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≡; último extra.

DISCLAIMER
sexo duro, daddy kink, tirones de pelo, ahegao face, blowjob, dirty talk, doyoung bottom/sub, jaehyun top/dom.


Alfombra de lana

En la época posterior a su primera vez, Doyoung estuvo muy interesado en investigar sobre prácticas de cualquier perversión en la cama.

Le causaba curiosidad el poder satisfacer a Jaehyun en todo aspecto.

Cuando se hallaba solo en el departamento, vagando por toda la vivienda, se encargaba de visitar foros en internet o leer uno que otro libro sacado de la biblioteca para saciar su sed de conocimiento.

Pudo conocer centenares de kinks, fetiches y hasta parafilias; además de posturas, juguetes y algún que otro consejo para seducir. Lo que causó que sus ganas por probar cosas nuevas se incrementaran.

Él se enamoraba cada vez más de las expresiones sorprendidas de su pareja, sabiendo que de una manera u otra, le afectaba el cambio de tierno a sexy que Kim adaptaba.

Cuando Jaehyun veía a Doyoung convertirse en un lío desesperado por sexo, le hacía pensar que su bebé estaba siendo corrompido gracias a él. Los pantalones se sentían insufriblemente apretados con el solo pensamiento.

Jaehyun siempre había dejado que Kim hiciese lo que se le fuera en gana, era muy claro quien era el que dominaba a quien. No de la manera en que todos piensan, pero con solo Doyoung decir 'a' Jaehyun estaría dispuesto a bajarle la luna.

Por ese mismo hecho, estaban donde estaban en esos momentos.

En el maravilloso y alabado -por Doyoung- día feriado, Jaehyun pasaba todo el día en casa, sin siquiera pensar en el trabajo.

Toda su atención era acaparada por Kim Doyoung

— ¿Cuándo llegará? —el menor estaba sentado sobre sus tobillos, sus manos en su regazo, frente a la entrada mirando la puerta principal del departamento con insistencia.

Jaehyun en uno de los sillones cercanos a la ubicación de su bebé, miraba atento como Doyoung se exasperaba en pucheros cuanto más pasaban los minutos.

— Ten paciencia, príncipe —su hoyuelo hizo acto de presencia, y sus ojos se achicaban mientras tomaba una taza caliente de chocolatada.

Ambos estaban esperando la llegada de Yangyang, a quien habían sobornado con galletas para que fuese a buscar la gran alfombra que habían comprado en línea ese mismo día, ya que les había comentado que estaría cerca de allí.

Luego de pucheros y varios suspiros, el timbre activó los rápidos movimientos de Doyoung, que había abierto la puerta lo más pronto que le permitió el cuerpo.

Yangyang estaba frente suyo, con el teléfono literalmente frente a su rostro mientras pataleaba de vez en cuando.

— ...¿Y la alfom-

— Malditos sean, estúpidos, ¡yo no soy el puto impostor! —gruñó al juego perdido— ¡Junnie! trae la cosa peluda esa... por favor.

Doyoung y Jaehyun observaron sin decir nada, como Xiaojun -quien recién había llegado al piso- traía consigo un gran bulto, donde se leía la marca del lugar donde habían hecho la compra.

— ¿Dónde la dejo?

— Tírasela en la cara a Jaehyun hyung, por su culpa fue que la tuviste que cargar —propuso -u ordenó- Yangyang con una sonrisa de travesura marcada en el rostro, sus hoyuelos pronunciándose encantadoramente.

Xiaojun le siguió el juego a su pareja, y antes de que Doyoung se opusiera a algo entró al hogar e hizo lo ordenado, corriendo cuando concluyó su cometido.

— ¡No se olviden de mis galletas! —fueron las últimas palabras dichas por Liu antes de correr también en dirección a su piso.

— Cada día Yangyang se vuelve más salvaje —declaró Jaehyun sacándose la alfombra de encima.

Doyoung observó fijamente la puerta— ...¿Qué acaba de pasar?


— ¡Es enorme! ¿Crees que sí quepa?

— Eso espero, Doie  —pronunció Jung, desdoblando la alfombra que resultó más grande de lo que esperaron.

Doyoung ayudó lo más que pudo, arrimando los muebles que menos pesaban, hasta que decidió que era mejor intercambiar de tarea, siendo Jaehyun el que despejó toda la sala y entrada principal de cualquier obstáculo.

El lugar quedó vacío y se veía muy espacioso. La pareja comenzó a instalar la alfombra azul marino abarcando todo lo que separaron y sobrando en algunas esquinas.

Jaehyun suspiró— Ya después se acomodará lo de las esquinas.

Doyoung pronunció un pequeño 'mhumm' antes de sentarse en el suave suelo.

— Es muy suave~

Jung rió enternecido mirando como Doyoung apoyaba su rostro en la suavidad de la lana.

— Rueda conmigo, Jaehyunie —propuso antes de comenzar a hacer lo mencionado, desplazándose por la sala vacía de esa manera.

A los pocos segundos, con una gran sonrisa Jaehyun siguió a Doyoung con su adorable acción, ambos rodando por la sala como niños pequeños.

Después de diez minutos de girar, Jaehyun paró cansado de la constante actividad, acostándose con la vista al techo blanco de su hogar.

Un suspiro salió de sus labios cuando el rostro de su novio interrumpió su mirar.

— Hola, Jae —susurró Kim una sonrisa iluminando sus rasgos aniñados.

Sin poder controlar su corazón, Jaehyun atrajo a Doyoung en un beso suave y tierno, fundiendo sus emociones en aquel gesto de amor.

— Eres tan hermoso, príncipe.

Doyoung rió tontamente, mientras se posicionaba sobre el regazo de Jung, concentrando su atención en darle mimos al rostro de su pareja.

Jaehyun se sentía amado y el sentimiento cálido abrazó su corazón sin pedir permiso. Se sentía muy afortunado de tener a alguien como lo era su novio, su bebé.

Pero todo sentimiento de inocencia dejó el lugar cuando repentinamente, después de muchos besos, Doyoung inició un movimiento de caderas constante, justamente sobre la entrepierna de Jaehyun.

Jaehyun tosió desconcertado por el cambio de ambiente.

— D-Doyoungie, ¿qué haces? —la risa nerviosa de Jaehyun, estimuló la excitación de Kim, quien gimió sobre el cuello de Jaehyun.

— Quiero hacerte sentir bien, Jae. Por favor, ¿puedo hacerlo?

Unos ojos de cachorro atacaron sin piedad el autocontrol de Jaehyun, resumiendo su respuesta a un simple asentimiento hipnotizado.

Una sonrisa triunfante abarcó el rostro de Doyoung, antes de comenzar con lo que había estado pensando en días. La mandíbula afilada de Jaehyun le obligaba seguir el recorrido con su húmeda y ansiosa lengua, provocando más de un escalofrío en el mayor.

Doyoung se encargó de marcar el níveo cuello, concentrándose en los sitios sensibles que sabía era la debilidad de Jaehyun.

Sus manos emocionadas surcaron debajo del hoodie negro que Jaehyun solía usar todo el tiempo, sintiendo como la piel bajo sus dígitos se erizaba. Con la misión de observar lo que le llevaría a su perdición, Doyoung se decantó por sacarle la parte superior a su pareja con su ayuda.

Jaehyun terminó de pasar la prenda sobre él, dejando su torso a disposición de su príncipe, quien no esperó nada para comenzar a deleitar su lengua con el relieve de su abdomen.

De tanto en tanto Jaehyun soltaba jadeos que motivaron a Doyoung continuar, deteniéndose justo frente a la cintura de la sudadera, que se alzaba con la evidente erección que le causó.

Con una mirada cuestionadora, Doyoung pidió permiso para continuar, y luego de ver la sonrisa de hoyuelo que le proporcionó Jaehyun, tuvo la motivación de continuar sin dudar en alguna otra cosa.

De un delicado tirón despojó ambas prendas, dejando completamente desnudo a Jaehyun, que se sonrojaba poco a poco, perdiendo la valentía al ser el único desnudo.

Pero no le reprochó nada. Y menos cuando pudo observar la manera hambrienta en que Doyoung lamió su labio inferior, mientras miraba fijamente su polla rígida.

Kim jadeó ante la vista; las venas marcandose deleitosamente y la punta brillante gracias al líquido preseminal.

Se encargó de estar sumamente cómodo, sentado entre las piernas abiertas de Jaehyun. Con una mano tomó el pene de su novio y comenzó a acariciarlo de arriba a abajo, mordiendo su labio ante los espasmos musculares que sufrían los muslos de Jaehyun.

Remarcaba cada vena con su dedo índice, y cada que más avanzaba, más se excitaba. Estaba caliente y lo suficientemente dura como para doler, eso lo podía sentir.

Doyoung gimió de anticipación a tenerlo dentro de sí.

Jaehyun miraba la concentración que Doyoung tenía al tocarlo, esa mirada sería y anhelante hacía querer follárselo de una vez por todas. Pero no impediría que su novio disfrutase antes de iniciar con el acto.

Una lamida experimental provocó un gruñido en Jaehyun, quien no se controló y gracias a la inesperada sensación, tomó un puñado del lindo cabello de Doyoung.

El menor gimió y se sonrojó.

Le había gustado, mucho.

Con la esperanza de que se repitiera, Doyoung comenzó a besar el glande, bajando por todo el costado mientras chupaba la sensible piel. Concentrándose en extasiar a su pareja, que mantenía una mano en la alfombra y la otra enredada en las hebras oscuras de Kim.

Prosiguió a introducir el primer tramo, ayudándose a mantener su mente enfocada, para continuar engullendo todo lo que pudiese. La punta golpeó su garganta y aspiró con fuerza, cerrando los ojos llenos de lágrimas. Su sensible boca tarareaba ante la sensación de estar llena, enviando placenteras ondas por la columna de Jaehyun.

— P-Principe, no te obligues a tomar más de lo que puedes, podrías hacerte daño —recordó Jaehyun deduciendo lo que Doyoung tenía pensado hacer.

Vio los ojos brillantes de Kim mirarle con determinación, antes de arrastras su polla fuera de su cavidad bucal mientras su lengua acariciaba todo el falo.

— Me vas a follar la cara.

La mente de Jaehyun se descontroló.

— ¿Qué?

Doyoung no dio alguna explicación, simplemente empujó el pecho de Jaehyun de regreso a la suavidad de lana. Jaehyun ni siquiera se había percatado de que terminó sentado por la impresión.

Doyoung nuevamente se concentró en su erección, dando un par de jaladas antes de cerrar sus labios en la cabeza, su lengua frotando con insistencia.

Jaehyun gruñó en advertencia— Doyoung.

El nombrado sacó la lengua tomando más en su boca, mientras que una sonrisa descarada surcaba sus labios brillantes de líquido preseminal y su saliva.

Jaehyun gimió ante la vista, sobresaltado cuando Doyoung tomó su mano y la posó sobre sus cabellos oscuros. Dio una mirada a Jaehyun y prosiguió a introducir su polla hasta quedar amordazado.

El azabache apretó el agarre de Jaehyun en sus mechones y relajó la quijada.

— No te voy a follar la cara, Doyoung, te puedo lastimar.

Jung se estremeció ante el gruñido emitido por el menor, que estaba enojado por la negativa a lo que deseaba.

Pero Doyoung lo quiere, Doyoung lo tiene.

Él mismo comenzó con un ritmo suave, antes de ir en ascenso dando placer a su pareja que estaba desarmándose en jadeos y gemidos graves. Doyoung se encargó de llevarlo al cielo, muy cerca de tocar la nube esponjosa del clímax, para posteriormente dejarlo caer sin remordimientos, arrebatándole uno de los mejores orgasmos que pudo haber conseguido.

La mirada desconcertada de Jaehyun se concentró en el rostro jodido de Doyoung, sus ojos llorosos y la mezcla de saliva y presemen bajando por su barbilla; sus labios hinchados en un pequeño puchero caprichoso y una posición de berrinche.

— ¿Por qué no quieres hacerlo?

Jung pasó saliva ante su voz quebrada— ...Te puedo lastimar, y tú no quieres eso, solo estás-

— ¿Cómo sabes que no quiero eso?

Jaehyun silenció, mirando fijamente el rostro lleno de lágrimas de Doyoung. En ese momento pudo concluir que... no estaría mal un poco de rudeza de vez en cuando.

La declaración de Doyoung hizo encender algo en él.

Contradiciéndose a sí mismo, se levantó de la alfombra y tomó a su pareja por su lindo cabello oscuro, sacando un gemido extasiado de su parte.

Doyoung se devolvió a la postura sumisa que había llegado a portar hace minutos. Esta vez abriendo la boca para que su novio le diese lo que quería.

— Estás actuando muy sucio hoy, Doyoungie —afirma Jung, más para sí mismo— ...tan desesperado por que te joda. ¿Cómo lo quieres?

Doyoung lloriqueó— Duro.

— Hmm, está bien, pequeño sucio.

Enredando sus dedos en la melena azabache, afirmó el agarre para posterior a unas caricias a su pene, posarlo en los labios de su príncipe.

Kim aflojó la mandíbula, dando paso libre para la acción. Cosa que le hizo más fácil el trabajo a Jaehyun.

Falto de delicadeza, Jaehyun penetró la cavidad bucal hasta llegar a la apretada garganta de su hermoso novio, manteniendo ahí a Doyoung unos segundos; disfrutaba la humedad y estrechez del cálido lugar.

Doyoung respiró por la nariz, sintiendo como de a poco se mareaba por la lenta ingesta de oxígeno, sin embargo, acabó por gemir o hacer el intento ante lo que estaba ocurriendo después de tanto fantasear.

Ahuecando sus mejillas con la otra mano, Jaehyun le ordenó que permaneciera de esa manera, obteniendo sumisión y obediencia como respuesta.

Sus caderas iniciaron un constante vaiven que probablemente lo haría llegar más pronto de lo que espero. Jaehyun miró hacia abajo, Doyoung estaba básicamente ahogado de su polla y la felicidad en sus rasgos era algo enloquecedor.

Jaehyun arremetía en la estrecha boca de Doyoung, la lengua de este remarcando como podía el contorno de su virilidad, succionando con entusiasmo e ignorando las arcadas que estimulaban aún más el placer Jaehyun.

El mayor se sintió al borde cuando Doyoung le ofreció o intentó, una sonrisa; lágrimas empañando su rostro angelical y orbes ahogados en lujuria.

Así que una vez más el orgasmo de Jaehyun fue arrebatado, está ocasión por el mismo; al retirar su miembro en el justo momento en que mancharía la boca de Kim.

Obviamente, Doyoung se quejó, pero calló una vez notó que Jaehyun pensaba darle algo mejor. Jaehyun le despojó de sus prendas con rapidez ansiosa, y Doyoung sonrió a la par que su pareja.

Estaba claro que se gustaban mucho.

— Rodillas y manos contra el suelo, príncipe —ordenó el mayor, enviando su cabello hacia atrás con su mano; dejando expuesta su frente sudorosa por la actividad candente que estaban llevando adelante.

Doyoung obedeció casi al instante, empuñando la suave alfombra bajo sus dedos. Jaehyun apretó una de las esponjosas nalgas de Kim y trazó un camino por toda su espalda hasta sus hombros.

— Buen chico, príncipe. Ahora, ¿puedes arquearte para mí?

La parte superior de Doyoung fue empujada hacia abajo; su pecho quedando al ras con la suavidad de lana, dejando su trasero a disposición de Jaehyun

— Espera un segundo, bebé —susurró Jaehyun, justamente en oído de Doyoung, culminando con una lamida en el lóbulo de la oreja. El punto débil de Kim.

Jaehyun se levantó y llegado a los muebles acumulados en el pasillo se frenó en el sofá más pequeño, donde debajo del segundo asiento se encontraba una botella de lubricante escondida.

Escondida ahí para ocasiones especiales.

Doyoung esperó y pensando que Jaehyun se tardaría más, se sorprendió cuando al intentar levantarse una bofetada cayó directo en su muslo derecho.

— Quieto, bebé.

— L-Lo siento, Jaehyun.

A pesar de haber acordado sexo duro, Jaehyun nunca se atrevería a preparar a su pareja sin lubricación, ya que siempre teme causar un daño grave.

El frío líquido cayó en la mano de Jung, frotándolo en sus dedos para regular la temperatura, mientras tanto, su otra mano acariciaba la erección de Doyoung, recibiendo pequeños gemidos y jadeos del menor.

— ¿Duele mucho, bebé?

— S-Sí, Jae, por favor, ya... ya métela —jadeó cuando Jaehyun introdujo un dedo— Quiero estar lleno de tu polla, Jaehyunie.

Jaehyun no respondió, sin embargo no pudo retener el gruñido ante la estimulación auditiva. Más sangre corrió hacia su miembro viril, y el dolor punzante hizo agregar de golpe otros dos dedos dentro de su novio.

Jaehyun se concentró en penetrar fuertemente con sus dedos, Doyoung aferrándose a la alfombra mientras enterraba su rostro en ella gimiendo fuerte.

Cuando Jaehyun retiró los dígitos de su entrada, Doyoung se encargó de respingar aún más su trasero, alzándolo cerca de la erección de Jaehyun.

Jaehyun tomó sus caderas y jaló fuerte, posicionándolo bien.

— Dije quieto, Doyoung. ¿Vas a comportarte mal ahora? —Kim se estremeció y negó. Jaehyun apretó más su agarre— Usa tus palabras.

— No.

— ¿No qué...?

— No, papi, y-yo seré un chico bueno.

Jaehyun tarareó en aprobación, comenzando a rozar el glande con la entrada de su bonito novio, desesperándole aún más.

Cuando tuvo suficiente de jugar, se introdujo en una estocada fuerte, tal como Doyoung había querido experimentar.

Su boca cayó en un gemido silencioso, sorprendido de la fuerza del mayor. Sus manos aferradas a la alfombra comenzaron a tirar de ella, en el justo momento en que Jaehyun comenzó a embestir. Cada golpe era certero, duro y con la suficiente rapidez para hacerle ver las estrellas.

El agarre en sus caderas nunca cedió, cada vez siendo más presente en fuerza; la marca de sus manos en su cuerpo sería algo que admirar en días posteriores.

La habilidad que tenía Jaehyun de desarmarlo y armarlo en un tris era algo que nunca dejaría de amar, la sensación de sus gruñidos haciendo eco en su mente nebulosa y sus latidos acelerados por el toque de su amado.

Jaehyun se encargó de follar a Doyoung como él había querido y se lo había pedido. Despreocupándose de cualquier dolor, porque después de todo, ¿no había dicho él que quería que lo jodiera duro?

Piel con piel, ambos sudando y jadeando. Disfrutaban de la muestra desenfrenada de afecto, la lujuria reinando sus movimientos como una ley.

Una estocada específica dio en el lugar justo para desatar la perdición de ambos. Jaehyun escuchaba como Doyoung comenzaba a agudizar sus gemidos, mientras que movía sus caderas para encontrar cada golpe que le ofrecía.

El punto dulce de Kim estaba siendo tratado tan rudo, que podía enloquecer del intenso placer que eso conllevaba. podía sentir como las lágrimas se acumulaban en sus ojos y su boca segregaba más baba de lo normal, estaba extasiado en demasía.

Jaehyun gruñó ante el acelerado patrón de palpitaciones que recibía su polla, sabiendo perfectamente lo que significaba.

Y él no se lo iba a perder, de ninguna manera.

Una de las manos en las caderas de Doyoung, canjearon su puesto para tomar un puñado de cabello, tirando de él hasta que el rostro jodido de Kim estuviese a su vista, justo frente al suyo.

Doyoung gimió obscenamente fuerte, mientras sentía su espalda chocar contra el marcado pecho de Jaehyun.

Sus rostros quedando a centímetros del otro.

— J-Jae, p-por favor, más duro~

Palabras jadeantes, llenas de morbo y lujuria, la sonrisa dedicada al mayor y la expresión más incitante que podía existir; no pudo evitar darle lo que quería.

El único soporte que mantenía a Doyoung contra él, era la mano tirando de su cabello. La otra ocupándose de la erección desatendida del menor, quién ante la estimulación adicional chilló más agudo de lo que alguna vez hizo.

— Oh, p-papi, más, más, más —pidió, perdido en el placer, sus ojos desorbitados y oscurecidos. Estaba cerca del orgasmo— He sido un ch-chico muy bueno, por f-favor, ¡más fuerte~! R-Rómpeme, Jaehyun.

Doyoung estaba fuera de sí, gimiendo en cada palabra sucia que salía de sus labios, tan cerca que ya podía saborearlo.

Jaehyun se encargó de multiplicar el placer, acelerando el movimiento de su mano en el falo erecto de Kim, y tirando de su cabello, posicionando su rostro de manera en que tuviese la mejor vista.

Y lo logró.

Cuando el orgasmo atravesó el cuerpo de Doyoung, los espasmos se adueñaron de él y la expresión sucia que no podía evitar hacer salió a relucir, arrastrando a Jaehyun con él hacía la liberación.

Sus ojos lloraron, feliz de llegar a la cúspide del placer junto a su pareja. Junto a su Jaehyun.

Jaehyun tomó el rostro de su príncipe, delicadamente, y se encargó de transmitirle por medio de sus labios, todo el amor que albergaba su corazón al estar junto a él.

Porque Jaehyun no puede evitar darle a Doyoung todo lo que desea.

Jaehyun no puede evitar derretirse al sentir las manos de su bebé en cualquier parte de su cuerpo...

Jaehyun no puede evitar caer ante esos ojitos, mirada lagrimosa, rostro sonrojado y babeante.

Fin.

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