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-T3- Capítulo 52 Alcohol, ¿y más alcohol?

🍁 Capítulo 52 «Alcohol, ¿y más alcohol?»

Todos estaban juntos sentados en el piso del restaurante, entre los cinco habían formado un círculo, con una botella vacía al medio y en una de las mesas arrumadas a un lado, con las bebidas preparadas.

En una de las esquinas del restaurante, el reloj de la pared ya daba las 8:30pm.
Situación que a Julia le ponía en alerta.

—La botella borracha, esto me recuerda tanto a mi juventud.–Expresó Fátima nostálgica.
—Bien, ¿quién da vuelta a la botella primero?

—Yo comienzo.–Maicol agarró la botella vacía y la hizo girar de manera rápida.

La tapa roja estaba destinada ser a quien le toque el reto. Indicado por el extremo contrario. De lo contrario el castigo sería un vaso pequeño con alcohol, excepto Sara quien tomaría solo el de bajo alcohol. Cuando la botella dejó de girar, la tapa roja se detuvo frente a Maicol y al otro extremo, frente a Hernán. La sonrisa de lado se notó en el rostro de él.

—No me culpes, yo no giré la botella.–Expresó Hernán relajado.

—Solo dime tú reto.–Habló frustrado.

—Seré suave contigo.–Suspiró y lo miró a los ojos.—Dale un beso en el cachete a Sara.

Los ojos de Sara se exaltaron por el asombro al igual que Maicol.

—Un pequeño beso, ¿es demasiado?

Dándole justo en el orgullo, Maicol se volteó a su izquierda en donde estaba Sara sentada.

—¡Es fácil!

El rostro de Sara estaba roja del nerviosismo, que solo cerró sus ojos con fuerza. Maicol al notar su reacción, sintió culpa como si estuviera haciéndole algo. Por lo que retrocedió de inmediato con frustración.

—Está bien, tomaré como castigo.

Maicol, ¡Sara estaba nerviosa, pero estaba dispuesta a recibir el beso! Niño tonto...

Hernán solo lo miró con una sonrisa sarcástica, «Todavía es un poco inocente...»

Sara suspiró hondo y relajó su rostro tocando su cachetes con su mano fría.

Al tomar una vaso del licor preparado, Maicol regresó de inmediato a su lugar. Para su suerte, él también era resistente al alcohol, pero no tanto como Hernán.

—Ahora le toca a Sara.–Habló Maicol sin titubear.

Tomando la botella, ella lo giró de forma suave, dando como resultado algo que hizo que Maicol tome la revancha, la tapa roja estaba indicando esta vez a Hernán.

—Bien, esto también será fácil para ti Hernán.–Lo señaló.—Dile «te odio» a Julia diez veces.

¿Eh? Eso no es tan difícil...

Hernán se levantó de su lugar de inmediato y tomó el vaso de licor de un sorbo. Volviéndose a sentar con una sonrisa. El rostro de Julia era un poema.

—No puedo pronunciar eso ni en mi cabeza. Pero si es lo contrario, ¿debería intentarlo?–Lo miró con determinación.

—¡No!–Contestó de inmediato frustrado, aún habiendo ganado.

¡Ni te atrevas!

—Están tan animados, me encanta este juego.–Sonrió Fátima satisfecha.—Bien, ahora es mi turno.

La botella giró rápido, apuntando la tapa roja hacia Julia esta vez, Cuando Julia miró frente suyo, sintió algo de temor al ver que quien le daría el reto sería Fátima.

—¡Qué suerte! Bien, ¿qué debería pedir?

Tengo miedo...

—Lo tengo, ya que esta es una despedida, ¿puedo pedir que le dieras un pequeño beso en la boca a Hernán?–La miró con entusiasmo.

—¿Tía?–La cabeza de Sara volteó con sorpresa hacia ella.

—¡¿Eh?!—Hablaron en unísono Julia y Maicol.

—Por mi no hay problema.–Habló con seriedad Hernán.

—¡No decidas por mi!

—¿Acaso es tu primer beso?–Hernán señaló su propia boca.

—¡Sabes que eso es absurdo, incluso tú...!–Lo señaló dándose cuenta poco después de sus palabras, había expuesto algo que estaba ocultando. Las reacciones de todos fueron diferentes, pero todos mostraron sorpresa a la vez.—Es decir...–Su rostro palideció.

Maicol apretó sus manos enojado, dándose cuenta de lo que estaba pasando.

—¡Tu idiota!, ¡¿qué le hiciste a Julia?!–Se paró de su lugar enojado.

—Siéntate Maicol.–Julia frenó a Maicol que fuera en contra de Hernán.—No somos niños, ¡yo sé defenderme!

Después de unos minutos de alboroto, finalmente todos volvieron a estar en calma. Y dado que fue para Julia hacer posible el reto, con mucha pena Hernán tomó un vaso de licor por ella.

—Yo tuve la culpa...–Suspiró Fátima apenada.—No quise que las cosas se tornaran así.

—¡Está bien! Después de todo así es el juego original.–Julia dio una expresión incómoda.—Pero, esto está más de mis posibilidades...

—Está bien Julia, pero igual me quedo satisfecha por lo que oí.–Suspiró relajada.

Fátima se recupera muy rápido...

Después de diez juegos más, por alguna razón, tanto Hernán y Maicol terminaron tomando cinco vasos cada uno por no cumplir los retos se que se hacían.

—¡Yo quiero que tú te alejes de Julia...!

Con el rostro sonrojado, la apariencia de Maicol daba entender que el alcohol ya le había hecho efecto.

—Creo que mejor paramos aquí.–Expresó Fátima preocupada.—¿Hernán tu estás bien?

—Sí.–Sonrió relajado.

—Si toma más alcohol será malo para Maicol ¿Puedes pararte?–Julia se acercó a Maicol para levantarlo del piso.

—¡Hermana, estoy bien! Yo..., estoy perfectamente bien.–Habló con una sonrisa extraña.

—¡No lo estás! Traeré agua de la cocina. Por favor sostenlo Sara.

—¡Sí! Por supuesto.–Lo tomó del brazo.

De inmediato Julia corrió hacia la cocina viendo una botella con agua y al lado un vaso con agua.
Cogió el vaso para llevarle, pero al tener ella también sed, se lo tomó de un sorbo primero. Cuando ya medio vaso había sido tomado, de inmediato escupió una pequeña porción de ella.

—¡Esto no es agua!

Fátima al oír un sonido extraño de la cocina, fue de inmediato a ver. Encontrando a Julia con la mano en la boca.

—¡¿Julia?! ¿Pasa algo?

—Esto...–Señaló el vaso temblando.

—¿Eso?–Fátima se dio cuenta de inmediato de lo sucedido.—Eso lo dejó Maicol ya que sobró de la mezcla que hizo, eso es vodka puro...

Julia antes de poder responder algo, sintió que su cuerpo sentirse extraño. De inmediato se agachó al piso.

—Oh por Dios, Julia querida.–Fátima de inmediato pidió apoyo de inmediato.
—¡Hernán!

Cuando a penas el oyó su nombre, Hernán intuyó de inmediato que algo realmente grave había pasado.

—¿Qué le pasó?

Detrás de Fátima, el rostro sorprendido de Hernán se hizo notar, mientras Julia se encontraba de rodillas con el rostro aún sonrojado.
Decir que Julia no toleraba el alcohol era poco, menos el alcohol puro. El comportamiento de Julia se volvía totalmente opuesta a lo que es, una vez sucedía ¿Cómo él lo sabía?
Cuando aún Carla era su amiga, una de las muchas cosas que le contó, fue precisamente esa parte de Julia, como Julio.

—Bebió el vodka que sobró.
Y ahora está sentada así. Se puso muy mal repentinamente.–Trató de explicar Fátima.

Maicol también apareció en la escena con el alcohol aún subido en su cabeza. Sara no pudo detenerlo por mucho tiempo.

—¡Hermana! ¿Qué estás haciendo sentada?

—Espera Maicol...–El rostro de sorpresa también se notó en Sara.— ¡¿Julia?! ¿Qué le pasó a Julia, tía?

—Se emborrachó con vodka...

—Parece que aún no pasa nada, será mejor que se alejen todos.– Hernán movió ligeramente el hombro de Julia. Mientras Fátima y Sara no comprendieron bien lo que trató de decir Hernán.—¿Julia?

—¡Deja de tocar a mi hermana! ¡Tu idiota!–Maicol lo alejó a un lado con toda la fuerza posible en un descuido de Hernán.

—Hace mucho tiempo que me preguntaba, ¿porqué Maicol le dice hermana a Julia?–Miró Fátima la escena con preocupación.

—Larga historia, tía.–Contestó Sara nerviosa.

Cuando Julia se paró repentinamente de su sitio, con una expresión muy extraña en su rostro. Se comenzó a reír de la nada.

—¡Tu mocoso!–Sus manos abrazaron el cuerpo de Maicol sin medir fuerza alguna.—¡Mira cuánto has crecido! ¿No vas abrazar a tu hermana?

—Ya no soy un mocoso, soy un adulto.

—¿Porqué te estás alejando? ¿Eh?

Hernán sabía perfectamente que el alcohol ya le había hecho efecto, por el comportamiento extremadamente amoroso y fuera de lo normal que ya era visible.

Con el rostro aún sorprendido, Hernán pensó con demasiada seriedad. «¿No me digas que por esto lo emborrachabas, Carla?»

—Julia.–Hernán la llamó tratando de llamar su atención.

Julia movió medio cuerpo hacia afuera y vio detenidamente a Hernán, como si lo estuviera analizando. Hasta que por fin se apartó de Maicol.

—Tú... ¿Sigues tan alto? ¿Ah?– De un tropezón por un mal movimiento, con las justas Hernán la atrapó de la cintura.—Tú eres demasiado atrevido.–El rostro de él fue apretado con ambas manos de Julia.—A mi robaste un beso. Todo en esta vida se devuelve.

Antes que Hernán pudiera decirle algo, ante la vista de todos esta vez fue Julia quien besó a Hernán fuera de todo pronóstico. Aprovechando la posición erguida en que se encontraba Hernán.

Tal vez a Hernán le encantaba ver sus muecas de enojo cada vez que la fastidiaba. Pero, que por sí misma se haya atrevido a besarlo nuevamente, estaba fuera de sus posibilidades y por supuesto que eso a Hernán, no le molestaba en lo absoluto.

—¡Por fin te gané!–Lo señaló separándose de él, para luego voltearse a los demás.—¿Quién más quiere un beso?

Dándose cuenta que él no sería la única víctima, Hernán la agarró por la cintura nuevamente.

—Detente Julia.

Después de ver aquella escena y estar dos rostros femeninas emocionadas por lo sucedido, pareciera que a Maicol se le pasó un poco la borrachera luego de casi caerse la mandíbula por la impresión de ver a su "hermana" besar un hombre.

—¡Te voy a matar!

De inmediato tanto Fátima como Sara lo tomaron del brazo, cada una de ambos lados.

—Bueno creo que nosotras llevaremos a Maicol con sus padres, tenemos su número telefónico. Parece que la fiesta de despedida terminó muy animada. Cuida a Julia ¿Sí?
¡Los contactaré después! Saben que pueden regresar cuando quieran.–Tanto tía como sobrina, se apresuraron a salir en conseguir un taxi casi arrastrando a Maicol.

Julia de inmediato señaló hacia la puerta con los ojos achinados.

—¿A dónde se van? ¿La fiesta ya terminó? ¡Tengo mucho amor para dar!

Hernán sosteniendo aún su cuerpo, la volteó hacia él.

—¿Julia, recuerdas quién soy?

Julia lo miró fijamente riéndose.

—Poste de luz.

—Por lo menos me reconoces...–Suspiró.—Solo tú puedes ser lo suficientemente descuidada para terminar así. Tengo que llevarte a tu casa.

—No quiero.

—¿Dormirás aquí?

—¿Me llevarás cargando?–Trató de burlarse de él.

—Si eso deseas.

Sin decir mucho y cargando a Julia entre sus brazos, la sacó fuera de la cafetería, cerrando el negocio con la llave que dejó la dueña. No podía descuidarse por mucho tiempo, sin que Julia no tropezara cada cinco segundos.
Su primera misión, era llevar a salvo a Julia a su propio departamento.

Nota de Aru:

No iba subir nada hoy porque no lo había terminado, pero lo terminé. Aprecien mi esfuerzo en época de crisis ;v;(?

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