𝐜𝐚𝐭𝐨𝐫𝐜𝐞♡︎
los rayos de luz solar hicieron contacto con el rostro de Sunghoon, quien sufrió de un intenso dolor de cabeza. no había dormido en toda la noche, había sido de esa manera desde hace dos noches, cuando regresó del aeropuerto, y todo el desastre de Wongyoung se dio a conocer.
oscuras ojeras adornaban bajo los ojos de Sunghoon, poco le importaba su apariencia. y eso en parte era preocupante.
pero, ¿preocupante para quién? Sunoo estaba muy enojado, y con mucha razón. él lo aceptaba, Kim tenía su derecho a estar enojado, y merecía un poco de espacio.
Park le dio todo el espacio que creyó que su menor necesitaba. no salió de la habitación después de reflexionar sobre el comportamiento, y lenguaje corporal de Sunoo. no lo quería cerca, y él respetaba su decisión, aunque le doliese.
seguía tendido en la gran cama, sin siquiera hacer caso a rugido de su estómago, que le anunciaba que tenía hambre. ya se le pasaría en un rato.
a pesar de estar dos días sin dormir, ni comer, sus necesidades era lo menos que transitaban en sus pensamientos reflexivos. porque ellos estaban inundados en Sunoo, Sunoo, Sunoo.
no encontraba manera de arreglar la situación, a menos que conversaran. pero el chico no le quería ver ni en pintura, así que dudaba que le escuchase si quiera.
tal vez era momento para darse un tiempo, ¿no?
el solo hecho de imaginarlo le destrozaba, pero ¿Qué sería diferente de las últimas semanas?
tal vez Kim conseguiría un hombre mejor que él, así estaría seguro que no le haría daño.
estaba cien por ciento convencido que hay muchos mejores que él.
Sunghoon rió amargo, era tan patético que le provocaba golpearse él mismo.
—hermano, sé que somos otakus. pero, se suponía que éramos de los que sí se bañaban —la voz grave de su amigo pecoso es inconfundible.
estaba a punto de responderle sin ganas hasta que se interrumpió el mismo, gracias a la llegada de una nueva frase.
—Sunghoon, ridículo, levántate de ahí y deja la miseria —y esa voz, eh... ¿Qué?
—¿Ryujin? —apenas levanto el rostro de las almohadas, dio con Felix y la chica mirándole inexpresiva— ¿en serio estás acá?
Shin casi se ríe del estado tonto en que Sunghoon se encontraba, pero se aguantó, mientras que Park le respondió muy sarcástica— no, es que has estado tanto tiempo deprimido que hasta ya puedes llevar hologramas a donde se te plazca y entonces lixie me trajo para sacarte de tu tristeza.
poco le dejaron hablar, cuando el menor presente le tomó de los pies y lo haló fuera de la cama, mientras que Ryujin iba al baño de la habitación y colocaba el agua fría en la bañera.
—¿por qué, y para qué me sacaron del departamento?
Sunoo estaba siendo arrastrado por Ni-Ki, -vecino de abajo, y amigo-, Jake -novio de Ni-Ki-, y Sakura, por todo el centro comercial.
—porque... te quiero mostrar una tienda de suéteres que conseguí. está muy bonita, y tienen colores pastel, así como te gustan. pensé en ti a penas la vi —concluyó Miyawaki, con la vista posada al frente, para evitar tropezar con algo.
—no tengo dinero para comprar.
—nosotros pagamos —continua Jake.
—¿y si no quiero un suéter?
—me interesa poco, igual lo vas a elegir, Ddeonu-ssi —finaliza Nishimura.
Sunoo frunció el entrecejo, ¿por qué ese mocoso no le respeta?
en sí, el destino no era una tienda de suéteres, pero aprovechando que ya lo dijeron, Sakura los encamina a una tienda que realmente le recordaba a Sunoo.
pero el chico se mostró renuente a cooperar en la compra.
—no quiero —se cruzó de brazos.
los tres acompañantes bufaron por tercera vez en lo que iba de día, y sinceramente Jake estaba a punto de caer en llanto. le dolían los pies.
Ni-Ki, fastidiado con la situación, tomó tres prendas de lana, distintos colores, pero del mismo tono pastel, y se encaminó a la caja registradora. lo último que supieron era que tenían las bolsas en sus manos, y Ni-Ki arrastraba a su novio con pasos adelantados.
Sunoo hablaba en serio cuando decía que quería quedarse en el departamento, estaba cansado de todo y aún sentía que debía descansar de todo el estrés que había estado pasando. no había podido desahogarse completamente, y se sentía frustrado consigo mismo.
ansiaba que todo comenzase a volver a la normalidad.
no estaba seguro de si ahora lo llevarían a casa, pero, supuso que no cuando se detuvieron frente a un establecimiento de comida.
Kim no observaba a su al rededor, simplemente concentraba su mirar en la bolsa antes entregada por Ni-Ki.
—¡¿y dónde está Heeseung?!
el tono alterado y preocupado en Sakura le causó gracia, su voz es muy tierna pero también demasiado expresiva.
—es que... —Sunoo miró al frente, consiguiendo el alto cuerpo de Jay sentado en las mesas exteriores— él y Jungwon salieron corriendo a una tienda de malteadas, porque se antojaron de algo dulce. Yeonjun salió tras ellos unos minutos después.
—¿y no pudiste detenerlos, idiota? —preguntó Shim, una mueca de burla se hizo presente en su adorable rostro.
Sunoo frunció el ceño, — Heeseung es muy inquieto —mencionó bajo, atrayendo la atención de Jay a él.
—hola Ddeonu —sonrió el alto, hasta que sus ojos se convirtieron en dos líneas adorables—. y si, además, Jungwon a veces es como un niño pequeño. pocas veces le puedo decir que no.
Miyawaki soltó un gran aaawww que hizo sonrojar a Park.
—tu deberías ser así —protestó Jake hacia Ni-Ki, quien se tornó tímido, y rojo.
—lo siento, bebé. lo intento, pero... me da vergüenza.
Sakura sonrió, concentrándose en las parejas y no en el hecho de que su sobrino está corriendo por el centro comercial con su novio, y un muchacho con hiperactividad.
sin hacer espera, una mirada entre los tres, Sakura, Ni-Ki y Jake, sentaron a Sunoo frente a Park.
—ahora, Jay, haz tu parte.
lee minho estaba sentado en el sofá del departamento Park-Kim, inconsciente de lo que sucedió allí. soonie, doongie y dori caminando por el lugar.
porque él no dejaría a sus hijos solos en casa.
estaba esperando que felix y la amiga de Sunghoon terminarán de colocarlo presentable, y ciertamente se estaba aburriendo.
llevaba ya un tiempo sentado, y desde que sacaron a Sunoo se convertían en unas tres horas. ¿qué tanto están haciendo allí?
el sonido característico de la puerta abriendo inundó la sala, y de repente un felix sonriente, una Ryujin ayudando a Sunghoon con rostro de pocos amigos, salieron de la habitación.
minho se rió, mucho— estás igual de asqueroso como la última vez que nos vimos, en el aeropuerto.
—claro que no, ¡está adorable! —protesto felix, con sus brazos en jarra.
Sunghoon no tenía nada de ropa limpia cuando buscaron que colocarle, las últimas prendas disponibles no le entraban gracias a que eran antiguas, y las pocas que salvaron las tenía puestas en ese momento.
un suéter azul que se amoldaba en su torso marcado, y unos pantalones negros que en su momento le quejaban flojos, ahora estaban bien en sus caderas.
—¿puedes respirar, Sung? —se burla Ryujin, tentada a reírse del aspecto de Park.
lix no entendía, para él, Hoon se veía tierno, como un adolescente bien portado. pero al parecer era el único que lo pensaba.
—eres muy puro para estos chistes, bokkie —le aseguró lee mayor.
—¿por qué hacen esto? —finalmente, Sunghoon toma la palabra.
en el fondo estaba alerta, al pendiente de si Sunoo aparecía.
—porque estás terrible.
—... ¿algo que no tenga que ver con mi apariencia, minho?
—no, te ves delgado, así que... —felix arrastró a Sunghoon en dirección a la cocina— comerás, sino te haré comer.
Sung no entendía cómo fue que pudo adelgazar tanto, pero, le daba igual. no tenía hambre, y lo hizo saber.
pero igualmente, fue obligado a comer.
sus amigos estuvieron con él hasta que cayó la noche, distrayendo mientras hablaban y le intentaban subir el ánimo.
felix le hizo brownies, y minho lo dejó tocar a sus gatos por un minuto. Ryujin se excusó que iba al baño, pero en realidad estaba arreglando el chiquero de habitación que se cargaba Park. era casi tóxico estar ahí dentro.
se sintió un poco mejor, pero de igual forma necesitaba conversar con Sun, aún si eso significaba una patada en sus herederos.
cuando dieron las siete con cuarenta minutos, la puerta principal fue abierta, trayendo consigo un escándalo sorprendente.
—¡holaaas! —Sakura llegó a todo motor, empujando a Sunoo hacia el armario de suéteres que se hallaba cerca de donde estaba Sunghoon.
que con ayuda de minho y felix, también terminó encerrado en el mismo lugar.
—no saldrán hasta que arreglen sus problemas —con un grito, felix cerro con llave el pequeño espacio lleno de telas.
lo último que escucharon Sun y Sung, fueron los pasos de todos dirigiéndose a la salida, a la par de un último enunciado— ¡volveremos mañana, temprano!
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