Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Carapazón


Pasado el evento, nos enteramos del alcance que se tuvo con este, nos llegó al correo la revista digital para la cual nos entrevistaron, donde no solo el nombre de nuestra empresa figuraba sino el de nosotros. No podía describir la emoción que sentí al ver mi fotografía como parte de un artículo, me llenaba más de orgullo aparecer en una con temática de negocios que de sociales. Mi celular sonó, sabía que era Oscar, después de la noche donde nos pusimos al corriente con Pame, los dejé a solas para que pasaran tiempo juntos por lo que la noticia nos llegó por separado.

—¡Alaaaaaaan! —chilló mi amigo apenas respondí la llamada.

—Ya vi—exclamé con la misma emoción.

—¡No puedo creerlo!¡Ni Tita se lo cree! Temía que la única forma que saliera en las noticias fuera por un delito de faltas a la moral.

No pude evitar carcajearme.

—Por poco lo logras aquella vez que casi bailaste el tubo con un poste de luz—le recordé, aquel día por fortuna Pame logró alejar a un policía que venía hacia nosotros con toda la disposición de multarnos.

—Mi madre se va a morir, ya se lo mandé ¡Tenemos que festejar! —gritó feliz—¡Vamos ya mismo! Hoy se bebe hasta morir. —podía sentir su emoción, yo estaba igual.

Era un hecho para celebrar, pero antes de hacerlo con él quería asegurarme de una cosa.

—Te hablo mas al rato para confirmar.

—¿Qué? —preguntó bajándole la emoción de golpe—¿Cómo que al rato? ¿Dónde quedó mi estimado amigo que me hacia coro con un fuerte ¡Si!? —me interrogó.

—No hagas preguntas, te hablo en un momento.

Y antes de que me cuestionara nada le colgué, cuando algo así de bueno te pasa en la primera persona que se te viene a la mente suele ser alguien especial, claro que pensaba en mi familia, pero había otra persona con la que quería compartir algo tan importante como esto. Marqué su número y esperé unos segundos hasta que contestó.

—¿Braulio? —pregunté dado que se oía mucho ruido de fondo.

—¡Hola! —exclamó—Disculpa el sonido, ya son las últimas semanas de clases ¿Pasó algo? —quiso saber casi gritándome.

—¿Hoy estas disponible?

—¿Por qué? —preguntó con un tono más normal y el sonido de fondo más lejano.

—Quiero contarte algo importante.

—Mmm... ¿Esta bien si paso por ti en dos horas?

Le confirmé y acepté esperarlo, luego le mandé mensaje a Oscar para decirle que nos viéramos por la noche, mientras esperaba a Braulio me entretuve mandándole la revista a mis hermanos por el grupo que teníamos y respondiendo los mensajes de felicitación.

Después me puse a jugar un jueguito en el celular hasta que Braulio me avisó que ya había llegado.

Sali de mi habitación demasiado feliz como para preocuparme por otras cuestiones cuando me tope de frente con Marck justo en ese momento iba entrando, desde el día del evento no habíamos coincidido, sabía que seguía en el departamento por que veía los trastes acomodados de otra manera, pero de ahí en más había evitado coincidir con él, no quería tener otro encuentro como el que tuvimos cuando me arregló el traje.

—Con permiso—dije con propiedad, por inercia se hizo a un lado dejándome pasar.

—Felicidades Alan—soltó con rapidez antes de que saliera, me detuve y me giré a verlo sin comprender, no entendía como es que podía saber—vi lo de la revista, me da mucho gusto, me siento or...—no pude acabar de saber cómo se sentía porque Braulio me mandó un mensaje.

—Gracias—y aun sin comprender la situación, salí del edificio donde Braulio me recibió.

—Perdón por apresurarte, pero ahora si no hubo donde orillarme ¿Nos vamos? —pidió, acepté ya que no quería que lo infraccionaran. como siempre me ayudó a ponerme el casco y emprendimos el camino hacia el centro.

No habíamos concretado un lugar en específico por lo que acabé ateniéndome a su decisión. Para mi fortuna fue en una cafetería/bar donde dudaba que vendieran algo demasiado orgánico. Descendimos de la moto y entramos al lugar, elegimos una mesa algo apartada, pedimos cerveza y esperamos a que la trajeran mientras comenzamos a conversar.

—¿Qué era lo que querías contarme? —preguntó mientras me tomaba de la mano y jugaba con mis dedos, era una costumbre que últimamente se le había hecho, y yo seguía sin determinar exactamente si era algo que me agradaba o me incomodaba.

Alejé mi mano para poder sacar mi celular y mostrarle, lo tomó y leyó un poco, después dejo el celular sobre la mesa y sonrió, aunque fue de una manera un tanto extraña.

—Me alegro por ti—exclamó en un tono que no se oía del todo feliz—No sabía que había sido tan grande este evento.

—Es una empresa con inversión en el extranjero, sabía que era algo grande pero no creí que hubiera podido tener estos alcances.

—Seguro esto hará crecer tu negocio.

Por alguna razón el tono de su voz no me parecía agradable, no sentía la emoción que esperaba recibir por su parte, no comenté nada porque en eso llegaron nuestras bebidas y acabé desviando la conversación a otro tema.

—Me alegro de que me hayas llamado, yo también quería decirte algo importante—dijo después de un rato de hablar de trivialidades.

—Dime—pedí, tomo de nuevo mi mano que no había agarrado desde que me solté y me sonrió.

—Por el tiempo que llevo viviendo aquí, sé que no festejas el Thanksgiving, bueno el día de Acción de Gracias ¿Verdad?

—En efecto —confirmé.

—Yo si lo celebro con mi familia, hacemos facetime a mis abuelos y cenamos juntos, les dije que llevaría un amigo—hizo una pausa—eso solo por poner un título —dijo con una sonrisa más amplia que hace un momento, mirándome con suavidad y luego continuó—todos desean conocerte, de tanto que les hemos hablado mi hermana y yo de ti.

Tardé en procesar lo que me estaba diciendo, no captaba cuál era su punto.

—¿Me estas invitando? —pregunté.

—Claro, me encantaría que pasaras esta fecha conmigo—respondió acariciando con su dedo mi mano, me dio un escalofrío que por suerte confabuló con un estornudo y se justificó el que me alejara un poco.

—¿Cuándo se festeja? —quise saber intentando mantenerme sereno.

—Es el jueves.

—Ahhh...—exclamé alargando un poco la vocal—deja veo porque mi familia quería reunirse y además va a ser el cumpleaños de Leo, te... te confirmo más tarde ¿Va? —respondí con la voz un poco temblorosa. Parecía un tanto decepcionado, pero aceptó, volvimos a conversar de otros temas y no se tocó ningún punto importante.

Si bien empezaba a considerar ir con él más en serio, el hecho de ya conocer a su familia me parecía demasiado para el poco tiempo que llevábamos saliendo, de hecho, me apanicaba, jamás había tenido que pasar por esa parte de una relación. El día no acabó como esperaba ya que parecía molesto porque no acepté ir a su departamento a seguir conversando y en cambio lo invité a ir con Oscar, al final no aceptó justificándose que había tenido un día cansado, me dejó en mi departamento y se despidió un poco diferente a lo que ya empezaba a acostumbrarme, no hubo beso, una simple palmeada en el hombro una sacudida de cabello que no me gustaba y una sonrisa que más parecía mueca.

Me causó un poco de disgusto, de por si la falta de entusiasmo me había molestado un poco, a eso se sumó la incomodidad ante su comportamiento que denotaba que definitivamente algo estaba pasando. Caminé a casa de mi amigo intentando pensar en positivo, y no empezar a verle peros, quizás simplemente era parte de mi pavor al compromiso.

Cuando llegué y Oscar me abrió, me encontré a Pame siendo perseguida por todo el patio por Ikki, la dejamos morir sola y nos fuimos adentro.

—¿Qué era lo que tenías que ver? —me interrogó apenas tuvo oportunidad.

—Quise decirle a Braulio —expliqué—Salí con él para contarle.

—Ya empezamos con lo que me temía—dramatizó—no ibas a salir con esta pobre alma en desgracia, ¿Verdad?

—No hagas tragedias, la idea era invitarlo—le dije parando su drama.

—¿Pero...? —quiso saber, me alcé de hombros.

—Creo que no le gustó que eligiera ir de fiesta contigo, a ir a su departamento.

—¿No quisiste que te diera su felicitación? —me cuestionó con una sonrisa pícara dándome de codazos.

—Oscar—lo reprendí, aunque no podía negar que parecía tener razón, quizás quería cumplir lo que me había dicho en su mensaje en la noche después del evento—la verdad es que prefiero estar con él en zonas más... neutras.

—Ay Alan, dudo mucho que tengas algo que cuidar ¿O acaso si cumpliste con el mandamiento divino de virgen hasta el matrimonio? Por que no te la creo.

—Por alguna razón me hace sentir un poco ofendido tu comentario—repuse—sí, admito que ese no es el motivo por el cual quiero evitar quedarme solin solito con él.

—¿Qué le viste que le temes eh? —interrogó aun con esa miradita.

—No seas puerco, mi problema es que siempre caigo antes de confirmar nada, quiero hacer las cosas distintas con él.

—O sea, paso a pasito—concluyó y luego empezó a tararear la canción de Selena—carcacha paso a pasito, no te dejes de tambalear... Necesito mover el cuerpo ¿Ya habrá dejado de jugar Pame? —preguntó al aire, una voz mas cercana a un gruñido apareció por la puerta.

—Divertidísimo, correr por mi vida ¡Tu perro está loco! ¿Que se cree? ¿Pastor? ¿Me vio cara de borrego, vaca o qué? —escuchamos ladridos que se acercaban—¡Contrólalo o lo controlo yo! —amenazó.

—Ikki—lo llamó. el perro entro casi tumbando a Pame, ladrando aun con una evidente energía—¿Qué te dieron perro loco? ¿No se supone que ya está viejito? —le preguntó, su respuesta fue mas ladridos y brincoteos—creo que antes de irnos lo voy a tener que sacar a pasearlo sino Tita me va a mandar muy lejos si se lo dejó así de alterado ¿No quieres cansarlo un ratito más? — pregunto dirigiéndose a su prima quien lo miró de una forma amenazante—por eso digo que vamos Ikki, desfoguemos esa energía.

Batalló un poco hasta que logró ponerle la correa y salieron corriendo, más parecía que el perro iba a pasear a Oscar.

—Acabo de hacer todo el ejercicio que no he hecho en mi vida—dijo resoplando Pame, desparramándose en el sillón.

—¿Quieres agua?

—Por piedad—suplicó, sonreí y me levanté dirigiéndome hacia la cocina, lo serví y regresé con ella.

—Con hielos para que te refresques—sonrió tomando el vaso.

—Te prefiero a ti de primo—dijo riendo. —¿Y ya le dijiste a tu familia de la revista? ¿A tu sujeto? ¿Al vecino? ¿Lo publicaste en tus redes? ¿Y tú ex adoptado? — Recitó apenas respirando.

—Casi me falta poner una pancarta en la calle— respondí riendo— le dije a mis hermanos, y por alguna razón el ex adoptado que no es mi ex —aclaré— se enteró y me felicitó.

— Aja, aja, aja— apremió

—Y también le dije al sujeto —ella aplaudió

—Pero que haces aquí ¿y su festejo? de menos unos buenos besotes te daría si no fueras mi primo ¿Cuándo quedaron? — Sonreí un poco.

—No quedamos en nada, bueno solamente me invitó a ir a cenar con su familia

— ¿Cenar con su familia? Como esta ese asunto, en verdad que tu eres una cosa bárbara, no han pasado ni tres días desde que hablamos ¡Ves que te dije! ¿Debo ir practicando? — Dejó de hablar y se aclaró la garganta —¡Yo me opongo! — Gritó de repente haciendo que me sobresaltara

—¡Pame! —Exclamé con la mano en el pecho, soltó una carcajada.

—Estoy practicando para la próxima semana.

—¿De qué hablas?

—Al paso que vas al siguiente lugar que vas a ir va a ser al registro civil ¿En serio tan bueno es ese man que te tiene así?

—Respira y déjame hablar —pedíAun no he aceptado—Se me quedó viendo expectante, he inmediatamente agregue —Pero en serio que no quiero ir—le aclaré, antes de nada—me da pánico, no hemos salido ni cinco veces y ya quiere que conozca hasta a sus abuelos, según sé acción de gracias es para ellos como navidad para nosotros, lógicamente ¡Aun no estoy listo! — Exclamé.

—Está bien tranquilo huerco, ya estás hablando como yo. — Repuso aun con una sonrisa—la cosa suena seria si te invitó al Thanksgiving— dijo en un tono exagerado— deberías aclarar algunas cosas Alancito, porque si no tu regalo de Navidad va a ser de menos el anillo de promesa.

Me dieron escalofríos.

—Si fue lo primero que aclaramos la primera vez que salimos.

—Pues al vato no le quedó muy claro, debiste invitarlo, me gustaría conocerlo mejor, ver su aura, puedes saber mucho de la persona sabiendo su color.

—¿Aura? —cuestioné

— La emanación energética que rodea a los seres vivos, el campo electromagnético que rodea el cuerpo físico—respondió en un tono místico, me reí.

—Ni pareces prima de Oscar.

