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12. Tyler

UN AÑO ATRÁS

BENJAMIN'S

Miré aburrido la pizarra llena de cálculos y palabras sueltas. Esta clase en particular sino comprendes algo de lo que dice el profesor, terminas perdido en el medio de la nada misma.
Nunca pensé que estudiaría bioquímica, pero he aquí cursando mi segundo año en la universidad. No voy a mentir que me resulta bastante fácil la carrera, pero seguro es por mi crianza literalmente dentro de un laboratorio.
A comparación de Theo, yo vivía pegado a Judith. Mi curiosidad generaba innumerables preguntas y dudas acerca de los estudios, las reacciones, las observaciones e investigaciones de Judith. A veces pienso en lo denso que habré sido, no sé cómo hizo para tenerme tanta paciencia.
La puerta sonó levemente, captando la atención de toda la clase. Un decano se asomó y alzó su mano pidiendo permiso.

—Hola, lo siento pero busco a ¿Brush? ¿Benjamin Brush? —dijo rápidamente intentando no demorar tanto la clase del profesor.

Alcé una ceja —. Si, ya voy —guardé mis libros y llevé la mochila a mis hombros.

'¿Otra vez lo mismo?' pensé una y otra vez mientras seguía los pasos del decano.

—Se descompuso en su última clase. El profesor intentó sostenerlo, pero terminó golpeando su cabeza con el escritorio —dijo rápidamente mientras nos dirigíamos a la enfermería —. Está bien, no te preocupes. Ya es la segunda vez que pasa ¿Está todo bien?

—Si, es algo genético. Mi papá lo padecía —mentí y cambié de tema rápidamente —. Gracias por avisarme, Theo a veces me oculta cuando le pasa estas cosas.

El decano me sonrió y se despidió mientras ingresaba a la habitación, en donde Theo estaba recostado en la camilla de brazos cruzados.
Su entrecejo estaba tenso formando una leve línea en el medio. Su expresión era claramente de enfado.

—Hey —dije al ver que la enfermera se retiraba y me dejaba sólo con mi hermano —. ¿Otra vez? ¿Theo estás tomando las pastillas?

—¿Acaso me vez cara de idiota? Obvio que las tomo —miró hacia un costado —. Pero por ahí me mareo, mejoré mucho a comparación del año pasado. Ya no tengo fiebre o vómitos —Theo hizo una mueca —. Maldita planta, maldita vida, maldita sangre, estoy maldito. Me llevé la peor parte.

—Tranquilo, Judith dice que...

—No me importa lo que diga, me molesta haber quedado con secuelas después de la transfusión. Mi pierna todavía duele, sigo tienendo taquicardia cada vez que recuerdo aquel día en donde casi muero. Recuerdo el dolor que sentí en el pecho cuando me volvió el aire al cuerpo —dijo Theo presionando su cabeza mientras recordaba —. Me cansé de ser el débil, quiero mejorar, volver a tener un cuerpo sano —sacó el frasco con las medicinas suplementarias y se llevó dos a la boca.

Apreté mis dientes sintiendo su preocupación, y me limité a asentir.
—Vamos —dije tomando su hombro y ayudando a que se ponga de pie.

—No me toques —dijo zafando de mi agarre.

—No seas terco —tomé su brazo al ver que se tambaleó hacia un costado.

Lo ayudé a caminar hasta la salida de la universidad.
Su camisa estaba empapada de sudor, y temblaba a cada minuto. Fiebre no tenía, supongo que era porque tenía la presión baja.
Lo subí al auto con cuidado, y antes de ir a nuestro apartamento, pasé por un almacén para comprar algo dulce y una bebibada tónica.
El camino fue en pleno silencio, y mejor así, no tenía ganas de discutir su estado de salud, Theo es muy cerrado y por momento se niega a aceptar que tiene un problema y que debería ser un poco más cuidadoso.
Lo quiera o no, yo soy el responsable de mi hermano. Debo estar para él y cuidarlo cada vez que me necesita.

—¿Volverás a clases? —dijo Theo mientras se recuesta en el sofá con una manta y las cosas que le había comprado —. Es temprano todavía, deberías irte.

—No, está bien. El tema que estaba dando el profesor ya lo sabía —dije tirando mi mochila en una silla y saqué un par de libros. Los puse sobre la mesa y comencé a ver algunos ejercicios para hacer —. Que lindo que es la química.

Theo fingió una arcada —. Le tengo un rechazo innato a esa materia, no entiendo como te gusta tanto. Es por eso que es mejor la informática.

Alcé una ceja y lo miré de reojo con una sonrisa —. Mi hermano es todo un nerd.

—Eso no es discutible —dijo Theo alzando sus manos y comiendo una galleta de chocolate —. Ben —su expresión cambió radicalmente —... no quiero que te quedes por mí, si necesitas volver a clases puedes ir. En serio.

Negué lentamente —. Ya te dije que no vuelvo porque ya entiendo el tema, además no me quedo porque estoy preocupado por ti —chasqueé mi lengua y rodé mis ojos —. Que ridículo que pienses eso.

Theo sonrió y bebió un poco de tónica —. Iré a darme un baño.

