Capitulo 20
Después de la operación Gulf paso una semana viendo a su esposo estár acostado cómodamente en su cama, siempre acompañado de sus amorosos hijos y siendo atendido por Kulap, quien se había presentado en su casa diciendo que ella era la más idónea para cuidar de su hijo después de una cirugía tan importante.
Estaba seguro que su Boo estaba exagerando en sus reacciones, era entendible que estuviera sensible y que tuviera algo de dolor, después de todo se había sometido a una cirugía, pero después de una semana Mew seguía en casa sin salir de la habitación y pensaba quedarse una semana más, ya se lo había notificado a Gaby la cual no había tenido ningún problema siempre y cuando siguiera trabajando a distancia.
Y la verdad ¿Quién querría volver al trabajo?, Si tenía a su madre preparándole sus comidas preferidas, atendiéndolo como si fuera un niño pequeño, con sus hijos cuidando también de él y haciéndole compañía después de llegar del colegio.
-Sabes amor eres un bebé consentido en estos momentos, todo un niño de mami- hablo Gulf mientras se aplicaba algo de bálsamo de labios.
-Solo estás celoso porque tú no puedes quedarte en casa y disfrutar de los privilegios de estar con los niños, además ya hablé con Gaby me quedaré una semana más aqui, eso Bii, se llama suerte... A todo esto, ¿Porque te estás preparando para salir?, Son casi las diez de la noche, ya deberías estar metido aquí en la cama conmigo dándome mimos, ya sabes... Pase por una cirugía importante que merece ser atendida y besada... Y hoy no la has besado.
-Tengo una cita - respondio el pelinegro tranquilamente.
-¿Cómo que tienes una cita?, ¿Con quién?, Explícate ahora Gulf.
-Creo que no tengo nada que explicarte - hablo colocándose la chaqueta deportiva que había decido usar esa noche -Llegaré tarde será mejor que no me esperes despierto.
-Gulf...
Este vio como su esposo intento levantarse fallando rápidamente, porque hizo una mueca de dolor, el médico le había dicho que no podía hacer movimientos bruscos.
-Amor ten más cuidado, ha sido una semana llena de cuidados para que al final termines haciendo algo mal y dañes a tu amiguito.
-¿Dime a dónde vas y con quién?
-Voy a un lugar que no te importa, amor - respondió tomando su teléfono que vibraba con un mensaje anunciandole que su cita había llegado -Si me disculpas ya llegaron por mi, nos vemos más tarde.
-¡Alexander!, ¡Lamai!- llamo a sus hijos Mew a pesar de la hora.
Gulf no lo podía creer su esposo lo había traicionado con la regla más importante que tenían entre ellos, no alertar a sus pequeños cuando uno de ellos debía salir por la noche; En esos momentos debería de estar enojado con él, pero lo entendía su Boo estaba celoso, eran celos infundado pero no lo sacaría de la duda, le encantaba ponerlo en ese estado y si le sumaba su estadía en casa con su madre interrumpiendo cada vez que se ponían cariñosos, no había podido hacer ninguna travesura con él, era completamente entendible que la posibilidad de que saliera sin su presencia encendiera sus alarmas y se pusiera más celoso de lo normal, como si el tuviera ojos para alguien más que no fuera él, como si sus tres bodas no fueran suficiente para hacerle saber cuánto lo amaba.
-Ya me voy, me tomaré una copa a tu salud ahora quédate tranquilo en la cama.
Gulf salió de la habitación dando gracias que ninguno de sus hijos escucho el llamado de su esposo y que estuvieran ya durmiendo, saco el obsequio que tenía escondido en el estudio y salió de la casa antes de que Mew consiguiera una manera de evitarlo, subió al auto de su cita, quien arrancó nada más se acomodo en su asiento.
-Algo me dice que te viniste conmigo sin permiso - se burlo Gaby manejando entre el tráfico de la ciudad -En estos momentos me siento como toda una secuestradora, aunque en este caso estes escapando de tu marido, ¿No sabía que ibas a salir conmigo?
-No, le dije que tenía una cita- respondío con una sonrisa mientras ignoraba la llamada entrante en su teléfono -Pero no le dije que eras tú, ni a dónde iría, por eso puede que esté un poquito celoso.
-Creo que se lo merece por ser un bebé grande, ya debería de haber vuelto al trabajo, solo fue una vasectomía, no le cortaron el amiguito- dijo con una sonrisa la mujer -De verdad necesitaba salir, aunque vayamos a un baby shower te doy las gracias por invitarme, casi no tengo amigos con los cuales salir.
-Nada de eso, gracias a ti por venir, te agradarán las chicas y los donceles, Pineare es una persona muy singular.
-Te creo, mira que organizar un baby shower a mitad de la noche y en un bar- restaurante, eso sí no me lo esperaba, tu amiga es modernisima.
-Pineare hace las cosas a su manera y su esposo la complace en todo, ahora lo hace más porque está embarazada, con decirte que su despedida de solteras fue en la Vegas, nos llevo con todos los gastos pagos, así es ella... Te daré un consejo, no digas nada acerca de su peso, mi pobre amiga está tan gorda que parece que va a tener gemelos.
-No me digas... ¿La llamaste gorda?- pregunto horrorizada Gaby que conocía lo delicada que se podían poner cuando les hablaban de ello.
-¡Claro que no!, Yo valoro mi vida como para hacerlo, quien lo hizo fue mi otra amiga llamada Yaya, lo peor es que ella también está embarazada, salir con dos mujeres hormonales no es nada bonito.
Gaby solo se rió de la cara de horror del pelinegro y siguió prestándole atención al camino, cuando llegaron al lugar se dieron cuenta que Pineare había reservado toda un área del bar- restaurante, todo estaba decorado en tonos azules, recalcando que estaba esperando un varoncito, incluso se había atrevido a mandar hacer un pendon con la ecografia donde salia que efectivamente iba a ser un niño, la coloco justo detrás de la mesa donde irían los regalos.
En lugar de copas y vasos, las bebidas estaban servidas en vasitos entrenadores y biberones con diferentes liquidos, Gulf y Gaby optaron por los vasitos evitando a toda costa los otros, al parecer cuando su amiga se proponía hacer una celebración lo hacia a lo grande, tal como lo había hecho con su despedida de soltera y boda.
-Esto es muy original- murmuro Gaby tomando un trago, sintiéndose algo estúpida por tener que tomar su bebida de esa forma.
-Gracias- escucharon la voz de Pineare que venia desde atras- Este niño especial, necesitaba tener una fiesta muy especial.
-¿En un bar?- pregunto con la ceja alzada Gulf.
-¡Este no es solo un bar!- proclamo emocionada la mujer -En el baño de este bar- restaurante, mi guapo hombre y yo procreamos a nuestro pastelito.
-¿Pastelito?
-Tu le dices pingüinito al tuyo, yo le puedo decir pastelito al mio si me da la gana.
-Por supuesto, puedes decirle como quieras, solo me extraño el apodo- se disculpo rápidamente el pelinegro no quería que su amiga se pusiera a llorar delante de ellos.
-Ahora vayan y busquen sus lugares, tenemos una larga noche y quien se niegue a participar en los juegos que he preparado tendrá que darme un masaje en los pies- hablo emocionada Pineare cambiando nuevamente su estado de animo.
-Yo participaré con gusto en todo lo que te hayas propuesto- apareció Yaya con un biberón lleno de jugo en sus manos -No pienso acercarme a esos pies, estan horriblemente hinchados.
-¡Oye!, ni que tu estuvieras en mejores condiciones...
Asi comenzaron una discusión las dos amigas, Gulf tomo del brazo a Gaby para irse a sus lugares dejando atras el murmullo de la discusión, mientras que la jefa de su marido se reía de lo sucedido, tenian una larga y divertida noche por delante , solo esperaba que su nueva amiga no dejara de hablarle por haberla invitado a una fiesta en donde las personas estaban un poco locas.
Entre tanto Mew estaba mas tranquilo acostado en la cama comiendo un plato de cereal, hace tan solo una media hora había recibido una foto de su esposo en donde estaba con su jefa usando unos vasitos entrenadores, teniendo como telón de fondo una enorme ecografia y muchos globos azules, lo cual lo dejo tranquilo sabiendo que la cita de su esposo era completamente inocente.
