
Capítulo 88
—Si esto no es un sueño, entonces, ¿qué es lo que hace Bakugou-sensei aquí contigo, a las afueras de tu casa a estas horas de la madrugada, Midoriya?
La silueta del pecoso se eriza. —A-ah, e-e-eso es... Uh, es... —murmura Izuku nervioso con su sonrisa congelada mientras pasa su mano tras su nuca activamente. —V-v-verás—
— ¿¡Y QUÉ ES LO QUE SE SUPONE HACES TÚ AQUÍ, A LAS AFUERAS DE LA CASA DE IZUKU A ESTAS HORAS DE LA MADRUGADA!? ¿¡HUH!? —exclama Bakugou avanzando como un delincuente hasta él, con sus manos en sus bolsillos y mentón alzado de forma amenazante.
—Ah, yo venía a preguntarle a Midoriya si podía quedarme a dormir con él. —responde honesto mientras desvía sus heterocromáticos de su profesor y los clava sobre la mirada congelada de Izuku. — ¿Puedo dormir contigo esta noche, Izuku?
Mientras Izuku se congela, Bakugou abre sus ojos completamente irritados al escucharlo decir eso.
— ¿¡HAAAAAAAAAAAH!?
────┈┈┈┄┄╌╌╌╌┄┄┈┈┈────
Una noche en el hogar Midoriya
Todoroki parpadea un poco. —Y bien, ¿qué es lo que hace usted aquí, Bakugou-sensei? —inquiere observándole neutral.
—Tch. —Los ojos carmín se giran con malhumor hacia un extremo. — ¿Por qué debería darte malditas explicaciones? ¿Huh? —inquiere malhumorado.
—B-Bakugou-sensei ofreció traerme a casa una vez nos encontramos en la plaza central. —responde Izuku de inmediato, evidentemente nervioso.
Debía procurar que Bakugou se fuera pronto para no levantar sospechas.
Izuku aún permanecía con bastante sorpresa al ver a Todoroki a las afueras de su casa, pero intuye que se trata de algo más profundo que simplemente quedarse a dormir. Aún si se quiere preocupar por eso, es de vital importancia para el pecoso lograr persuadirlo respecto a Bakugou.
—Oh, así que era eso. —suelta Todoroki ya entendiendo un poco, guardando sus manos en sus bolsillos.
Bakugou lanza un gruñido bajo mientras niega e Izuku rasca su mejilla mientras ríe nervioso. —Bueno Bakugou-sensei, gracias por traerme a casa. —dice mientras avanza hasta él y le hace una reverencia.
Las esmeraldas le observan cómplices frente a él, y Bakugou corresponde la mirada de forma instantánea.
Es por eso que el rubio cenizo lanza un suspiro. —Sí, como sea.
Aún a pesar de que el silencio se transforma lentamente en obvia incomodidad, Bakugou no mueve un pelo. Esto hace que Izuku aclarara su garganta y sonriera de forma nerviosa.
Pero nada, Bakugou no se mueve.
—Entonces, nos vemos mañana, Bakugou-sensei. —responde Todoroki entrando a la casa de Izuku con tranquilidad.
El heterocromático pareció no notar nada extraño aún si Izuku se ve nervioso.
Y las carmines de Bakugou se clavan en Izuku con indignación al ver a Todoroki caminar tan tranquilo cerca de su casa.
Izuku traga saliva. —Buenas noches... —susurra nervioso mientras avanza junto a Todoroki quien observa todo cercano a la puerta.
Bakugou no dijo una palabra y simplemente puso su casco y se marchó.
El pecoso lanza un suspiro aliviado y va hasta Todoroki. — ¿Qué sucedió, Todoroki-kun? —inquiere con sus ojos preocupados mientras rebusca en su mochila las llaves e inserta la cerradura. —No te ves bien.
Todoroki presiona sus labios al mismo tiempo que sus puños y solo baja su cabeza, en silencio.
Las cejas aceitunadas de Izuku alzan preocupadas mientras abre la puerta y enciende las luces. —Mamá debe estar durmiendo. Adelante. —dice mientras saca sus zapatillas.
Y un rugido enorme emerge en la sala, lo que genera que Izuku parpadee de forma inmediata.
Un sonrojo evidente nace de Shoto al instante que pone su palma sobre su abdomen.
—Uh... ¿Quieres un sándwich? —inquiere el pecoso sonriente mientras avanza a la cocina. —La verdad yo también tengo un poco de hambre a pesar de que comí, heh. —añade mientras abre el refrigerador y saca los alimentos.
Todoroki avanza en silencio tras él a la cocina mientras le mira preparar la comida, moviéndose de un lado a otro. —Lo siento, me vi acorralado y solo corrí. Entonces recordé tus palabras para cuando fuimos al parque y solo vine hasta acá. —dice honesto mientras observa como el pecoso posiciona la lechuga en el pan.
— ¿Por qué te disculpas? —susurra Izuku sin desviar su mirada en lo que hace. —Te dije que somos amigos.
Todoroki le mira y sus ojos comienzan a picar. Pasa su antebrazo con rapidez y niega. —Pepinillos. —susurra mientras avanza hasta él.
— ¿Eh?
—Me gustan los pepinillos. —dice cogiendo el pote con pepinillos y abrirlo para posicionar unos cuantos sobre un sándwich. — ¿Y a ti?
—Sí, le da un toque. —responde sonriente.
Ambos habían comido en silencio en la cocina mientras una cabellera peliverde medio asoma por el umbral y lanza un suspiro aliviado. Era Inko que tenía los demonios a mil por hora. Al notar que su hijo estaba a salvo y había traído a un amigo prefirió simplemente irse a dormir.
—Pero mañana por la mañana definitivamente me escuchará. —piensa decidida con su ceño fruncido.
Habían acabado en su habitación, más que satisfechos.
—Es mi padre. —confiesa el bicolor ya recostado con todas las luces apagadas bajo la cama de Izuku, en un futón. —Él simplemente se instaló en mi casa sin autorización. Dice que quiere hablar conmigo pero... —susurra débil presionando las yemas de sus dedos en contra el cubrecamas. —Yo no quiero escucharlo.
Izuku se endereza en su cama y le mira. —Eso es sorpresivo. —susurra sorprendido. — ¿Por qué tu padre haría algo así tan repentinamente?
—Porque las telecomunicaciones no lo han dejado en paz. Aunque no sé qué es lo que espera hablar conmigo, seguramente quiere que haga alguna conferencia expresando mi arrepentimiento. —murmura bostezando. —No sé que tan grave es que simplemente lo mencionara.
Izuku parpadea recordando la infinidad de noticias que rodea en las redes sociales en torno a Todoroki Enji. —Supongo que a veces las telecomunicaciones dan miedo. Uhm, pero si crees que no estás listo para escucharlo, deberías decírselo. Tal vez de esa manera te deje tranquilo, al menos por un tiempo.
Todoroki frunce su ceño. —No quiero hablar con él. Sería cumplir uno más de sus caprichos. —suelta molesto.
Izuku quiere entender que la relación de padre e hijo es complicada, ya que los heterocromáticos aún si se ven fríos y molestos, muy en el fondo se ven vacíos y rotos.
—Está bien como estás haciendo las cosas justo ahora, Todoroki-kun. No te presiones. —responde Izuku de forma suave mientras le sonríe. —Confía en que todo mejorará, independientemente del resultado. Creo que si tu padre tiene intenciones honestas de hablar contigo, entonces él lo volverá a intentar tarde o temprano y si te sofoca que lo haga de la forma en la que lo hizo hoy, puedes volver aquí. —añade honesto. —Solo procura decirle cómo te sientes la próxima vez que te enfrentes a él o de lo contrario él lo seguirá haciendo.
El ceño fruncido de Shoto desaparece en cuanto escucha esas palabras, como si se tratara de algún tipo de analgésico.
Luego de largos minutos de silencio, un susurro somnoliento nace en la habitación. —Gracias...
Izuku Midoriya sonríe mientras observa el techo, escuchando cómo la respiración de Shoto cada vez se hace más lenta y profunda.
En realidad Izuku quiere intentar comprender la relación de padre e hijo, pero solo lo hace en base a supuestos y por el tipo de conexión que representan en la televisión, ya que desde sus primeros recuerdos él siempre tuvo a su madre a su lado, mas la figura paterna jamás la conoció.
Aún con ello se siente satisfecho, porque si bien, es algo que por años se cuestionó y sentía que le hacía falta, el hermoso amor de su madre supo llenarlo de todo el cariño y atención que necesitaba. Izuku Midoriya estaba agradecido de la maravillosa madre que le había tocado y siempre procuraria cuidarla y protegerla por sobre todas las cosas.
────────༺༻────────
Las escarlatas de Bakugou se ven intensas mientras observa el techo de su habitación.
Mientras desliza su diestra por su pecho su ceño frunce al recordar la escena anterior, con la llegada de Todoroki.
— ¿Por qué demonios tengo que ser así? —se cuestiona con sus ojos dudosos mientras siente el palpitar de su corazón. —Yo siento mucho y es... Molesto. —gruñe girando entre cobijas. — ¿Por qué tengo que sentir con tanta intensidad? —lanza irritado.
Bakugou Katsuki era consciente de sus emociones ahogantes que provocaban sus reacciones coléricas, intensas y pasionales. Pero sabía que no tenía el control completo sobre ellas y en cierta forma asumía que era algo que debía analizar, ya que eso conllevaba a sobre reacciones, dificultando así los vínculos con los demás.
Recuerda aquellos ojos esmeraldas que suelen entregarle todo y teme dañarlos. Es por eso que se permite sentirse preocupado.
────────༺༻────────
En la habitación de Kirishima a altas horas de la noche, la tensión estaba más que presente.
Kaminari comienza a respirar con dificultad mientras todo se vuelve borroso.
Él estaba llorando, cabizbajo.
Al no tener respuesta, Kirishima continúa. —Porque me di cuenta por ti que me gustan los hombres.
Kaminari Denki alza su mirada y sus ojos abren con impresión. —... ¿Qué?
Kirishima lanza un suspiro y pone sus palmas sobre su rostro. — ¡¡AHHH, LO DIJE!! —exclama avergonzado, callandose de inmediato a sabiendas que su familia dormía.
Afortunadamente los Kirishima eran unos verdaderos troncos cuando dormían.
Kaminari Denki no entiende que está sucediendo en esos momentos, es por eso que se levanta boquiabierto. — ¿Eres gay?
Kirishima le mira con obviedad. — ¿Tú no? —inquiere aún con sus manos escondiendo su rostro, abriendo levemente su dedo índice para ver el rostro de Kaminari con su ojo derecho.
El ambarino abre sus ojos con sorpresa y traga saliva. —Esto... Yo... No lo sé, no lo creo. Es decir, ¿soy gay? —inquiere entrando en una crisis existencial mientras se autoseñala confundido. — ¿Y tú eres gay? —agrega esta vez señalandole a él.
Kirishima lanza un suspiro y se lanza en la cama, sentándose y cruzando sus piernas mientras rasca su nuca avergonzado. —Escucha... Que yo sienta cosas por ti no significa que tú debas sentir lo mismo. —susurra con sus ojos nerviosos. —Simplemente tenía que decírtelo y ya. No espero que me correspondas.
Kaminari Denki presiona sus labios mientras le mira. —Pero somos amigos... ¿No? —susurra al borde del caos. — ¿Lo seguimos siendo?
Kirishima inclina sus hombros. —Por supuesto que sí... —susurra rendido mientras tuerce sus labios. —Pero si te sientes incómodo por lo que te acabo de decir y te quieres alejar, yo lo entenderé. —añade sonriendo con tristeza.
— ¡No! —exclama de inmediato el rubio dando un paso hacia él. —Escucha, este día realmente me sentí mal por todo lo que pasa, la distancia y esas cosas. Si de algo me di cuenta es... —susurra al instante en que acumula aire en sus pulmones. — ¡Que no me gusta que estemos enojados o distanciados! —añade honesto mientras hunde sus puños sobre la cama de Kirishima y se sienta a su lado. — ¡Definitivamente no me gusta eso! ¡Lo odio!
Las escarlatas de Kirishima abren. —Entonces... ¿No te doy asco?
Kaminari Denki le da una suave bofetada instantánea al escucharle decir eso. — ¡Cómo podrías darme asco, idiota! —exclama inflando sus cachetes.
Kirishima Eijirou posa su mano sobre su pecho como si su corazón se sintiera aliviado. —Ahh... Qué alivio. Yo estaba... aterrado. —susurra bajando su mirada.
Y Kaminari Denki le mira mientras le da un golpe con su puño en su hombro. — ¿Noche de videojuegos? —inquiere rebuscando en su bolsillo y sacando un juego.
Los ojos rojizos de Kirishima iluminan instantáneos. —Seguro.
────────༺༻────────
La noche había pasado y su primera alarma había sonado. Sus esmeraldas somnolientas abren al instante en que baja de la cama y camina con cuidado por los extremos para no irrumpir el sueño de Todoroki Shoto.
Así mismo es como sale de su habitación y en cuanto cierra la puerta, con un bostezo caminando hacia el baño una silueta surge desde el fondo.
—Midoriya Izuku.
¿Midoriya Izuku? Los ojos esmeraldas abren grandes y asustados. Que su madre le llame de esa forma solo significaba...
Su cuerpo tenso gira y sonriendo de forma nerviosa le observa, aquella mujer sentada de piernas y brazos cruzados en su bata de levantar está seria, con un rostro preocupante.
—B-buenos días... Mamá. —susurra mientras le ve levantarse y avanzar hasta él con un aura sombría. — ¿C-cómo amanecis—
Y la oreja de Midoriya fue jalada sin aviso, siendo arrastrado hasta la habitación de su madre y cerrada en un instante.
Cuando el pecoso, luego de media hora de regaños sale, sus ojos se ven cansados.
— ¡¡Y LA PRÓXIMA VEZ QUE PIENSES QUE LLEGAR TAN TARDE SIN AVISARME ES UNA BUENA IDEA, MÁS VALE Y VENGAS PREPARADO PARA LO QUE TE HARÉ, IZUKU!! —exclama Inko dando un portazo.
El pecoso pega un saltito en el lugar ante el portazo. —Heh... Sabía que estaría enojada... —susurra avanzando hasta el baño rascando su mejilla.
...
Para cuando baja ya listo para comenzar el día, su madre lo recibe de forma hogareña mientras Todoroki Shoto come tranquilamente.
—Izuku, cariño, ven a desayunar. —indica su madre mientras tararea contenta en la cocina.
Izuku sonríe de forma torcida. A veces admiraba la gran habilidad de su madre para cambiar de humor tan drásticamente.
—Tú madre hizo panqueques. —añade Shoto despeinado y ojos somnolientos mientras come. —Saben bien.
Inko posa sus manos sobre los hombros de Todoroki. — ¿Oh, quieres más? —inquiere cariñosa.
Y Todoroki no lo piensa para cuando ya esta asintiendo en silencio con uno a medio comer en su boca.
Izuku ríe mientras se sienta y bebe jugo. — ¿Qué planes tienes para hoy, Todoroki-kun?
—Nada en especial, supongo que por la tarde iré a ver si mi padre ya dejó libre mi lugar. —suelta desanimado.
Izuku presiona sus labios un segundo, pensativo. Entonces sus esmeraldas se iluminan. — ¿Sabes? ¡Hoy estoy invitado para un torneo de Kick Boxing! Uno de mis compañeros de trabajo competirá, ¿quieres ir? —inquiere activo.
Todoroki Shoto piensa un segundo. —Kick Boxing... —murmura mientras se levanta y comienza a lanzar patadas y golpes al aire. Una vez se detiene observa como madre e hijo le miran sorprendidos. —Está bien. Iré.
— ¿¡Todoroki-kun, prácticabas Kick Boxing!?
Shoto asiente. —Cuando tenía seis.
— ¡¡Ohhh, desde que tiene seis!! —exclama Izuku e Inko impresionados al unísono.
—Pero lo dejé a los ocho.
—Ah. —sueltan ambos al unísono otra vez.
—D-De todos modos tienes muy buenos movimientos, Todoroki-kun. —añade Inko sonriendo nerviosa mientras Todoroki asiente en silencio.
Así, Todoroki e Izuku acaban a entradas del gran evento, en el mismo lugar en donde la noche anterior Izuku vio a la enorme cantidad de yakuzas reunirse cuando iba con Bakugou atravesando la ciudad.
────┈┈┈┄┄╌╌╌╌┄┄┈┈┈────
Me tardé una semana más de lo planeado, me la pase enferma y encima estoy sad.
*Inserte la música más triste que pudiera existir para hacer mi drama y rodar entre mis cobijas como gusano*
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro