Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 89

Izuku presiona sus labios un segundo, pensativo. Entonces sus esmeraldas iluminan. — ¿Sabes? ¡Hoy estoy invitado para un torneo de Kick Boxing! Uno de mis compañeros de trabajo competirá, ¿quieres ir? —inquiere activo.

Todoroki Shoto piensa un segundo. —Kick Boxing... —murmura mientras se levanta y comienza a lanzar patadas y golpes al aire. Una vez se detiene observa como madre e hijo le miran sorprendidos. —Está bien.

— ¿¡Todoroki-kun, prácticabas Kick Boxing!?

Shoto asiente. —Cuando tenía seis.

Todoroki e Izuku acaban a entradas del gran evento, en el mismo lugar en donde la noche anterior, Izuku vio a la enorme cantidad de yakuzas reunirse.

────┈┈┈┄┄╌╌╌╌┄┄┈┈┈────

Testosterona pura

Un gato blanco mueve su cola mientras su cabecilla choca en contra un chico que está sentado sobre el césped, apoyado en un árbol mientras está atento a lo que lee en su teléfono móvil.

Los ambarinos giran hasta abajo y un par de ojos verdosos le miran con largos bigotes blancos.

—Un gato. —susurra Kaminari Denki con cierta sorpresa dejando el móvil a un lado y comenzar a acariciarle de forma constante.

El minino en cuanto siente sus caricias se derrite y enseña su panza para que el chico continúe con las caricias.

En el rostro del rubio nace una sonrisa mientras sus ojos abren activos aún si se le observan ojeras. —Oye, amiguito. —dice mientras el peludo se resfriega contra el césped. — ¿Qué es el amor para ti? ¿Cómo sabes cuando te enamoras?

El parque está activo con una multitud de niños jugar y correr por doquier. Los gritos y risas decoran por completo el lugar con enormes rayos solares plantar raíces sobre la tierra.

Y el felino le observa inocente girando levemente su cabecilla al escuchar la pregunta de Kaminari. Eso le hace sentir estúpido.

—No me hagas caso. —dice dándole un poco más de cariño y tomar el móvil. —Supongo que amanecí un poco imbécil el día de hoy. —añade lanzando un amplio suspiro con sus ojos pendientes de la pantalla.

Y risas se escuchan más fuertes, un montón de niños corren huyendo de uno en particular. Es por eso que uno de ellos no demora en esconderse tras el mismo árbol en el que Kaminari está. El rubio se gira al sentir que le tocan el hombro.

— ¿Qué estás haciendo, hermanito? —inquiere el pequeño de no más de ocho años de forma curiosa observando la pantalla del móvil. — ¿Hmmm? —Sus ojos oscuros comienzan a leer de forma lenta las primeras palabras que captó. —Como... Saber... Si eres... Gay. —dice en voz alta.

Los ojos de Kaminari abren al instante en que se pone de pie con el impulso de un escalofrío. — ¿¡Q-qué!? ¡Por supuesto que no dice eso, niño! —exclama el rubio señalandole con el dedo con nervios evidentes. — ¡Dice cómo saber si eres un galán! —añade frunciendo su ceño.

Y el pequeño ríe travieso. — ¡Hermanito, tú definitivamente eres gay! —exclama sonriente mientras avanza hasta él y comienza a correr girando en círculos en torno a él. — ¡Gay, gay, gay!

El rostro de Kaminari palidece en cuanto da un paso. — ¡Que dice galán! ¡A-además, leer teléfonos ajenos está mal! —exclama tapando sus oídos y huir de ahí con su rostro extremadamente rojo.

Así fue como había llegado a pleno centro y se había perdido entre la multitud. —Ahhh... Qué pesadilla. —murmura avergonzado. —De todas formas, ¿de qué se trata eso de ser gay? No lo entiendo. —suelta en un mohín con sus mejillas aún ruborizadas y con sus manos guardadas en su canguro de bolsillo.

A la lejanía notó como una pareja de dos hombres caminan de la mano tranquilamente, felices. Así es como acaban sentándose en una banca más allá.

No puede evitar mirarles por largos segundos. — ¿Y qué tal si... —inquiere para sí mismo entrando en el local del frente y pedir un helado. —No, no. Mala idea. Si hablo con ellos sería muy raro. —lanza rascando su nuca. —Pero entonces, ¿qué es lo que debería hacer? —inquiere alzando sus cejas con preocupación. — ¡AAAHHH, ME SIENTO MUY CONFUNDIDO! —exclama molesto perdiendo las casillas, azotando su cabeza en contra la pared. — ¡KIRISHIMA, ESTA ME LA VAS A PAGAR!

Y la multitud le mira por unos segundos como si se tratara de algún joven demente sin su medicación.

────────༺༻────────

Todoroki Shoto e Izuku Midoriya estaban rodeados de un ambiente puro a testosterona. Hombres sudados, peludos, olor a sake y apuestas por doquier.

De todo aquel ambiente oscuro, solo habían dos personas que destacaban del resto de forma evidente, y es que sus rostros jóvenes y ropajes normales les hacían ver lo suficientemente extraños en ese mundo para llamar la atención de todos.

Ahí, en las gradas más altas estaba el par de amigos, Izuku con evidentes temblores invadir su cuerpo y Todoroki normal. Ni siquiera ese ambiente hostil lo sacaba de su centro.

—Y-yo... —susurra el pecoso con sus esmeraldas un tanto sorprendidas mientras tiene sus manos apoyadas en la barra metálica de enfrente. —No sabía que el ambiente sería algo así. —añade observando hacia todas las direcciones divisando incluso a yakuzas fumando cigarrillo en silencio y con sus miradas amenazantes sobre ellos.

Izuku Midoriya traga saliva duramente y desvía su mirada de forma inmediata, nervioso y sin ansias de meterse en líos.

En su mente piensa que incluso se sentiría más cómodo y seguro si Bakugou estuviera con él.

— ¿Así como a clandestinidad? —inquiere Shoto a su lado, observando como la gran mayoría de los ojos se clavan en ambos por verse demasiado normales y sanos a comparación al resto. — ¿Y dónde está tu compañero?

—Akiyama-san ya debería estar por salir. —responde el pecoso mientras observa su reloj.

— ¡Midoriya!

Los ojos de Izuku desvían a su izquierda en cuanto ve a una mano alzándose y correr hasta él. Es su colega, el cajero Atsushi que con amplias dificultades corre y sube los escalones con sudor caer de su sien.

— ¡Atsushi-kun, creí que no vendrías! —suelta Izuku un tanto sorprendido por la agitación del castaño.

—Y-yo también... —suelta Atsushi recuperando el aliento apoyando sus manos en sus rodillas. —Pero entonces recordé que mañana tengo turno con él y me dio un escalofrío, así que acabe corriendo hasta aquí.

Izuku parpadea. — ¿Le tienes miedo?

— ¡Oh, por supuesto que no! —exclama de inmediato negando ampliamente con sus brazos.

—Sí, le tiene miedo. —confirma Todoroki observandole neutral. —Lo puedo oler desde aquí.

Atsushi observa curioso al heterocromático que le mira neutral. —Y tú... Eres...

— ¡Ah, es Todoroki-kun, mi compañero de clases! ¡Todoroki-kun, Atsushi-kun, es el cajero de fogosa comida!

Todoroki asiente mientras hace una pequeña reverencia al mayor. —Es un placer.

Atsushi hace lo mismo en el instante en que todas las luces del lugar apagan y todo el bullicio cesa.

Aún así, el castaño no puede evitar dirigir su mano hasta su nariz. —Iugh... Este lugar apesta a axila... —susurra con molestia mientras una luz enciende sobre el centro de batalla.

Es el momento en el que un enorme pelirrojo ingresa ya preparado para la acción. Con su torso expuesto y luciendo cada uno de sus músculos con sus pantalones cortos oscuros, sonríe triunfal ya en medio del campo.

Sus afilados azulinos rebusca en las gradas e Izuku no duda en alzar una de sus manos. — ¡Aquí, Akiyama-san!

Akiyama sonríe ampliamente en cuanto ve a ambos desde lo más alto del lugar con olor a cigarrillo invadir. Alza ambas manos y les saluda activamente. — ¡Con qué ahí están mi par de mocosos! —saluda como si se tratara de un perrito feliz moviendo su cola.

— ¡Comienza el primer torneo de Kick Boxing oscuro, más vale comiencen sus apuestas! —exclama el árbitro ingresando de forma activa al campo al instante en que un gran hombre de cabellos oscuros y cortos ingresa.

El árbitro se mantiene estático una vez ambos jugadores están preparados. — ¡A su derecha, el chef asesino! —señala con su diestra mientras la multitud le mira atentamente. — ¡Y a su izquierda, el hombre oscuro! ¡Prepárense!

Atsushi intenta contener la gran carcajada que amenaza por salir. — ¿El chef asesino? ¿Es en serio? —suelta incrédulo mientras observa al pelirrojo moviéndose y estirándose activamente de un lado a otro, preparándose.

Es entonces que el trío de expectadores nota como el pelirrojo les hace señales para que se acerquen hasta él.

────────༺༻────────

Las circunstancias de la vida les había arrojado a uno de los antiguos lugares que marcó importantes etapas en su vida. Ahí, en un edificio abandonado en lo que en algún minuto fueron las más importantes reuniones de yakuzas, se encontraban ambos docentes observando a la nada misma.

Y Bakugou rompe el silencio.

—Te ves como la mierda.

El pelirrojo se medio gira con grandes ojeras. —Ya sé. —suelta recostandose en el suelo mientras observa las nubes. —Tú apestas a perfume, qué demonios, ¿estás en tu época de apareamiento o qué?

Los carmines de Bakugou se giran molestos. —No sé de qué hablas. Yo siempre me perfumo, bastardo. —se excusa instantáneo.

Y los ojos de Kenjirou le miran incrédulos a lo que dice. —Pues jamás te habías perfumado tanto como en esta temporada, no pasas para nada desapercibido, casanova. —lanza burlón.

La nariz de Bakugou arruga mientras de forma sutil inhala sus ropajes en busca de aquello.

— ¿Recuerdas cuando estuvimos a cargo de todo esto por un tiempo? —inquiere Kenjirou perdido en la nada. —Digo, cuando "esto" existía.

—Cuando el viejo decrépito tenía tanto miedo de la competencia que se esfumó. Claro que lo recuerdo. —lanza Bakugou recostandose a su lado con relajo. —En esos años no nos importaba nada más que golpear a drogadictos y la competencia que quería expandir su territorio. —añade con tranquilidad. —Qué temporada más de mierda.

Y Kenjirou lanza un suspiro. —Aún así es difícil adaptarse a esta vida tranquila promedio... —susurra agotado. —Supongo que tener este tipo de vida te deja mucho tiempo para pensar.

—No me extraña que pienses así. Generalmente evitabas usar el poco cerebro que te queda mediante golpes.

—Ahh... Era como terapia para mí. —suelta Kenjirou rememorando aquellos sucesos. —Qué buenos tiempos.

Bakugou cierra sus ojos. —Asume que ya se acabó. Todo lo que en algún minuto fuimos o hicimos desapareció. Ahora eres el asistente de música y estás intentando ganar reputación con tu banda y yo el docente de matemáticas, enfocate en eso y ya.

— ¡Pero golpear, hermano! ¡La adrenalina! —exclama Kenjirou recordandolo, medio girandose hasta Bakugou con sus ojos brillantes. — ¡Todo eso hacía que me olvidara de tanto! ¡Ni siquiera tenía que pensar, no me daba el tiempo! Solo actuar, ¿sabes?

Bakugou le mira con aburrimiento. — ¿Hah? ¿Desde cuando es que tu cerebro tiene la capacidad para pensar? —inquiere sentándose otra vez. — ¿Es eso? —lanza mientras de su rostro nace una sonrisa. — ¿O es que tus fantasmas del pasado han regresado?

Kenjirou presiona sus labios y guarda silencio.

—Era de suponer... —suelta Bakugou al no obtener respuesta. —El que lo ignores no hará que se vaya, imbécil.

Y los ojos de Kenjirou transmiten tristeza. —Ya sé... Es solo que me siento culpable y mal. —suelta con remordimiento. — ¿Has escuchado ese dicho que dice, "tu pasado te condena"? —inquiere.

Las escarlatas de Bakugou le miran serias. —Y te seguirá condenando si no haces nada al respecto. —responde neutral abriendo su botella de agua. —No seas un idiota debilucho y afronta tus miedos y equivocaciones. Sólo así podrás crecer, ¿sabes? Supongo que no todo se puede solucionar mediante golpes.

El rostro de Kenjirou se ve asombrado. —Wow... Las clases de ética con el sujeto obsesionado con los jeans sí que te están afectando.

— ¡Ya sé! —gruñe el rubio cenizo con molestia. — ¡Me obliga a repetir sus mierdas diez veces antes de irme, la muy perra! —exclama molesto al instante en que en su teléfono móvil llega una notificación.

En cuanto observa de qué se trata sus escarlatas abren asombradas. —... Qué demonios.

En una de las tantas aplicaciones de redes sociales que tiene, una en particular señaló algo que suele hacer de forma rutinaria en general con todos los amigos que tiene en su perfil. Nada anormal ni fuera de lo común, solo que esta vez se trataba de alguien importante para él.

"Midoriya Izuku está cerca"

— ¿Hm? ¿Qué sucede? —inquiere Kenjirou curioso apoyando su mentón en su hombro. — ¿¡IZUKU!?

Y un golpe seco llega a su nuca instantáneo. — ¡Sólo yo puedo decirle Izuku, imbécil! —gruñe Bakugou poniéndose de pie y comenzar a mirar por las calles de forma preocupada desde lo alto del edificio.

—... Pero qué haría Iz—Y Bakugou le mira de forma amenazante otra vez. —Digo, Midoriya por aquí. —se pregunta Kenjirou observando también. —Este es el peor lugar en el que él podría estar.

— ¡Ya sé! —gruñe Bakugou comenzando a teclear el móvil y llamarle.

────────༺༻────────

— ¡¡GOLPE, GOLPE, GOLPE, GOLPE!!

El chef asesino está acorralando al hombre oscuro. Kick boxing clandestino se había convertido rápidamente en una especie de lucha libre en donde el pelirrojo de un ademán emplea una llave sobre el hombre oscuro imposible de salir.

Con sus músculos sudados y olor a cigarrillo todos gritan con excitación el clímax de la lucha.

Las apuestas ya casi están concluidas, y el trío de chicos normales han sido bautizados para el resto de los maleantes como las señoritas de compañía del chef asesino.

Todoroki Shoto a las orillas tiene una toalla, Izuku Midoriya la botella de agua y Atsushi... Atsushi.

— ¡¡DALE PERRA, NO DEJES QUE SE TE ESCAPE OTRA VEZ!!

Shoto e Izuku observan con gran sorpresa como la personalidad del castaño se había transformado completamente a medidas que transcurría el enfrentamiento, dejando al sutil y tierno Atsushi enterrado en lo más profundo de su inconsciente.

Atsushi se había vuelto influenciado por el amplio olor a axila y testosterona de forma clara y concisa.

Y el teléfono de Izuku Midoriya iluminaba de forma constante en su bolsillo, pero él no lo notaba porque olvidó quitarle el silencio... Otra vez.

────┈┈┈┄┄╌╌╌╌┄┄┈┈┈────

N/A: Los sube y baja no me están ayudando del todo, así que por este mes lo más probable es que me pase de los lunes para actualizar, pero de todas formas las actualizaciones serán una vez por semana como corresponde. ♡ 

Yyy, desde aquí percibo el olor a axila, je.

¡Un apapacho gigantón! Nos leemos la próxima semana :D.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro