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capitulo 1

El viaje a Hawaii fue todo un exito y por primera vez Lamai no tuvo burlas hacia su hermano cuando se entero que había dormido con sus papás, sabia que no debía decir nada que lo avergonzara y lo tomo como un avance de su relación, aunque en privado le reclamo a su papá Mew que no hubiera ido a buscarla a su cama para dormir con ellos también; por su parte el niño no dijo nada, solo se despertó abrazado a Gulf después de pasar una buena noche sueño, el pelinegro se había mantenido en la cama hasta que su pequeño por fin despertó y solo dejo que se desenredara y saliera de la habitación sin decir nada directo al baño.

Regresaron a casa como lo tenian planeado y nadie menciono lo ocurrido, dias después Alexander enfermo y su pequeña hermana fue la primera en darse cuenta de ello, ya que su molesto hermano no había protestado cuando había entrado a su cuarto sin tocar como todas las mañanas, era algo que siempre le repetía pero de todas maneras ella hacia lo que le daba la gana.

Sin embargo, ese dia aprendió su lección porque entro con mucho cuidado y se subió a la cama y comenzó a saltar sobre el queriendo quitarle las sabanas, cuando lo consiguió se encontró con su hermano que estaba palido y le estornudo en la cara, Lamai chillo y salio corriendo de la habitación a limpiarse sabiendo que no era bueno para ella enfermarse de gripe.

Segundos después entro Mirian al cuarto de Alexander preocupada: -Alex, ¿te encuentras bien?, Lamai ha salido gritando que no se podía enfermar.

-Estoy bien, solo estornude antes de que pudiera taparme la boca y tengo frio- contesto el niño envolviéndose nuevamente entre las sabanas.

La mujer llevaba cuidando niños desde hace mucho tiempo y conocía muchas de las facetas que podían tener, ella sabia que Alexander era un niño tranquilo a diferencia de Lamai que se la pasaba saltado y jugando por todos lados, asi que a pesar de eso supo que algo no andaba bien cuando el pequeño se acurruco en las mantas colocándose en posición fetal.

Alexander no podía tener frio porque precisamente ese dia estaba haciendo mucho calor, la temperatura estaba elevada en esa parte de Bangkok y la noche anterior había conversado precisamente con Gulf que el niño había comido demasiado poco y que era probable que se fuera a enfermar, y al verlo en las condiciones que estaba supo que había tenido razón.

En un principio pensó en llamar al pediatra de Lamai que ahora tambien se había convertido en el del pequeño, pero después de pensarlo decidio confiar en su experiencia y le dio un poco de medicina para la fiebre, para el desayuno le dio una sopa ligera y le dio un baño con agua tibia para después volver meterlo en la cama con sabanas frescas y limpias.

Había protestado con el baño porque sentía frio, pero después se había quedado tranquilo metido bajo de las sabanas, tenia 38° de temperatura y era todavía manejable para ella, Lamai se mantuvo alejada del cuarto de Alexander, incluso había tenido que soportar una tomar una medicina con feo sabor solo para prevenir que se enfermara.

-No es justo señorita Mirian, yo no estoy enferma ¿porque tengo que tomar medicina?- le dijo la pequeña cruzándose de brazos.

-No discutas conmigo Lamai, la medicina es solo para prevenir ¿o es que quieres sentirte mal como tu hermano?

La pequeña sabiamente se quedo callada y se fue a jugar con sus muñecas, hay que mencionar que la niña cada vez tenia mas de esas, era muy consentida por su abue Bass que cada vez que estaba en Bangkok se volvía loco y le compraba una nueva en cada una de sus salidas

Cuando Mew y Gulf llegaron para almorzar con los niños, ya la fiebre había bajado considerablemente y Mirian les explico que su pingüinito estaba enfermo que seguramente había pescado la gripe.

-¿Has llamado al medico?- le pregunto Mew porque Gulf apenas escucho la palabra enfermo y subió las escaleras inmediatamente para ir al cuarto de su hijo.

Para ese entonces ya ella había llamado al medico porque sabia que eso era lo primero que le iban a preguntar sus jefes -Ya lo hice, se acaba de ir hace cinco minutos, le receto antibióticos, lo llame cuando se le subió mas la temperatura, solo le digo que Alexander ha estado de malas todo el dia.

-¿Que hizo?- pregunto Mew esperando que le dijera que había hecho uno de sus berrinches.

-Cuando llego el medico era como ver al señor Gulf discutiendo, no dejo que el medico le revisara la garganta con la paleta de madera; le dijo que el sabia abrir muy bien la boca y que si se le acercaba nuevamente con esa cosa, se iba a tener que ir sin revisarlo- le conto la mujer un poco divertida por el accionar del pequeño.

-Si hizo eso papá, y por ello no le dio un dulce por ser un niño bueno- acoto Lamai acercándose al castaño para pedirle que la cargara.

Mew hizo lo que le pidió y la saludo con un beso en la mejilla, no le sorprendía lo que estaba escuchando de Alexander, su pequeño siempre había sido un digno hijo de Gulf, se hacian las cosas a su modo o simplemente no se hacian, al igual que le sorprendía muchas veces algunas actitudes de Lamai, definitivamente sus dos hijos eran muy parecidos en personalidad a su esposo y eso le encantaba.

-¿Y tu como te sientes hermosa?, ¿necesitas que el medico también te revise?- le pregunto a la niña que tenia en sus brazos.

-Yo estoy muy bien, como el abue Sunan dice yo tengo la salud de un caballo.

Al escuchar esas palabras Mirian y Mew no pudieron evitar reir, a su pequeña se le estaban pegando algunos de los refranes de su abuelo, que se deleitaba con su pequeñita en las videos llamadas que hacia dia de por medio para hablar con sus nietos.

Mientras tanto Gulf ya había llegado a la habitación, antes de entrar había tocado la puerta pero no recibió respuesta asi que entro de todos modos para ver como seguia su hijo, la habitación que una vez había sido de los Backyardigans ahora estaba completamente decorada de imágenes de superheroes, una estantería de libros de fantasia, los favoritos de Alexander para leer y un estante de historietas, esa colección había crecido gracias a Mew que le encantaba pasar tiempo con su hijo llevándolo todas las semana a la tienda de cómics para que escogiera una nueva.

Cinco minutos después Mew entro a la habitación encontrándose con que Alexander estaba tumbado en la cama tapado de pies a cabeza y Gulf sentado a un lado de la cama esperando pacientemente.

-Oigan Lamai y yo nos estamos muriendo de hambre, ¿no piensan bajar a comer?

-Ya vamos amor, solo estoy esperando a ver cuanto tiempo puede hacerse Alexander el dormido- contesto tranquilamente el pelinegro.

-¿Cómo supiste?- pregunto destapandose sorprendido Alexander mientras veía a Mew y Gulf que se reían -Yo no me moví y mis ojos estaban cerrados, ni siquiera me había destapado de las sábanas.

-Soy tu papi y puedo saber cuándo estás fingiendo, solo quería saber cuánto tiempo tardabas en reírte.

Alex solo se cruzó de brazos para nada contento de que hubieran descubierto su treta.

-Ya no estés enfadado, mejor vamos al comedor que Lamai nos está esperando para comer- le dijo Mew desde la puerta.

El niño asintió y antes de que pudiera buscar sus pantuflas el castaño se movió de su lugar y lo cargo para sacarlo de la habitación.

-Puedo caminar- protesto el pequeño.

-Lo siento, pero si estás enfermo tienes cierto permiso para que papi y yo te llevemos en brazos a dónde quieras ir.

-¿Y si necesito ir al baño?- pregunto arqueando una ceja -¿También me llevarás?, Porque no soy un bebé para que me ayudes.

-En ese caso te llevaré y te dejare en el suelo y esperaré afuera hasta que termines, ya sabes esas son cosas que los papás hacen por ti- le contesto con una sonrisa Mew mientras caminaba por el pasillo.

-No me convences Mew.

-Eres demasiado parecido a tu papi- declaró el castaño haciendo reír a su esposo que iba detrás de ellos.

La gripe de Alexander duro unos días más y por miedo a que Lamai se enfermara, Mew había decidido que se la llevaría al trabajo hasta que el niño estuviera curado, porque si le llegaba a dar gripe podían terminar en el hospital,

Esa idea fue bien recibida por el enfermo que pudo suspirar porque iba a tener paz y tranquilidad en la casa y podria dormir por el tiempo que quisiera.

El como todo niño de casa de acogida sabía que los adultos no podían cuidarlos todo el tiempo, por lo general solo los llevaban al médico se encargaban de darles las medicinas, pero en su mayoría los dejaban solos en su habitación sin hacerles ningún caso, en esas casas nadie se preocupaba por si les dolía la cabeza o el cuerpo, por si hacían mucho ruido o tenían que compartir cama con un niño sano, la realidad era que no les prestaban mucha atención; por lo que el silencio y la preocupación de Mew y Gulf eran algo nuevo para él, apreciando así lo que tenía, la señorita Mirian lo monitoreada de vez en cuando pero en su mayoría Mary y ella trataban de hacer poco ruido dejándolo dormir.

Lamai estaba contenta con ese arreglo también, la idea de acompañar a su papá al trabajo era de lo más emocionante para ella, ya que la oficina de Mew era muy grande a diferencia a la de su papi Gulf, además de que no estaba Pineare impidiéndole jugar por todos lados; Thanya la asistente de su papá jugaba con ella de vez en cuando y se divertía mucho allí.

-¿Puedo venir más seguido a tu trabajo papá?

-No se, eso dependerá de lo buena niña que seas- le respondió Mew cargándola y haciéndole cosquillas, la verdad es que había sido una tarde divertida teniendo a la pequeña en la oficina.

-Yo siempre me porto bien, soy la niña mejor portada del mundo o al menos eso dice el abue Bass.

-Claro que lo eres hermosa- estuvo de acuerdo el castaño dandole un beso en la mejilla.

Algunos días más tarde de la enfermedad de Alexander, Kulap se había presentado en la casa queriendo visitar a sus nietos, encontrándose solo con el pequeño en la sala jugando videojuegos con la consola que Mew le había regalado.

-Hola cariño- lo beso en la mejilla -¿No me digas que te has puesto malito?- le pregunto viendo su aspecto.

-Solo me dio un poco de gripe, pero ya estoy casi curado abue Kulap- le respondió él con una sonrisa.

-Entonces me alegra mucho escuchar eso, ¿Dónde está Lamai?, Es extraño no verla por aquí tratando de quitarte uno de los controles.

Alex se rió de las palabras de la mujer porque tenía razón, su pequeña hermanita no podía ver qué se pusiera a jugar porque ella se iba también tratando de tomar el control así ella no supiera como utilizarlo, y como buen hermano terminaría cediendo después de media hora de ruegos a darle la oportunidad de jugar una partida con él.

-Lamai está con el señor Mew en el trabajo- respondió Mirian por él -Los señores quisieron evitar que la niña se enfermara, temen que se complique por...

No prosiguió la mujer, ya que no quería que Alexander se enterara por ella lo que había pasado con la pequeñita, entre tanto Kulap solo pudo hacer sus manos puños, sabiendo perfectamente a lo que se refería Mirian, y le molestaba mucho que su hijo le hubiese contado a la niñera algo tan delicado y de la familia, como lo era la drogadicción de Thorn y Kanya, para ella aún era muy difícil aceptar que su nieta tuviera tantos problemas por su culpa.

Al día siguiente no fue sorpresa que Samantha se presentará en la casa exigiendo que le dieran a Lamai para llevársela a su casa, pues Kulap le había contado a Bosston que el pequeño estaba enfermo y que Mew se estaba haciendo cargo de la niña llevándola al trabajo con él.

-Si el niño está enfermo lo mejor es que Lamai se mantenga lo más alejada de él, es por su salud- argumento Samantha.

-Alexander ya lleva más de una semana con gripe- todo lo ojos Gulf -Ya está casi curado y Lamai no tiene ningún síntoma, no hay razón para que te la lleves, ¿Por quien nos tomas?