—¡Es en serio! —exclamó—Es mas ahora mismo te la estoy viendo—dijo mirándome detenidamente —Estas entre un rojo, amarillo, y ligeramente naranja.

No pude evitar mirarla perplejo.

—Se siente muy raro que me veas el "aura" —repuse con la piel erizada.

—Debes bajarle al estrés y aclarar tu mente—dijo aun observándome.

—Bueno ya, cierra tu tercer ojo que me estas dando miedo—Pame soltó una carcajada.

—Y eso que lo estoy haciendo gratis, suelo cobrar una comisión, solo porque somos familia—exclamó guiñándome el ojo—¿Entonces por qué no invitaste al men? Te juro que no te lo bajo—dijo riendo.

—Lo invité, pero estaba cansado, tuvo un día pesado por lo que me dijo.

—Mmm—exclamó pensativa, no hizo ningún comentario, pero al parecer su intuición o sus dones esotéricos notaron más de lo que le mencioné, al poco rato llego Oscar con Ikki quien parecía que apenas y le había servido el paseo, aun parecía tener ganas de corretear a Pame, pero ante la mirada amenazante de su prima, mi amigo lo dejó entretenido con la tele.

Era increíble que pudiera hacer lo mismo con un perro que con un niño, el can se quedó feliz y entretenido viendo al correcaminos y nosotros pudimos irnos.

Disfruté de la noche, ni siquiera los pequeños por menores con Braulio pudieron bajarme el ánimo, en ese momento lo único importante eran Oscar y Pame que se habían convertido en mas que mis mejores amigos, como ellos siempre decían, ya eran como de mi familia.

Al día siguiente me enfrenté a lo que tanto quebradero de cabeza me había costado por no saber decir no, era algo que se me dificultaba mucho.

Decliné a la invitación de Braulio argumentando que ese día festejaría a Leo, fue un motivo bastante convincente por que fue condescendiente y antes de terminar la llamada quedamos en salir a la semana siguiente.

El día que era la comida con su familia me mandó fotos, y un mensaje diciéndome que esperaba que el próximo año pudiera estar con él, sinceramente no me ocasión emoción si no pavor.

Para el día veintinueve del mes, quedé de verme con mis hermanos temprano para ir al departamento de Leo a despertarlo como era nuestra costumbre, me ponía feliz ver a mi familia reunida, ya había pasado bastante tiempo para mi gusto, de que todos nos podíamos reunir y realmente los extrañaba.

Joaquín nos recibió y todo transcurrió igual que siempre con la diferencia de que no pudimos estar todos en la misma habitación y tuvimos que felicitarlo casi uno por uno dado el poco espacio que había, de hecho, las dimensiones del departamento eran diminutas, dabas un paso y ya estabas en la sala, otro mas en el baño y así.

Me hizo recordar un poco a donde antes vivía Marck.

Una vez que todos felicitamos a Leo, nos repartimos por el lugar; Mariana, Iván y Joaquín se quedaron con el festejado, nuestros padres en la cocina, Andrés fue al baño y Gustavo se sentó en la salita, yo me quedé en el limbo sin saber exactamente con quien dirigirme, finalmente mi hermano me vio y me sentí en la obligación de acercarme y saludarlo, desde que Marck vivía en mi casa había estado evitándolo.

—Mamá casi pone en un cuadro la revista—comentó cuando me senté a su lado, sonreí.

—¿La consiguieron en físico?

—Papá salió a buscarla en cuanto nos dijiste, muchas felicidades hermanito, estoy orgulloso de ti, todos lo estamos—dijo sonriendo y palmeándome la espalda—perdona que no haya podido ir a apoyarte, pero salieron pendientes.

—No te preocupes, nos bastó con los que fueron ¿En que estas trabajando? —quise saber—Casi no hemos hablado.

Parecía que desde que supo quien era su cliente me había estado evitando de cierta manera, su actitud conmigo había cambiado ligeramente ya que en los últimos años que vivimos juntos pudimos acercanos de nuevo y en las últimas fechas volvía a sentirlo algo lejano.

—Creo que ambos hemos estado trabajando arduo—respondió.

—Creo que mas bien me has evitado—externe lo que sentía, se incorporó y me miró con extrañeza

—¿Por qué piensas eso? —me alcé de hombros, no sabía cómo explicárselo.

—Siento que ha cambiado un poco tu actitud desde la aparición de... ya sabes—no quería dar demasiada información porque, aunque nuestros padres parecían entretenidos fácilmente podían oír la conversación.

—Tú también has estado algo distante Alan—dijo Gus, era como si hubiera estado evitando decirlo. —Y no me salgas con que es por el trabajo—añadió evitando que me justificara con ello.

Suspiré, pensando que decirle.

—Está bien —acepté—quizá si me he alejado un poco por ese motivo, pero sabes que me ganaría la curiosidad.

—Por eso también he mantenido cierta distancia Al, no quiero que te involucres en esta situación, tu vida ya está bien así sin él—me mordí la lengua, si se enterara que estaba hasta el cuello envuelto en la situación... para mi fortuna mamá y papá comenzaron a acarrear el desayuno.

—Niños, los sándwiches están listos—anunció nuestro padre, de inmediato me puse de pie para tomar uno, de no haber sido por ese evento le hubiera confesado mi secreto, Gustavo tenia el muy insano poder de sacarme la verdad sin ningún esfuerzo.

—¿Sándwiches? —cuestionó Mariana saliendo del cuarto con Iván de la mano.

—¡Sándwiches! —exclamó Leo, saliendo detrás de ella—Me encantaban los que mamá nos daba de lonche—dijo sonriente.

—Yo ya los soñaba—musitó mi hermana por lo bajo.

—¿Y Andrés? —preguntó papá evitando que nuestra madre le replicara el comentario a Boo.

—Creo que ya se fue hasta el rio...—comenzó a decir Leo, pero fue interrumpido por el aludido que justo salió del baño.

—Muy mi asunto mis problemas digestivos—repuso bufando.

—Ya esta bien, atiende al niño—intervino mamá.

—Yo quiero ese, ese—dijo Iván señalando uno en específico del montón.

—Espero hoy no tengan nada que hacer que vamos a celebrar doble—anunció papá mientras todos comíamos nuestro desayuno.

—Vamos a ir a comer—añadió Andrés—en honor al festejado y a Alan, felicidades por este gran logro. —me felicitó levantando su sándwich como si se tratara de una copa, curiosamente todos lo imitaron, al notar eso Mariana se carcajeo contagiando a todos.

Me sentí muy querido y apapachado por todos, noté a mamá aún menos fría, lo cual para mi era otro gran paso, apenas y conversé con ella, pero el percibirla más amable me hacía feliz.

Pasamos la mañana amontonados en el piso viendo una película hasta la hora de la comida momento en que nos trasladamos a un bonito restaurante que resultó que habían reservado con anticipación, fue una grata sorpresa por parte de mi familia, me hizo sentir completamente pleno.

En algún momento dado de la comida, cuando todos comían y hablaban de manera desordenada, posee mis ojos en Leo y Joaquín, eran la pareja más poco común que había conocido, desde el hecho que no dieran nombre a su relación, sin embargo era evidente lo que había entre ellos, mi hermano tenía detalles con él como servirle agua o darle a probar de su comida, lo más increíble de todo era que mamá no parecía tener problema alguno y fue en ese momento en que por un instante, dejé de sentir tanto pánico al compromiso, tuve un divague momentáneo en el que vi a Braulio conviviendo con mi familia y ya no me pareció tan terrorífico.

—Mi querido y volátil hermano—me llamó Mariana golpeando mi mano con la suya.

—¿Qué? —pregunté girándome a verla distraído.

—Te estoy pidiendo la sal, Ali—exclamó haciendo un mohín.

—Discúlpame, ya te la paso—le pase el salero.

—¿Qué piensas? —quiso saber mientras le echaba a su bistec.

—Que quizás no sea tan malo una relación en serio—respondí provocando que se atragantara, haciendo que todos pusieran la atención en ella, cuando logró medianamente dejar de toser siguieron cada uno, en su propia conversación, lo que aprovechó para jalarme de la camisa para acercarme a ella.

—¡No digas esas cosas tan de golpe! —reclamó murmurando—¡Tienes mucho que contarme entonces! —exigió.

No respondí nada, seguí comiendo, tragándome mis palabras, aunque ya lo había expresado en voz alta, aun había una parte de mí que seguía sintiendo cierta duda, pero podía haber distintos factores como mis malas experiencias pasadas o la que no quería admitir, el hecho de que Marck estaba en mi vida de una u otra forma, aunque sabía que eso estaba mas que perdido que el barco de un naufragio. Por lo que debía dejar de lado mi pasado, incluyéndolo, y empezar a visualizar un futuro que Braulio me estaba ofreciendo, cosa que nadie más había hecho, aunque aún no podía traducir mis sentimientos por él, quizás debía tomar el riesgo, tal vez comenzaba a llegar al punto de estar listo, dispuesto y con el corazón abierto a él.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro