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-T3- Capítulo 63 ¿Un rescate exitoso?


🍁 Capítulo 63 «¿Un rescate exitoso?»

En una llegada estrepitosa. Maicol y Meri descendieron de la moto con rapidez, dándose cuenta que no solo eran ellos los que se encontraban en ese lugar. De inmediato, Maicol se acercó al hombre mayor.

—¿Cómo está la situación?

—Hay muchos policías alrededor, ocultos en su mayoría.
Parece que algo grande está sucediendo aquí. Y no creo que sea debido a tu hermana. Nosotros también llegamos aquí hace pocos minutos.
Entraremos a la fuerza, no tenemos opción, según el rastreador ella está abajo de ese edificio.

Meri no se contuvo en preguntar con mucha ansiedad a Maicol

—¿Por qué hay tantos policías? ¿Este no es el lugar en donde Julia trabajó? ¿Sabes algo Maicol?

—Incluso si lo sé, solo perderemos el tiempo explicándote.

—¡Entonces solo debemos ingresar!

Maicol suspiró.

—Están dando con su ubicación exacta. Tenemos que esperar unos segundos.

Meri de inmediato dirigió su mirada hacia los integrantes de vigilancia que contrató él.

—¿Quiénes se suponen que son ellos?

—Lo que cuidaban a Julia.

—¿Qué?

—Los contraté para que Julia no fuera dañada de alguna forma.

El rostro de Meri abarcó la expresión de «¿Me estás jodiendo?»

Meri tomó aire, antes de tomar el impulso de gritar.

—¡¿Quién fue el estúpido que dirigió esto?!

Incluso Maicol recordó viejos tiempos al ver a Meri muy enojada. El mayor solo la miró de forma nerviosa.

—Meri cálmate, yo ya solucionaré su incompetencia.

—¡Mi hermana está aquí porque no hicieron algo tan simple!

—No creas que no quiero golpearlos.

El jefe de vigilancia solo miraba la escena con un rostro de temor al ver la expresión enojada de dos hermanos.

De repente, unos de los policías mencionó algo en voz alta. Que alertó a todos.

—¿Qué vayamos al sótano tres?

El mayor de inmediato se acercó al policía.

—¿Qué pasó? Nosotros tenemos un rescate pendiente justo hacia esa zona.

—Dicen que hay una mujer secuestrada en el sótano tres. Debemos rescatarla ahora mismo.–Se dirigió hacia los demás policías.—Un grupo irá al piso nueve. Y el otro al sótano tres.

El policía sintió cierta desconfianza en su repentino cuestionamiento.
Por lo que Maicol intercedió de inmediato.

—Yo soy el hermano menor de esa mujer, nosotros estamos aquí para rescatarla ¿Entonces también entrarán a la fuerza?
Vayamos juntos.

Viéndolo con detenimiento, el policía notó una verdadera preocupación en su mirada.

—Incluso si hay guardias. Este es un delito de secuestro y hay una orden de captura. Debemos usar la fuerza.

El mayor habló.

—Entonces será más sencillo de ingresar si vamos juntos.
Nosotros sabemos su ubicación exacta. Iré yo con un grupo de ustedes.

Meri se apresuró en acercarse a ellos.

—¡Yo también iré!

Maicol al notar el rostro confundido del policía y el jefe mayor. Intercedió por ella.
Aunque no quería decirlo en realidad.

—Déjala ir, nosotros somos sus hermanos.

—Pero puede ser peligroso.–Replicó el policía.

Meri habló en voz alta al escucharlo.

—¡No me importa!, no me iré de aquí hasta verla sana y sin peligro.–Señaló con su dedo  al aturdido policía.

Maicol dio un paso atrás y tocó el hombro derecho del jefe mayor. Con un rostro de amenaza, susurró en su oído.

—Protégela en el camino, esta vez no seas imprudente. Si hay mucho peligro, sácala de inmediato.

—Sí.–Tragó saliva.

Como si fuera la nueva jefa de vigilancia, fue Meri quien se adelantó e indicó que avanzaran de una vez a todo el grupo que iría al rescate de Julia. Maicol no tuvo opción de también ser precavido con ella. Aunque de igual forma que ella, estaba ansioso por el estado en que se encontraba su hermana mayor.

(***)

El rostro de hombre joven mostraba satisfacción con el estado de Julia y el rostro estupefacto de Hernán.
En ese momento, la voz de aquel sonó aún más confiada.

—¿Y qué harás ahora?
¿Vas a seguir viendo como es golpeada mientras tardan en llegar aquí por su rescate? ¿Qué querías mostrarme?

La mano izquierda de Julia fue quien recibió el mayor impacto, por lo que sintió un pequeño hincón en esa parte, mientras veía como se volvía morado, sin embargo no le dolía tanto debido a que aún estaba entumecido.

En la pantalla de la laptop, Julia notó de reojo ver a Hernán frustrado y gritando para que se detenga.
Ella recordó que él iba a ejecutar algo frente a los ojos del CEO y ahora esto estaba siendo frustrado por culpa suya.
Estaba en un punto donde su bienestar era su prioridad, pero Julia odiaba ser una carga.

Cuando notó que aquel hombre mostró molestia por los gritos de Hernán, el volteó y se acercó a la pantalla por un momento al ver a Julia sin posibilidad de levantarse.
Pero ella en ese momento no estaba tirada esperando ser golpeada, solo quería una pequeña distracción a pesar del dolor interno que sentía en su cuerpo.
Y ya se estaba dando la oportunidad.

Estás molestando mis oídos, parece que tu ayuda es demasiada lenta.

Hernán mostró una ligera sorpresa detrás de él y se apresuró a distraerlo más.

—¿Ves lo que tengo en mis manos?–Le mostró un USB.

—¿Qué? No me importa ver tus manos, ni mi importa que mi jefe esté tumbado en el piso. Solo acabaré rápido esta simple tarea.

Aún siendo retenido por Vradli, Cairo alzó medio cuerpo hacia dirección de la pantalla.

—Idiota ¿Crees realmente que te irás sin mi?

El hombre joven se acercó aún más a la cámara de la pantalla, dando un gesto satisfecho.

Ya recibí una parte del pago. No tengo nada que perder viejo.

Cairo se rio con sarcasmo.

—Eres un perro traicionero. Aunque, ya me encargaré de ti.
No eres tan inteligente como pensé...

—¡¿Usted cree que me conoce?!

Cairo sonrió un poco.

—Quién sabe. Pero de lo que estoy seguro, es que no me iré sin ti.

—En tus sueños.–Respondió en forma de burla.

Hernán se acercó a la pantalla y lo miró fijamente.

—Es una confianza estúpida.

—¿Crees que estás en una situación en que puedas cuestionarme?

—¿Aún si sabes que estás acabado?

—Soy rápido escapándome.
Así que si me disculpas.–Apretó el bate que sostenía con la intención de seguir golpeando a Julia.

Tan solo fue un movimiento rápido, antes que pudiera girar un músculo de su cuello. Pero en cuestión de segundos, algo realmente duro había estrellado contra su cabeza, hasta tal punto de dejarlo inconsciente en el piso.

Con el rostro agitado, Julia había podido levantarse y alzar aquella silla de metal. Al lograr desatar su mano con la ayuda de sus dientes. Fue un acto hecho por la adrenalina del momento, por lo que en su interior solo gritó: «¡Loco bastardo!» antes de caer de rodillas al aún estar atados sus pies.

Es demasiado evidente que no sólo Hernán y Vradli estaban conmocionados, incluído el mismo CEO que estaba siendo inmovilizado

Recuperando un poco el aliento, Julia alzó su rostro enojada y gritó hacia el hombre desmayado.

—¿Acaso no tomaste clases de no confiar en la apariencia de tu víctima? ¡Maldito imbécil!
¡¿Quieres que te quiebre tus extremidades?! ¡Solo espera a que me pueda mover!

Se podría de decir, que en ese momento Julia estaba realmente furiosa. Que no se contuvo en revelar viejos carácteres agresivos, que no salían a la luz hace mucho tiempo.

De inmediato, su rostro se dirigió hacia la pantalla.

—Hernán ¡Lo que sea que ibas hacer, hazlo ahora! Ya estoy fuera de peligro, te lo aseguro.

En ese momento Hernán no sabía si estar aliviado o aún preocupado por el estado en que estaba Julia, pero de alguna forma la manera tan decidida en la que dijo aquello, fue motivo para seguir adelante su plan.

Cairo mencionó aún conmocionado.

—Que joyita de mujer te conseguiste...

Hernán insertó el USB en su laptop y de manera fría ordenó de forma interna.

—Reprodúcelo en todo el edificio.
Ya sabes qué hacer.

El resumen del vídeo reproducido, era el momento exacto cuando el padre de Hernán es extorsionado por Cairo, para entregarle la mayor parte de las acciones a cambio de no dañar a su familia.

Antes de que él quedara en estado de coma, por una lesión traumática en la cabeza provocada por orden de Cairo. Aquel video fue escondido en un lugar secreto. Un lugar que no pudo decirlo hasta él despertó del coma.

Esta vez Cairo mostró seriedad total, esperó de todo, menos esa evidencia.

—¿De dónde? ¡Eso es imposible!, nunca hubo una cámara de...

—Mi padre cometió el gran error de creerte y luego dejarse ser manipulado y engañado por ti. Pero, también es un hombre algo precavido.

Vradli lo sostuvo más fuerte al ver su intención de levantarse.

—Debo suponer que desde el principio impedirías que este video sea divulgado y restringido en su mayoría de contenido, con la ayuda de los pocos contactos que te quedan. Pero en este momento, todos tus conocidos y empleadores lo están viendo.–Lo vio a los ojos directamente.—
No volverás a salir limpio de esto

—Creo que ya entiendo quién consiguió esa grabación.–Cairo vio de reojo a Vradli, aunque él mantuvo un perfil bajo como empleador de esa corporación. No hubo ni una sospecha sobre él. Fue un trabajo limpio.

—Hurgar en lugares restringidos no es fácil. Debo suponer que obtendré una gran recompensa.

Vradli dirigió su mirada hacia Hernán.

—Supones bien, ahora solo sigue agarrándolo. Tengo ir a un lugar primero.–Vradli apretó más las manos de Cairo, asintiendo con su cabeza.—Ah, también obtuvimos información de flujos financieros ilícitos. Ay muchas cosas en tu contra. No pienses que tienes salida.

Un chasquido de boca sonó en el enojado hombre.

—¡Eres un bastardo!

—No tanto como usted. Nos vemos en el juicio.–Dijo esto último antes de salir corriendo.

(***)

Habiendo logrado haber desatado también sus pies, la mano izquierda de Julia comenzó a dolerle aún más. Junto al dolor abdominal intenso que sentía.
Era un verdadero infierno estar moviéndose en esa situación.
Por lo que de estar fuera de peligro, en realidad no era completamente verdad.

Los primeros en llegar al lugar fue el equipo de vigilancia, quienes con ayuda de las herramientas de los policías, pudieron abrir la puerta cerrada desde dentro.

La impresión de ver a Julia con el rostro sudoroso y con la expresión de dolor. Meri de inmediato se arrodilló hacia ella con mil preguntas para saber su estado.
Justo cuando aquel hombre joven reaccionaba del golpe.
La reacción violenta de Maicol fue inmediata, antes de que incluso los policías pudieran esposarlo.
Agarró al perpetrador con rabia de su cuello, al aún encontrarse en el suelo.

—¡Bastardo! ¡Te encerraré de por vida! ¡No, mejor será matarte!

En ese momento, en medio de la multitud. Fue Hernán quien pudo llegar a la escena justo a tiempo.

Vio primera a Julia ser sostenida por Meri al verse débil. Y notar su mano estar hinchada e inflamada por el golpe.
Por lo que primero se acercó hacia el hombre que le había provocado aquello.
Aprovechó que estaba siendo detenido por Maicol, para en un descuido su mano derecha fuera aplastado con tal fuerza por su pie derecho, que era posible que tuviera unos cuantos huesos rotos. Su grito fue tan desalentador que incluso Maicol lo dejó de ahorcar.

—Bastardos como tú no merecen tener manos ¡Sáquenlo de aquí!

La orden de Hernán fue escuchada sin reclamos.

De inmediato, aquel hombre fue sacado por la policía en medio de sus gritos. Mientras Hernán volteó y acercó, para ver la condición de Julia.

Era demasiada la diferencia de la salud de Julia de hace unos minutos, con la de ahora al tener un rostro pálido.
De hecho lo que más le dolía no era su mano, sino vientre.
Al notar la presencia de Hernán, Julia de inmediato dirigió su mirada hacia él, hablando en voz baja.

—Lo siento, fui muy imprudente.
Ni siquiera pude decírtelo...

Antes de que Hernán pudiera decirle algo, Julia había perdido la consciencia en ese momento.
Meri entró en shock al ver la razón de su desmayo.

—Ella está sangrando, ¡su pantalón está teniéndose de rojo!

Maicol se acercó de inmediato, ante la mirada desorientada de Hernán.

—¡Hermana Julia! Rápido, debemos llevarla al hospital.

—¿Por qué ella...?

Aún estando enojada con Hernán, en medio de sus sollozos. Meri le gritó de forma directa.

—¡Está perdiendo sangre porque está en peligro de aborto! ¡Llévala al hospital ahora mismo!

De forma cuidadosa, de inmediato Hernán cargó a Julia sobre sus brazos y recostó su cabeza en su pecho.
Saliendo de inmediato del lugar.
Todo este tiempo Julia había estado aguantando un dolor insoportable en su vientre. Pero para Hernán, quien se había quedado su cabeza en blanco en ese momento. Ni siquiera podía asimilar bien lo que había escuchado de la boca de Meri.

Era como si antes de que hubiera recibido algo grato, le hubieran arrebatado aquello sin poder disfrutarlo.

Nota de Aru.

No fue fácil, pero por fin logré terminar este capítulo largo.

Es un capítulo un poco emocional, pero créanme que habrá muchos más como este

Gracias por seguir esta historia, que ya llegó a sus 18k❤

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