En su defensa, su adorado esposo había hecho un buen trabajo haciendo que se imaginará una infinidad de situaciones en su cabeza, el sabia que su Bii era completamente fiel a él, pero detestaba que llamara tanto la atención de hombres y mujeres, Gulf era solo suyo y le molestaba no poder dejárselo claro a quien osara mirarlo mas de lo debido.
Fue a las dos de la mañana cuando por fin el pelinegro llego a su casa, la fiesta de Pineare se había alargado mas de lo que esperaba, los juegos que se habían inventado fueron muy divertidos, incluso fue la suegra de Pineare que termino mas borracha por tomar sus bebidas en biberón toda la noche, en esos momentos dudaba que Yaya pudiera superar eso con su baby shower la siguiente semana, aunque si era sincero temía mas por esa fiesta, ella era aun mas excentrica que su antigua asistente.
Gulf entro a la habitación encontrándose a su esposo en medio de la cama, con un niño en cada uno de sus costados, probablemente se levantaron en la noche y se fueron a su cuarto encontrándose a su papá solo en la cama y decidieron hacerle compañía, silenciosamente busco una pijama en su closet y salio para irse a dormir a la habitación de invitados, no quería despertar a ninguno de sus amores y no le apetecía meterse a la cama con sus pequeños alli, al decir verdad últimamente había estado un poco sudoroso y aborchornado, asi que no quería sentir mas calor al tener otros cuerpos compartiendo su espacio.
Mew no se tomo la otra semana libre y regreso puntual el día lunes a su trabajo, en pocas palabras volvieron a su rutina de siempre, los niños iban al colegio pero ya no regresaban al medio dia a casa, ahora se quedaban en las tardes poniéndose al día con las actividades de sus respectivos clubs, Alexander estaba emocionado porque se avecinaba una nueva competencia y por ello ponía todo su empeño en resolver los ejercicios que su profesor dejaba, por su parte Lamai estaba entusiasmada ensayando para una obra de su grupo de teatro, estarían representando el cuento de cenicienta y ella interpretaría a una de las hermanastras en el festival escolar que se avecinaba.
El castaño en su reanudación de actividades, se ocupo de mantener su entrepierna segura, sin hacer ningún tipo de movimiento brusco, en pocas palabras nada de masturbación, el sexo tampoco lo habían reanudado, decidieron que preferían que terminará de sanar antes de volver a sus andadas, ya que cuando ellos estaban juntos no eran muy delicados que digamos, a ellos le gustaban las cosas bruscas y salvajes.
Un mes y medio después, se acabo la espera, los niños ya estaban dormidos después de un gran dia en la escuela, lo cual les garantizaba que no se iban a levantar para interrumpirlos, pero en caso de que lo hicieran esa noche habían cerrado su puerta con seguro, no querian que los volvieran encontrar en una indecorosa posición y tener que dar nuevas explicaciones para las que aun no estaban preparados.
Estaban en medio de una sesión candente de besos, ya Mew le había quitado la ropa a su esposo solo le faltaba quitarle los boxer y cuando iba a ello, lo escucho decir: -Espera Boo, esta noche no, no estoy de animos para ello.
-¿Me estas hablando en serio?- pregunto desconcertado el castaño que pensó que los dos estaban en la misma sintonía.
-Si, no se que tengo, no quiero hacerlo... es difícil de explicar lo que estoy sintiendo en estos momentos.
-Podemos intentarlo, darnos besos y ver que pasa, si entras en el estado de animo- le propuso Mew que estaba más que excitado y era la primera vez que su adorado esposo le negaba estar dentro de el.
-No amor, la verdad es que no estoy excitado- dijo con un sonrrojo Gulf.
Eso fue como un balde de agua fría para Mew, nunca había escuchado salir esas palabras de la boca de su Bii, aparte de que nunca lo había visto sonrojado a menos que fuera por el esfuerzo físico que hacian en la cama, definitivamente eso era una primera vez en sus vidas.
-¿Estas seguro?- volvio a preguntar esperanzado.
-Si, esto tambien es una sorpresa para mi, yo tambien estoy frustrado, no me gusta no sentirme excitado por ti, nunca me había pasado esto y aunque mi cerebro me dice que quiero estar contigo, mi cuerpo no esta reaccionando.
-Esta bien- suspiro el castaño saliendo de encima de su esposo y acostándose a su lado mirando el techo tratando de calmar a su amiguito que estaba aun semi erecto dentro de su ropa interior.
-Mew...
-¿Que?
-¿Estas molesto conmigo porque no quiero hacer el amor?, porque si es asi puedes ir al baño y masturbarte... No es mi culpa que no pueda excitarme como es debido...
El castaño solo sonrió ante las palabras de su esposo, por supuesto que amaba hacer el amor con él, era su hobby favorito, pero amaba más a la persona que era su esposo, simplemente no podia enojarse con él por eso.
-No, amor no estoy enojado contigo... y tampoco voy a ir a masturbarme al baño, tan solo saber que estas aqui escuchando... no me parece divertido, no estar contigo por una noche no me molesta, tal vez mañana estes mas dispuesto.
-No lo se...- susurro Gulf no entendiendo lo que estaba pasando con él.
Y la noche siguiente tampoco nada sucedió, el pelinegro se quedo dormido antes de que Mew fuera acostarse, se sentía demasiado cansado y su cuerpo un poco acalorado, no quería tener ningún contacto piel contra piel, no se sentía cómodo con ello y eso aumentaría la incomodidad que venia sintiendo desde hace unos dias; no fue hasta la cuarta noche después de que decidieran volver a su vida sexual que por fin pudieron hacer el amor.
No fue un encuentro delicado, en el desataron todo ese deseo que tenian acumulado y que no habían podido sacar en todo ese tiempo, el pelinegro estaba mas excitado que nunca, en pocas palabras paso de no sentir nada de deseo sexual, a irse encima de su esposo sin ninguna restricción, lo necesitaba, sentía un fuego que recorría sus venas que le pedía que su adorado Boo estuviera dentro de él y lo hiciera delirar durante un orgasmo, lo cual Mew le cumplió con creces quedando ambos completamente saseados.
Una semana después Alexander despertó mas temprano de lo habitual, la casa estaba en completo silencio y no entendía porque, sabia que a esas horas por lo menos Mirian y Mary ya estaban levantadas, se bajo se su cama y fue en busca de su hermana, pero ella tambien estaba durmiendo, cerro su puerta y se fue en busca de sus padres, los cuales tampoco estaban en su cama, sobre su almohada estaba era Hazard, asi que lo tomo en brazos y bajo las escaleras en busca de alguien que estuviera despierto a esa hora.
-No puede ser que lo hayan olvidado, ¿o si?- le pregunto a su gatito mientras bajaba las escaleras.
Busco en la sala y en la cocina sin ningún rastro de ellos, no había nadie despierto, los llamo pero tampoco respondieron, asi que molesto y algo triste, se fue a buscarlos al estudio a ver si estaban y alli si los encontró; estaban dormido en el sofá rodeados de serpentinas, globos, un cartel enrrollado en la mesita de centro y una caja grande envuelta en papel de regalo cerca del escritorio.
Al ver todo aquello no pudo evitar que unas cuantas lágrimas de felicidad se derramaran por su mejilla, se las limpio para terminar de entrar al estudio, dejo a Hazard en el suelo y caminar hacia Mew y comenzó a tocarle las mejillas para hacer que se levantara, este solo alejo su mano y se acomodo mejor con Gulf, lo que hizo que soltara una risita al ver lo gracioso que era, asi que volvio a repetir su acción logrando su cometido.
-¿Alex?- pregunto adormilado antes de levantarse sobresaltado provocando que Gulf tambien despertara -¡Amor!, ¡Alex esta aqui!
-Que... ¡Pingüinito!- hablo el pelinegro abriendo sus ojos por completo -Mi cielo, este...¡Feliz Cumpleaños!- lo atrajo a sus brazos para llenarlo de besos.
-Gracias- respondió el niño feliz.
Alexander sintió como Mew lo levantaba en brazos para desearle un feliz cumpleaños tambien, una vez que tuvieron suficiente de los abrazos lo dejaron en el suelo, momento que aprovecho Gulf para tomarlo de la cara y verlo con mas calma frunciendo el ceño, había algo que no le gustaba en la cara de su pequeño; por su parte el niño estaba rogando que no se diera cuenta del golpe que Lamai le había dado sin querer con su muñeca.
-¿Estuviste llorando?- le pregunto Gulf mirándolo seriamente.
-No- respondió rápidamente apartando la mirada.
-Alexander...
-Solo un poquito... es que no sabia en donde estaban, pensé que se habían olvidado de mi cumpleaños y cuando los encontré pues...
-Mi cielo, nosotros nunca nos olvidariamos de tu cumpleaños, eres nuestro pingüinito.
Mew se sentó nuevamente en el sofá y tomo a su niño en brazos sentándolo en su regazo, mirando de frente a Gulf -Creo que tenemos que dejar algo en claro, debes dejar de pensar siempre en negativo cuando las cosas no van de la manera que tu quieres.
-Yo no...
-Tu si lo haces, nos lastimas con ello, nosotros no vamos a dejarte, ni vamos a consentir que alguien te lleve lejos nuevamente, mucho menos vamos a dejar de quererte u olvidar tu cumpleaños, eres nuestro hijo, no puedes seguir dudando de nuestro amor por ti- le hablo claro el castaño que no podia soportar mas las desconfianzas de su hijo.
-Lo siento, yo no quiero lastimarlos y tampoco dudar de ustedes- hablo en voz baja el niño recostado en el pecho del castaño.
-Lo se, y por eso quiero me prometas algo.
-Lo que quieras Mew, pídeme lo que quieras.
-Quiero que antes de sacar conclusiones fatalistas, necesito que pienses con esa cabecita inteligente tuya y recuerdes que te amamos mucho.
-Si pingüinito, nosotros te amamos con todo nuestro corazón.
-Les prometo que lo haré, no sacare mas conclusiones apresuradas.
-Esta bien, ahora ayúdanos a llevar todo esto a la cocina, te levantaste mas temprano que de costumbre- le reprocho Gulf divertido.
-Lo siento, pero es que estaba emocionado- respondió tomando los globos -¿Puedo mantenerlos en mi habitación después?
-Por supuesto cielo, son tuyos - le aseguro el pelinegro tomando el cartel.
-¿Puedo abrir mi regalo?
-El regalo es para después que cortemos el pastel.
-¿Hay pastel?- pregunto emocionado.
-Claro que seria de un cumpleaños sin pastel- le dijo Mew con una sonrisa.
Solo eso basto para que soltara los globos que tenia en sus manos y saliera corriendo en busca de su hermana para despertarla, tenian un pastel que cortar y no lo podían hacer sin su presencia o sino se molestaría mucho con él.
Después del desayuno de cumpleaños Mew salió al patio a ver a sus niños jugar con el regalo de Alexander, le habían comprado una bicicleta y Lamai estaba emocionada montada en la parte trasera dando vueltas por el pequeño espacio, ya tenían una similar para su niña para su cumpleaños y así poder llevarlos al parque a pasear un rato algunos fines de semana.
No podía aguantar su risa al ver cómo Chopper corría detrás de ellos mientras ladraba emocionado.
-Sigo pensando que fue una mala idea comprarle la bicicleta, se pueden caer, menos mal que le compramos todo el equipo de protección, así me siento más seguro- hablo Gulf uniendosele en los escalones de la puerta trasera.
-Tranquilo nada les pasará, están bien protegidos fue buena idea comprarle todo el equipo a Lamai también.
Era sábado y como siempre ambos debían ir al trabajo, pero por ser el cumpleaños de su niño no iba a tardar mucho tiempo, por eso antes de irse llamo a su niño al estudio, necesitaba entregarle su regalo sorpresa.
-¿Para que me llamaste Gulf? - pregunto el niño quitándose el sudor de la frente, estaba emocionado estrenando su regalo.
-Tengo un regalo especial para ti- le tendió la cajita que tenía en sus manos y espero paciente a qué la abriera.
Esperaba que no le pareciera algo demasiado cursi, también entendería que no lo quisiera usar, después de todo podría decir que ya era un niño grande, el niño termino de abrir la cajita y se encontró con la cadena que tenía la mitad de un corazón.
-Es igual a la de Lamai y la tuya -Sonrió sacándolo de la caja y pasándolo por su cabeza enseguida.
-Asi es, que bueno que te gustó, ustedes dos son la mitad de mi corazón, este collar estuvo esperando por ti hace mucho tiempo- lo abrazo sin importarle que pudiera ensuciar su traje, porque era verdad ese dije d corazón era algo que debió de darle en su primer día de escuela, pero el estupido de Jackson lo había arruinado, lo bueno es que ya no era su jefe inmediato, seguía formando parte del consejo directivo, pero ya no era su jefe directo, ese ahora era Earth.