-Si ya me enteré que Mew se la lleva al trabajo, una oficina no es lugar para una niña.

-Pues el lugar para un niño es junto a sus padres y Mew es su papá, así que ella está perfectamente en la oficina- le rebatió el pelinegro usando la palabra papá sabiendo que eso no le iba a gustar a la mujer.

-¡Ustedes no son sus padres!, ¿Cuando lo van a entender?, Por más que quieran no son sus padres...

-Que raro, hace un rato cuando llame a Mew para ver porque tardaban tanto Lamai me llamo papi y creeme no fue imaginación mía- le contesto con una sonrisa ladeada Gulf.

Después de esas palabras la mujer por fin abandono la casa indignada, siempre era lo mismo cada vez que iba al lugar, nunca podía ganarle una discusión al pelinegro, era tan frustrante para ella, maldecia el momento en el que Kanya había decidido dejarles la custodia de la niña a ellos.

-¿Porque siempre es así de molesta?- pregunto Alexander desde el sofá arropado con la manta que Mirian le había llevado.

-No lo se, pero si la ignoras se vuelve más tolerable- le contesto el pelinegro sentándose en el sofá también.

-¿De verdad?

-No, la verdad es que no se hace más tolerable, pero prefiero mentirme a tener que pensar en su molesta voz.

El niño solo pudo reír, para regresar su vista a la televisión en donde estaba viendo una película de los Avengers, dejando que Gulf lo acercara a su cuerpo colocando su cabeza sobre su regazo y comenzará acariciar sus cabellos a la espera de que Mew y Lamai llegarán para poder almorzar.

Dos días después Alexander ya estaba casi curado, a excepción de que todavía no había terminado su tratamiento y una que otra siesta que Miran lo hacía tomar porque lo consideraba prudente para su mejoría, por otro lado el pediatra de Lamai había asegurado que la niña se encontraba en perfecto estado de salud y las posibilidades de contagiarse eran casi nulas, así que no había nada de que preocuparse.

Sin embargo, ellos prefirieron mantener sus precauciones y evitar que la pequeña pasará mucho tiempo junto a su hermano, Alexander estuvo de acuerdo después de que Mew le explicará de la manera más simple posible la razón para hacerlo, le habían hecho saber que una simple gripe como la que el había tenido podía ser algo grave para Lamai que podía enviarla al hospital.

Mientras estuvo enfermo y sus padres estaban en el trabajo, Mirian se había encargado de mantenerlo en cama, de asegurarse que tomara sus medicinas, en realidad Alexander no le dio ningún problema y se tomaba sus medicamentos sin renegar, no como la pequeña princesa que cada vez que le iba a dar sus vitaminas le ponía mala cara y se negaba abrir la boca para poder darle el jarabe que el doctor le había recomendado como prevención.

Incluso la niña hacía malas caras cuando su hermano iba a tomar su medicina, pero así como Alex era un niño bien portado estando con Mirian, apenas el reloj de su habitación marcaba las seis de la tarde y no escuchaba el conocido motor del auto apagarse, su humor se veía drásticamente afectado.

Cada minuto que Gulf tardaba en llegar a casa, era un minuto de enojo para el niño, lo cual le causaba gracia a Mew, ya que su pequeño podía hacerse el fuerte e independiente, pero seguía siendo su mismo pingüinito posesivo, al que le molestaba que sus papi le diera besos a papá, aún recordaba la regordeta manita de Alex tapando los labios de Gulf para que no se besaran, esos fueron momentos felices que no volverían.

-¿Dejas que papi me de un besito pingüinito?- le pregunto Mew en aquel momento queriendo ocultar su sonrisa al ver lo enojado que estaba su hermoso niño.

-No papi mío, beshitos míos, tolos míos - le había contestado Alexander empujándolo para luego abrazarse al cuello de Gulf.

Estaba seguro que ese pequeño pingüinito amoroso todavía estába allí, viviendo en el interior de un malhumorado niño que se negaba a mirar a su esposo por haber llegado casi una hora tarde, cuando ni siquiera él siendo su pareja le había hecho una escena por sus llegadas tarde sabiendo perfectamente que estaba trabajando, definitivamente la vida cambiaba cuando se tienen hijos.

Las vacaciones de verano habían llegado a su fin y era tiempo de que comenzarán la escuela, Lamai seria una niña de segundo grado y Alexander iniciaría su cuatro grado siendo el niño nuevo y por ello estaba muy nervioso y no importaba que su hermanita le dijera que no debía preocuparse y que todo sería muy divertido.

A lo largo de su vida no había ido a muchas escuelas porque a veces duraba tan poco en las casas de acogida, que los encargados ni siquiera se molestaban en inscribirlo en una, pero ahora estaba allí luciendo un impecable uniforme y con una mochila nueva con sus personajes favoritos que lo esperaba junto a la llamativa mochila morada de su hermana.

Esa mañana Gulf lo había despertado temprano y ayudado con el uniforme, solo Mew y Gulf tenían permiso para verlo en ropa interior, los demás debían permanecer alejados, solamente en una oportunidad la señorita Mirian lo había visto en esa situación y solo fue porque estaba enfermo.

Por eso ahora estaban en la barra de la cocina comiendo su desayuno, bueno Lamai lo hacía sin ningún problema, él no podía comer nada y por ello solo estaba jugando con la cuchara y cereal de sus plato, era su primer día de clases y no quería ir, se sentía incómodo con el uniforme que llevaba puesto, no estaba acostumbrada a él, y no le importaba cuánto Gulf le había dicho que se veía muy guapo en el, pero no entendía porque tenía que usar una camisa, chaleco y encima una chaqueta de traje como las que usaban ellos para ir a trabajar.

Incluso Mew había tenido que ayudarlo a ponerle una corbata, sentía que tenía demasiadas capas de ropa y estaba un poco enojado por qué lo obligarán a ir a un colegio que no conocía, sometiéndolo a ser el nuevo cuando podía seguir estudiando perfectamente en casa con su maestra particular.

-¿Porque tengo que usar corbata?- pregunto tocándose el nudo algo incómodo.

-Nuestros papis las usan y no parece que les desagrade- apunto Lamai señalando a la pareja, que estaba ocupada revisando algo en sus celulares.

-Pero ellos son adultos, yo aún soy un niño...

-Todos en el colegio la usan- se encogió de hombros la niña.

-Tu no llevas una- le replico el niño ya que todos no llevaban la dichosa corbata.

La pequeña solo rodó los ojos y le contesto: -Me refiero a todos los niños genio, yo tengo que usar falda... Pero si quieres podemos cambiar yo uso la corbata y tú usas la falda.

Alexander no dijo nada y prefirió ignorarla, al menos ella no se veía ridícula con la falda porque era una niña, el si se sentía ridículo usando la estúpida corbata, solo iba a un salón de clases y no entendía porque debía vestir tan formal para ello, los niños de sus antiguas casas de acogida no vestían así para ir a la escuela.

Mew aparto la vista de lo que estaba haciendo y fue a servirse una taza de café para el y otra para Gulf que todavía estaba sumergido en un debate con Jackson sobre unos informes que había entregado.

-¿Porque usas eso?- pregunto Alexander señalando el brillante trozo de metal que el castaño llevaba en su corbata.

-Esto es para mantener la corbata en su lugar, se llama pisa corbatas.

-¿Yo puedo tener uno?

-No veo porque no puedas, te voy a conseguir uno...

-¿Puedo usar el que tienes puesto?

-No- se negó el castaño.

-¿Por qué?

-Porque este me lo regaló Gulf y es muy especial para mí.

-¿Porque es especial?

-Este fue un regalo en nuestro aniversario de bodas, tiene nuestras iniciales grabadas, la fecha de la boda y si miras con cuidado tiene el símbolo del infinito...

Los niños se inclinaron para ver con más detalle el pisa corbatas de su padre, observando los detalles que les había indicado.

-Lo uso cada vez que tengo una reunión importante, es mi amuleto de la buena suerte porque siento que Gulf está conmigo cuando más lo necesito.

-Eso es porque papi te hace sentir seguro y por eso él usa el collar que tú le diste, es su manera de sentirte también cerca de él- hablo Lamai sabiamente recostandose de su padre.

-Estas en lo correcto, esa es nuestra forma de sentirnos siempre al lado del otro.

Ambos niños asintieron entendiendo lo que les estaba diciendo Mew, antes de escuchar la voz enojada de Gulf que estaba en la sala, sobresaltando a los tres.

-Creo que papi está enojado- dijo Mew con cara de miedo.

-¡No es conmigo!- hablo rápidamente Lamai -Yo siempre me porto bien y papi nunca se enoja conmigo.

-Estoy seguro que no está molesto con ninguno de ustedes, así que terminen de desayunar o se nos hará tarde.

Gulf estaba molesto caminaba de un lugar a otro, estaba terminando de acomodar su maletín antes de ir por su café a la cocina y hacerle compañía a los niños mientras comían, cuando su teléfono comenzó a sonar y sin darse cuenta contesto encontrandose con la voz enojada de Jackson.

-¿Dónde estás Gulf?

-En mi casa, ¿Que ocurre?

-Ocurre que llevo más de 20 minutos esperando que mi director de Finanzas aparezca para una junta que está programada con el sindicato en menos de cuarenta minutos ¿Porque no estás aquí Gulf?

-Pues no deberías estar esperándome porque desde hace dos semanas te dije que hoy llegaría tarde, es el primer día de clases de mis hijos y no puedo dejarlos ir solos, además yo no tenía conocimiento de que el día de hoy teníamos una junta.

-No puedes faltar a esta junta Gulf, no quiero tener problemas con el sindicato y mucho menos quiero aceptar firmar por gastos innecesarios, eres el único que los puedes manejar a tu antojo para que todo vaya bien.

-Entiendo Jackson... No voy alcanzar a llegar....

-No me importa lo que tengas que hacer, tu tienes que estar aquí y ser puntual con tu trabajo.

-¡Yo siempre soy responsable con mi trabajo y nunca has tenido alguna queja por eso!.

-Pues en este momento tengo muchas, Gulf te recuerdo que tienes un contrato conmigo, uno en donde dice claramente tu horario laboral. No puedes dejarme plantado para una junta que llevamos tiempo tratando de concretar.

-No te estoy diciendo que no voy a ir, solo te pido que la tardes por lo menos media hora....

-No se puede Gulf esta reunión estar programada para 45 minutos, todos tenemos cosas que hacer incluyendote a ti que tienes trabajo esperándote en la oficina, no quiero pensar que mi director de finanzas no está haciendo su trabajo...

-Sabes perfectamente que mi trabajo es impecable...

-En estos momentos me está dejando mucho que desear, te necesito en mi oficina de inmediato y no acepto ninguna excusa... Si no podías con este trabajo no hubieras aceptado el cargo y le hubieras dado la oportunidad a otro que si pudiera cumplir con los horarios... Gulf al parecer no eres compatible con la responsabilidad de ser un directivo.

Jackson no lo dejo replicar porque le colgó el teléfono en seco y Gulf odiaba que le hicieran eso... Jackson le pagaría muy caro lo que estaba haciendo, no le iba a perdonar que le quitará la oportunidad de ir al primer día de clases de sus hijos.

-¿Problemas con Jackson?- lo abrazo por la espalda Mew.

-Tengo que estar en la oficina de inmediato- hablo en voz baja Gulf con pesar.

Después de las palabras el pelinegro se puso mal porque supo el momento exacto en qué los otros tres captaron su mensaje, sobre todo porque su esposo dejo de abrazarlo, su pequeña le suplico que no se fuera a la oficina y Alexander solo se quedó callado y se fue a sentar al sofá con los brazos cruzados.

Definitivamente estaba en serio problemas con su pequeño...

Y así comenzamos la segunda parte de Ya no Somos Solo Dos espero que disfruten está historia tal como lo hicieron con la primera.

La actualización va a ser como siempre un capítulo diario de lunes a viernes.

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