Ahora me pertenece.
Ya, es un One-shot. Siempre lo fue.
Advertencia de contenido no apto para sensibles.
- Violación.
-Secuestro.
- Humillación.
- Mencion de temas delicados como las guerras.
- Amorío, engaño.
- Conflictos matrimoniales.
- Venganza.
- Colonización. Conquista y reconquista.
- Convivencia forzada.
-Entre otros.
-Hipnosis
Por favor, no se busca normalizar ninguna de éstas acciones, únicamente son mencionadas porque pertenecen a la trama de la historia. Absténganse de comentarios para nada éticos y/o inmorales que inciten al odio, violencia o normalización de los temas anteriormente mencionados.
No mucho menos pedidos con ships tóxicos sobreexplotados.
(No quiero ver pacmans en los comentarios, por favor.)
Sin más que decir, comencemos.
(Ésto transcurre en territorio alemán. Colombia y México están ahí por asuntos políticos junto con otros países convocados por la ONU. No se darán más detalles. )
Pov's Colombia.
Me partió el corazón ver a México tan feliz con Rusia.
Sabía que eran muy amigos desde hace ya un tiempo, pero yo lo conocí primero, se supone que estamos en una relación seria, que estamos casados, estábamos planeando nuestra propia vida en una finca.
¿Lo recuerdas?
Tal vez sean solo celos, tal vez no es nada más que eso, no tengo por qué preocuparme.... ¿Verdad?....
Ese día México solo pasó la noche conmigo, vimos una película y se quedó dormido. Lo llevé a nuestra habitación compartida y lo acosté en la cama matrimonial.... Más yo no podía consiliar el sueño, simplemente no podía, así que salí al bosque a dar un paseo nocturno.
Rusia y yo no habíamos hablado mucho más que comercios después de.... Aquella vez que le pedí su ayuda. Me dijo que solo era un necesitado, que no le había bastado acostarme con su padre para luego pedirle a su hijo que le haga lo mismo, pero no era mi culpa, si USA lo pide, USA lo obtiene.
Después de eso no volvimos a diriginirnos la palabra de no ser por negocios comerciales o exportaciones. Pero verlo con mi esposo no fue el problema, el problema era la forma en la que ambos se miraban, se reían.... Hasta en su aura se podía notar que se querían el uno al otro.
¿Acaso no eres feliz conmigo, México?, tal vez no te pueda comprar una mansión, pero puedo darte todo de mi corazón. Una vez me dijiste que no te importaba el dinero, si no lo que podía ofrecerte como persona. Hemos estado juntos desde niños, ¿por qué eso tiene que cambiar ahora?... Por las que me duela, si tengo razón en lo que digo, puedes irte con quién te haga feliz, pero dímelo, dímelo a la cara, no me lo ocultes, sabes que por más que me lastime la cruda verdad jamás de obligaría a permanecer conmigo si eso no es lo que deseas.
Quisiera abrazarte de nuevo y besarte, crear una hermosa familia, me decías que querías lo mismo de niño. ¿Qué cambió entonces?, si siempre estamos el uno al otro apoyándonos... ¿Qué acaso ya no soy suficiente para ti?. México, si lo quieres a él, entonces vete con él, pero por lo menos dime que fue lo que te hizo cambiar de opinión.
En fin. Seguí caminando hasta sentarme en un árbol caído, lo reconocía porque ahí me pediste matrimonio, y tallamos en el árbol un corazón con nuestras iniciales, como en una película de amor.
No aguanté más, créeme que no pude más, estallé en llanto, la importancia, el dolor, la confusión, desesperación, los celos... Todo invadía mi ser, y las lágrimas eran la única forma en la que esas emociones negativas se iban y me dejaban en paz, para luego venir de nuevo y seguir con un ciclo infinito.
—Pobre, ¿alguien te hizo daño, bonito? —
Dijo una voz, me parecía conocida, pero estaba tan devastado que no le dedique tiempo para pensarlo. Sin quitar mi cara de mis rodillas, sentí como la otra persona se sentaba al lado mío y me consolaba con palmaditas en el hombro. Yo solo seguía llorando, ni siquiera le pude responder, tartamudearia mucho.
—Oh pequeño, la vida es cruel, créeme, pero llorar no sirve de nada. —
Seguía el extraño sujeto consolandome, de repente me comenzaba a sentir mareado. Apenas abrí los ojos, vi como un aura mágica brillante roja flotaba a mi al rededor, alarmado volteé a ver al causante de ésta, topandome con nada más y nada menos que el mismísimo Third Reich.
—Yo te mostraré que sí es de utilidad... —
Quería gritar del susto. ¡¿No se suponía que estaba muerto?!, ¡no podía ser posible!, había pasado ya mucho tiempo, demasiado. Si no estaba muerto debería estar entre rejas.
Más no podía hace nada, poco a poco mis párpados se cerraron, lo último que pude ver fue una sonrisa tenebrosa que de formó en su rostro, para luego caer completamente dormido.
—Venganza.—
Terminó su frase, llevándose al cafetero lejos de ahí.
(....)
(Narración común y corriente).
Mientras tanto, México despertó para ir al baño. Ni siquiera había notado el vacío en su cama hasta que terminó de hacer lo suyo.
-¿Colo? -
Lo llamó, buscó por toda la habitación, dentro del closet, debajo de la cama, de las cortinas, ¡pero nada!.
-¿Colombia? -
Había dejado su celular, así que no tenía como comunicarse con él, estaba empezando a entrar en pánico.
-¿Coco?... ¿¡Colo?!... ¿¡COLOMBIA?!, ¿¡DÓNDE ESTÁS?! -
Desesperado buscó por el segundo piso, por todos años posibles lugares de escondite, sin éxito, no había rastros de él.
Estaba a punto de marcarle a ONU, o a alguno de sus hermanos. Pero notó un pedazo de papel que estaba en el tapete de la puerta, era una carta.
Extrañado la tomó, y la leyó con atención... Estaba en alemán, pero podía entenderlo perfectamente.
"Giros y vueltas
Un plan maestro trazado
Encuentra a tu amado de vuelta en donde me asesinaron" .
Att: ࿗
Un momento... ¿Acaso ese signo era de?... ¡OH MIERDA!.
Cómo alma que lleva el diablo, México tomó la carta y salió volando (literalmente, con sus alas de águila) hasta aquella mansión en Alemania, que sí antes estaba abandonada, había sido remodelada más nadie quería comprarla por todo el daño que representaba.
Y justo ahí esta su peor temor, todo rodeado de soldados, tanques de guerra dirigiéndose a la ciudad, como si hubieramos retrocedido hasta la Segunda Guerra mundial, más no era así, nada había retrocedido, estaba pasando, ahora mismo, de nuevo.
—Mierda... No... Otra vez no... Por favor no... —
Tenía miedo, tenía mucho, mucho miedo, pero no podía darse por vencido ahora, tenía que salvar a su coco, y esa era la misión, no se iría ahí sin rescatarlo.... Si es que verdaderamente estaba ahí y no era una trampa....
Oh, pero sí era, más bien, eran ambas.
Uno de los soldados le disparó un dardo tranquilizante, dándole justo en un ala. No costó nada en hacer efecto, cayendo el cuerpo del mexicano en picada hacia el suelo.
(.....)
Despertó, atado a una silla, en un salón elegante, pero con esa sensación de escalofrío que te hacía temblar y salir corriendo de allí. No podía ver nada debido a la oscuridad, apenas si podía ser ver algo con la luz tenue de la luna que alumbraba hacía la ventana de aquel salón.
Espera... ¿¡YA ES DE NOCHE?!, ¡Y ÉL NO HABÍA ENCONTRADO A COLOMBIA!.
Pataleó, aunque eso no le fue mucho de su ayuda, porque sus tobillo estaban atados a las patas de la silla, al igual que sus muñecas.
Gruñó desesperado, trató de sacar sus alas, o su cola de serpiente, pero no le resultó por alguna extraña razón.
—Veo que despertaste —
Apareció el Nazi de entre las sombras, apenas se veía su rostro junto con un poco de su pecho, cortesía de la luz lunar, sentado en un fino sillón color carmesí con adornos dorados anticuados, más se notaba que el mueble era nuevo, y no uno cualquiera.
—¡HIJO DE PUTA , MALDITO CABRÓN!, ¿¡QUÉ LE HICISTE A COLOMBIA?!, ¡TE JURO QUE SI LE LLEGASTE A TOCAR UN SOLO PELO TE VOY A—
Third Reich :Oh no, no, querido México, no te recomiendo que me alces la voz de esa manera, no te conviene en lo absoluto—
Sonrió, satisfaciendose con la mirada de importencia del de emblema de águila.
—¿Quieres saber dónde está tu pareja?, ¿Después de engañarlo y abandonarlo ee tal manera?, sabía que eras un hipócrita... Pero no pensé que tanto...—
Negó decepcionado, sin quitar su sonrisa sobrepotente.
México: Que te valga madres mi vida personal maldito facista, yo no lo engañé, jamás lo haría, lo am—
Third Reich: Oh no. No me vengas con esas, ¿Le dices lo mismo al ruso idiota que se acuesta contigo también?, patético, es igual a su padre. Un imbécil traicionero.
México: ¡No hables así de Rusia!, ¡Ni siquiera conoces como es ahora, ¿¡CÓMO CARAJOS LLEGASTE AQUÍ?!, ¡SE SUPONÍA QUE ESTABAS PRESO!
Gritó eufórico, no soportaba el hecho de que su amado tricolor estuviese junto al Nazi, era horriblemente peligroso.
Third Reich: Bueno... Tú tampoco sabes de mi relación con Colombia... Él y yo fuimos aliados y amigos muy cercanos~. ¿Acaso crees que conocí a Argentina y a todo suramérica yo solo?, Claro que no, estaba trabajando en cubierto para los soviéticos, trabajó para URSS, pero siempre estuvo trabajando para mí desde un inicio, me decía las estrategias, tácticas, armas y todo lo que usarían los soviéticos para derrocarme, es simplemente un genio, lástima que tú nunca supiste valorar eso, lo subestimaste, creyendo que nunca se daría cuenta de tu aventura con el Ruso.
México: ¡MIENTES, MIENTES!, ¡YO TRABAJÉ CON URSS JUNTO A COLOMBIA, Y EL JAMÁS NOS TRAICIONÓ APROPÓSITO, TÚ LO OBLIGASTE, DEBISTE AMENAZARLO CON ALGO, ÉL JAMÁS AYUDARÍA A ALGUIEN COMO TÚ!
Third Reich: Bueno pues... En cierto modo estás en lo correcto, cuando ví que no quería cooperar con ayudarme a esconder a mis soldados cuándo perdimos la guerra, tuve que secuestrar a uno de sus hijos.... ¿Cómo se llamaba?...Bali?...Dali?...
México: Su nombre es Santiago de Cali. ¿Qué fue lo que le hiciste al pequeño?
Third Reich: Yo no le hice nada más que permitir que Polonia le diera de su propia comida y agua, del mismo plato de perro. Solo lo dejaba al cuidado de mis soldados,¿qué tiene de malo eso?~
México frunció el seño, sacó sus alas de águila, pero éstas se vieron repentinamente aprisionadas por una clase de cadenas mágicas.
-¡ERA SOLO UN NIÑO, MALDITO ENFERMO DE MIERDA!, ¡ERES UN HIJO DE PUTA!—
El Nazi reía a carcajadas, adoraba que se pusieran así, le encantaba ser malo.
—¿Interrumpo algo, mi señor?—
Habló suave, pero firme, una voz secundaria en la oscuridad.
El mexicano se extrañó, pero al oír tal voz la reconoció al instante.
—¡COLOMBIA!, ¡Amor mío, que bueno que estés bie-!....
No alcanzó a terminar. ¿Pero qué era lo que veían sus ojos?, su dulce cafetero portaba uno de esos elegantes pero despreciables trajes de los soldados nazis.
—Llegas justo a tiempo, dulzura—
Ésta vez habló el Third, sonriendo socarrón y mirando al mexicano de reojo, divertido.
—¿Quién es él?—
Preguntó curioso el colombiano, viendo al mexicano con una mirada vacía, sus ojos... Esas hermosas esmeraldas ya no existían, ahora eran rubíes, unos ojos rojos muy oscuros, y no expresaban sentimiento alguno.
El Reich le ordenó a Colombia que se sentara en sus piernas, y éste acató sin pensarlo dos veces ni refutar, como un buen perro entrenado.
Se sentó, dándole la espalda al de sangre Azteca, quedando cara a cara con el de piel carmesí.
El Third tenía una sonrisa tranquila, acariciandole esa bella cintura al colombiano y sus suaves cabellos con rulos con "cariño", si es que de verdad ese cruel ser podía sentir algo como eso.
—Es solo un viejo amigo, nada de que preocuparse, precioso—
México estaba en shock. ¿Qué mierda estaba pasando?.
México: C-Colombia... Cariño, soy yo, México, ¿N-no me recuerdas?...
El de esvástica sonrió de oreja a oreja, mirándolo de reojo sin parar en ningún momento sus caricias al de amarillo, azúl y rojo, quién seguía dandole la espalda al mexicano.
—Parece que aún no lo entiendes, México. Colombia decidió hacerte el mismo daño que tú le ocasionaste, engañándolo con ese ruso de cuarta. Dime cariño mío, ¿acaso recuerdas a este sucio Azteca?—
Colombia volteó su cabeza un poco para mirarlo de reojo, analizándolo por un momento y negando, para luego volver a darle la espalda y abrazar al Nazi por el cuello, apegándose a su pecho.
México: Maldito... MALDITO, ¿¡QUE LE HICISTE A COLOMBIA?!
Gritó eufórico, removiendose bruscamente en la silla a la que seguía atado.
Third Reich: Así es como se siente la venganza ~
Le susurró al cafetero, acercándose al cuello de éste y marcando su piel con sus fuertes y posesivas mordidas, reclamando así su territorio.
Poco a poco le fue quitando la ropa, quería humillar a México, obligandolo a ver como se follaba a su esposo.
Lo volteó, quedando ahora la espalda del de rulos contra el abdomen del Reich, por fin dando con la mirada del de águila.
Third Reich: Te diré lo que hice. Lo dormí, lo traje conmigo, manipulé sus memorias y lo convertí en lo que debió ser desde hace mucho tiempo....
Le robó un beso al rubio, mordiendo su labio al separarse y sacándole un tierno quejido al tricolor.
—Completamente mío—
Sonrió, mordiendo con fuerza el hombro contrario, luego separándose y lamiendo la sangre que derramaba la herida. Disfrutando del grito placentero del colombiano y de la mirada desesperada del mexicano.
—Amo... ¿Está seguro que quiere hacerlo en frente del prisionero?...—
Preguntó nervioso el tricolor, conectando miradas con el Nazi, el cuál lo tomó de sus mejillas, obligandolo a mirar al frente.
—Así es, divirtamonos un poco y dejemos que disfrute del show ~—
México: ¡YA BASTA, NAZI, NO LO HAGAS!, ¡ESE NO ERES TÚ COLOMBIA, DESPIERTA POR FAVOR!
Ya estaba hasta sollozando de lo horrible que se sentía por permitir esto, rogaba que fuera una pesadilla, cerraba los ojos con fuerza, pero luego los volvía a abrir encontrándose con la misma escena, no podía simplemente dejar de mirar, no quería que ese infeliz lastimara a su pareja. Si tan solo no hubiera hecho lo que hizo... Tal vez nada de ésto estuviera pasando...
Colombia ni siquiera le hacía caso al de verde, solo se concentraba en las caricias que le proporcionaba su amo, soltando suaves gemidos y desviando la mirada hacia el suelo.
El de esvástica seguía pasando sus manos por el bello cuerpo del suramericano, primero por sus hombros, luego su pecho, pellizcando y jaloneando deliciosamente esos botones rosaditos, estimulandolos a su antojo, ocultando su rostro en el cuello colombiano, repartiendo así más besos y succiones por todo el camino hasta los hombros y clavículas.
Third Reich: Me pregunto si alguna vez lo tocaste con tanto deseo, sin pensar en ese estúpido ruso. ¿Hace cuanto no lo hacen?, me gustaría saber... Solo por... Curiosidad~
México: ¡YA BASTA, DETENTE, NO LO TOQUES, DÉJALO IR!
Third Reich: ¿Dejarlo ir?... Oh no,no. Nunca haría eso.... No soy como tú.
Amplió más su sonrisa, hizo que de nuevo el tricolor quedara de espaldas contra el mexicano, para poderlo tener en frente suya y admirar todo ese tesoro que tenía entre sus manos.
—Mein Kolumbien...—
Susurró en su idioma, pasando a la acción de una vez por todas.
Se desabrochó el cinturón y penetró al colombiano de una sola estocada, sujetando firmemente sus caderas, e incluso le dejaba marcas de sus garras en ellas. No apartaba su mirada de esos bellos ojos que antes fueron resplandecientes esmeraldas, pero ahora solo eran rubíes opacos, que brillaban tenue solo por la luz de la luna.
El cafetero daba saltos encima del pene ajeno, ni siquiera sintió dolor cuando el intruso entró sin cuidado alguno dentro de él, solo placer puro, porque así su amo lo deseaba y así tenía que ser.
Gemidos, jadeos y suspiros salían de su boca. Cuando para ellos dos era placer, para el mexicano era sufrimiento.
Era tanto el odio y resentimiento que se tenía asimismo era tormentoso, no sabía como describirlo, nunca había pensado en engañar a su amado, solo pasó, y, en estos momentos deseaba nunca haber cometido semejante error.
Sus lágrimas caían de sus mejillas, llegando a parar en sus rodillas cubiertas por el jean que llevaba puesto. Ya no importaba, ya nada importaba, estaba sufriendo el karma, lo tenía en frente suya y no podía hacer absolutamente nada para evitarlo; no pudo, no lo soportó más y confesó en altavoz.
—¡ESTÁ BIEN, ESTÁ BIEN!... LO SIENTO, LO LAMENTO, COLOMBIA, JAMÁS QUIZE ENGAÑARTE CON RUSIA,SOLO PASÓ, Y NO QUERÍA HERIR A NINGÚNO DE LOS DOS!......L-lo lamento, de verdad lo siento, soy una mala persoma y un terrible marido, juré amarte y serte fiel para luego embarrarlo todo, pisoteé tus palabras de amor porque no sabía lo que hacía, estaba tan confundido y enfadado conmigo mismo por no poder ser valiente y hablar contigo del tema, hubiéramos podido arreglarlo pero... Lo siento, de verdad, te pido perdón, porque te amo, y lo seguiré diciendo incluso después de lo que hice porque es de corazón que te lo digo...te amo con todo el corazón y jamás quise hacerte daño...Merezco tu odio.—
Habló con nostalgia, deteniendo los actos impuros de ambos solo para que escucharan su discurso.
—Pero por favor detente... Lo que estás haciendo no es lo correcto, te lo ruego, por favor vuelve...—
Alzó por fin su triste mirada, encontrandose con la apagada del suramericano, que apenas le veía de reojo, sin mover ni un músculo.
Clap, clap, clap.
Se escuchó en todo el lugar.
Los sonidos de aplausos no se hicieron esperar.
No de manera sexual sino natural.
El Reich estaba aplaudiendo...pero...¿Por qué?.
—¡Bravo, bravísimo!—
Seguía aplaudiendo.
—Excelente discurso emocional, México.—
Sonrió y se detuvo.
—Pero hay un detalle que olvidaste.—
El de sangre Azteca lo miró con miedo.
—Colombia de ahora en adelante ME PERTENECE —
Volteó el cuerpo del de amarillo y lo puso en recostó de espaldas contra el sillón, volviéndolo a penetrar con fuerza y rudeza, pensando en nunca detenerse. Quería humillar a México, oh, claro que quería, pero era más el deseo por fin tener a Colombia a su merced, como deseó el primer día que lo vió.
Por otro lado el de rizos dorados ladeó su cabeza a un lado, observando al de emblema de águila con sus vacías orbes, como si quisiera decir algo pero no podía, limitándose a soltar lágrimas traicioneras de sus ojos, viéndose así un leve brillo en sus pupilas, dando la impresión de que estuvieram cambiando de color, de vuelta a ese verde vivo que desde el inicio de su existencia había poseído.
Pero no todo lo bueno dura para siempre. El de esvástica notó eso, su magia estaba perdiendo efecto. Lo tomó del rostro entero, sacándole un quejido de dolor; unas chispas rojas y brillantes aparecieron por un breve momento, volviendo a hacer efecto sobre su mente.
