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19. Orígenes (parte tres)

Lo último que recuerda es haber saltado de una cascada en su intento de escapar.
La corriente había arrastrado a Noelle a una orilla llena de barro, por lo que tuvo que hacer mucho esfuerzo por llegar a tierra firme y por fin tomar un respiro en su descanso.
Se terminó desmayando, estaba mareada por un golpe que había recibido en su rostro. Estaba casi segura de que su ceja se había cortado, ya que de un ojo no veía por la cantidad de sangre que estaba perdiendo.
Intentó mantenerse despierta, ella sabía de los peligros al desmayarse, pero su cuerpo no aguantó otro segundo más y se apagó.

Un olor extraño y un pequeño ardor hizo que abriera los ojos de golpe y llevó inconscientemente la mano al collar.
Una mujer de tez morena le sonrió de oreja a oreja y le dijo algo en un idioma que Noelle desconocía.

—¿Dónde estoy? —intentó aclarar su campo de visión y pudo notar que estaba recostada sobre una cama hecha de algunas hojas entrelazadas entre sí. Al costado pudo ver un mortero lleno de hiervas, y un pequeño boul de madera lleno de agua. Noelle llevó su mano a su ceja y notó que estaba cubierta por una especie de pasta.

—No —intentó decir la mujer alzando sus manos y señalando la cabeza —. Herida, sanar —dijo alzando el mortero con la mezcla de hiervas.

Noelle asintió lentamente—. Gracias —inclinó su cabeza tratando de demostrar su respeto.

La mujer asintió y se puso de pie mientras acomodaba su vestido hecho de cuero y pelaje de algún animal.
Noelle comenzó a observar el lugar y descubrió toda una vivienda hecha de madera y enredaderas, había un par de lianas colgando del techo y un gigantesco tronco circular en el medio del espacio, en donde estaba lleno de herramientas, frutas y canastas de verduras.
Noelle intentó acercarse a alguna apertura por donde entraba luz del sol y observó a más habitantes.
Niños, niñas, jóvenes y algunos ancianos, sintió un leve cosquilleo en su estómago al ver tantas personas y pensar que seguramente estén en peligro, por tan solo haberla rescatado.
Ella pensó que debía irse lo más rapido posible e intentó ponerse de pie, de una forma torpe logró salir de la vivienda. La mujer que la atendía corrió hacia ella y la ayudó a sostenerse de pie.

—Acostada, sanar —dijo con su mirada llena de preocupación.

—Lo siento, pero debo irme —intentó explicarse Noelle —. Si me quedo ustedes correrán peligro, ¿Entiendes lo que digo? Peligro —dijo Noelle algo desesperada mientras veía de reojo a los niños.

—Tú  —la mujer acarició suavemente la ceja de Noelle —. Sanar...

—Es que no puedo quedarm...

—El hombre blanco no llegará hasta aquí, estamos a salvo —dijo un joven apareciendo entre los habitantes —. Deberías esperar a que te recuperes aquí y luego podrás irte.

Noelle lo miró atónita al notar la claridad de su habla.
—¿Puedes entenderme? Necesito contarte algo, deben entender que están en peligro. Por favor —dijo Noelle retorciendo su cuerpo en busca de comprensión.

El joven se volteó a los escasos habitabtes del lugar y les habló en otra lengua. Al momento todos siguieron haciendo sus actividades.
—Hablemos —dijo llevando una mano a su pecho totalmente desnudo.

Noelle volvió a entrar a la vivienda y se sentó sobre la cama de hojas. Al segundo entró el joven y se sentó sobre sus pantalones de cuero.
—¿Cómo te llamas? —dijo Noelle algo asustada.

—Mi nombre es Kuarahy ¿Tú?

—Noelle —dije señalando su pecho —. Y agradezco todo lo que han hecho por mí. Me habían dicho que a los habitantes nativos habían que temerles.

El joven rio por lo bajo.
—Nosotros somos los que le tememos al hombre blanco, poco a poco van ocupando nuestro territorio. Así que no digas que corremos peligro, porque eso ya lo sabemos desde hace mucho.

Noelle bajó la mirada algo avergonzada—. Lo siento.

—Ahora dime Jaimei ¿De qué huyes?

—¿Jaimei? —dijo Noelle arrugando su nariz.

—Significa cuando alguien está expuesto a un alto riesgo, todas nuestras palabras tienen un significado. Mi nombre por ejemplo significa sol, porque al mismo tiempo en que nací estaba amaneciendo —Kuarahy alzó su mirada hacia Noelle y ésta pudo notar unos ojos de un color oliva/amarillento, lo cual era extraño y fascinante, ya que el resto de los habitantes que ella había visto tenían los ojos totalmente marrón oscuro.

Noelle asintió y se propuso a explicarle algunas cosas de lo que había pasado.
Ella descubrió que Kuarahy conocía el idioma porque muchos años atrás se había hecho amigos de unas personas con batas blancas, al instante ella lo relacionó con la familia Brush. Estaba claro de que habían tenido contacto y por lo visto Kuarahy sabía muchísimo sobre el Signum.
La flor del Signum la consideran como la diosa de sanación para su cultura, desde hacía años ellos cuidaban de ella. Kuarahy le contó a Noelle de que la familia Brush se había hecho muy cercana a los habitantes, a tal punto, que les permitieron investigar científicamente la flor.

—Un día ella enfermó y llevaba a dos niños en su vientre —Kuarahy bajó su mirada algo nostálgico —. Entre todos estuvimos de acuerdo y le ofrecimos la sanación de la diosa. La aldea entera estaba muy emocionada de poder conocer a los niños hijos del Signum, pero tuvieron que huir pronto, un hombre malo comenzó a acecharlos desde la oscuridad. Nunca más supimos de ellos, yo era un niño pequeño y tengo recuerdos borrosos de aquel entonces, aún así se convirtieron en una leyenda de la aldea —Kuarahy se pudo de pie orgulloso —. La sangre de la diosa corre en las venas de dos niños de puro corazón.

—Kuarahy —dijo Noelle tocando el collar —. Yo...

—No hace flata que digas nada Jaimei, en cuanto vimos el collar supimos que era de la familia Brush. Estés o no relacionada con ellos, el que llegaras hasta aquí con la flor significa mucho para nosotros y estamos profundamente agradecidos. Es una señal muy fuerte e importante. Gracias.

—Ésto está claro que es de ustedes, ya no lo necesito y entiendo a la vez el gran poder que conlleva —Noelle bajó la mirada hacia los medicamentos naturales —. Estoy segura de que la han necesitado todos éstos años.

Kuarahy tomó el collar entre sus dedos y sonrió de oreja a oreja.
—Muchas gracias, la señora Brush nos había prometido devolvernos parte del Signum, pero el destino fue más rápido y se tubo que ir sin darnos el adiós.

Noelle sonrió al escuchar aquel relato.
—Ella lo había guardado para ustedes, yo lo que hice fue reecontrarlo. Me avergüenzo de haber usurpado sus planes, pido disculpas.

A partir de ese día todo comenzó a ir muy rápido.
Noelle llegó a pensar que nunca iba a ser encontrada por algún equipo de rescate de Trevor o Isaac, lo más probable es que sus excompañeros la hayan dado por muerta.
Se sentía bien, a salvo, como si perteneciera a ese lugar.
La gente de la aldea fue muy amable con ella y con el tiempo ella aprendió un poco de su costumbre y algunas palabras sueltas. Sin embargo Kuarahy siempre le hablaba en español y ella estaba muy agradecida por ello.
Noelle se había relajado y había aprendido a reconstruir su vida nuevamente... tantos años con Nelson y que de la nada todo haya sido una farsa, le había causado un vacío inmenso a la pobre joven. Lo que ella creía tener bajo control, lo que ella creía como familia, lo que ella creía como hogar, todo eso había desaparecido con tan sólo una llamada por radio.
Todavía recordaba la voz de Trevor, y se preguntaba si algún día lo volverá a ver.

—En siete días planeo volver —dijo Noelle bajando sus brazos dejando de lado una canasta hecha de hojas.

—Y ese día llegará, no lo dudo Jaimei —Kuarahy elevó su mirada cálida y que de cierta manera siempre le transmitía paz a Noelle —. Por el momento tú estás aquí, concéntrate en eso.

—Gracias por aceptarme, gracias por totamerme como parte de su familia —Noelle llevó su mano al corazón y comenzó a ver borroso por las lágrimas que amenazaban con salir.

Kuarahy dejó de lado un par de herramientas en el suelo, pensó que luego podrían continuar con la recolecta de verduras, porque en éstos momentos un corazón roto estaba tratando de sanarse, y para Kuarahy eso era muchísimo más importante.
Tomó de los hombros a la joven desconsolada y algo dudoso la estrechó entre sus brazos. Se sentía nervioso, no sabía si lo que hacía estaba bien o era lo correcto. En su aldea no se acostumbraban los abrazos, pero en sus días con la familia Brush, él había aprendido de ellos.
Kuarahy había entendido que un abrazo era un remedio para lo que no se veía, para lo que dolía mucho, pero que si te fijabas no estabas herido, no había ni sangre ni hematoma, tan sólo dolor.
Noelle le correspondió al abrazo y estuvieron así por un largo rato. Ella no aguantó y largó un pequeño llanto que fue aumentando cada vez más. Todo lo que se había guardado, todo lo que había callado ahora estaba siendo escuchado a los gritos por los árboles, las lianas, las hojas, plantas, animales, insectos, por la corriente del río, por Kuarahy... el sol que poco a poco fue iluminando el mundo a su alrededor.

—Lo siento —dijo Noelle limpiando sus lágrimas.

—La próxima vez que te sientas así estaré para abrazarte —dijo Kuarahy sonriendo de oreja a oreja —. Mientras te estrechaba entre mis brazos pude sentir el latir de tu corazón, al principio acelerado y luego más calmado —juntó sus manos y cerró sus ojos —. Prometo que mantendré tu corazón calmado el tiempo que sea necesario. Confía en mí Jaimei.

¿Eres real? —dijo Noelle sin despegar la mirada de aquellos ojos amarillentos —. Pero qué digo —Noelle largó una pequeña risa al ver la cara de confusión del joven.

—Que lindo sonido —dijo Kuarahy señalando sus oídos —. Tu risa no aparece tan seguido por aquí —al ver el rostro rojizo de la joven, Kuarahy largó una pequeña carcajada —. Continuemos o no tendremos comida para esta noche.

—Sí —sacudió su cabeza y tomó la canasta de hojas para seguir recolectando las verduras.

Noelle y Kuarahy se quedaron allí trabajando a la tenue luz del sol en pleno atardecer.
Ambos estaban en silencio pero con una sonrisa rebelde que decoraba sus rostros.

—Me parece que llegamos a tiempo —dijo el joven con una sonrisa mientras asomaba su cabeza entre unos árboles para visualizar la aldea a lo lejos —. Vamos.

—Espera —Noelle se aferró a su mano y elevó una ceja algo confusa —. Siempre fui una chica que tuvo bajo control todo, aprendí a analizar una situación, aprendí a pelear, a defenderme, y el que me digas que mi risa suena bonita no lo dejaré pasar por alto, ahora bien yo...

—Me alegra que no lo dejaras pasar por alto.

La joven no tuvo tiempo de responder ya que Kuarahy se fue rápidamente hasta la aldea.
Noelle caminaba nerviosa y le temblaba todo el cuerpo, lo cual le molestaba un poco ¿Qué significaba todo ésto? Ella en siete días tenía planeado irse, no podía pensar en otra cosa que no fuera eso.

—¡¿Dónde está?! ¿¡Qué hicieron con ella malditos salvajes!? —Noelle sintió unos gritos extraños y no lo pensó dos veces para salir corriendo hacia la aldea.

Mientras más se acercaba, más sentía el calor del fuego en su rostro... sonidos de disparos eran cada vez más seguidos.
A lo lejos se sentían los gritos de las personas y en cuanto Noelle se asomó entre unos árboles cayó de rodillas al suelo.

—¿¡Qué hicieron?! —gritó luego de unos segundos en shock.

En el suelo habían cuerpos de niños, mujeres y hombres. Había olor a sangre, desesperación y súplica.
Todo estaba destruido, las viviendas estaban ardiendo en fuego y toda la comida de las colectas tiradas y pisoteadas.

—Jefa, la encontramos —dijo uno de los excompañeros sonriendo y elevando el arma hacia ella.

Los cuatro se la quedaron mirando. Lo único que los separaba de ella era un lago de sangre y cuerpos.
Noelle se retorció en el suelo y apretó su estómago con fuerza, mientras largaba un llanto desde lo más profundo de su garganta. Todas esas personas que le habían dado un hogar, ahora estaban muertas.
Ella se quedó quieta, y por más que sentía enojo y rabia, sabía que ya había perdido. Los cuatro estaban armados, lo único que podía hacer era esperar su muerte por lo que cerró sus ojos y respiró profundamente.
Pero una voz a lo lejos hizo que recuperara el aliento y se pusiera de pie.

—¡Kuarahy! ¡No!

Nota autora:
¿Qué creen que pasará? Lxs leo🌈❤️

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