Capítulo 21 ¿Es un amigo?
🍁Capítulo 21 «¿Es un amigo?»
La gente miraba con algo de asombro, como dos hombres comían carne como si nunca hubieran probado tal platillo en su vida.
—Señito, esta carne está muy deliciosa y además el precio es muy cómodo. No hay duda que es el mejor puesto del lugar.
Mientras Julio halagaba lo que comía, Hernán notaba la gran sonrisa que tenía tal como aquella vez en que lo vio en el restaurante. Realmente pareciera ser un niño que está feliz con su dulce favorito, si no fuera por que sabía cuál es su verdadera edad.
—Yo encantada de atender chicos tan guapos.–Los vio fijamente y dirigió su visión en Hernán.— Debe ser un buen hermano mayor para traer a su hermano pequeño. Veo que lo están disfrutando.
Julio al escuchar aquello casi se atraganta con el pedazo de carne que tenía en su boca. Hernán tan sólo se aguantaba la risa, aunque por dentro disfrutaba de la situación, así que no dudó en seguirle la corriente
—¿Verdad que soy un buen hermano?–Palmeó la espalda de Julio para que se calmara, por lo que este volteó enojado por la poca delicadeza.—Él quería venir aquí, así que yo sólo accedí a sus caprichos.
¡Tú fuiste el primero en querer venir aquí!
Bueno, tú te condenaste.
—Aja, como buen hermano, va a pagar la cuenta ¿No harás pagar todo esto a tu hermano pequeño?–Dio una pausa.—Hermano mayor.–Bordeó una sonrisa maliciosa.
A Hernán se le borró la sonrisa al oír aquello y miró con cierta preocupación su billetera «Sabes atacar pequeño gato astuto»
—Claro que sí, cóbrese por favor.
—Y uno para llevar.–Levantó la mano Julio imitando un comportamiento infantil
Hernán no pudo evitar expresar cierto enojo en su rostro, por lo que contrataco.
—Exacto, él probablemente comiendo mucho podrá algún día crecer como yo. Pero bueno, aún está en desarrollo.
— Oh, que simpático joven.–La mujer mayor tomó uno de los cachetes de Julio, jalándolo con fuerza.
Maldito poste de luz.
Por lo menos llevaré comida gratis, puedo soportarlo.
Luego de tal espectáculo, Julio miró con cierto odio al ver que Hernán no tenía intención de entregarle la bolsa de comida, lo sostenía arriba de su hombro con su brazo derecho hacia atrás.
—Es mi plata, es mi comida. Encima pagué el tuyo.
—Tú fuiste el que comenzó a seguirle la corriente a la señora.
—Y tú demostraste ser un buen actor.–Lo miró de reojo.—Tengo cierta curiosidad de saber porqué comes la carne con gran felicidad, como si nunca lo hubieses probado.
Tú también lo hacías...
—Para comenzar, Carla es vegetariana y convivía con ella. Ya imaginarás que hay cosas que estaban prohibidas.–Suspiró y apretó un poco los labios.—Y bueno, en el orfanato era muy difícil comer carne por caro que es. Así que le tomé mucho gusto a sus variedades de platillos que contenga carne, cuando pude comprarlo. Meri y yo somos del mismo orfanato.
—¿Orfanato? ¿Eres huérfano?
—¿Por qué crees que estuve en uno?– Suspiró por su pregunta obvia.—Pero eso no es nada interesante de contar. Caminemos más rápido, no quiero ninguna demora más.
Hernán se quedó pensativo viéndolo fijamente.
—Ah, y no te salvarás de irnos en taxi. Lo prometiste.–Alzó la voz volteando hacia él.
—Pequeño gato.
—¿Qué quieres poste de luz? ¡Y no me digas así!
—Te lo puedes quedar.–Soltó la bolsa de comida hacia sus manos, por lo que Julio lo sostuvo con algo de sorpresa.
—Oye, no me gusta que sientan lastima por mí. Sólo porque te dije soy huérfano.– Trató de devolverle estirando su mano con la comida.
—Te lo doy por que no lo quiero, recordé que tengo carne en mi refrigeradora. Pero si no lo quieres, puedes devolverlo.
—No, si es así.–Llevó la comida hacia su pecho sosteniéndolo con fuerza.—Gracias.
En ese momento Hernán pensó que había dado de comer a un gato callejero, así que se burló en silencio.
—Creo que ya son las 10:18 am.
—¿Eh? ¡Hay que apurarnos!
—¿Te llevo cargando? Llegaremos más rápido.
—Qué gracioso, no tendré piernas de dos metros, pero camino rápido ¡Camina!
Ambos acudieron al lugar dicho por Julio, para buena suerte y una de las pocas que tenía, le permitieron llevar otra muestra que tenían de las tarjetas. Así que volver de aquel viaje fue más reconfortante. Aunque no para la economía de Hernán, quien gastó más de lo que se imaginó.
—Ahora, entrar al departamento de Meri.
—¿Yo también?– Preguntó Hernán con un tono serio.
—¿Y tú por qué sigues aquí?–Giró su cabeza por lo dicho.
—¿Será que yo pagué el taxi?
—Ah, verdad. Pero, ¿por qué me seguiste hasta aquí?, ya terminó el castigo.
— Ya que trabajamos juntos, quiero distraerme un poco. De paso veo con más detenimiento de la hermana que tanto me hablas.
—Cuidado con mi hermana, que ella está comprometida.
—Te recuerdo que tengo novia.–Agachó su cabeza hacia él.
—Te recuerdo que aún no confío en ti completamente.– Hizo una señal de que lo estará vigilando.
—¿Es esa casa verdad?– Se adelantó en ir a tocar.
—¡Oye! No vayas como si fueras un familiar, ni siquiera te he dicho que sí.
—¿Te fastidio?
—Sí.
—Listo, ya puedo tocar.
—¡Te crees astuto, eh! Bien, toca.
Adelante.
Al momento de querer tocar el timbre del departamento, su mano se detuvo instantáneamente y giró hacia él.
—Tú tenías una sonrisa nerviosa, definitivamente esta no es la casa de tu hermana.
¡Me descubrió!
—Claro que sí.–Continuó la mentira.—Toca, vamos.
—¿Ah? ¡Julio! Hermano mío.
Meri estiró su brazo desde dentro de la ventana de su departamento, el cual se encontraba al costado de aquella casa. Hernán sonrió satisfecho y arqueó una ceja símbolo de que tenía razón.
La alegre Meri abrió la puerta de su departamento de un tirón, sólo para poco después fijarse que su hermano no estaba solo y que su acompañante no era un total desconocido para ella.
—Hola, soy el compañero de trabajo tu hermano.—Alzó su mano derecha con una sonrisa, para luego darse cuenta de la mirada intensa que recibía de parte de Meri.—Y al parecer tú me conoces perfectamente...
—¡El amigo de la innombrable!—Lo señaló.
—¿Innombrable?—Mencionó Hernán con algo de confusión.
—Así le digo a quien ayudaste a huir a pesar del daño que le hizo a Julio.—Posó ambas manos en su cintura con un aire indignación, pero sus ojos no paraban de mirarlo fijamente.— Aunque sí eres más guapo y alto de cerca, rostro de modelo y ojos bonitos, sí tienes ¿Tus padres de dónde son? ¿Cuánto mides?
Meri, tan curiosa persona que es, sólo le bombardeaba a Hernán, pregunta tras pregunta
Meri recuerda que estás comprometida...
—¿Meri?— Una voz temblorosa habló.
¡Y tu novio está dentro!
Así no te crie Meri...
—¡Espera Meri!, ya te expliqué que fue un malentendido.–Interrumpió Julio.
—Eso es verdad, yo tampoco sabía nada, todo fue demasiado repentino.–Dio una pausa.—¿Y gracias por el cumplido?
—Creo que mejor pasamos. Los vecinos están empezando a salir de su casa.—Julio se puso frente a ella.—Además, te traje las invitaciones.– Alzó las nuevas invitaciones delante de su rostro.
—¡Oh, gracias hermanito!– Alzó la mirada a Hernán, moviendo dos dedos de sus ojos y hacia él, para advertirle.—Bueno, ya que mi hermano me lo dice. Pasa rápido.
Hernán no pudo evitar sentir ver a otro Julio con su actitud y pensó, «No serán hermanos de sangre, pero se nota que es su hermana menor»
Julio no sabía exactamente qué iba pasar con tal encuentro y más si el directo novio de su hermana, estaba presente. Su rostro estaba rígido y nervioso, la razón, su secreto estaba en juego al ya estar cerca de las doce. Y no era por Meri y Hernán quienes conocían con detalle su secreto, sino por André. Julio no sabía cómo escapar de esa situación, pero por nada del mundo dejaría ver esa parte vergonzosa a él, a quién por ahora le tiene a Julio, algo de respeto y será el futuro esposo de su preciada hermana.
Nota de Aru:
Acabo de notar que casi llego a los 3k, gracias por su apoyo!!, sólo les puede dar amor de regalo ❤❤, por que monedas no tengo, ni aquí, ni en la vida real :'v9
¡No olviden dejarme su voto para motivarme xD!
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