-T3- Capítulo 51 ¡Que inicie la fiesta!
🍁 Capítulo 51 «¡Que inicie la fiesta!»
Muy temprano en la mañana, Julio había citado a Maicol a una reunión muy importante. Tan importante que a Mai le daba miedo recibir un sermón más de su hermano.
Ya sentado frente al uno del otro, Julio habló con un semblante serio.
—Maicol, tenemos que hablar seriamente.
—¿Hermano?–Lo miró nervioso.—Ya hablamos seriamente una vez y no fue una bonita experiencia....
—Es sobre Sara.
—¿Sara?–Mostró sorpresa.
—Sí, Mai, ¿qué opinas de Sara?
—¿Qué? Me estás asustando hermano.
—Te haré tres preguntas clave.–Alzó tres dedos.
—Está bien.–Asintió preocupado, casi sudando.
—¿Te gusta la personalidad de Sara?
Con la primera pregunta, Maicol movió su cuerpo intranquilo.
—Es agradable. Es una buena amiga.
—¿Crees que es bonita?
—Aunque no se arregle y es sencilla. Tiene su encanto.–Sonrió.
—Entonces, ¿eres idiota? ¿Tratas de imitarme?
La expresión de Maicol, quedó congelada en una sonrisa.
—¿Eh?
—¡A Sara le gustas pequeño tonto!
—Ah...¿Sí?
—Si dices que no lo notaste, te golpearé.
—¡Un momento hermano mayor!
Bueno, yo si vi sus intenciones. Pero me agrada como una amiga.
Es una mujer muy tierna.
—Y te fijaste en alguien que te rechazaba y es mayor que tú. No pensé que tuvieras fetiches tan especiales.
—Sí..., es decir, ¡no es como si quisiera rechazarla! Y no sabía que eras tú, ¡no quiero recordarlo!–Mencionó nervioso
—No te estoy diciendo que la rechaces, sólo toma en cuenta sus sentimientos. Creo que si la conoces más, no te arrepentirás de haberme hecho caso.
Moviendo su rostro intranquilo, asintió rendido.
—Está bien hermano.
—Ya que no estaré en la cafetería, ahora más que nunca necesitarán de tu ayuda. Por lo menos hasta que los nuevos empleados se adapten al sistema de trabajo. Sara también es bastante eficiente, pero necesita de tu ayuda.
—Hermano, te lo juro que cumpliré mi palabra.—Alzó su mano derecha.
Querida Sara, hasta aquí he hecho todo lo que podía. Si este tonto hermano mío te hace llorar, se la verá conmigo.
(***)
El último día llegó, a las 6:00 pm, Julia había llegado a la hora acordada para juntarse todo el equipo un sábado. En ese momento Julia tenía un cúmulo de emociones dentro, no es hasta ese día, que no pensó que tan triste estaría en alejarse de la cafetería y de sus compañeros de trabajo.
—Ellos dos, ¿son los que contrató?–Indicó Julia con la mirada al ver salir a una pareja de jóvenes.
Fátima se acercó a Julia con un semblante animado.
—Ambos son una pareja muy eficiente, están más que emocionados por trabajar conmigo. Julia, gracias por todo. Todos estaremos bien. Gracias a ti y Hernán, estoy orgullosa de ustedes.
—No hay porque agradecer. Si no existiera está cafetería, no sé qué hubiera sido de mi meses atrás.–Rio nerviosa.
—Julia querida, con que nos visites algún día estaré encantada.
Esta última frase, alteró su yo interno.
¡Será imposible ir personalmente!
—Dueña, yo tengo su número telefónico. Ya que iré lejos, prometo contactarla seguido.–Sonrió tensa.
—Oh, cierto. Entonces será así.–Agitó la mano derecha de Julia con una gran sonrisa.
Con el sonido de la puerta abrirse y cerrarse, Julia y Fátima voltearon detrás suyo de inmediato.
—Buenas tardes, tía traje los bocadillos y más aperitivos.–Habló Sara con un semblante feliz.
Detrás de ella, Maicol alzó los brazos con los demás productos dentro de una bolsa blanca.
—También traigo la cena y los tragos que después prepararé.
Sara estaba notablemente nerviosa, ya que ellos dos habían ido a comprar aquellos productos juntos. La expresión de Fátima, también hacia intuir que le agradaba esa situación.
Después de todo, fue ella quien lo hizo posible.
Así que este hermano me hizo caso... Sara debe estar muy nerviosa, pero hice bien en decirle que sea más consciente de ella.
—Gracias Maicol y Sara. Volvieron rápido.–La dueña tomó una de las bolsas que cargaba Sara.
—Yo también ayudaré.
—No te preocupes Julia, los invitados de la fiesta no hacen nada.–Intervino Fátima con buen ánimo, ayudando a llevar los productos a la cocina.
Otra vez la puerta principal fue abierta, dando la bienvenida al último invitado esencial.
—Perdón la tardanza. Hubo un pequeño incidente.
Maicol lo miró de reojo a Hernán y murmuró sin mirarlo.
—Por poco y me olvido de ti...
—Lo mejor llega último ¿No es así Julia?–Volteó hacia ella.
¿Yo qué?
—No te diré nada, ya que es la última vez que te veré. ¿No es así Julia?–Maicol dio una mueca incómoda.
—Eso es una pena.–Rio Hernán de forma sarcástica.
¿Por qué me incluyen a mi en sus peleas?
Dando un suspiro, Julia palmeó su espalda.
—Hernán, si que te tardaste, y yo que creí que sería la única persona invitada en llegar tarde.–Cruzó sus brazos.
—Es el último día, tenemos que disfrutarlo hasta muy tarde.
Es una fiesta de adultos.
—Umm, recuerda que hay una menor de edad.–Suspiró.
Fátima al escuchar esto, intervino.
—No hay problema, obtuve el permiso de los padres de Sara por esta especial ocasión.
—¿Lo ves Julia?–Sonrió relajado.
—¿Acaso me extrañaste?
¡Estoy preocupado porque tengo el tiempo limitado! ¿Estar hasta tarde? ¡Aún hay una persona que no sabe mi secreto! ¿Imagínate la impresión que puede darle a Fátima a su edad?
Como si fuera de forma telepática. Julia trató de expresar sus pensamientos internos con una mirada intensa hacia él. A pesar de que Hernán si logró comprenderla en parte. No pudo evitar aprovechar el momento.
—Ya que es el último día, estaré a tu lado todo el tiempo.–Palmeó su cabeza satisfecho y con una gran sonrisa.
—¡¿Eh?!
¡No es eso!
A pesar de estar en la cocina, la mirada enojada de Maicol, alertaba a Hernán desde lejos que no la molestara.
Pero, esto poco le importó a Hernán. Ignorándolo de inmediato.
Luego de que los minutos pasaron entre charlas pasajeras y historias raras y enigmáticas de Fátima, la cena fue calentada a las 8:00pm.
—Oh. Una pierna de pollo quedó.–Maicol tomó con su tenedor la última presa que se encontraba en la bandeja, al voltear su mirada, notó que la cantidad de comida en el plato de Sara era mínima y vio ella con algo de pena como la presa de pollo fue tomada. Con algo de culpa, Maicol paralizó su mano y dejó la presa en plato de ella.
—No has comido mucho, yo estoy lleno.
Sara miró sorprendida su accionar y solo agradeció gentilmente asintiendo con su cabeza con una sonrisa.
Este niño es considerado, es agradable ver a Sara feliz.
Cuando Julia miró su plato, notó una presa desconocida más en ella. Al voltear al lado suyo, miró la sonrisa de Hernán de satisfacción.
La expresión de Julia fue de desconcierto total.
¿Acaba de imitar la acción de Maicol?
—¿Qué estás haciendo?
—No tienes mucha comida en el plato.
Julia suspiró.
—¿Sabes que no es agradable recibir una presa que estuvo en un plato ajeno?
—Está intacta.
Te gusta la carne, ¿no? Te conozco.–Tomó un cuchillo pequeño y un tenedor, cortando una pequeña parte de la presa.
Acercó el tenedor a su boca, incrustado con la pequeña porción de carne para darle de comer.—Di, ah.
Ante la mirada de todos de sorpresa, las orejas de Julia se pusieron rojos de inmediato por la vergüenza.
La cara de desagrado de Maicol era evidente al ver la escena. En contraste de la expresión de Fátima de felicidad. Y la sonrisa de Sara.
¡Tiempo fuera, tiempo fuera!
—¡Bueno pasemos a la siguiente fase de la fiesta!– El cuerpo de Julia se levantó de su silla casi por impulso, con una sonrisa nerviosa. Viendo fijamente a Maicol que le siguió la corriente.
—¡Sí! Traje varias bebidas muy buenas. Y con diferente porcentaje de alcohol.
¿Bebidas?
¡No puedo beber algo fuerte!
Hernán intervino de inmediato.
—¿Jugamos algo? Ya que será beber, será más divertido si se convierte en algún tipo de castigo.–Comió el trozo de carne al ser rechazado.
—Yo...–Julia alzó la mano de inmediato.—Yo tomaré solo agua. No soy buena con el alcohol.
—Entonces yo beberé por Julia.–Habló Hernán alzando su mano con el codo aún en la mesa.
—¿Lo harás?–Volteó hacia él.
—¿Ya te olvidaste que resisto al alcohol?
Julia asintió con su cabeza.
Bueno, mientras no beba nada...
—También yo tomaré algo leve.–Sara alzó su mano de manera. tímida.
—Por supuesto, también traje bebidas muy leves en alcohol. Puedes tomar ese Julia.
¡No quiero arriesgarme Maicol!
—"Mai", ya mencioné que tomaré por ella.–Hernán lo miró a los ojos.
—¡No me llames así!–Ese apodo cercano, solo sonaba bien para Maicol si era Julia quien lo decía.
—¡Entonces!– Intervino Fátima, poniendo orden nuevamente.—Ya que será divertido, preparemos esas bebidas. Vamos Maicol.
Julia estaba segura que todo estaba marchando bien, no era una fiesta de despedida perfecta, pero pasar tiempo con ellos era más que suficiente y agradable por este último día. Pero tal vez, pidió demasiado.
Nota de Aru:
Bueno, tal vez pocos saben.
Pero estoy pasando por una situación familiar delicada, mi salud tampoco es buena los últimos días. Así que puede que demore en subir los capítulos. Ya que no he avanzado mucho, no he podido :(
Espero volver con más ánimos❤
Con cariño, Aru.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro