
Capítulo 97
N/A: Holis~. Me di la libertad de tomarme un par de semanitas en Enero, pero nada hacía presagiar que la vida me iba a dar unas buenas revolcadas después jajaj (río para no llorar).
No los enrollo mucho más, ¡nos leemos!
____________________________
Momentos después, la evidencia fue entregada. También se encargaron de testificar con lujo de detalles lo sucedido.
La policía de forma activa examinó el área y también la zona roja en busca de mayor evidencia.
Se les informó del auto negro, pero aún si parecían ser datos importantes para la investigación, había algo que para Kenjirou era más que claro.
Los yakuzas... Habían regresado.
_________________________________________
¿¡Qué mierdas eres, un conejo!?
—En otras noticias, como es costumbre, hace unas horas atrás se realizó el primer torneo de matemáticas del año de Japón. Si bien, participó un gran número de estudiantes y docentes a lo largo de todo el país, el alto personal de seguridad no fue suficiente. Esto se vio reflejado en el docente ganador de este año proveniente de Musutafu, de la academia Yuei, Bakugou Katsuki, quien fue apuñalado de gravedad con un arma blanca en cuanto salió del establecimiento.
Actualmente, se desconoce el paradero del responsable. La policía evitó dar reportes al respecto, escudándose en que están trabajando para encontrar al agresor que se dio a la fuga.
El gran y esperado momento célebre fue manchado de sangre, es aquí donde yo me pregunto, ¿qué es lo que está sucediendo con la seguridad de este país? Hoy fue un docente, mañana podría ser un estudiante. ¿Realmente estamos seguros?
La televisión es apagada en el momento que un cigarrillo es encendido en un cuarto oscuro.
—No escuché la palabra muerte en el reporte...
El murmullo masculino resuena en el cuarto mientras el humo del cigarrillo emerge en el lugar.
—Fracasaron.
────────༺༻────────
En lo más profundo de la zona roja de Musutafu, el sonido de copas y risas se hacen presentes mientras luces parpadeantes de colores carmín y violeta emergen.
Un vaso de licor se balancea desde las profundidades del lugar sostenido de manera tranquila sobre una mano, mientras la música electrónica retumba.
Es entonces que un hombre con chaqueta larga oscura llega con sus manos en sus bolsillos y se acomoda cerca, apoyándose en contra la pared. Sus ojos desvían del frente para observar al supuesto reemplazo de su líder, notando el cómo sus cabellos castaños cortos brillan al ritmo de los cambios de luces. — ¿Y? ¿Por qué no dices una puta palabra acerca del jefe? —inquiere Dabi observando de reojo a Kai Chisaki, quien bebe de manera tranquila y en silencio, observando el espectáculo.
Dabi niega mientras observa de reojo lo que Chisaki mira, notando bailarines desnudos hacer extrañas maniobras de entretención. —Si sabes que quienes recogemos la mierda somos nosotros, ¿no? —reitera con malhumor ante el silencio evidente.
Pero es ignorado completamente generando que su frustración aflore al mismo tiempo que su ceño frunce.
Chasquea la lengua y se pone frente a él, apoyando la palma de su mano en contra de la pared amenazante y con fuerza. — ¡Estamos en una situación claramente desfavorable y tú aquí perdiendo el tiempo viendo mierdas desnudas, hasta un perro sería más útil que tú!
El hombre de guantes oscuros es obligado a desviar su mirada del espectáculo con lentitud y cierto hastío frente a él, observando aquellos azulinos furiosos. —Es la tercera vez que me haces la misma pregunta a lo largo del día. —responde Chisaki frívolo mirándole neutro. —Debes aprender a leer las señales.
El azulino agudiza sus ojos y una mueca desagradable se graba en su rostro. —Y es la tercera vez que evitas responder. —dice mordaz. —Que seas el elegido por el jefe no significa que te hayas ganado mi respeto. —agrega sacando de su bolsillo una cajetilla y da leves golpecitos extrayendo un cigarrillo. —Solo eres una perra buena para nada.
Chisaki alza una ceja. — ¿Entonces debería conseguir tu aprobación?
—Haz bien tu puto trabajo. —responde Dabi encendiendo el cigarrillo con ayuda de su encendedor.
Chisaki lanza una risa desinteresada. —Te escuchas como un niño.
Dabi gruñe. —Conseguimos llevar a Bakugou hasta el hospital y no hemos recibido siquiera migajas. No se nos permitió ni siquiera actuar, solo conducir. ¡El trabajo se realizó como la mierda porque dejaron toda la responsabilidad en manos de un novato!
—Sí. Y fracasaron. —responde Chisaki instantáneo mientras menea su licor entre su mano, observando el color miel danzar dentro del vaso. —Lo quería muerto y lo sabes.
— ¿¡Fracasamos!? —exclama indignado. —No recuerdo que a nosotros se nos asignara la responsabilidad de darle muerte al bastardo.
—Pero tenían la responsabilidad de darle el entrenamiento adecuado al cachorro. Si él fracasó, todos ustedes también.
Dabi lanza un suspiro fuerte lleno de frustración. —No puedo creer cómo es que han caído tan bajo a nivel de decisiones. —gruñe. —Respeto al jefe, pero... —murmura inhalando humo hasta sus pulmones, él sabe bastante bien la influencia de su superior y el respeto que debe tener hacia él es primordial. — ¿Quién demonios encargaría una misión así a un sujeto que es docente? Ese tal Miyamoto no hizo más que cagarse en sus propios pantalones. Ni siquiera es un puto yakuza, qué estupidez.
Chisaki alza una ceja. — ¿Cuestionas las decisiones de nuestro superior? —inquiere neutro.
—No. —responde Dabi al instante que lanza un suspiro y desvía la mirada hacia un lado. —No del todo, supongo. Pero, después de todo, ¿quiénes son los imbéciles que pagan por ello? ¿Huh?
Chisaki incorpora su mascarilla de pico sobre su rostro en el instante que acaba su licor. —Supones. —suelta desinteresado. —Todo tiene su razón de ser. Aunque claramente ahora tendremos que asumir las consecuencias del error que ustedes cometieron. —agrega al instante en que se retira del lugar.
Dabi observa su espalda perderse a través de la salida y frunce su ceño. — ¡No comiences con tu estúpida filosofía barata! —exclama lo suficientemente alto para que llegue hasta sus oídos antes de salir. —Y una puta mierda. —suelta molesto mientras observa hacia el frente con su ceño fruncido. —Hemos fracasado y ahora la perra de Bakugou sabe que está en la mira. —dice negativo lanzando el cigarrillo lejos. —Habrá que quemarlo antes de que pueda moverse. —añade encendiendo su mechero en su diestra.
Dabi acaba observando el movimiento del fuego de forma hipnótica, intentando calmarse. Muy en el fondo, está preocupado.
────────༺༻────────
Desde lo más profundo de los calabozos, un hombre sufre. — ¡Dijeron que si atacaba a Bakugou me dejarían en paz! —exclama un castaño sin sus lentes, mientras observa una rubia a su lado con sonrisa sádica.
La mujer le encesta una patada certera en su estómago causando que choque contra la pared. — ¡Te dijimos que lo mataras! —suelta Himiko Toga mientras escucha desde su radio de bolsillo el cómo Twice agrega unas palabras.
—Está vivito, incluso más que yo en estos momentos.
Toga rueda sus ojos. —No es momento para tus mierdas depresivas, Twice.
— ¡Nunca es tiempo para el pobre y solitario Twice! ¡Maldita insensible! —exclama desde el otro lado de la línea al instante en que lanza un silbido largo. —Nos quedamos sin tiempo, ya llegó el favorito del jefe. —murmura observando desde fuera del ventanal apenas y asomando su cabeza el cómo unos cabellos verdosos entran a la sala en donde Bakugou permanece inconsciente.
