—¿Dónde está? —preguntó Trevor mientras se acomoda la venda de su hombro.

—En aquella habitación, ¿Seguro que no quieres que entre contigo? —dijo Isaac de brazos cruzados y algo preocupado.

—No, tranquilo. Lo tengo todo bajo control —antes de ingresar, se volteó hacia su amigo —. Confía en mí.

En la habitación había un pequeño sillón rojo, una mesa y unos cuantos vasos de agua.
Derek se encontraba sentado en una esquina de piernas cruzadas. Tenía la mirada gacha y parecía que estaba sumido en su propio mundo.
Trevor hizo un poco de ruido en cuanto llegó hasta la mesa y arrastró una silla. Derek aún no lebantaba la mirada, tenía los ojos hinchados como si hubiera estado llorando.
Trevor apretó sus dientes y se quedó un rato largo observando al chico que hacía un par de meses intentó matar. Ahora lo único que ve es a un adolescente perdido, débil y sin fuerzas ni de vivir.
Hacía días que Trevor estuvo pensado que iba a hacer con él, y no podía evitar verse a él mismo reflejado en todo lo que huzo Derek.

—¿Al menos puedes tener el respeto de mirarme a la cara? —dijo seriamente mientras sacaba unos papeles de sus bolsillos.

Derek ni se inmutó, quedó estático y callado en su lugar.
—Si vienes a matarme, hazlo de una puta vez —dijo luego de unos segundos de silencio.

—Siéntate en esa silla —Trevor señaló la otra punta de la mesa y se cruzó de brazos algo adolorido, mientras esperaba a que Derek le hiciera caso.

—¿Me vas a matar? —dijo el joven alzando sus azulados ojos hacia Trevor.

—A partir de ahora tendrás otro nombre —dijo Trevor tirando sobre la mesa unos cuantos papeles y entre ellos un documento y pasaporte falso —. Tu nombre será Samuel MacCall y vives aquí —Trevor señaló en el mapa unas pequeñas islas en el continente de Oceanía —. Eres un chico que viene de un intercabio y que busca realizar una vida nueva, lejos de los problemas. ¿Tienes alguna duda Samuel?

Derek negó lentamente y alzó una ceja totalmente desorientado.
—No, no puedo. Aquí es donde yo...

—Donde tu tienes un historial de mierda, una vida de mierda y enemigos de mierda. ¿Sabes dónde está papá ahora? —Trevor apretó sus puños furioso —. Papá está en prisión y no le doy ni una semana de vida. Te estoy dando la oportunidad de hacer lo correcto, la oportunidad que yo nunca tuve.

—Pero papá... no puede ser, no puedo dejarlo. Él me seguirá buscando, mandará a gente que me siga —Derek presionó su cabeza fuertemente y su mentón comenzó a temblar —. Tú no sabes como ha estado éste último tiempo...

—¿Qué acaso no estás escuchando? Papá va a morir, deja de pensar en ello y piensa en ésto —Trevor señaló los papales y apretó sus puños de pura ira —. ¡Después de cagarla te estoy dando la posibilidad de irte, que cambies! ¿¡Tan difícil es?!

—Papá es todo lo que conozco —dijo inclinando su cabeza a un costado —. Él me salvó cuando...

Trevor lo interrumpió con una risa forzada.
—¿Que dices? ¿Salvar? ¿Estás hablando de cuando te salvó aquella vez que entraron a tu casa? Derek, todo eso fue parte de su plan. Él asesinó a tu madre a sangre fría, lo estuve investigando ¿Cómo piensas que apareció mágicamente segundos después de que vieras a tu madre morir en tus brazos? Piensa.

—¡Tu no sabes lo que dices! No sabes nada —esto último lo dijo en voz baja.

—¡Claro que lo sé porque yo antes estuve en el mismo lugar que el tuyo! —Trevor apretó sus labios indignado —. ¡Quiero que abras los ojos maldita sea!

—¿Te piensas que es fácil apretar un gatillo y matar gente así porque sí? —dijo Derek temblando —. ¿Te piensas que es fácil fingir todo el tiempo? Me siento un idiota cuando digo todo ésto, pero estando aquí encerrado me di cuenta de que no soy nadie.

Trevor suspiró profundo y maldijo a su padre por todo el infierno que creó.
—Es por eso que te estoy dando todo ésto —Trevor lo miró fijamente a los ojos —. Quiero que huyas para no verte nunca más a la cara, haz tu vida y yo haré la mía tranquilo.

—Yo no maté a Mailen, él lo hizo —dijo Derek bajando la mirada.

—Sí, y tú estabas allí. Podrías haberlo detenido y no lo hiciste —Trevor apretó su hombro sintiendo un dolor punzante, necesitaba tranquilizarse —. Eres un cobarde, un maldito cobarde. Yo tengo mi conciencia llena de la sangre que derramé, lo acepto y lidio con mis demonios. Ahora hazte cargo tú de los tuyos y no seas un bebé llorón —Trevor alzó una ceja y sonrió de costado —. Los Smith estamos malditos con un lado oscuro, el truco está en saber como usarlo. Porque cuando nos descontrolamos podemos ser peor que el diablo. Tú mejor que nadie lo sabe.

—No pediré perdón por lo que hice o no hice.

—Yo tampoco pido perdón ¿sabes por qué? Porque yo no cometo errores, yo cometo hechos de forma consciente y a partir de ellos vienen las pesadillas —Trevor se inclinó lentamente —. Todos tenemos pesadillas, la pregunta es ¿Cuales son las tuyas?

Derek se quedó callado por unos segundos y comenzó a hojear los papeles sobre la mesa.
—¿Cuando me iría?

—Cuando tú quieras —Trevor se puso de pie lentamente —. Y para que sepas, irás todo el viaje acompañado y serás vigilado los primeros meses. Así que intenta no meterte en problemas y disfruta lo que te queda con tu nueva vida.

—¿Por qué haces todo ésto? ¿No es más fácil meterme una bala en el medio de la frente?

Antes de girar la perilla, Trevor se volteó lentamente.
—Ésto lo hago porque soy responsable de ti. Eres una víctima más de nuestro padre y si yo no hubiera huido de sus manos, jamás te hubiera pasado todo ésto —Trevor abrió la puerta de punta a punta —. Hasta nunca Samuel.

Isaac sonrió en cuanto vio el rostro de su amigo.
Susurró en voz baja "ya se acabó" y lo acompañó hasta la puerta de salida.
Todo el viaje fue en silencio, Trevor no dejaba de mover su pierna nervioso y sentía un nudo muy grande en su estómago.

—¿Puedes detener un segundo? —dijo tomando su estómago. En cuanto Isaac estacionó a un costado de la carretera, Trevor abrió la puerta y comenzó a vomitar.

—¿Estás bien? ¿Quieres algo de tomar? Si quieres podemos ir a ver a Judith.

—No, llévame a casa por favor. Necesito descansar la cabeza —dijo Trevor mareado y muy agotado.

Una vez en el departamento Trevor fue directo a la cama y no duró nada en quedarse totalmente dormido.
Su cuerpo se apagó al instante y entró en un estado de total relajación.
Es extraño pero pudo sentir como un gran peso de encima se iba lejos y lo dejaba vacío
Pero era un vacío cálido y para nada incómodo, se sintió a gusto y liberado.

—Se durmió —dijo Noelle entrabdo a la cocina —. Ya era hora, hacía mucho que no lo veía recostado en una cama.

—Estos meses... éste año fue una mierda para todos —dijo Isaac mientras bebía un poco de café.

—¿Qué pasó con Derek?

—Trevor lo dejó ir, va a empezar una nueva vida lejos de aquí —tomó asienta y frotó su cuello cansado —. Me sorprendió su decisión, pero Trevor no puede evitar sentirse responsable del comportamiento de aquel chico.

—Está bien que cargue cosas en sus hombros, pero hay algunas que son injustas —dijo Noelle al mismo tiempo que se encogía de hombros —. Pero ve tú a hacer de que piense de otra forma.

—Es más fácil enseñarle a un niño matemáticas a que hacer que Trevor te escuche —Isaac rio por lo bajo junto con Noelle —. ¿Y tú que harás ahora que todo se calmó?

La joven se quedó un rato pensando en la pregunta.
—La verdad que no lo sé, supongo que me iré por un tiempo.

—¿Otra vez? —dijo Isaac sonriendo de costado —. ¿Se puede saber o será un secreto?

—Tranquilo, prometo que no será lejos. Además si me llaman yo siempre volveré, jamás abandonaría a mi única familia —Noelle suspiró profundo —. Yo también necesito despejar la cabeza, me gustaría conocer más gente, más vida, más cultura...

—Es un lindo objetivo —Isaac la miró con cariño mientras recordaba a esa Noelle asustada del pasado.

—¿Y que hay de ti?

—Yo tengo mi vida entera aquí. Con Lizzie, Gabi, los mellis y Trevor, estoy completo —Isaac suspiró profundamente y cerró sus ojos —. Me gustaría de que tú estés incluida en la lista, pero dudo que pueda convencerte.

—No lo dudes, créelo —Noelle se rio por lo bajo y tomó asiento al lado de Isaac —. Los extrañaré mucho y mientras no estoy quiero que me cuentes como van las cosas, de todos ¿Está bien?

—Lo haré, gracias por haber venido Noelle —Isaac le dio un fuerte abrazo y beso su frente —. Sabes de que con Trevor, ustedes son mis hermanitos. Nunca los dejaría solos en nada, así que lo único que pido es que te cuides y que cualquier cosa que necesites me hables.

—Lo prometo. Aunque no hables como si ya me estuviera yendo, todavía me queda una misión pendiente.