🍁 Capítulo 41 «El exlíder y...¿Un hombre?»

Estar parado en una esquina esperando el autobús, es una situación recurrente y normal para Julio. Pero estar esperando a un hombre, estando él en su cuerpo original. Y para finalizar, quien le dio la invitación llegue tarde. Era más frustrante para Julio, que quería patear el poste que tenía frente suyo imaginando que era Hernán.

¿Llega a las 8:00 am? ¡Son las 8:30! Ni crea que lo llamaré, prefiero irme de aquí... ¿Y si le pasó algo? ¡Por favor! Es Hernán, ¿qué le podría pasar?

—Media hora es demasiado... ¿Qué se cree? ¿una novia? ¡Ha!—Julio volteó para irse, su frente ya se notaba arrugada por la molestia y su boca sólo escupía maldiciones.

Cuando sólo dio un paso para irse, una mano sostuvo la suya frenándolo al instante en dar una paso más.
Julio volteó por instinto, poniéndose a la defensiva al instante. Pero su nervios calmaron al ver quién era, dándole a él un gesto desinteresado.

Hernán exclamó agitado.

—¡Realmente sigues aquí!

—¿Ah? ¿Hernán? Es tan difícil oír y ver. Debes ser un fantasma...–Julio mencionó con sarcasmo.

—Yo de verdad lo siento, fue algo urgente que tuve que hacer más temprano.

—Ah..., un segundo más y me hubiera ido ¿Qué amigo espera tanto a otro amigo? ¡Siéntete afortunado! Ni sé porqué te esperé tanto, tal vez fue mi mala costumbre de esperar a Car...–Tosió cambiando de tema.—¡Lo que sea! Vamos antes que me arrepienta.

Hernán sonrió satisfecho por su respuesta, que no se haya ido, ya era una verdadera muestra de amistad por parte de él.

—¡Definitivamente Julio es un gran amigo! ¡El mejor!–Palmeó su hombro con euforia.

—¡No grites eso! ¿No sabes qué es la vergüenza?–Julio vio fijamente su rostro alzando la mirada.—Incluso las medias ondas de tu cabello están tan desordenadas, que debes haber corrido demasiado rápido hacia aquí. Que apasionado...–Trató de burlarse de él.

—Lo hice, diez cuadras.–Alzó todos sus dedos.

—¡Y para qué existe los autos! Que pretencioso...

—El ahorro es bueno, sobre todo hoy que seré yo quien gastará.

—¿Ah? Lo dices como si te hubiera obligado, ¿ahora soy un aprovechado?

Hernán arregló sus palabras de inmediato.

—Nada de eso, por supuesto que no te estoy reclamando nada.

Julio cruzó los brazos y suspiró cansado.

—Bien, ¿entonces a dónde iremos?

Lo señaló.

—Al parque acuático. Es nuevo y muy grande. El mejor de esta ciudad.

A ese lugar van las parejas y las familias ¿Siquiera me ve como un hombre ahora? Bueno, no es cómo si hubiera tenido amigos cercanos antes... Seguro que me está tratando como un niño pequeño.
Pero, siempre quise ir a ese lugar cuando era pequeño. Y en cuanto en gustos somos algo parecidos. Agarró mi punto débil, además no puedo rechazarlo ahora. Por lo menos mi larga espera debe valer la pena.

—Está bien, es interesante. Nunca he ido a uno.

Hernán sonrió por la respuesta afirmativa.

Lejos de ellos, unos seis metros. Los tres amigos andaban de paseo por ser fin de semana. Sin embargo, justo frente suyo no pudieron evitar ver la destacable figura de Hernán. Vestía ropa casual oscura, pero aún así destacaba de las demás personas. Cerca de él y tan imperceptible a primera vista. Al parecer un hombre estaba junto a él, sus amigos vieron esto demasiado raro ¿Qué hace él con un hombre y no con una mujer un fin de semana? Ya que por la situación pareciera ambos estar en una cita ¡Era demasiado raro!

Anderson los miró achinando sus ojos.

—¿Hernán tenía un amigo tan cercano?

Caín imitó el gesto de Anderson.

—Es tan considerable la diferencia de tamaño...¿No será un familiar suyo?

—¿Qué hay de la pequeña hada de la cafetería?

Vradli lo miró de reojo.

—¿Ya le pusiste apodo?

Anderson respondió riendo.

—¿Porqué no?

—¡Volteó!–Caín vió fijamente la figura de Julio.—Sé que no tengo una excelente vista, ¿pero no se les hace conocido ese rostro?

—¿Eh? Un poco...Si es un hombre, realmente se ve muy joven. Incluso sus rasgos, no son tan masculinos...

Vradli murmuró.

—Al menos, que nuestro exlíder sea...

Caín replicó.

—¡No es posible!...¿No es así?

Anderson lo respaldó.

—¿No estaba interesado en la pequeña hada? Y ahora, ¿va por un hombre? ¡Es absurdo!

—Nunca le ha interesado los hombres ¡Fuimos cercanos a él! ¡Lo conocemos! ¿No es así, Anderson?

Acomodando Vradli sus rebeldes cabellos rojos, los señaló.

—¡Oigan!, no es como si lo conociéramos totalmente. Tantas cosas pueden pasar en tres años.

Anderson alzó la mano.

—Yo apuesto a que sólo es un amigo cercano. O tal vez un familiar suyo.

Caín lo siguió.

—Yo estoy con Anderson.

Vradli sonrió mirándolos.

—Entonces si pasa algo íntimo, yo ganaré la apuesta ¡Lo dos, me darán algo valioso!

Caín y Anderson respondieron interesados.

—¿Y qué estamos apostando?

—Yo apuesto a mi última adquisición de PlayStation. Le daré uno cada uno si ganan.

Anderson asintió.

—Oh, que fuerte... Entonces yo apuesto mi sueldo de este mes.
Sabes que Caín y yo trabajamos en el mismo lugar, por lo que sería doble sueldo.

Caín giró su mirada hacia él con pánico.

—Espera, ¿estás apostando mi sueldo también?

—¿Tienes algo más valioso que apostar?

—Claro que...–Trató de pensar en todas sus posesiones.—Maldición...

Vradli afirmó con la cabeza.

—¡Está hecho!–suspiró con alivio.—Es la primera vez que ambos están de acuerdo en algo. Por lo menos no los veré pelear por tonterías ¿Entonces lo seguimos?

Anderson señaló en donde Hernán y Julio estaban.

—¡Claro! Vamos, andando.

Caín murmuró.

—Si nos descubre, somos hombres muertos....

Vradli afirmó al lograr escucharlo.

—La vida es un riesgo...

Los tres amigos tomaron un taxi para seguir el autobús en donde viajaban Julio y Hernán. Al ver que su destino final era el gran acuario inaugurado hace pocos meses. Caín y Anderson sudaron frío al notar que su apuesta estaba peligrando.

Caín miró preocupado el lugar.

—¿Un acuario? ¿No es algo un poco infantil?

Anderson suspiró.

—Es bonito..., cuando era joven una vez fui con mi novia a un acuario parecido.–Su sonrisa se apagó de a poco.—Me cortó después de salir del acuario.

Vradli palmeó su hombro con pena.

Caín murmuró.

—Pero que buenos recuerdos...

Anderson miró de reojo a Caín y lo señaló con ahínco.

—¡Se supone que somos un equipo Caín!

—Estoy apostando mi sueldo, ¿tú crees que quiero perder?

Vradli se adelantó.

—Mejor caminen que ya lo perderemos.–Los miró de reojo.—Estoy ansioso por saber en qué terminará todo esto.

Los tres amigos guardaban una distancia considerable de ellos, incluso los antifaces de animales que tenía un vendedor a la entrada, compraron tres por precaución. Caín usó el del pulpo, Vradli del delfín y Anderson de un lobo marino.

Caín bajó un poco la cabeza, como si quisiera ocultarlo de las personas que lo veían.

—Nos vemos tan ridículos.

Anderson bufó.

—Eso no dirás cuando Hernán nos descubra.

Vradli asintió.

—Exacto.

Eran tres hombres solteros en un parque acuático, en donde por lo menos el lugar estaba conformado el 60 % por parejas y los demás, eran familias y estudiantes.

La misma sensación tenían Hernán y Julio, un aire de incomodidad recorrió en sus cuerpos, cuando repentinamente hubo un sepulcral silencio.

En ese momento, en la mente de Julio se cruzó las palabras de su hermana, ¿cómo podría revelar si era cierto o no?, sin pensarlo mucho y casi por impulso, trató de sacar el tema siendo directo.

—Hernán tú... Tienes...

—¿Qué?

—Agua.

Hernán sólo mostró una expresión perdida ante su repentino nerviosismo.

Dentro de Julio, él se maldecía a sí mismo.

Maldición soy un idiota... ¿Quería arruinar la visita tan rápido? ¡Ni siquiera a gastado casi nada! ¡Y no he disfrutado del lugar!

—¿Quieres una bebida?–Señaló con su cabeza.—Mas adelante hay una tienda, vamos.

—Sí...

Cuando Hernán se adelantó, Julio se palmeó la cabeza tres veces en forma de reclamo hacía él.

Los tres amigos sólo veían la escena algo confundidos.

—¿Qué le pasa a ese chico?...

Nota de Aru.

Los gestos que hace Juli@ cada vez que tiene una crisis de pánico o está enojad@ son bien épicos cuando me lo imagino, que su supiera dibujarlo daría más risa xD