Toga frunce su ceño. — ¿Por qué un alumno tendría tanta cercanía con su docente? —inquiere la rubia rascando su nuca. —Es incluso enfermizo.
—Si quieres le pregunto. —suelta Twice acurrucado cerca del ventanal por fuera del establecimiento hospitalario.
Toga chasquea la lengua. —Claro que no, imbécil. —lanza en el momento en que observa a Miyamoto con evidente enojo.
Twice se inclina de hombros. —Solo decía. —responde al instante en que lanza un suspiro. —Ya no hay oportunidad, el ex-yakuza ya se rodeó de gente. —añade observando cómo entran dos adultos quienes parecían ser sus padres.
—Al demonio, regresa aquí de una vez. —suelta la rubia rendida al instante que lanza la radio contra el suelo. — ¡Maldita sea! —exclama frustrada clavando sus ojos sobre los asustados de Miyamoto. — ¿Qué tan difícil es matar a alguien para ti, senseeeei? —inquiere jugando con la navaja cerca de su rostro y sonreír como si una grandiosa idea ha llegado hasta su mente. — ¿Has tenido alguna vez lecciones sangrientas?
Y los ojos de Miyamoto tiemblan en cuanto ven aquella silueta sádica mirándole.
La mujer lanza una carcajada ante el silencio. —Te voy a enseñar.
────────༺༻────────
Si bien, Bakugou Katsuki había asumido que su pasado ya estaba más que sepultado, la realidad era que la sombra de sus errores jamás le había abandonado, por el claro hecho de que nunca las había intentado enmendar y afrontarlas, sino que solo les dio la espalda y fingió que nada había sucedido. Sus decisiones dejadas llevar por la cólera y soledad solo habían marcado un camino peligroso en donde vivir con la guardia en alto era vital para su propia sobrevivencia.
Ahora mismo, estaba en la mira de los nuevos líderes de la zona roja que previamente había sido tomada por su gente.
Ya estando estable con sus signos vitales neutrales solo se encuentra profundamente dormido en la camilla, mientras Izuku se mantiene a su lado con tics en sus piernas debido al miedo y nerviosismo que siente por la situación vivida, recordando una y otra vez el ataque sufrido horas atrás.
—No entiendo cómo es que acabó todo así. —solloza Mitsuki observando a su hijo respirar de forma plácida sintiendo como Masaru le toca sus hombros.
—Piensa que nuestro hijo es fuerte, despertará en cualquier momento, ya lo verás. —responde intentando entregar contención, muy en el fondo él también está muy preocupado.
Es entonces que observa la mirada perdida de Izuku, quien yace sentado. Masaru toma la decisión de ver su estado más de cerca y se acuclilla frente a él, tocando levemente su hombro. —Entiendo que estés preocupado por mi hijo pero, ¿no deberías regresar a casa? Bakugou ya está bien.
Los ojos de Izuku idos parecen reaccionar un poco ante el toque de Masaru frente a él, generando que alce levemente su mirada y vea el rostro del mayor. —Yo... —formula con voz débil. — ¿Puedo quedarme un poco más?
Masaru lanza un suspiro. —Sí, puedes hacerlo pero recuerda regresar a casa antes del anoc—
Izuku Midoriya le interrumpe en el momento en que se levanta de forma abrupta observando hacia el ventanal.
— ¿Qué pasa, hijo? —Inquiere Masaru a la vez que tensa por la sorpresa.
—Hay alguien. —señala al ventanal en cuanto ve una casi imperceptible silueta de una cabeza negra tras ella. Su ceño frunce en extremo y corre, Masaru intenta alcanzarle pero en el momento en que lo intenta, el pecoso ya abrió el ventanal azotandolo contra la pared y ve un enmascarado abajo, en cuclillas.