Sé levantó con dificultad y lo observé atentamente por si volvía a marearse. Al ver que cerró la puerta del baño, suspiré aliviado.
Froté mis ojos e intenté resolver un par de ejercicios de química.
Vi de reojo los contactos de mi celular, y encontré el número de Tyler.
Recuerdo que siempre fuimos a la misma clase pero nunca intercambiamos palabras, hasta ayer que armamos un grupo de estudio. Siempre estaba leyendo parecía muy sumergido en el tema, pero cuando armamos aquel grupo pude verle por primera vez a los ojos. Me sorprendió al notar lo bonito que eran, todavía tengo ese color azul rondando por mi cabeza todo el tiempo.
Me pregunto si será muy molesto de mi parte pedirle que me pase el material de estudio que dieron en la clase de hoy.
Sacudí mi cabeza al sentir un nerviosismo recorrer mi espalda, y me armé de coraje para enviarle un mensaje.
Apreté mis labios, seguro pensará que soy un irresponsable que falta a las clases. De seguro ya no querrá armar un grupo de estudio conmigo...

—¡Ben! ¡Ben! —los gritos de Theo me asustaron y salí corriendo hacia la puerta del baño.

—¡Theo! —golpeé la madera un par de veces —. ¿Qué pasa? ¿Estas bien? ¿Te caíste? —al no recibir respuesta por su parte comencé a preocuparme y abrí la puerta rápidamente.

Theo con una toalla atada en su cintura no despegaba su mirada del espejo —. ¡Me salió un grano gigante en la nalga derecha! ¡No sabes lo que duele!

Lo miré anonadado sin saber que decirle —. ¡Pensé que te había pasado algo! ¿Y me llamas para decirme esta estupidez?

—¿Disculpa? —se cruzó de brazos indignado —. ¡Si no me hubieras comprado chocolate no me hubiera salido éste grano! ¡Todo es tu culpa!

Apreté el puente de mi nariz al ver todo su melodrama, igual debo admitir que el grano se lo veía bastante grande.

—Theo, ¿Sabes qué? Debo ir a buscar unas cosas —dije al ver su rostro rojo por el enojo —. No soporto cuando te comportas como un niño.

—¡Pero vete sin miedo! Ahora por lo menos tendré compañía —acarició su grano, y me generó una sensación de asco —. ¿Cuándo vuelvas puedes traerme unas papitas? —juntó sus dedos algo nervioso.

Alcé mi mano ignorando su petición y me fui lo más rápido que pude.
Tyler ya me había contestado el mensaje, y me dijo que podía ir a la biblioteca para buscar los apuntes que él había hecho.
En cuanto llegué, lo busqué con la mirada. Sonreí de costado al reconocer su espalda y sus cabellos desordenados.

—Hola —tomé asiento al frente de él —. Muchas gracias, acabas de salvarme.

Él se limitó a mirarme a los ojos y asintió lentamente. Noté sus mejillas repletas de pecas y su flequillo que tapaba la vista de su rostro.
A decir verdad era una imagen muy tierna, y podría irme pero algo me decía que no.
Me quedé un rato en silencio, y lo observé atentamente.
Sus mejillas se sonrojaron y revolvió un poco su flequillo con sus manos.

—Tú... em... ¿Estás bien? —dijo Tyler alzando su mirada lentamente a la altura de mis ojos —... digo porque te fuiste antes y parecías preocupado por algo... no importa, no quiero ser entrometido no hace falta que me contestes...

—Estoy bien —dije cortando su propia tensión y sonreí al verlo tan nervioso —. Mi hermano necesitaba mi ayuda, se descompuso. Pero no fue nada grave, gracias por preguntar...

—Si bueno, eres mi compañero de estudio y no sabía si ibas a poder juntarte en estos días, digo... bueno... ya era la segunda vez que te ibas además de que por ahí faltabas mucho, pensé que tal vez ya no estabas muy interesado en la carrera —se cruzó de brazos y bajó su mirada a sus libros.

Me sorprendió ver que notará las veces que veces que me iba o faltaba.
Alcé mis cejas y reí por lo bajo.

—Todavía tengo pensado recibirme de bioquímico —dije apoyando mi brazo sobre la mesa —. ¿A ti te va gustando la carrera?

Tyler elevó su mirada rápidamente —. Si, me gusta. Me parece muy interesante las cosas que se dan y me encantaría hacer trabajos en laboratorios, también me parece interes... lo siento, me estoy yendo muy por las ramas y te haré perder tiempo.

—No te disculpes, sigue hablando. Me gusta compartir la emoción de la carrera con alguien más. Mi hermano siempre tira abajo las cosas que hago o que me gustan de la carrera —sonreí de costado —. Es lindo ver que comparto el brillo del interés con alguien más.

Tyler me sonrió por primera vez, y me generó un leve dolor de estómago al ver sus hoyuelos.
Que hermoso, pensé.
Debo admitir que nunca estuve acostumbrado a que me guste alguien, o que me llamara la atención alguna persona.
Tantos años encerrado en un mismo lugar me sacó la posibilidad de experimentar mis gustos, y Tyler de alguna u otra forma me está haciendo sentir cosas, que nunca pensé posible en mí.
Siempre fui muy cerrado y algo tímido desde que vine por primera vez a la universidad, me costó acostumbrarme a la convivencia con otras personas y al fin al cabo lo logré, me siento con mucha  confianza, pero eso no quita el hecho de que me sienta identificado con la actitud tímida e inocente de Tyler.
Me generaba curiosidad saber más de él, y nunca pensé que disfrutaría tanto hablar de cosas tan comunes con alguien más.

—Me alegra que hayamos podido hablar y conocernos aunque sea un poco más —me puse de pie —. Me gustaría no nos tratemos solamente como compañeros de estudio, podemos ser amigos...

—Opino lo mismo —dijo Tyler riendo por lo bajo y mucho más relajado que hace un par de hora atrás —. ¿Entonces mañana nos vemos después de clases? Para estudiar... obvio para que más va a ser —titubeó y golpeó su cabeza algo nervioso.

—Si —respondí rápido —. Mañana sin falta después de clases.

—Genial —bajó su cabeza y elevó su mano en modo de saludo.

Le sonreí y nos despedimos.
Y así pasaron los días y cada vez conocía más de él. Por ahí me daba miedo contar mi historia, ya que no tenía tantas cosas interesantes que decir. Como lugares que visité o personas que conocí, ya que hacía poco me estaba incluyendo dentro de una sociedad. Lo único que contaba era anécdotas con mi hermano o con Gabi.
Theo siempre supo que anduve en algo con Tyler ya que nos ha sabido ver en la universidad estudiando juntos. No sé porqué me costó tanto decirlo en voz alta, ya que en mi interior todo estaba perfectamente aclarado. Sabía lo que sentía, y sabía lo que quería.
Tyler se animó a contarme un montón de cosas, como cuando vivía en un horfanato o los malos ratos que supo pasar con sus familias adoptivas. La soledad que vivió por años, y yo lo comprendí tan bien que me sentí tranquilo al saber que no estaba solo, ni él ni yo.
Debo admitir que me sentí muy nervioso al no saber si yo le gustaba, creo que de todas las cosas, esa fue la más difícil de expresar. Algo tonto, ya que en simples palabras uno puede decir lo que estaba sintiendo. Pero tenía tanto miedo de perderlo, que me aterraba asustarlo con algo que tal vez no era correspondido.
Gracioso pensar que él sentía el mismo miedo que yo.
Aún así tardamos en decirlo, y fue mejor de esa forma, ya que me dio tiempo de contarle por las cosas que tuve que pasar cuando viví en aquel laboratorio con mi hermano.
Me sentí nervioso al abrirme completamente con alguien más, pero confiaba en él y sabía que me escucharía y que guardaría el secreto conmigo. Por el momento decidí ocultarle a Theo, Gabi y a los demás, que había revelado mi vida a una persona totalmente desconocida para ellos.
Quizás fue un acto de pura irresponsabilidad de mi parte, pero no soportaba hablarle no siendo sincero del todo. Tyler me contó su vida, y es justo que yo confíe en él como lo hizo conmigo.

—Entiendo si después de escuchar todas las cosas que hice o que viví, te de un poco de miedo o ya no quieras saber nada conmigo —dije bajando la cabeza tratando de no verle la cara —. Lo siento por ocultarte todas estas cosas, pero no fue fácil vivirlas y mucho menos contarlas en voz alta.

Tyler tomó mi mano y la apretó fuerte. Es la primera vez que me mostraba débil y asustado al frente de él.
Siempre era al revés, yo lo apoyaba o le hablaba con suavidad cada vez que me contaba de sus malas experiencias vividas.

—Benjamin, no tienes que disculparte por nada, entiendo tu sufrimiento. No es fácil hablar de algo que nos condenó a una mísera vida —tomó mi mentón e hizo que lo mirara a los ojos —. Yo siempre supe que me ocultabas tu dolor, pero decidí esperar a que te sintieras listo para hablarlo. Sé lo feo que es ser presionado —acarició mi mejilla y comencé a sentir mi corazón latir cada vez más fuerte —. Tal vez dos almas rotas como las nuestras, fueron destinadas a juntarse y formar un alma improvisada —dijo Tyler riendo por lo bajo.

—Tal vez —dije sonriendo y apretando su mano sobre mi mejilla —. Al parecer tuve mucha suerte.

—Opino lo mismo —dijo sin despegar sus ojos de los míos.

De un momento a otro la biblioteca se convirtió en el vacío mismo.
La personas, el ruido de las hojeada de lo libros, todo había desaparecido.
Sólo estábamos él y yo a unos cuantos centímetros de distancia.
No hizo falta decir lo que sentíamos hacia el otro, tan sólo en ese segundo nos dimos cuenta de que ambos teníamos un corazón correspondido, un sólo latido, nos dimos cuenta de que juntos ya éramos un alma improvisada.
El beso fue tan sólo una firma que aclaró lo inevitable.

Nota autora:
Aló, disculpen la demora pero aquí el capítulo dedicado especialmente a Ben y Tyler 🙈
¿Qué opinan? Lxs leo 👀

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