-Me gusta mucho Gulf, ustedes también son parte de mi corazón - le dijo Alex feliz.
Gulf lo abrazo un rato más, hasta que Lamai llegó a buscar a su hermano para seguir corriendo bicicleta, encontrándose con la sorpresa que los tres compartían ahora el mismo dije, estaba muy emocionada por ello.
Después de ello el pelinegro se fue al trabajo para entregar un informe rápido y volver a festejar el cumpleaños de su pingüinito, quien no puso ninguna queja siempre y cuando pudiera pasar el tiempo usando su regalo, dos horas después Gulf había regresado, momento que aprovecharon para salir a comer a un restaurante en donde le volvieron a cantar cumpleaños a su niño, para luego pasar la tarde en un parque de diversiones, haciendo todo lo que el quisiera, para terminar en la casa de Dave y Kulap quienes le habían organizado una cena de cumpleaños junto a sus primos quienes volvieron a cantarle el cumpleaños feliz.
Definitivamente fue un gran día para el niño, que por primera vez en mucho tiempo celebraba su cumpleaños, por lo general en las casas de acogida simplemente le daban una escueta felicitación y si querían un pequeño pastel que debía compartir con todos los niños que allí se encontraban.
El fin de semana siguiente Lamai veía como su papi terminaba de arreglarse, esa noche sus padres iban a ir a una cena en la que no se permitían niños, Alex y ella no estaban felices con esa noticia pero no pudieron convencerlos de que los dejaran ir con ellos, cuando vio que su papi se terminaba de poner los zapatos y se levantaba de su sitio, salió corriendo al cuarto de su hermano donde entró sin tocar.
-¿Estabas espiando a Gulf otra vez verdad?- le pregunto Alexander bajando el cómic que estaba leyendo.
-Este no es tu problema- dijo ella molesta al saberse descubierta -¿Crees que nos dejen ir si lo pedimos de nuevo?
-Creo que no, ya nos dijeron que no podemos ir.
-Pero estoy segura de que si vamos los dos y rogamos un poco, podemos convencerlos.
-Yo no haré nada Lamai, ya dijeron que no podíamos ir, así que quédate tranquila.
La pequeña le saco la lengua y salió de la habitación de Alexander molesta, a veces no le gustaba como este era, sobre todo cuando no la apoyaba para convencer a sus padres para que hicieran algo que ella quería.
Unos minutos más tarde contra todo pronóstico llegó Samantha con sus hijos a la casa, lista para cuidar ambos niños, Mary ya estaba disfrutando de su días libres, Mirian estaba en su habitación recostada porque se había estado sintiendo un poco mal, el médico había dicho que solo se trataba de un resfriado común y que solo necesitaba reposo, Bass estaba viajando y no podía regresar solo para cuidar a sus nietos por un fin de semana y por último los Suppasit habían hecho uso de uno de sus regalos de navidad y no se encontraban en la ciudad tampoco, así que su última opción fue la mujer.
Los niños bajaron las escaleras después de que sus padres los llamarán, Lamai fue la primera en ir a saludarla saltando a sus brazos, su tía podía ser algo mandona pero igual la quería mucho, ella siempre la había cuidado cuando era más pequeña.
-Hola niños, ¿Listo para pasar una noche divertida con la tía Sammy?- dijo la mujer saludando a los niños.
-Si tía Sammy- respondió la pequeña besándole la mejilla -¿Podemos comer galletas de chocolates mientras vemos televisión?
-No lo se, ya veremos.
-Nosotros tenemos que irnos -hablo Mew colocándose el saco -Estaremos devuelta mañana al mediodía, ya conoces la casa, el cuarto de invitados está preparado y ya sabes en donde está todo.
-Esta bien Mew no te preocupes los cuídare bien, sigo pensando que hubiese sido mejor si me los llevaba pero... Me las arreglaré aquí- hablo ella resignada no estaba contenta por cuidarlos en esa casa pero debía jugar bajo sus reglas, por lo menos habían recurrido a ella por ayuda.
La pareja salió de la casa no sin antes advertirles a sus hijos que debían portarse bien, si hacían lo contrario iban estar en serios problemas, los pequeños asintieron obedientemente, una vez solos Samantha los mando a colocarse la pijama, después de todo tendrían una fiesta de pijama.
Alexander hizo lo que le habían pedido, pero Lamai no, la niña se desvío a la habitación de sus padres en donde estaba segura había visto lo que necesitaba para reproducir lo que había visto en la televisión hace unas horas, cuando estaba cambiando los canales en busca de sus caricaturas.
Ella quería verse bonita como la mujer que salía en la televisión, por eso cuando hallo lo que buscaba fue una niña feliz que se metió en el baño de sus padres y puso manos a la obra, minutos después Alexander la había encontrado y no había parado de reír por la imagen que tenía al frente.
Los hermanos estaban juntos en las buenas y en las malas, pero todo hermano mayor que se respetará, estaba acostumbrado a burlarse de la desgracias de su hermano menor y por ello no había parado de reír desde que la vio, incluso Samaná había tenido que contener su propia risa al ver a la pequeña con la mitad de su cabello mutilado a la altura de sus hombros.
-¿Que has hecho Lamai?- pregunto la mujer quitándole las tijeras de las manos y revisando el desastre que había hecho la pequeña con su negra melena.
-Yo solo quería ponerme guapa como la señorita de la televisión, pero fue muy difícil- contesto ella como si nada.
-Dios Lamai, que ideas se te ocurren ¿Cómo le explicaré esto a Gulf?, Va a matarme - negó con la cabeza Samantha evaluando el daño que había hecho la niña -Vamos de vuelta al baño- suspiro con desgana -Tengo que emparejarte el cabello, niños vayan a la sala y eaperenme alli, no se les ocurra hacer alguna tontería como está- menos mal que alguna vez había tomado un curso de peluquería y sabía muy bien que hacer.
-Lamai estás de foto, deja que vaya por mi tablet para hacerte una - hablo Alexander antes de salir de la habitación recibiendo una pantufla voladora como respuesta.
Después de una noche de películas infantiles y de comer pizza Samantha arropó a sus cuatro hijos y a Lamai quienes ya estaba dormidos en el nido de almohadas que habían organizado en la sala, levantó los platos de la mesita de centro, ella podía ser una madre estricta pero sabía cómo organizar una buena pijamada que cansará a los niños para que durmieran toda la noche.
El único que se encontraba despierto era Alexander que se había ofrecido a ir con ella a la cocina, lo que parecía funcionar con sus hijos y Lamai, no lo hacia con él, era un niño tranquilo, no tenía ninguna queja sobre su comportamiento, pero era extraño que no estuviera durmiendo ya.
-¿No tienes sueño?
-Aun no, no estoy cansado.
-Esta bien dejaré que me ayudes pero después tienes que irte a dormir, ya es muy tarde para que estés despierto.
Alex asintió y arrimo una de las sillas hacia donde estaba el fregadero para ayudarla a secar los platos, saco un delantal y se colocó unos guantes también.
-¿No crees que los guantes son demasiado?- le pregunto ella levantando una ceja.
-No, son necesarios... ¿No quieres unos también?
-Me encantaría -acepto ella solo por seguirle el juego.
-Muy bien, así no se te dañan tus manos.
Y con esas palabras, ese pequeño ya la tenía metida completamente en su bolsillo, con sus acciones y sonrisas encantadoras hicieron que su corazón se derritieran, ahora entendía porque era la adoración de Gulf, jamás pensó que un niño con la personalidad tan parecida al pelinegro la pudiera encantar de esa manera.
Terminaron de lavar los platos rápidamente, para luego volver a la sala y arroparlo en el sillón junto a Hazard que se acurrucó junto a él listo para una noche de sueño, apago las luces y se retiró a la habitación de invitados, para ser la primera vez que se quedaba en esa casa las cosas salieron relativamente bien si no contaba con lo que había hecho Lamai, seguro Gulf la iba a matar.
Último capítulo de la semana y como siempre les deseo que tengan un lindo fin de semana🥰🥰🥰, ya nos acercamos a la recta final de está historia, si mis cálculos no me fallan debería de estarla terminando la semana que viene, espero que les haya gustado el capítulo de hoy, volvemos a leernos el lunes sin falta.
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