≡; O4.
Doyoung no se puede negar a nada de lo que Jaehyun le proponga, puesto que él confía plenamente en su pareja, y no tiene duda que Jaehyun lo cuidará pase lo que pase, hagan lo que hagan. Así que, para sorpresa de pocos, la oferta indecorosa antes dicha por el castaño fue consentida por el tierno chico de apariencia casta.
La gran pantalla de plasma que se situaba al frente del cómodo sofá estaba encendida y conectada con la laptop del mayor. Lo que causó cierta impaciencia en Kim. Porque él no era tonto, esos dos años de pareja con Jaehyun le han enseñado muchas cosas del chico, lo que significa que sabe perfectamente el significado de cada actitud de Jaehyun.
A su alrededor se sentía la pesadez de sus acciones, además de -sin poder evitarlo- una pequeña erección yacía en medio de sus suaves pantalones de algodón.
Jaehyun irradiaba dominancia, esa era la razón de todo.
Mientras tanto, Jaehyun se paseaba por la sala, tal como un tigre acechando a su presa, a la par que despojaba su camiseta en el proceso. Al captar los ojos de Doyoung en su silueta, le giñó un ojo con coquetería, además de una sonrisa ladeada como bonus.
Las piernas de Doyoung comenzaron a temblar en anticipación.
— Cielo —el llamado dócil de Jaehyun –aparte de su voz ronca- estimuló a sus sentidos de una forma impecable, induciendo que su piel se erizara sin su consentimiento. Asintió en respuesta— Antes de seguir, quiero saber si estás de acuerdo. Supongo que te has dado cuenta por que camino va la situación, y puedo entender perfectamente si no estás cómodo o si no te sientes con ánimos de hacerlo. Eres mi novio y tu bienestar, junto a tu comodidad, es primordial para mí.
Las palabras de Jaehyun eran como caricias para sus oídos, una eufonía placentera que te llevaba a delirar en una nube de algodón. Y siendo sinceros, a Doyoung le excitaba a niveles catastróficos. Por lo que no contuvo el obsceno gimoteo emanado de sus belfos rosas
— Sólo hazlo, por favor. Quiero jugar con-contigo, quiero jugar con d-daddy —tartamudea nervioso.
Jaehyun no tenía ni idea de dónde Doyoung sacó el motín, sin embargo, mentiría si dijera que no va consigo. Porque probablemente sea su placer culposo.
La única respuesta es que Doyoung se encargó de investigar la mejor manera para motivar a Jaehyun. Y que mejor manera que alimentar su fetiche de poder y sumisión.
Jaehyun exhaló demasiado encandilado de excitación. Doyoung era su perdición.
Sin una duda en su sistema, el chico se posicionó tras su novio. Dejando el espacio necesario para que Doyoung tuviera lugar entre sus piernas. Con los orbes dilatados, dando la imagen de un lobo hambriento, sonrió ladino.
Doyoung se estremeció.
El sonido sugerente de las palmadas que Jaehyun impartía a sus muslos, le hizo tragar con dificultad— En mi regazo, Doyoung —ordenó. Su voz grave y ronca activó el adictivo cosquilleo en la zona de su nuca. Ese que le ha provocado, más de una vez, arquearse.
Como si de un premio se tratase, el de melena azabache acató sin pensar la demanda impartida por su amante. Posando su cuerpo sobre el de Jaehyun, suave y duro a la vez. Cómodo y sobretodo caliente.
Sin perder oportunidad, los nudillos de Jaehyun se dieron un recorrido por los jugosos y tiernos muslos de Doyoung, disfrutando el calor emanado de ellos. Mientras que su mano desocupada activaba la reproducción del video en la gran pantalla de la sala.
Doyoung con el pasar de los minutos le llamó la atención el aspecto colorido de las chicas que aparecían frecuentemente. Llegó a pensar que son muy tiernas.
Pero, como todo tiene un fin, ese pensamiento se fue al carajo al encontrarlas en pleno proceso de fornicación con su hermano mayor.
¿Mark también veía eso?
A primer plano, Doyoung había quedado en sorpresa. Sin embargo, no tenía ni idea de porque le estaba excitando a niveles catastróficos.
Tal vez se debía a que nunca había presenciado escenas eróticas sin tener sus dedos obstruyendo la vista de la pantalla.
Además de estar muy consciente de la presencia tras suyo. Jaehyun soltaba su aliento caliente sobre el espacio sensible entre su oído y cuello, no obstante, en ningún momento se dio el permiso de girar su rostro para ver el de Jaehyun.
Al ser un novato en eso, la erección en sus bóxers estaba más que rígida, comenzando a sentir el impulso de mover las caderas sobre el regazo de Jaehyun. Siendo más específicos, en su entrepierna.
Sin necesidad de hablar, Jung comprendió el lenguaje corporal de su pequeño. Entonces escabulló una de sus manos en la camiseta de Doyoung, encontrándose instantáneamente con la dureza de sus delicados pezones.
Dio un pellizco experimental y sonrió al obtener su recompensa. La dulce eufonía brotada de los labios de Kim, ayudó menos a que su autocontrol permaneciese intacto.
Carente de permiso, Jaehyun separó las piernas de Doyoung, a la par que se deshacía del suave pijama de algodón. El aire se le atascó en su pecho al notar el delicioso detalle de Doyoung; no traía ropa interior.
Tarareó un gemido ronco— Eres jodidamente sexy —alabó, agitado y demasiado ofuscado.
En el segundo que Doyoung intentó mirar a su novio, este lo tomó por la mandíbula y volvió su vista a la pantalla— Quédate así, Doyoung.
Era el momento de imponer su control.
Cada escena y morboso sonido proveniente de la pantalla traían a Doyoung muy avergonzado. Le avergonzaba estar disfrutando eso, demasiado.
— J-Jae, ya no-... —a mitad de su oración, unos grandes dedos se dieron paso a su boca.
— Más ancho, Doyoung —demanda, imperioso. Doyoung acata sin protesta, dejando caer su mandíbula lo más que puede. Probablemente al día siguiente le incomode un poco, pero en ese momento, es lo menos que le importa. Jaehyun rió con sorna— Así, Doyoung.
El simple hecho de que le esté llamando por su nombre, comienza una serie de disimulables espasmos en su anatomía. Se oía tan bien con su voz.
Con los ojos fijos en la historia, su boca atiborrada de los dígitos de su novio, mientras follaba suciamente su garganta. Su boca dejaba escapar en grandes cantidades de saliva mientras gemía entrecortado.
Le gustaba el roce constante que producían los dedos de Jaehyun en su lengua.
Cuando Jaehyun sintió que era suficiente estimulación oral, desprendió su mano del rostro de Doyoung. Él casi llora por la pérdida de la grata sensación. No obstante, Jaehyun embadurnó su pecho con su propia baba, haciendo mucho más sencilla la tarea de darle un buen masaje a Doyoung.
Una sonrisa diabólica dijo hola al prefecto rostro de Jaehyun. Había tenido una idea maravillosa.
A una rapidez desesperada, despojó la camiseta del sensible cuerpo de su novio. El aire frío se encontró con el mojado pecho de Doyoung, provocando que su linda espalda se curveara sobre su regazo. Apoyando su desnudez trasera en la endurecida erección que Jung apresaba en sus jeans.
Doyoung se perdió en el placer.
Lo menos que hacía era prestarle atención a la pantalla, le parecía más interesante obtener que Jaehyun le jodiera duro, tal como esa mañana.
— Por favor, por favor, por favor. Daddy, dé-déjame besarte, por favor —suplicó lo mejor que pudo.
Jaehyun nunca se sintió tan maravillado como en ese momento.
Decidido parar la tontería del hentai, Jaehyun apagó a la tv, liberó la mandíbula de Doyoung y le hizo gritar de sorpresa cuando volcó su cuerpo sobre el mullido sofá.
Entonces sus labios se encontraron, ansiosos por saborear la mojada lengua de su pareja. Y así lo hicieron, demostrando su deseo a través de mordidas de amor, chupones y lamidas.
Doyoung se desesperó. No pudo evitar demostrarlo, por lo que su pie se vio sobre los jeans de Jung, justamente en el contorno de su pene. Él se desprendió de Doyoung y gimió lleno de placer.
— Quítatelo, por favor —pidió, tratando de sonar sumiso. Si Jaehyun estaba a cargo, él no podía obligar a nada.
Sin embargo, Jaehyun lo dejó pasar. Siendo muy sincero, ya el dolor se le hacía insoportable, pero no podía dejar de darle prioridad a su Doyoung.
Kim se sintió muy privilegiado al obtener la deliciosa vista del cuerpo bien estructurado de Jung Jaehyun. Gimió sin poder evitarlo.