Una carcajada nace del hombre en el momento en que pasa su mano tras su nuca. — ¿No crees que es un día perfecto para tomar sol? —dice Twice mientras observa el ceño fruncido del pecoso y su rostro acabado. — ¡Demonios, te ves como la mierda! —exclama al instante en que se lanza a correr a todo lo que le dan las piernas.
Izuku no lo duda y salta hacia fuera para seguirle el paso.
— ¡¡Izuku, regresa aquí, es peligroso!! —exclama Mitsuki apoyándose en el ventanal perdiéndolo de vista, al instante en que Masaru llama a seguridad. — ¡¡¡IZUKU!!!
Midoriya corre a todo lo que dan sus piernas viendo al enmascarado.
Analiza su espalda.
—No es él, pero es probable que esté relacionado. —piensa en el instante en que coge impulso y acelera el paso.
Twice entra a un callejón oscuro, Izuku no lo piensa dos veces y también ingresa, al final del callejón hay una calle circundante, Twice cruza las calles ágilmente con una gran cantidad de automóviles ir y venir.
Izuku cruza y corre con velocidad, tres autos se detienen de golpe para evitar el atropello.
— ¡Lo siento! —exclama Izuku corriendo a todo lo que dan sus piernas, agitado. Observa cómo el enmascarado sube una escalera de unos edificios antiguos anclados a un extremo y no duda en subirlas también.
Se frustra, a este ritmo no lo alcanzará. Nota como el enmascarado avanza a la azotea, Izuku acelera las piernas y sube a una estructura en forma de caseta en la azotea, toma impulso y salta.
Twice no lo ve venir, Izuku cae sobre él y ambos ruedan chocando en un extremo de la azotea casi al borde del precipicio.
— ¿¡Qué mierdas eres, un conejo!? —gruñe Twice en el instante que forcejea con él para quitárselo de encima.
— ¿¡POR QUÉ ESTÁN TRAS BAKUGOU!? —interroga Izuku con ira mientras intenta presionar sus brazos y retenerlo lo más que pueda, mientras permanece sobre él.
— ¿¡De qué hablas!? ¿¡Qué ahora ya no se puede hacer fotosíntesis tranquilo!? —responde Twice forcejeando con él.
El pecoso frunce el ceño en extremo con clara frustración. — ¡¡RESPONDE!! —exclama en el instante en que el forcejeo cede. Sabe que no tiene posibilidades, es por eso que de un movimiento rápido le levanta la máscara para grabar su rostro.
— ¡¡¡¡AHHHH, INSENSIBLE, NO DEBES HACERLE ESO AL DULCE TWICE!!!! —exclama en el momento que siente cómo la levanta más arriba de sus ojos y la vuelve a colocar veloz.
Twice le asesta un golpe certero en su ojo izquierdo causando que Izuku caiga a un lado.
El menor cae mareado e intenta pararse, pero Twice le vuelve a golpear con otro puñetazo dejándolo caer completamente.
Izuku lucha para volver a pararse, es por esta razón que Twice entrega otro puñetazo de forma dura e intensa.
Y otro.
Y otro.
Y otro.
—Eres débil, mocoso de mierda. —dice luego de un rato de entregarle golpes al instante que escucha las sirenas. Acaba chasqueando la lengua y huyendo del lugar.
Izuku hace el mayor esfuerzo para quedarse consciente e intenta levantarse otra vez, pero los puñetazos habían sido tan intensos que su cabeza no para de dar vueltas.
Está a punto de perder consciencia y su rostro sangra.
Le observa perderse y de sus ojos lágrimas amenazan salir de la frustración, sintiendo como su cara quema y duele por los puñetazos recibidos.
—Twice, rubio, ojos azules, tez blanca. Twice, rubio, ojos azules, tez blanca. Twice, rubio, ojos azules, tez...
Izuku Midoriya finalmente, cae inconsciente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro