Capitulo 10
Las cosas con Alexander fueron mejorando después de su conversación en la cocina por fin su niño había entendido que no estaba mal ser un niño adoptado, eso lo hacía especial porque había sido escogido para ser su hijo porque lo amaban desde el primer momento que vieron su foto en aquel album convirtiéndolo en su hermoso pingüinito.
Ya estaban a casi finales del mes de octubre y Gulf escuchaba pacientemente el parloteo Sari haciendo planes para la navidad, cuando todavía faltaba poco más de mes y medio para que llegarán al mes de diciembre.
No podía creer que su madrastra ya le estuviera hablando de la organización de las mesas que iba a colocar en el patio trasero, ella era una mujer importante, todos en el pueblo la conocían y pedían su ayuda cuando debían organizar un evento, sin olvidar que en el rancho Kanawut se organizaban las mejores reuniones de Navidad del pueblo, eso era normal en su familia compartir esos momentos con todos los vecinos, lo raro era que estaba organizando una cena navideña a la que esperaba que todos asistieran y por eso lo estaba haciendo con antelación.
-Tu padre me dijo que te dijera que invitarás a las papás de Mew, quiere que pasen las fiestas con nosotros y se queden hasta después de año nuevo.
Al oir las palabras de la mujer ya se podía imaginar todo el drama que iba armar Samantha y los Thanas, suficiente escándalo ya había tenido que soportar después que se negara a qué su pequeña fuera la madrina de su boda, después de hablar con Mirian y oir todo lo que las mujeres habían dicho, él y Mew decidieron que su niña no participaría y que tampoco asistirían.
Eso fue un drama total en donde tuvo una buena discusión con las mujeres y les hizo saber por lo que había pasado con su niña por culpa de sus lenguas venenosas, la única apenada por eso era su suegra Kulap que se veía arrepentida por el incidente, las otras dos se lavaron las manos diciendo que esas eran conversaciones de adultos y que los niños no debian prestar atención a ellas, como sino lo hubieran hecho en la presencia de Lamai.
-Hablare con ellos pero no prometo que asistan - le contesto por fin Gulf sin muchas esperanzas que aceptarán la oferta.
-Tu padre se ofreció a pagar los boletos de avión de todos, avísame lo más pronto que puedas para acomodarlos en la mesa familiar y tener en condiciones una de las habitaciones de invitados.
-Lo haré Sari, no te preocupes.
-Te dejo seguir con tu trabajo, ahora sí el verdadero motivo de mi llamada fue para desearte un feliz cumpleaños.
-Gracias no he preocupes, sabes que no soy mucho de celebrarlo, adiós.
Colgó Gulf suspirando cuando Sari estaba en modo organizadora no había quien la parará, en ese momento Firts entro a su oficina con un nuevo arreglo de rosas.
-Acaba de llegar el repartidor -hablo colocándolas en el escritorio- No puedo creer que sigan llegando, es el cuarto arreglo que te envía.
-Es costumbre de mi esposo hacerlo- respondió con una sonrisa mientras tomaba la nota que venía con ese arreglo -Siempre me envía cinco ramos de 73 rosas cada uno, 365 rosas en total... Eso representa otro año de mi vida junto a él.
-Es muy romántico- suspiro enamorado First que daría lo que fuera para que su hombre fuera igual de detallista.
-¿Porque 5 arreglos? -Pregunto Earth desde la puerta que había llegado en medio de su explicación con James que miraba las rosas con fastidio.
-Fue el tiempo que tarde en hacer oficial nuestra relación - respondió Gulf encogiendose de hombros, su marido era un romántico de primera que lo consentía en cada fecha especial y eso le encantaba porque le indicaba lo mucho que lo amaba, el día que eso dejara de suceder entonces si se preocuparía.
-¿Cómo festejas tu cumpleaños? - interrogó Firts emocionado y porque no con ganas de hacer que James se retorciera de la envidia, como detestaba al hombre y eso que llevaba poco tiempo de conocerlo.
El pelinegro solo sonrió mordiéndose el labio inferior con una mirada pícara, causando la risa de Earth y Firts que ya se podían imaginar a qué se refería, al igual que James que bufo de molestia, el no quería saber esas cosas.
-¿Que es lo que necesitas Earth?- pregunto Gulf poniéndose serio nuevamente - Espero que no sea algo que me haga quedar más tiempo del necesario, tengo una cita con mi esposo y mis hijos está noche.
-Son cosas sencillas, no tardaremos más de una hora que es lo que queda para la salida -respondió el hombre sentándose en una de las sillas, dejándole la otra libre a James que había insistido en ir con el en representación de su departamento, lo acepto porque Darién y Yaya estaban ocupados.
Casi a la hora de que el pelinegro regresara a casa Lamai y Alexander se encontraban escondidos debajo de la mesa, estaban en serios problemas, más problemas de los que alguna vez tuvieron.
Habían tirado el florero con rosas rojas que Mew había llevado cuando llegó, era uno de los regalos para Gulf, accidentalmente se habían comido la caja de chocolates y estaban seguros que habían roto la cadena con el dije de diamantes cuando la dejaron caer, no la habían abierto por miedo a lo que se iban a encontrar.
-¿Crees que nos encuentren? -Pregunto Lamai con toda su boca llena de chocolate.
-No, pero es mejor que huyamos en nuestra primera oportunidad.
-¿A donde?
-No se, quizás debamos irnos a México.
-¿Porque allí?
-No lo se, pero es lo que dicen en las películas americanas que le gustan ver a Mew, cuando quieren escapar y que no los encuentren- se encogió de hombros Alexander.
Lamai asintió y se acurrucó más cerca de su hermano esperando la llegada de sus padres, Mew había ido a buscar a Gulf al trabajo, la puerta abriéndose, el sonido de las pisadas, además de la risa divertida de su papi, era suficiente para saber que muy pronto recibirían su castigo.
-Me voy a tropezar Mew- protesto Gulf mientras reía.
-Claro que no, ahora calla y sigue caminado- guiaba Mew a su esposo que iba con los ojos vendados.
-¡Es mi cumpleaños!, Debería ser yo el que diera las órdenes.
-Mmmm, te recuerdo que no pensabas lo mismo hoy en la mañana.
La pequeña tocó el hombro de Alex llamando su atención -¿Sabes de qué están hablando?
-No, pero cállate o sabrán en donde estamos.
La niña asintió, y no tuvieron que esperar mucho tiempo para escuchar el jadeo sorprendido y horrorizados de sus padres, al ver el desastre que habían hecho.
-¿Este es mi regalo?- pregunto divertido el pelinegro intuyendo lo que había pasado.
-¿Que demonios paso aquí? Todo estaba perfecto cuando me fui a buscarte ¡NIÑOS!- definitivamente estaban en serios problemas.
-¿Corremos a México ahora?- pregunto Lamai nerviosa.
Observó como Alexander se mordía las uñas nervioso al ver los pies de sus papis entrar al comedor.
-¡Salgan de allí ahora mismo!, Ya vi que están debajo de la mesa- hablo Gulf con voz sería tratando de ocultar su risa.
-Tu sales por la izquierda yo por la derecha -Susurro Alex -Quien llegue primero afuera detiene un taxi y pide que nos lleve a México.
-Esta bien- estuvo de acuerdo Lamai.
-¡Salgan de allí ahora mismo! - Volvió a decir Gulf.
La pequeña vio a su hermano y cuando esté dio la señal, ambos salieron de abajo de la mesa y huyeron, huida que solo duró dos segundos, pues ambos terminaron chocando entre si porque habían corrido en la misma dirección terminado tirados en el suelo con un golpe en sus cabezas.
-No se porque crei que sería un cumpleaños tranquilo -Suspiro el pelinegro ayudando a su niña a ponerse de pie -¿Te han gustado mucho los chocolates pequeña ladrona? - le pregunto mientras le limpiaba la boca.
Lamai se sonrrojo mientras escuchaba a su hermano excusarse acerca de que todo había sido un accidente y que lo sentían.
