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Capitulo 4

Por fin había llegado el día para irse al campamento y Alexander veía como su hermana no quería soltar a Gulf, los días anteriores ella había sido la más emocionada de ir al paseo, pero ahora que estaban a punto de subir a los autobuses Lamai no quería soltar a su papi.

-Hermosa ya es hora de que te vayas- le dijo Gulf tratando de que se despegará.

Mew y Gulf acariciaban su espalda, era la primera vez que ella estaría alejada de ambos por mucho tiempo, ellos tampoco querían dejarla marchar, pero no podían encerrarla en una caja de cristal para que nada le pasara, ellos ya habían puesto al tanto a los responsables del campamento de los cuidados que debían tener con la pequeña, habían entregados inhaladores, medicamentos y el número del pediatra en caso de una eventualidad, pero aún así tenían miedo de dejarla ir y no estar allí si le llegaba a pasar algo.

-Papi ya no quiero ir- dijo la niña con un puchero porque no se había puesto a pensar que para ir al campamento debía separarse de sus padres.

-Claro que quieres ir, es normal que tengas un poco de miedo, pero te aseguro que te divertirás mucho.

-¿Y si no es lo que de verdad quiero?, ¿Si me consigo una araña?, ¿Si me ocurre un accidente?, ¿Y si no me gusta y me quiero regresar?- pregunto la pequeña preocupada.

-En caso de que de verdad veas una araña solo te alejas y buscas un adulto para que se haga cargo de ella, si pasa un accidente... Que esperemos que no ocurra, las señoritas que te van a cuidar te llevarán al médico y nos llamarán inmediatamente- le explicó con calma Gulf.

-¿Y si de verdad no me gusta mi estancia allí?

-Entonces iremos por ti enseguida- le respondió Mew -Pero no te preocupes que ese no será el caso, te estarás divirtiendo tanto que ni siquiera te acordarás de nosotros.

Lamai no estaba muy segura de eso último pero igual se soltó del cuellos de su papi, para abrazar ahora a Mew.

-Estaremos aquí esperándote cuando regreses, ahora diviértete mucho y no pienses que te vas a encontrar una araña.

-Esta bien, lo intentaré.

Con un último beso y abrazo se despidió de sus papás, para tomar su maleta de Peppa Pig e irse al autobús que le correspondía a su grupo, en donde las encargadas la esperaban y la ayudaron con su maleta y subirse al autobús.

-Gulf amor me estás cortando la circulación del brazo- se quejo el castaño al sentir el apretado agarre de su esposo.

-Lo siento amor, solo que no la quiero dejar ir.

Alexander se había mantenido sentado pacientemente sobre su maleta leyendo una historieta, sin importarle los niños que estaban a su alrededor, su autobús estaba casi lleno solo faltaban unos cuantos niños por subir en los que se incluía el.

-¿Estás listo cielo?- le pregunto Gulf a su niño, el cual suspiro y cerró la historieta que estaba leyendo para ponerse de pie y entregársela a Mew.

-No la leas mientras no estoy, espérame para leerla juntos.

-No se si podré cumplirlo campeón.

-Gulf...

-Yo me encargaré de que no la lea cielo- le aseguro con una sonrisa el pelinegro -Ahora dame un abrazo, que ya te extraño y aún no te has ido.

-Puedo quedarme contigo y así no me vas a extrañar- le respondió el pequeño mientras se abrazaba a su cintura.

-Buenas jugada, pero tienes que ir- le dio un beso en su cabeza -Prometeme que te vas a divertir, dales una oportunidad, ya verás que no es tan malo y tus amigos del club de matemáticas estarán allí.

-Ellos no son mis amigos Gulf, solo me caen bien y son mis compañeros de club, pero no creo que sean mis amigos.

-Entonces en este campamento trata de hacer aunque sea un amigo.

Alexander solo asintió ante esas palabras, dudaba que pudiera cumplir esa promesa, pero no sé lo diría a Gulf, la encargada de su autobús que era su maestra comenzó a llamar a los últimos niños de su lista, era tiempo de partir.

-Ven aquí campeón- le dijo ahora Mew atrayendolo a sus brazos -Por favor trata de no hacer travesuras, no importa cuánto tu hermana te lo suplique.

-Esta bien Mew, me portare bien y me aseguraré que Lamai también lo haga.

-Una cosa más, si te invitan a jugar la botella siéntate en frente de quién más llame tu atención.

-¡MEW!, Alexander es aún muy pequeño para estar pensando en besos y en novias o novios - lo regaño Gulf por estar diciéndole esas cosas a su hijo.

-Solo era una broma- se disculpo guiñándole un ojo al pequeño.

Por su parte Alex no le hizo caso a lo que había dicho el castaño y solo se limito a darle un abrazo escuchando cómo la encargada lo llamaba ahora por su nombre, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas recordando lo que habían hablado unos días antes cuando sucedió el incidente del centro comercial.

Todavía era muy difícil para él confiar en que no lo volverían a dejar, ni que alguien llegaría y se lo llevaría lejos de ambos, Mew y Gulf le habían repetido desde que estaba en casa que eso no iba a pasar y una pequeña parte de él quería creerles, con el tiempo que habían pasado juntos la confianza en ellos había aumentado, pero al ver aquel hombre acercarse a Mew y coquetearle lo había molestado y sus miedos habían vuelto.

No quería perder lo que ahora tenia, el quería a Mary, a la señorita Mirian, no quería dejar de ser el hermano mayor de Lamai, la querían mucho, a pesar de que siempre se metía en problemas por hacerle caso cuando ella quería hacer algún tipo de travesura.

No quería volver alejarse de Gulf, lo necesitaba junto a él todo el tiempo, si el pelinegro estaba a su lado todo lo demás estaba bien en su mundo, tampoco quería perder a Mew; en las casas de acogida en donde había vivido las figuras masculinas siempre habían sido los que los reprendían todo el tiempo, nunca escuchaban lo que tenía que decir, pero Mew y Gulf realmente lo hacian, les importaba lo que tenía que contarles, siempre tenían un minuto para él, sin importar lo ocupado que estuvieran.

Tenía tanto miedo de despertar una mañana y descubrir que todo era un sueño, que aún seguía lejos de ellos, en una casa de acogida en donde solo era un niño más que no tenía ninguna importancia para sus cuidadores.

Inicio Flashback

Aquella noche después de dejar a su esposo Mew había ido a la habitación de Alexander para encontrarlo jugando con el teléfono de Gulf, el cual había estado buscando antes de que el saliera del cuarto y no recordaba en donde lo había dejado.

-¿Que haces?

-Nada- respondió rápidamente mientras bloqueaba el teléfono y lo dejaba en la mesa de noche para después darle su más inocente sonrisa, la misma que ponía Lamai cuando había hecho una travesura -Encontré el celular de Gulf en el suelo y se lo iba a dar cuando viniera a darme mi beso de buenas noches.

-Esta bien te creeré, vine porque tú y yo tenemos que hablar - le dijo el castaño sentándose junto a él en la cama.

-No quise romper el jarrón que el abue Bass le regaló a Gulf- le dijo el niño pensando que le venía a regañar por algo que había hecho -Lamai me lanzó una almohada del sillón y accidentalmente le dio al florero, pero recogimos todo con mucho cuidado.

-No sabía nada de eso... Tampoco me había dado cuenta que el florero ya no estaba...

-Entonces olvida lo que te dije- le dijo el niño sonrojado y un poco molesto pero haberse delatado el mismo.

-Esta bien, no le diré nada a papi Gulf... Pero a cambio necesito que me escuches.

-De acuerdo, tenemos un trato.

-Ya se que le dijiste a Gulf sobre el hombre en el centro comercial.

-¿Estuvo mal que lo hiciera?- pregunto en voz baja ladeando la cabeza.

-No, tu puedes decirle todo lo que quieras a papi y a mi- lo tranquilizo Mew para que no se sintiera culpable por haber ido con el pelinegro -Yo estoy aquí, porque Gulf me dijo que no te gusto que se acercara ese hombre a mi...

-Si, no m gusto la manera en que te veía- se cruzó de brazos el niño haciéndole saber si descontento -Se acercó demasiado a ti y Lamai me dijo que había aprendido que eso estaba mal; que el tío Bosston siempre se enoja cuando alguien se le acerca mucho a la tía Samantha, así que debe estar mal que ese hombre se haya acercado mucho a ti.

-Tienes un buen punto allí, pero ese hombre es un viejo compañero de la universidad, ahora solo somos conocidos y a veces las personas que tienen tiempo sin verse se saludan.

-¿Y también coquetean?, Porque yo creo que hubiera estado mejor si se hubieran saludado de manos.

-¿De dónde sacas que estaba coqueteando?- pregunto sorprendido Mew de que su pequeño conociera esa palabra.

-Es que el abue Bass dice que tú y Gulf coquetean mucho, y ese hombre estaba haciéndolo, he visto muchas veces a Gulf coqueteando contigo para saber cómo es; ese hombre estaba parpadeando mucho, mordiendo su labio, como lo hace Gulf cuando lo abrazas y besas su cuello.

Esa explicación dejo sin palabras a Mew, la revelación de que sus hijos sabían cuando el y su esposo coqueteaban no le había caído nada bien, de ahora en adelante debía de ser más cuidadoso cuando toqueteaba a Gulf, no estaba preparado para la charla de las flores y las abejas con sus hijos y tampoco sabía si en algún momento lo estaría, definitivamente tendría que convencer a su esposo para que él fuera el que hablara con los niños llegado el momento.

Mew en esos instantes se sentía en serios problemas no sabía que decirle a su hijo, estaba a punto de llamar a Gulf y que resolviera todas las dudas de pingüinito, pero al escuchar la tenue risa viniendo de la habitación de Lamai, supo que estaba solo en eso y que no tendría ayuda.

-Quizás James si estaba coqueteando, pero lo que tienes que saber es que cuando él actuó de esa manera... No me interesó porque yo amo mucho a Gulf.

-Lo se, yo escucho cuando se lo dices todos los días.

-Tienes razón, se lo digo porque lo siento y es muy importante que el sepa que lo amo, con eso le doy seguridad de que a pesar de otras personas coqueteen conmigo, el siempre será el único ocupante de mi corazón.

-¿Entonces ese hombre no te gusta?

-Por supuesto que no, yo solo tengo ojos para tu papi.

-¿Seguro?

-Si estoy muy seguro de ello.

El castaño se dio cuenta que su hijo aún dudaba a pesar de que le había dicho que amaba mucho a Gulf, había algo que lo hacía desconfiar de lo que le estaba diciendo y debía llegar al fondo de ello, era su padre y su objetivo principal era hacer que los monstruos que pudieran estar en la mente de su hijo desaparecieran.

-¿Dime qué pasa por esa cabecita tuya?

-Nada.

-¿Seguro?, Ya te he dicho que puedes confiar en mí y contarme lo que quieras, yo prometo guardar el secreto de lo que sea que me digas.

-No puedes decirle nada a Gulf- le dijo el niño después de pensar en su oferta.

-Esta bien no se lo diré.

Alexander se acomodo mejor en la cama y tomo en sus brazos a Pablo el pingüino, ya estaba un poco sucio, pero por más que lo habían intentado el niño no permitía que lo lavaran.

-Había una casa- murmuró por fin.

-¿Una de tus casas de acogida?

-Creo, pero esta era diferente... Solo vivíamos otro niño y yo... Earth nos dijo que viviríamos para siempre con él y su esposo Kao porque nos querían, él era muy lindo con nosotros siempre nos estaba abrazando y nos decía lo especiales que éramos, pero...- se quedó en silencio de repente el niño.

-¿Pero que?, Puedes decirme lo que sea, confía en mi hijo.

-Earth encontró a su esposo con otro y el otro niño y yo tuvimos que irnos de alli, porque ellos se separaron, el hombre con el que lo encontró era amigo de Earth, a veces iba a la casa a comer con nosotros- termino de contarle el pequeño.

Y Mew ahora entendía porque Alex había ido a contarle lo sucedido a Gulf, temía que ellos se separaran y lo hicieran irse nuevamente; por más que no quisiera aceptarlo su pingüinito había encontrado una familia con esas personas, una que no eran ellos y que estaba seguro lo habían querido a pesar de sus problemas de actitud.

Y otro hombre que coqueteaba con uno de los miembros de la pareja había hecho que se destruyera el hogar que habían encontrado esos pequeños y que esperaban que fuera permanente, por supuesto que le iba a contar lo acontecido a Gulf, quería evitar que algo así volviera a pasar.

-Campeón, yo te aseguro que eso no nos pasará a nosotros, yo amo a tu papi más que a mí propia vida y no lo dejaré por nada del mundo.

-Pero ese hombre...

-Solo era un conocido hijo, ni siquiera es amigo mío o de Gulf, solo fue una casualidad que nos encontraramos, pero tienes que saber que aunque otras personas sean amables con Gulf o conmigo...

-¿Aunque coqueteen con ustedes?

-Si, aunque coqueteen, a nosotros no nos interesan... Tu papi y yo nos amamos mucho y eso no va a cambiar, estaremos juntos hasta que nos volvamos viejitos.

-¿Y si cambia?

-Olvídate de eso, no va a pasar... Yo te prometo que no pasará, quizás pueda haber alguna pelea o desacuerdo entre nosotros, pero jamás nos separaremos y si algún hombre o mujer decide coquetear con nosotros entonces tienes mi autorización para que se lo digas al otro inmediatamente.

-Me parece bien- estuvo de acuerdo el niño.

-Y si alguien se le acerca demasiado a Gulf, puedes hacerle muchas travesuras para que se aleje, ninguno de los dos queremos que alguien se le acerque a nuestro Gulf ¿Verdad?

-Nop, solo nosotros podemos estar cerca de él.

Fin Flashback

Le dio un nuevo abrazo a Mew y se fue al autobús en donde la maestra lo esperaba sonriendo y esa esa era una cosa que no entendía porque todos siempre estaban sonriendole , al ser uno de los ultimos en subir ya no consiguio asuento en la ventana, pero sin importarle el niño que estaba sentado en ella se estiro lo suficiente para despedirse de Mew y Gulf.

En el trayecto Alexander solo podia pensar que queria que ese campamento terminara lo mas rapido posible para poder volver a casa, mientras que Lamai ya habia perdido todo el miedo que habia sentido antes e iba divirtiendose junto a sus amigas, sus papis tenian razon estaba feliz y aun ni siquiera habian llegado.

En el estacionamiento del colegio despues de que los autobuses partieran a su destino quedaron Mew y Gulf solos, ya los demas padres se habian ido, para ellos era la primera vez que iban a estar por mucho tiempo separados de sus niños desde que comenzaron a vivir con ellos.

-Solo sera una semana- le susurro el castaño a su esposo -Y piensa que vamos a tener la casa para nosotros solos.

Gulf solo se rio de las palabras de su eposo sintiendo el delicioso escalofrio de la anticipacion correr por su espalda, llevaban tres dias sin tener un encuentro intimo, la noche anterios Lamai habia querido dormir con ellos, hace dos noches el habia llegado tarde del trabajo y tres dias atras Alexander habia dormido con ellos porque habia estado lloviznando y su niño se habia metido en la cama incluso antes de que alguno pudiera ponerse su pijama, su pingüinito ya habia superado un poco lo de dormir cuando llovia, pero se imaginaron que como estaba cerca su partida hacia el campamento queria estar con ellos el mayor tiempo posible.

-Mmmm, me gusta esa idea, tenemos la tarde libre, tal vez se nos pueda ocurrir algo que hacer con ese tiempo.

Ante esas palabras Mew se inclino para besar suavemente a su esposo porque aun se encontraban en público, para luego ir al auto y marcharse a su casa, tenian toda una semana sin niños que los interrupieran; Mirian y Mary tambien tenian la semana libre y ya no estaban en la casa, Bass igual se habia ido a un viaje hacía europa a visitar viejos amigos, en pocas palabras tenían toda la casa para ellos solos y el panorama se veia mas que alentador para ellos.

Al llegar al campamentos los encargados habian insistido que los niños debian compartir tienda para asi fomentar el compañerismo entre ellos, Lamai habia decidido compartir con su mejor amiga del colegio mientras que Alexander fue asignado con uno de los niños que menos hablaba en su salón y con quien nunca habia cruzado ni media palabra; los maestros y encargados los ayudaron a colocar sus tiendas de campaña y despues los dejaron para que ellos acomodaran todo adentro, Alex hizo todo lo que Mew le habia indicado, acomodo su colchoneta, coloco sus bolsos alrededor de la tienda y por ultimo saco una historiera que habia guardado a escondidas de Gulf.

No pudo leer mucho de ella porque los encargados comenzaron a llamarlos para que se reunieran para una fogata, habian pasado todo el dia viajando en los autobuses y despues habian llegado para armar las tiendas y ya estaba atardeciendo cuando habian terminado de preparar todo.

Lamai estaba contenta viendo a su hermano mientras se aplicaba repelente contra mosquitos, el estaba sentado en los troncos que estaban alrededor de la fogata sin prestarle atencion a nadie, queria ir a sentarse junto a él y hacer que sonriera para ella, pero Nati una de sus amigas le habia dicho que le gustaba Alexander y queria que fuera su novio, entonces preferia mentenerse alejada evitando que la niña se acercara a su hermano, el no podia tener novia, solo podia quererla a ella y a sus papis y si ella no tenia un novio hasta que tuviera 30 como decia su papá, Alex tampoco podia tener una novia.

Una vez que todos estuvieron acomodados en sus tiendas listos para dormir, Alexander se acomodo en su colchoneta cubriendose con la manta extra que Gulf habia puesto dentro de su bolso, en ese momento creyo que estaba exagernado con sus cuidados pero ahora agradecia que lo hubiera hecho.

Estar en la fogata habia sido un poco divertido, le gustaron las canciones que cantaron, ademas de los malvaviscos y las historias de terror que contaron, pero ahora estaba en su tienda intentando dormir porque el niño que le habia tocado como compañero estaba llorando; su compañero estaba temblando y soltaba cada cuanto unos pequeños sollozos, tambien era su primer campamento y extrañaba mucho a Gulf y Mew, pero no por eso estaba llorando, no era un bebe para hacerlo.

Despues de diez minutos de intentar dormir el niño no habia dejado de llorar, una cosa era aguantar a su hermana Lamai cuando lloraba, porque era su hermana, pero otra muy distinta era soportar a un niño que ni siquiera conocia.

-¿Que tienes?- le pregunto por fin haciendo que el niño abriera los ojos con exageracion.

-Nada.

-Estas llorando asi que te tiene que suceder algo, ¿dime que es?

-No, te vas a burlar de mi.

-Claro que no.

-Si lo vas hacer, tu eres Alexander Suppasit... siempre te burlas de mi en clase- respondio girandose para verlo a la cara.

-¿Yo?, ¡Yo no hago eso!

-Si lo haces, cuando me equivoco en las respuestas.

Alexander fruncio el ceño ante eso, el no recordaba hacer eso en clase, incluso ni siquiera recordaba la cara del niño que ahora se limpiaba los mocos con las mangas de su pijama.

-No se de que me hablas, si lo hice no era mi intención... prometo no hacerlo mas si dejas de llorar y me dices porque lo haces- le dijo aunque aun no sabia como se burlaba de el.

El niño lo penso por un minuto no confiaba del todo en Alexander pero no habia nadie mas alli y quizas podia ayudarlo él era muy inteligente.

-Olvide mi peluche para dormir.

-¿Duermes con un peluche?

-¡Prometiste no burlarte!

-No me estoy burlando, yo tambien duermo con uno- le dijo sacando de su escondite a su pingüino algo desgastado -Se llama Pablo el pinguino.

-¿Tu papi lo guardo para ti?- pregunto sabiendo que el niño tenia dos papas.

Con eso Alex recordo como Gulf preparo su maleta y lo metio sin que Lamai se diera cuenta que lo habia hecho, el le habia dicho que no lo necesitaba, pero igual Gulf lo habia guardado, estaba feliz de que no lo hubiera escuchado, ademas de que su pingüino olia a su perfume y eso lo calmaba.

-Si el lo guardo para mi... Tambien fue el que me lo regalo cuando era mas pequeño- "tambien lo cuido por mi cuando estaba lejos", penso acomodando otra vez a Pablo debajo de las sabanas.

-Mi abue me regalo a mi oso cuando era pequeño tambien se llama Toby, ella tambien le puso el nombre aun no se porque, pero igual me gusta mucho ese nombre... yo pense que lo habia metido en mi bolso pero no estaba cuando revise.

-Lamento que lo hayas olvidado.

-Yo tambien- dijo triste el niño acomodandose mejor en su colchoneta.

Alexander miro a su pingüino, desde que regreso a casa lo habia tenido junto a el, sin que nadie supiera se lo habia llevado su primer dia de clase, extrañamente siempre desde que Gulf se lo habia dado nuevamente este olia a su perfume; y una noche cuando se lo pregunto a Mew este le confeso que abrazaban a Pablo el pingüino cada vez que la necesidad de tenerlo nuevamente con ellos los sobrepasaba, suspirando aparto las mantas y se acerco al niño.

-Toma puedes abrazar a mi pinguino.

-¿Hablas en serio?

-Si, creo que lo necesitas mas que yo.

-¡Gracias Alexander!- exclamo el niño emocionado.

-De nada.

Regreso a su colchoneta en donde se volvio a meter debajo de las sabanas y acurrucarse con su almohada, si cerraba los ojos muy fuertes podia imaginar que Mew y Gulf estaban junto a el.

-Alexander...- Lo llamo el niño

-¿Que?

-Me llamo Mild.

-No lo sabia, lo siento..

-No importa, gracias por prestarme tu peluche.

-Ya duermete- le respondio rodando los ojos.

-De acuerdo.

Mild sonrio y abarzo al pingüino azul, sintiendose inmensamente feliz, su mami iba a estar contenta de que por fin hubiera hecho un amigo, le emocionaba saber que ahora era amigo de Alex aunque este aun no lo supiera, habia decidido que serian los mejores amigos a partir de ese momento y el castaño no iba poder evitarlo.

Al parecer Alexander tiene su primer amigo aunque no lo sepa todavia 🤭🤭




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