Los muslos del azabache se vieron atacados por las grandes manos de su novio, aplicando la presión perfecta para formar marcas. Jaehyun atrajo al menor a su regazo, y con el placer desbordándose por sus poros anunció:
— Me vas a montar, Doyoung.
Sin poder refutar, los dedos encontraron nuevamente el paso a su boca— Chupa y mójalos bien.
La baba acumulada en su lengua ayudó en el trabajo, lubricando los dígitos de Doyoung, quien se deliraba con la vista. Un par de movimientos de cabeza y Jaehyun perdió el control de sí.
— No te muevas —Doyoung quedó estático. Mientras que Jaehyun sacaba el anular, medio e índice de su boca aún empapada. El pulgar rozó suavemente el labio inferior, antes de ingresar también, divirtiéndose con el desastre ocasionado allí.
Presionó el dedo contra la lengua de Doyoung, viendo perfectamente como la saliva se acumulaba alrededor.
Satisfecho, dejó los labios de Doyoung. A la par que introducía el primer dedo en la estrecha entrada del pelinegro. Quien gimió a gusto.
— ¿Te gusta?
— Sí, sí, sí, sí, sí, mucho. Me encanta, Jaehyun —gritó agudo— Otro, otro, por favor.
Como fiel devoto, accedió sin pensar. Deleitándose demasiado con el temblor en los muslos de Doyoung.
Cuando tres dedos yacían en el interior de su bebé, comenzó a trabajar en la dilatación, meciendo a Doyoung sobre ellos.
— ¿Estás bien? —el menor asintió, ansiando más— Voy a entrar, ¿estás de acuerdo, cielo? —Jaehyun estaba preocupado, Doyoung lo sabía, la manera en que le hablaba, la dulzura y carencia de dominancia se lo indicaba. Volvió a asentir, esta vez, frenético.
— Por favor.
Jaehyun se alineó en la entrada de su novio. Tomando las caderas de Doyoungie, a la vez que hacía bajar lentamente por su longitud rígida.
Doyoung, insatisfecho, tomó los hombros gruesos de Jaehyun y bajó de golpe. Gimiendo alto.
— ¡A-Ahmgh! —la sonrisa de Doyoung no tenía precio. Estaba tan lleno que se sentía enormemente feliz— Se siente diferente, Jae, más grande, más profundo, ¡ah!
Jaehyun tragaba con dificultad. Estaba anonado, viendo como Doyoung se satisfacía sin reparar en dolores. Simplemente saltando y sonriendo, muy perdido en su mundo. Soltando palabras morbosas, alabando a Jaehyun y la manera en que le hacía delirar.
Un camino húmedo se mostraba por las mejillas de Kim, siendo lágrimas de placer.
Maldita sea.
Jaehyun gimió, demasiado alto. Él sabía perfectamente que significaban esas lágrimas, además de la emoción con la que Doyoung rebotaba sobre sus muslos.
La conocida sensación de estar en las nubes envolvió la nebulosa mente de Doyoung. Haciendo que rebotara con más insistencia, escuchando el morboso sonido que producía el choque de sus nalgas contra los gruesos y duros muslos de Jaehyun.
— Jaehyunie, ¡Oh! Jae, ¡se siente bien! —grita demasiado ensimismado.
Jaehyun toma posesión de su cintura, a la par que comienza a proporcionar duras estocadas hacia arriba, mientras empuja a Doyoung hacia abajo. El encuentro es intenso, duro.
Como le gusta a Doyoung.
Jaehyun lo anticipó, la manera que apresaba su polla indicaba una sola cosa; Doyoung se correría.
La mojada punta de la lengua de su novio yacía escurriendo saliva, mientras una risa risueña salía de su boca. Sus ojos estaban perdidos, temblando a cada tanto, tal como lo hacía su anatomía entera. Los bellos mofletes se pintaron de un adorable rosado, además de estar bañados en lágrimas placenteras.
Doyoung lo llevó a la perdición.
Con la estocada final, Jaehyun gimió, gruñó y se estremeció. ¡Había sido alucinante!
— ¡Me gustas mucho, Jaehyun! —fueron las últimas palabras de Kim antes de caer en los brazos de Morfeo. Sonriendo a través del sueño.
— Y yo te amo, príncipe —musitó hechizado por la belleza de Doyoung.
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