-Alex y yo sentimos arruinar tu sorpresa papi - murmuró la niña - No fue nuestra intención solo queríamos un chocolate, pero estaban muy ricos y no pudimos detenernos, Alex me dijo que no podía tomar el collar que papá te compro, pero era muy bonito, así que no le hice caso, ambos peleamos por la caja y terminamos tirándola, perdón por romperlo.
-Lo sentimos Gulf, puedes quitarnos nuestras mesadas para arreglar tu collar y comprar nuevas flores, incluso te doy parte de mis ahorros de lo que le gane a Earth - hablo ahora Alexander.
La pequeña miro de reojo a sus padres que se sonreían levemente, tal vez su castigo no sería tan malo; desde su escondite Mirian observaba la escena, ella solo se había descuidado dos minutos para ir al baño, cuando regreso los vio escondiéndose debajo de la mesa, no les dijo nada porque quería ver su reacción cuando sus padres llegarán y fue su mejor decisión ya que eso le dio pie a un momento familiar, así que discretamente le indico a Mew que se retiraba y que si la necesitaban ya sabían en donde encontrarla, para irse a su habitación a leer un libro, Mary se había ido otra vez a su hogar, su mamá estaba algo enferma así que no se había estado quedando en la casa y por eso no estaba allí en ese momento.
Gulf se acurrucó junto a Mew, era una noche cálida y tranquila, su esposo tenía una mano firmemente puesta en su cintura manteniéndolo cerca, mientras con la otra cambiaba los canales de la televisión.
Era tan extraño estar usando su pijama a esas alturas de la noche, normalmente ya estaría desnudo y en su segunda ronda de sexo, llevando solamente el collar que le había regalado su esposo, todavía le causaba gracia que sus niños no habían entendido del todo que no era posible romper un collar de diamantes.
Ahora estaban descansando tranquilamente en su cama mientras veían una película de comedia, podría sentir la sacudidas del pecho de Mew cada vez que reía por algún diálogo; era un cumpleaños diferente al que estaba acostumbrado, no había pasado la velada en un lindo y elegante restaurante, no había usado un hermoso traje que lo hiciera lucir guapo y sofisticado.
No habían llegado a casa con aliento a alcohol, sintiéndose lo sufriente achispado para dejar que su amando esposo lo amarrara a la cama e hiciera lo que le viniera en gana con él, no había tenido nada de eso, en su lugar tuvo una cena sencilla con sus dos pequeños, que intentaban remediar el desastre que habían hecho con sus regalos.
En lugar de cenar una comida elegante mientras que Mew besaba su cuello y le repetía lo hermoso que estaba, había tenido dos rebanadas de pizza y un delicioso pedazo de pastel de chocolate, no hizo nada de lo que realmente hacia siempre, pero se sentía completamente satisfecho con su cumpleaños.
Excepto por... Sonrió cuando su esposo lo puso contra su espalda.
-Aun es tu cumpleaños- murmuró levantandole la franela -Y me parece que no me has agradecido como se debe por ese bonito collar que ahora adorna su cuello.
Muchas cosas en su vida habían cambiado, pero lo que nunca cambiaria era el amor y deseo insaciable hacia su esposo, deseo que se vio interrumpido cuando las náuseas se hicieron presentes ...
La noche del atípico cumpleaños de Gulf había pasado y esa mañana Mew en medio de su soñolencia apago el odioso despertador que no paraba de sonar, se giro dispuesto a darle un abrazo a su esposo y molestarlo mordiendole el lóbulo de la oreja para hacer que se levantara, pero en su lugar se encontró que este era acaparado por Alexander, su pingüinito parecía un Koala, con su brazo agarrándolo del cuello y su pierna atravesada por la cintura, no había forma que lograra tocarlo con la intromisión de su niño.
Desde que habían sabido lo que Dominic había dicho, su pequeño había pasado a dormir por lo menos dos noches a la semana con ellos, ninguno ponia objecion por eso, si era lo que su hijo necesitaba para sentirse seguro, la psicologa les habia dicho que solo era una etapa y por ello lo dejarian que se metiera cuantas veces quisiera; pero despues de la segunda semana Lamai decidio que ella tambien queria dormir con ellos, asi que nu enorme cama que habia sido comprada con otros fines paso a ser perfecta para que los cuatro durmieran correctamente.
Esa mañana por lo menos agradecia que no habia sido despertado por una caida de la cama provocada por sus hijos, debido a que estos acaparaban todo el espacio disponible, eran aun pequeños pero juntos eran todo un terremoto, beso la coronilla de su pinguinito y se fue a la ducha dejando que su esposo e hijo disfrutaran de un poco mas de descanso.
Como era sábado después de que llegaran del trabajo irian a la casa de sus padres ya que su madre habia pedido que le llevaran a su nietos, habia pasado mucho tiempo desde la ultima vez que los tuvo a todos en casa y queria hacer una reunion familiar; ellos fueron los primeros en llegar, Lamai abrazo y beso a Kulap antes de correr adentro en busca del baño, Alexander repitio la accion y salio detras de su hermana, el necesitaba el baño mucho mas que ella.
-Me recuerdan mucho a como eran Thorn y tu a esa edad- hablo Dave una vez que estuvieron todos acomodados en la sala -Cada vez que llegabamos a casa peleaban por ver quien usaba el baño primero, a veces pensaba que solo lo hacian para molestar al otro.
-Puede que si... O puede que no- respondió Mew con una media sonrisa recordando esos episodios también.
Los cuatros se rieron cuando escucharon la voz de Alexander pidiéndole a su hermana que se apurara, la niña se estaba tomando su tiempo en salir del baño solo para molestar al niño, a fin de cuentas era una Suppasit y Alex ya le había hecho lo mismo en otras ocasiones.
-Es extraño que ustedes sean los primeros en llegar- hablo Kulap después que se quedaron en un silencio incómodo -Por lo general, siempre son los últimos que vienen a menos que necesiten hablar algo importante con nosotros.
-Nos conoces muy bien madre- le sonrió Mew inocente -Gulf será el que te diga el motivo de nuestra llegada temprana.
Kulap pudo ver cómo el nombrado lo empujaba con el codo suavemente y lo regañaba con la mirada por dejarle la responsabilidad de decir lo que fuera que necesitaban hablar.
-Mi padre quiere que pasemos navidad y año nuevo en Provincia y quiere que ustedes nos acompañen, ya conocen a mi papá Bass, pero aún no conocen a Sunan y el se niega a venir a Bangkok ya no quiere salir de casa.
-Provincia...- susurro Dave pensando en todo lo que implicaba el traslado.
-Mi padre también se ha ofrecido a pagar todos los gastos de viaje, se quedarán en la casa familiar, hay suficiente espacio allí y podrán tener su privacidad, no le hará falta nada... Aunque entenderé si su respuesta es negativa.
Eso último lo había dicho después de ver la cara de su suegra, que al parecer no se veía capaz de pasar unos días con su familia, así como creía saber porque se lo estaba pensando, Bosston y Samantha no se tomarían bien la noticia de que no los verían en esas fechas.
-Nos encantará ir- hablo Dave antes de que su esposa se le ocurriera decir algo -Seria un buen cambio para pasar la navidad lejos de la ciudad y su ajetreo de esas fechas.
La única mujer de la sala no pudo decir nada, ya su esposo había tomado la decisión por los dos, no era la navidad que había planeado, pero si ya se había acostumbrado a convivir con los Thanas, la familia de Gulf no podía ser tan mala después de todo ya conocían a Bass, aunque si era sincera se sentía emocionada de por fin conocer a la familia del pelinegro.
La tarde los niños fue muy divertida, ahora Alexander se llevaba un poco mejor con sus otros primos y estaban jugando todos juntos, hasta que Lamai corrió dentro de la casa asustada porque algo le había pasado a su hermano.
Mew fue el primero en llegar al patio, tomo al niño en brazos quien se aferró a su cuello mientras sollozaba, estaba asustado, le dolía la boca y el sabor de la sangre le causaba repulsión, un minuto estaba jugando con Lamai y sus primos, para luego encontrarse en el suelo, no sabía quien habla gritado, ni cuando sus hermana se había ido en busca de ayuda pero Mew y Gulf habían llegado en poco tiempo, cuando entraron Samantha ya los esperaba con el botiquín de primeros auxilios.
-Ponlo en la sofá para que lo revise.
Alexander se aferró al cuello de Mew, no estaba listo para soltarse de él, esté lo entendió y lo sentó sobre sus piernas manteniéndolo cerca de su pecho, Gulf estaba sentado junto a ellos mordiéndose el labio, mientras dejaba que Samantha se encargará de ver qué le había pasado, era la primera vez que dejaba que la mujer hiciera algo por él.
-Abre la boca cariño, déjame ver lo que pasó.
El niño hizo lo que pidió recargandose contra Mew para sentirse más seguro, no era la primera vez que tenía una caída, había tenido muchas de esas a lo largo de su niñez, en esas ocasiones los responsables de la casa de acogida lo curaban o lo llevaban al médico, pero era la primera vez que lo rodeaban personas preocupadas por él.
-Me parece que has perdido un diente - le sonrió Sammy - Por el golpe lo has perdido antes de tiempo y por eso la sangre.
-Me duele- protesto acurrucandose en el pecho de Mew, no le importaba parecer un bebé.
-Eso no es nada que un poco de helado no arregle- hablo Kulap caminando a la cocina en busca de un poco para él.
Para Alexander era extraño saber que ya no necesitaba ser un niño fuerte, por fin tenía la oportunidad de acurrucarse en brazos de adultos sabiendo que ellos lo consolarian y mejor aún eran Mew y Gulf los que nunca lo soltarían.
Después de comer helado y recuperarse del susto, los niños volvieron al jardín, está vez no a jugar sino en busca del diente de Alex, para ellos era de suma importancia encontrarlo, debía ponerlo debajo de su almohada para que el hada de los dientes lo encontrará y le dejara su recompensa.
Esta vez Gulf, Mew y Dave estaban con ellos en el jardín, el pelinegro había preferido salir al jardín antes de quedarse adentro con Jen que acababa de llegar, no quería tener otra discusión con la mujer en la casa de sus suegros.
-Yo creo que el hada igual te visitará así no pongas el diente debajo de la almohada- hablo Dave después que transcurriera media hora y no lo hubiesen encontrado.
-¿Cómo estás seguro de eso abuelito?-hablo uno de los hijos de Samantha -Mamá siempre dice que hay que ponerlo bajo la almohada, sino el hada no sabe que se te cayó un diente.
-La mayoría de las veces es así, pero si tú diente está muy limpio el hada lo encontrará donde sea que esté ¿Cuántas veces te lavas los dientes Alexander?
-Tres veces al día Abue - respondió sonriendo mostrando el lugar donde debería estar su perla - La señorita Mirian dice que debo hacerlo tres veces al día, sin falta.
-Entonces tal vez...
-¡Lo encontré!- exclamó victorioso el hijo mayor de Bosston interrumpiendo lo que Dave iba a decir -Ahora lo podrás poner debajo de la almohada y esperar que te visite el hada.
Alexander asintió tomando el diente, para luego ir con Gulf y pedirle que se lo guardara, lo que resto de la visita y su llegada a casa Lamai estuvo revisando si alguno de sus dientes estaba flojo, ella también quería que el hada la visitará.
Pero a la hora de prepararse para la cama estuvo segura que ninguno de ellos lo iba a perder en el corto plazo, aunque le dijera a sus padres que estaba segura que sentía que uno de ellos estaba flojo, Alexander desempeñando muy bien su papel como hermano mayor que era, le dijo que solo era imaginaciones suyas y el hada solo iría por su diente.
Al llegar el momento de acostarse tuvo de colocar el diente debajo de la almohada, no era el primer diente que perdía, y hasta el momento el hada nunca había aparecido, el pensó que aquellos momentos el hada solo lo había ignorado, pero había visto a sus primos y todos los demás emocionados con la idea de que el hada de los dientes lo visitaría que decidió no decir nada, incluso cuando su hermana sugirió que lo lavaran por última vez no pronunció ni una palabra.
-Recuerda no moverte mucho está noche, porque sino podrías aplastar al hada por error - le dijo Gulf mientras lo arropaba.
-¿Crees que el hada de verdad existe y que vendrá?
-Claro que existe, ya verás que mañana encontrarás una sorpresa en lugar de un diente debajo de la almohada, ahora a dormir que sino el hada no puede venir.
Gulf nunca le mentía, así que decidió tener un poco de fe esta vez y esperar que el hada de los dientes no volviera a fallarle.
Alexander se despertó la mañana siguiente muy temprano, incluso antes de que terminara de salir el sol, lo primero que hizo fue levantar la almohada y se quedó sorprendido al ver el dinero debajo de ella, con una hoja doblada al lado que decía:
"Hola Alexander soy el hada de los dientes, quiero decirte que cada vez que una de tus preciosas perlas que tienes por dientes caían, yo venía hasta tu casa y buscaba bajo la almohada, pero no había nada incluso tu no estabas en la cama, no entendía lo que estaba pasando , mis poderes mágicos no podían estar fallando, pero siempre que recibía la señal venía con la esperanza de por fin encontrarte.
Cuando hoy sentí que nuevamente una de tus perlas se cayó de tu linda boquita, tome mi bolso y salí a buscarte deseando que por fin estuvieras en casa, y sabes una cosa....
¡ESTABAS EN TU CAMA!
Estoy muy feliz de por fin encontrarte en tu casa, ahora puedo pagarte por todos tus hermosos dientes que se cayeron mientras no estabas en tu hogar... Pórtate bien, y sigue lavandote los dientes tres veces al día como lo haces ahora.
Nos vemos cuando tu próximo diente caiga... "
El niño sonrió bajándose de la cama olvidando por completo ponerse sus pantuflas, debía mostrarle a Lamai lo que el hada le había dejado, no importaba que su hermana aún estuviera durmiendo necesitaba que supiera que el hada si había ido, la sacudió hasta que recibió un golpe con la almohada como respuesta.
-¿Que quieres? Es muy temprano- se quejo ella mientras se tapaba con la cobija.
-¡El hada vino por mi diente!
El sueño que tenía la niña desapareció en un instante con esa noticia, levantó su propia almohada y comprobó que el grano de arroz que ella había puesto aún seguía en su sitio.
-¡No me ha dejado nada a mi!- protesto Lamai con un puchero.
Alexander rodó los ojos -Te dije que no iba a funcionar, ella se iba a dar cuenta, pero no importa yo te compraré algo con lo que me dejó a mi.
-Esta bien, pero ves que yo te dije que ella vendría, nunca falla, ahora vamos a decirle a papá y papi.
Cuando llegaron a la habitación de sus padres y está estaba aún en penumbras y como era normal Gulf estaba boca abajo con la mitad del cuerpo de Mew encima suyo, así que ambos se subieron a la cama y comenzaron a despertarlos.
-Mira lo que me dejó el hada -hablo Alexander a centímetros del rostro del pelinegro, Lamai estaba entretenida dejando muchos besos en el rostro de Mew como saludo de buenos días -Ella si vino por la noche y no la aplaste.
-Te dije que vendría, ¿Y solo te dejo esto?- pregunto Gulf con una sonrisa en su rostro al ver la emoción de su pingüinito mostrándole su dinero.
-Tambien me dejó una nota- se la mostró - Dice que ella venía a buscarme aquí porque está es mi casa y espera seguir encontrándome aquí cuando otro de mis dientes caiga.
-Claro que si amor, tu no vas a ninguna parte, este es tu hogar- le beso la mejilla.
-Yo lo se Gulf- le contesto el abrazándose a su cuello y dejarse abrazar también por Mew que se había unido junto a Lamai.
Allí en los brazos de su familia el niño no pudo dejar de pensar "Que bueno es estar en casa" .
Así cerramos la semana con un lindo capitulo en donde Alexander vive una nueva experiencia junto a su familia que lo hace darse cuenta que ya está en casa.
Tengan Feliz fin de Semana perdón por subir tarde el capítulo pero he estado sin luz desde la noche anterior, en estos momentos pasa onda tropical en dónde vivo y ha estado lloviendo mucho y por ello nos quitan el servicio.
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