le ha hecho daño a mi familia. No puedo confiar en cualquier extraño...
Ahora entiendo.
Viviendo aislado por mucho tiempo, en las únicas personas que confía es en su propia familia.
Y ahora tiene que adaptarse a conocer más personas. Que difícil para un niño que ha pasado por mucho.
Julia mostró un rostro más sereno.
—Gente mala y buena. En realidad todas personas no son iguales. Y la gente siempre guarda cosas para sí mismo. Pero entiendo tu miedo, incluso yo desconfiaría en las personas en tu situación.
Así que seré muy sincera.
Hernán y yo somos como aliados.
—¿Aliados? –se mostró confundido.
—Nos ayudamos cuando lo requerimos y vivimos juntos para congeniar con nosotros mismos.
Siendo tú su hermano, nos vamos apoyar mutuamente. Y te aseguro que te darás cuenta que no tengo malas intenciones.
Me he dado cuenta que eres muy perceptivo, así que confía en tu propia intuición.
Incluso si te digo: "No tengo malas intenciones", ¿me creerías?
¿No es mejor que tú lo veas por ti mismo?
Tardó unos segundos en responder, pero terminó por afirmar con la cabeza.
—...
Entonces, tomaré tu palabra. –Alzó su mirada.—Sé que es tarde. Pero mi nombre es Emilio, gusto en conocerte.
Con una sonrisa, Julia también respondió.
—Soy Julia, gusto en conocerte.
Emilio. Eres muy sincero y honesto, me agrada conocer niños como tú.
Emilio se notó nervioso.
—Es la primera vez que me lo dicen...
—Créeme, cuando doy halagos ¡También soy muy sincera!
Sonriendo él brevemente, fue gesto que hizo dar a entender a Julia que iba por buen camino.
Yéndose con una carga menos de consciencia. Julia suspiró largo mientras se dirigía a su cuarto.
Que sorpresa, por lo menos sé que no me odia. Es un alivio, un gran alivio. Es un niño muy despierto y maduro a su corta edad. Aunque probablemente seré vigilado...
Notando a Hernán estar afuera y recostado en una de las columnas del cuarto. Julia casi se espanta al no esperar que estuviera ahí esperándola.
—¿Qué haces aquí?
—Solo veía que eres realmente buena en tratar con los niños.
Te dije que él solo era un poco tímido al principio. Aunque también es directo y desconfiado.
Pero te tomó confianza bastante rápido.
—Me lo hubieras explicado desde un principio... Pensé que me odiaba. –lo miró de forma intensa.
—Si así hubiera sido, yo personalmente le hubiera explicado las mil razones, por la que tendría una futura buena cuñada.
—Que conveniente... –mencionó en sarcasmo. —¿Te quedarás todo la noche aquí? Entra, entra. –lo empujó.
Hernán rio un poco, notando que no quería que viera su reacción. Por lo que solo le siguió la corriente.
—Como digas...
Nota de Aru:
Regresé, por ahora.
Como verán estoy sacando lento los capítulos, porque en mi vida personal, mi tiempo ahora es bastante limitado. Así que comprenderán... 😔👍
Igual saben que no voy abandonar nada.😂
Gracias por seguir leyendo ASJ💖
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