El colombiano gritaba en agonía y se retorcía, por unos micro segundos había obtenido la suficiente fuerza para salir del trance luego de escuchar tan hermosas palabras de su pareja, casi volviendo en sí, pero demasiado tarde cuando el Nazi volvió a tener el control.
Se quedó quieto. Su cuerpo no se movió hasta que su captor soltó el agarre en su cabeza y lo besó, siendo sus piernas flexionadas de tal manera hasta quedar apoyadas en sus propios hombros, dandole así más acceso al activo para poder penetrarlo con más intensidad.
En esos momentos México tuvo la esperanza de tener de vuelta a su dulce cafetero, dueño de su corazón; más sin embargo siendo aquellos pensamientos arruinados, hágase cuenta una hoja de papel siendo despedazada con crueldad, después del acto por parte del facista.
Colombia: México...
Alcanzó a oír un suave susurro llamando a su nombre minutos antes de perderlo otra vez.
México: ¡CABRÓN, MALDITO INFELIZ!, DÉJALO EN PAZ, QUE ACASO NO VES LO QUE LE ESTÁS HACIENDO?!. ¡LO LASTIMAS, PARA!.
Third Reich: ¡CÁLLATE DE UNA PUTA VEZ, ÉSTO ES LO QUE TE GANAS PPR TRAICIONARME!. ¡SIEMPRE FUE MÍO Y SIEMPRE LO SERÁ, NO SUPISTE APROVECHARLO CUANDO ME LO QUITASTE DE MI LADO, NO LO DEJARÉ IR DE NUEVO!
Le respondió, gritando eufórico y embistiendolo con brutalidad al tricolor debajo suya, tomandolo del cuello y ahorcandolo como si fuera un muñeco de trapo, estampando su cabeza contra el sillón, mirandolo a los ojos con rabia.
El rico en esmeraldas solo soltaba sonidos primitivos, carnales, gemidos fuertes que ya no se podían diferenciar si eran de placer o de dolor. No apartaba la mirada del de esvástica, una vez más esa mirada vacía con lágrimas desbordandose de sus ojos, su boca estaba abierta en busca de aire mientras soltaba sus gemidos ahogados. Sus manos estaban encima de las carmesí, haciendo un débil intento para que dejaran de ahorcarlo, más no pareciera que estuviera en contra de ello del todo, ya que seguía bajo su hipnosis y no podía desobederle al Nazi.
Reich, después de varios gritos de súplicas por parte del mexicano por fin soltó su pobre cuello, dejandolo respirar; pero en ningún momento parando sus embestidas, al menos no hasta correrse en su interior.
México seguía llorando, intentó varias veces soltarse, lastimando sus muñecas y sus alas, pero sin éxito alguno.
De tan solo ver a su amado siendo profanado de tal manera por el villano no pudo evitar sentirse inútil, débil, impotente.... Le recordaba cuando tampoco le pudo proteger tantas veces del Imperio Español...
Pero por fin había terminado el sufrimiento para ambos, el Nazi había acabado... Pero eso no significaba que el daño hubiera sido remendado...
El de la x cruzada salió del interior de Colombia, dejando al pobre exhausto y adolorido. Se volvió a acomodar el pantalón y lo cubrió con una manta, cargándolo de forma nupcial.
Vió a México de reojo y se acercó, para que pudiera apreciar como ahora en el rostro del desmayado colombiano se encontraba, en todo el medio, el escudo Nazi.
México lo miró con miedo, queriendo creer que todo ésto era una broma de mal gusto, ésto no podía estar pasando...
Reich se agachó y le susurró al oído.
—Ahora me pertenece—
Sonrió victorioso, mirándole son supremacía y llevándose al cafetero consigo, dejando al de sangre Azteca solo, en su miseria, con los guardias haciéndole compañía.
¿Fin?.
Bueno, aquí otro one-shot que.se me ocurrió. La verdad tengo ganas de hacerlo una historia, no sé ustedes, decidan si la dejo así o le hago una historia.
En fin, espero les guste, y recuerden diferenciar la ficción de la realidad<3
Vota ⭐
Comenta 💬
Comparte 🤳
Los quiero empanaditas. Nos vemos en la próxima actualización.
Madumu cambio y fuera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro