Capitulo 6
Pocos días antes de que los niños regresaran del campamento Pineare estaba sentada detrás de su aún escritorio sonriendo ante la mirada furiosa de la castaña que estaba parada frente a el.
-Necesito hablar con Gulf.
-Ya le dije que está ocupado, si gusta puede dejar un mensaje para el, hacer una cita o simplemente sentarse y esperar que se desocupe.
-Pero ya han pasado 20 minutos desde que llegué.
-Yo no hago la agenda del licenciado Suppasit- dijo como si nada Pineare.
-¡Eres su asistente!, ¡Claro que haces su agenda!- la interpelada solo se encogió de hombros y siguió transcribiendo un informe en el computador.
-Ya le dije si gusta esperar, puede ofrecerle algo de comer o de beber.
Samantha suspiro frustrada y rechazo la oferta, ya ni siquiera sabía a qué había ido hablar con Gulf, regreso al sofá para esperar que el pelinegro se dignara a atenderla, no quería hablar con él pero Bosston la había convencido de que si quería a Lamai en su día especial tenía que hablar con él.
Un hombre alto entro a la oficina de Gulf sin ni siquiera tocar, su aspecto serio y barvucon le hizo pensar que se trataba de alguien importante en la empresa, espero por veinte minutos más escuchando un leve murmullo desde la oficina, al parecer tenían una discusión, el hombre salió furioso seguido de Gulf que le entrego una carpeta a su asistente, intercambio unas palabras con ella y luego se giro en su dirección.
-Samantha, lamento hacerte esperar pero de verdad estaba muy ocupado- le dijo el pelinegro cuando la verdad no estaba para nada apenado de haberla hecho sentarse en la sala de espera por un largo rato.
-Necesito hablar contigo.
-Esta bien vamos a mi oficina, Pineare por favor traeme un café fuerte y para mi cuñada...
-Nada, estoy bien así muchas gracias.
-Enseguida Gulf- le dijo Pineare para levantarse e ir por la cafetera.
Entraron a la oficina y Samantha observó como Gulf cerraba la puerta y caminaba a su escritorio, su oficina siempre estaba ordenada, su enorme ventanal le daba mucha iluminación al espacio, además de que tenía una maravillosa vista.
-Entonces, ¿Tu dirás? ¿Que puedo hacer por ti?
La mujer suspiro y a pesar de que no quería hacerlo saco una pequeña invitación de color rosa pastel de su bolso y se la entrego sin muchas ceremonias.
-¿Bosston y tú se casarán?- pregunto Gulf después de leer la invitación.
-Si, nuestra primera boda fue bastante sencilla, en ese momento éramos demasiado jóvenes y no teníamos el dinero suficiente para tener una gran celebración, ahora estamos mejor y ya que nuestro aniversario está cerca queremos renovar nuestros votos matrimoniales.
-Felicidades entonces, cuenta con nuestra presencia aunque no me dejo de pregúntar ¿Porque no estás invitando? Bueno ¿Porque me estás incluyendo a mi?, Sé muy bien que no te caigo bien.
-Porque quiero que Lamai ocupe el lugar de mi hermana en la ceremonia y se que la única forma que suceda es que tu vayas.
-No creo que...
-Es mi sobrina la hija de mi hermana - Samantha no dejo que el pelinegro terminara su oración -Puedes decir lo que quieras pero el hecho de que es mi sobrina no va a cambiar, quiero que Lamai esté en mi boda y que sea participe de ella... No la quiero como la niña de las flores, sino como mi madrina ¿Es mucho pedir?
Gulf solo observó la sencilla invitación con elegante caligrafía hecha a mano para luego levantar la mirada y decir: -Esta bien.
-¿No vas a discutir?
-No, tengo demasiado trabajo como para pelearme contigo, solo dime cómo debe ir vestida la niña e iré a buscarle su vestido.
-Yo me haré cargo de su ropa, es mi boda y no tienes ni voz ni voto en esto.
Termino su declaración la mujer abandonando en la oficina dejando a Gulf con la palabra en el boca y se imagino a su pequeña con un colorido vestido de madrina, de pie junto a Samantha intentando comportarse pero fallando en el intento rápidamente y sentándose en el suelo, sin importarle que el vestido se le arrugará.
Estuvo a punto de decirle a la mujer que no, pero aunque no le gustará ella tenía razón, Kanya siempre iba a ser la madre de Lamai y Samantha como hermana de esta siempre iba a estar presente en la vida de su niña, por esta vez prefería llevar la fiesta en paz, y dejar que Lamai fuera su madrina de boda.
Aunque esperaba que no se le ocurriera adaptar un vestido viejo de Kanya para que su pequeña lo usará, ya se podía imaginar a Lamai usando el mismo vestido que había usado la difunta Kanya en la primera boda, algo le decía que esa boda como toda reunión familiar solo le traería problemas, cruzaba los dedos para que por primera vez no recurrieran a los insultos como siempre sucedía.
Regresando su atención al trabajo frunció el ceño cuando le llegó un correo de Jackson, el muy hijo de su madre sospechaba lo que Earth estaba planeando y por eso lo tenía lleno de trabajo, porque que quería demostrar que su gestión era buena y que nadie dudará de su capacidad como presidente de la compañía.
Gulf sospechaba que sus valientes y divertidas noches de sexo habían terminado oficialmente, sino era capaz de terminar con su trabajo a la hora de la salida porque sino le iba a tocar hacer horas extras y llegar tarde a casa.
En el campamento los niños seguian divirtiéndose y ese día en particular Lamai veía como algunos niños más grandes que ella, corrían alrededor de la fogata llorando y gritando, estaban en ropa interior y su piel se veía algo hinchada y con algunos puntos rojos, no entendía lo que había pasado si todo estaba bien unos minutos atrás.
Se habían metido al lago a refrescarse bajo la supervisión de sus cuidadores, para luego ir a sus tiendas a cambiarse para ir a la fogata, los niños salieron gritando de su tienda que su piel y ropa les picaba, algunas encargadas los perseguían intentando calmarlos mientras los otros reían.
-Ese niño fue el que me quitó mis dulces el otro día- dijo su amiga viendo la escena -Y además también fue el que arrojo a ese otro niño al barro cuando llegamos al campamento.
Y ahora que ella lo veía bien, ese había sido el niño mayor que le había quitado sin su permiso su bolsa de papas con queso, alguien por fin se había vengado de Dominic por ser tan grosero, por lo que por fin rompió a reír también junto a los demás aceptando que se lo merecía por ser malo y que tal vez ahora lo pensaría antes de seguir portándose mal con los demás.
Gulf se encontraba sentado en el regazo de su marido en su oficina, ese era su último día sin niños ya que regresaban al día siguiente, tal como lo harían Mirian y Mary, ya no tendrían las casa solo para ellos, estaban contentos de volver a tener a sus pequeños junto a ellos otra vez y estaban orgullosos de que no habían recibido ni una sola llamada del campamento lo que quería decir que todo marchaba bien.
Así que tenían menos de 24 horas para disfrutar de su soledad, en ese tiempo Gulf había revivido lo divertido que era ser pillado en la cocina sin que nadie los obligará a separarse o a detener el toqueteo porque escucharon a uno de sus hijos buscándolos, en definitiva había sido un bien tiempo para ellos como pareja.
Mew había ido a buscarlo a la oficina porque tenían un asunto que atender, habían hecho una cita con el médico, el castaño detestaba que ese tratara de un hombre, para el no importaba que tan profesional fuera, era otro hombre que podía observar a su esposo y por sus celos es que siempre estaba presente en todas sus consultas médicas, además de que debía ir como apoyo por la incertidumbre que acechaba a su adorado Bii y quería estar con el para escuchar lo que el hombre tuviera que decir.
Tenían tiempo de sobra y por eso Gulf estaba sentado en sus piernas con la cabeza escondida en su cuello, mientras el acariciaba sus esbeltas piernas, años viéndolo usar esos mismos modelos de traje y aún le seguía encantando la manera en que los pantalones abrazaban sus extremidades y su redondeado trasero.
Estaba a punto de darle un apretón a su sexy trasero cuando escucharon que alguien abrió las puertas sin llamar; James entro a la oficina sorprendiendolos a ambos, se había aprovechado de que Fisrt que ya había comenzado a trabajar, se había ido a guardar unos documentos en el cuarto de archivo y por eso no había nadie que le dijera al estupido que ahora tenían al frente que no podía pasar.
-¿Quién crees que eres para entrar de esa manera a mi oficina?- pregunto Gulf poniéndose de pie -Sal de mi oficina.
-Yo solo venía a saludar...
-Con mucha razón... No tienes porqué entrar de esa manera a mi oficina, ya te he dicho que de lo único que tú y yo hablaremos será de trabajo, así que ahora ¡FUERA DE MI OFICINA!
-Estas siendo exagerado, yo creo que...
-Me importa poco lo que tú creas, sal de mi oficina antes de que llame a seguridad.
-Yo trabajo aquí, no puedes llamar a seguridad...
-Tienes razón, pero tal vez a Darién y Yaya les resulte interesante que estés en mi oficina en vez de estar en tu escritorio trabajando, estoy seguro que tienes mucho que hacer y no deberías estar perdiendo el tiempo aquí.
-Yo solo quería saludar a un viejo amigo...
-Me importa poco a que hayas venido ni como te enteraste que Mew está aquí, yo solo quiero que te vayas de mi oficina.
James observó al castaño que estaba sentado en el sofá, ni siquiera había volteado a darle una mirada, tenía sus ojos fijos en el trasero de Gulf, desde que el pelinegro había aparecido en sus vidas, Mew más nunca lo miro siempre tuvo sus ojos en Gulf, y eso lo enfurecía, el era más guapo que el estupido del pelinegro.
Y por ello salió de la oficina azotando la puerta, lo cual le dio pie a Mew de levantarse y abrazar a su esposo para intentar calmarlo.
-Tenemos que irnos- murmuró acariciando su nariz contra su cuello -Si no salimos ahora se nos hará tarde para llegar con el médico.
Gulf asintió y se giro para darle un beso, sabía que tenían que irse, sabía que First podía regresar en cualquier momento, sabía que había una cámara en su oficina que milagrosamente apuntaba hacia la puerta y no el escritorio.
Estaba al tanto que sería milagroso poder volver agendar otra cita con su médico,porque los niños iban a estar en casa y tenían mucho trabajo, sabía que mientras más días pasaban y no se había el chéqueo tenía más posibilidades de llevarse una sorpresa como Pineare.
Era consciente de todo eso y más, pero aún así no evitó abrazarse de su esposo y profundizar el beso, tampoco le importo el peligro de ser descubiertos, y solo se dejó llevar acostándose en el escritorio sonriendo mientras que lentamente Mew le quitaba los pantalones con todo y ropa interior, aún debían tener el tiempo suficiente para tener un rapidito en la oficina.
O al menos eso pensaban ellos, con la respiración agitada y la ropa esparcida por la oficina, ambos no podían dejar de pensar en la cantidad de veces que habían terminado en la misma posición, Gulf apostaba que se habían encontrado en la misma situación en la oficina de Mew que en la suya, pero no importaba, mientras tuviera el delicioso peso de su Boo sobre él, con la cabeza en su hombro sintiendo su agitada respiración contra su cuello.
-Perdimos la cita- dijo Gulf acariciando la nuca de su esposo, mientras esté acariciaba la desnuda cintura del pelinegro, deleitándose con su suave piel que brillaba aún más gracias a los rayos del sol que chocaban con la humedad de su sudor, después de tan placentera actividad, era una visión exquisita para él.
-¿Debemos preocuparnos?, ¿Se acabó el plazo de efectividad del dispositivo?- pregunto Mew mirándolo a los ojos.
-Aun no se ha acabado su efectividad, solo quería asegurarme que todo está bien, saber que Pineare está embarazada me dio un poco de miedo.
-Tranquilo amor, no hay de que preocuparse, tu no estás embarazado- afirmó con seguridad el castaño.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque conozco cada centímetro de tu cuerpo- le beso el cuello causando le un estremecimiento -Puedo asegurarte que si hubiera un leve cambio lo sabría, sé cuánto mide tu cintura, tus muslos y pechos, incluso se cuando tu cabello está largo y necesitas un corte, conozco cada rincón de tu dulce cuerpo.
-Mew...-gimió Gulf sintiendo pequeños besos en su pecho.
-Se que a veces cuando no haces ejercicio desarrollas una dulce pancita de leche de coco que ocultas con el traje de baño cuando vas a la piscina o la playa, pero que en este momento no tienes, tu abdomen está completamente plano.
-Ya entendí amor, no tienes que decir nada más, te amo Mew, te amo mucho.
-Y yo a ti, te amo más que a nada en esta vida.
Gulf no podía pedir un mejor esposo, el era tan comprensivo y sabía calmar sus miedos con sus palabras, no quería un niño en esos momentos estaba feliz con sus dos pequeños en casa que demandaban todo su tiempo.
Los niños habían vuelto del campamento y se habían sumido en su rutina de ir al colegio y pasar los fines de semana con sus papis, nadie se habían enterado de quién había sido el responsable de colocarle la hiedra venenosa a Dominic, por lo que se habían salido con la suya sin ningún problema ni ninguna queja por parte de sus cuidadores.
Dos semanas después precisamente el sábado Lamai besaba la mejilla de su papá Mew antes de bajar del auto, Mirian sostuvo su mano y juntas caminaron hacia la casa de su tía Samantha, era el día de la prueba del vestido y aunque estaba emocionada de usa un hermoso y extravagante vestido después de enterarse que iba a ser la madrina de su boda, era emocionante pero no le apetecía pasar el día lejos de sus papis y hermano.
Aunque le consolaba el hecho de que Alexander se aburriría en la oficina de su papi ese día, porque la señorita Mirian la estaba acompañandola a casa de su tia, a ella no le gustaba ese lugar, todos eran muy serios y aún recordaba la última vez que estuvo allí, se tuvo que quedar sentada en el sofá sin hacer nada jugando con su muñeca mientras su papi trabajaba.
Ella prefería un millón de veces ir al trabajo de su papá Mew en donde su secretaria Thanya jugaba con ella o pasaba todo día sentada en las piernas de su papá mientras trabajaba, pero ahora estaba allí lista para probarse el vestido que su tía Sammy había escogido para ella.
Todo era diferente a cuando Thorn y Kanya la dejaban en esa casa por la noches, le gustaba jugar con sus primos, correr por todos lados, y dormir calentita junto a ellos, antes esa casa era su refugio seguro, en donde no tenía miedo de los tipos que intentaban abrir su puerta cuando su mamá la encerraba a la hora de que su papá Thorn llegaba con sus amigos que olían mal.
Ahora sabía a la perfección que cuando saliera de esa casa se iría a un lugar seguro con unos papás que la querían y que se preocupaban por su bienestar, unos que la llenarian de besos y un hermano que aceptaba abrazarla cuando ella quería incluso a su muñeca sin poner ningún problema.
Mismo hermano que a veces la desesperaba y la hacía enojar, porque seguía negandose a ayudarla a convencer a sus papis de que tuvieran otro hermanito, porque tenía que ser varón no podía ser una niña, ya que ella tenía que ser la única princesa de la casa.
-Hola niña linda, ven y saluda a tus abuelitas- la recibió su tía Samantha después de que tocaran a la puerta.
Lamai sonrió y camino hacia Jen que la esperaba con los brazos abiertos, la beso y la abrazo para después pasar a su abuela Kulap, quien la retuvo en sus brazos por más tiempo, amaba a sus abuelas por igual pero a veces sentía que Kulap la atosigaba más de lo normal, creía que se debía que Alexander no permitía que ella lo abrazara como lo hacía con ella.
Una vez había escuchado accidentalmente en su casa como su abue Kulap le gritaba a su papá porque Alexander no tenía ninguna relación con ella, no la abrazaba y hablaba con ella como lo hacía con el abue Bass, su papá solo le había dicho que la abuela tenía un poco de celos cuando le pregunto, además de regañarla por estar escuchando conversaciones de adultos.
-¿Dónde está tu hermano?- pregunto Kulap que pensó que el niño iría con ella, al Mirian estar allí presente y ser sábado un día sin escuela.
-No quiso venir conmigo, así que papi se lo llevó al trabajo con él.
-Una oficina no es lugar para un niño- bufo Jen -Pero claro que se podía esperar Gulf, no deja ese niño ni a sol y sombra.
-Es un niño, y es entendible que no quisiera venir a la prueba de un vestido- respondió Kulap silenciando lo que Lamai iba a decir -Además tengo entendido que la oficina es muy cómoda, lo más seguro es que Alexander se la este pasando bien siendo atendido por el asistente de Gulf.
-La oficina de papi es muy grande abuelita -intervino la pequeña intentando que no la dejaran fuera de la conversación, estaban hablando de su papi y hermano no podía quedarse callada -Aunque no me gusta su jefe siempre está malhumorado.
-¿Y entonces porque se llevo a Alexander?
-No lo se, creo que papá tenía una reunión importante y por eso no podía ir con él.
-Bah, eso no es cierto lo que pasa es que Gulf tiene cierta fascinación por el niño- hablo ahora Samantha apareciendo con una caja en sus manos, Lamai pensó que se trataba de su vestido -No me quejó del pequeño, realmente es muy lindo y un encanto si ignoras lo maleducado y conteston que es.
-El solo necesita atención- dijo ahora Kulap defendiéndolo -Después de estar tanto tiempo lejos es normal que sea así.
-Y lo entiendo- intervino Jen ignorando los gestos de molestia de Lamai que no le gustaba como estaban hablando como si ella no estuviera allí -Pero creo que es momento de dejar de repetir cada cinco minutos lo mucho que lo extrañaron, ya lo sé, ustedes lo saben, ¡Incluso el niño lo sabe!, No entiendo su necesidad de repetirlo a cada momento, no creo que eso vaya a solucionar algo.
-Tal vez sea porque Alexander es un poco inseguro, mi hijo está haciendo lo que cree conveniente -lo defendió Kulap nuevamente -Solo quieren recordarle, que a pesar de todo el tiempo que pasaron separados siempre lo quisieron e hicieron todo lo posible para recuperarlo.
-Claro y ahora que lo tienen se olvidan de otra personita que se quisieron quedar para ellos solos -murmuro Jen Thanas, Lamai frunció el ceño porque no entendía de que hablaban sus abuelas y tía, simplemente acepto que ellas hablarían entre si y la ignorarian como siempre, pero realmente le enojaba todo lo que estaban diciendo -Y ahora parece que pasó a segundo plano, para muestra un botón... la mandaron con la niñera, Gulf ni siquiera se molestó en acompañarla - prosiguió la mujer con su veneno.
Por supuesto que el pelinegro la mando con Mirian, y es que el era conciente de que si iba con su pequeña no iba a ser capaz de aguantarse la lengua y terminaría diciendo algo que acabaría con la paz de todos y se llevaría a Lamai a la primera oportunidad, por primera vez desde que tenía a la niña bajo su custodia quería llevar la fiesta en paz y que Samantha disfrutara de los preparativos de su gran día.
-Aunque me duela admitirlo creo que tienes razón - expreso Kulap suspirando, Jen ya la había convencido para que viera las cosas a su manera -Ahora parece que todo gira alrededor de Alexander, entiendo que necesiten ganarse su confianza pero...
-Pero están dejando a nuestra niña de lado, no creo que sea lo mejor que de un día para el otro, le digan a Lamai que tiene que convivir con un niño al cuál le tiene que aguantar sus berrinches - prosiguió dando su punto de vista Jen Thanas.
Lamai estaba molesta, no le gustaba la manera que estaban hablando de su hermano ni de sus papás, ella amaba a Alexander y sus papis los amaban mucho a los dos, siempre lo había tenido claro pero ahora después de oir esas palabras sentía su corazón doler ¿Era verdad lo que ellas decían?, ¿Sus papis preferían a Alex?, ¿Porque su papi se había ido a su oficina con su hermano sin quejas?; Su mente daba mil vueltas y no le gustaban ninguno de los pensamientos que a ella venían,detestaba escucharlas quería irse a su casa.
-Realmente espero que recapaciten y se den cuenta de su error -Prosiguió Jen sabiendo muy bien lo que hacía de alguna parte Kanya había sacado lo intrigante - Deberían mandarlo a un psicólogo y que sea este quien arregle los problemas que tiene ese niño, pero ellos no escucharán si se lo aconsejamos, siempre deben tener la razón en todo por más estupido que sea.
El carraspeo de Mirian fue un suspiro de alivio para la pequeña, a la mujer también la habían ignorado olímpicamente y no se habían dado cuenta del ceño fruncido que tenía al escuchar todas las cosas que estaban diciendo de sus jefes, colocó una mano en el hombro de la niña para tranquilizarla porque ya veía sus intenciones de refutar todo lo que estaban hablando y a punto de dejar caer algunas lágrimas de sus ojos.
-Lamai necesita ir al baño, ¿Pueden indicarme en donde queda?
-Ella sabe dónde queda- respondió Samantha restándole importancia a la expresión de la pequeña -que sea rápido porque necesito probarle el vestido para que quede a su medida.
La niña agradeció que las tres mujeres siguieron con su conversación como si nada sin prestarle atención a las lágrimas que se habían escapado y ahora rodaban por sus mejillas, ni siquiera entendía porque estaba llorando, ni porque Mirian se bajó a su altura y la abrazo para consolarla cuando entraron al baño, de lo único que estaba segura era de que quería regresar a su casa ponerse su pijama como todos los sábados y pasar todo el día junto a su hermano viendo caricaturas o jugando videojuegos.
Primer capítulo de la semana 🥺🥺 ya volvió la familia entrometida e hicieron llorar a Lamai.
Un poco mas tarde hoy el capítulo porque hoy no trabajo por ser feriado en mi pais.
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