Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 86

Integrantes de Fogosa comida, trabajo parcial de Izuku Midoriya.

Primer integrante: Hideo
Cargo: Jefe
Edad: 52 años
Características: Cabello negro, corto y de ojos grises. Mide 1,90 cm. Tiene un gran corazón y es muy amable, ama la comida picante. Hideo es un hombre tranquilo que ama la naturaleza, es por eso que se ausenta por largas horas, ya que le encanta alimentar a las palomas y patos.

Segundo integrante: Akiyama
Cargo: Chef
Edad: 32 años
Características: Cabellos rojizos cortos y ojos azules, mide 1,95 cm y es muy fuerte. Cocina excelente, es muy activo, malhablado y muy sobreprotector con los suyos.

Tercer integrante: Atsushi
Cargo: Cajero
Edad: 19 años
Características: Cabello castaño y ojos miel, mide 1,70 cm. Es muy respetuoso y cordial, muy amable y solo un poco tímido. Suele estresarse muy rápido cuando los pedidos tardan más de lo estimado, pero cuando eso sucede Akiyama le golpea.
Atsushi fue el encargado de guiar a Izuku y hacerlo sentir como en casa. Está preocupado por sus estudios.

Cuarto integrante: Emiko
Cargo: Mesera.
Edad: 17 años
Características: Es la sobrina del jefe, cabello azabache y ojos grises. Suele cubrir turnos de cajero o mesero cuando estos se ausentan, y de no ser así de igual forma va a dar un par de vueltas al local cuando tiene tiempo libre. Es muy simpática, alegre y divertida, aunque también suele ser algo torpe, casi siempre se le cae algo. Ella trabaja porque le gusta ayudar a su tío y porque se aburre en casa, además es muy coqueta y cuando puede intenta coquetear con caras lindas, aunque el 100% de las veces es Akiyama quien interviene y le interrumpe sus auto flechazos de cupido.

Quinto integrante: Izuku
Cargo: Mesero
A pesar de que estuvo ausente por su viaje al extranjero, Hideo le remarcó que estaría esperando su regreso y que se vería obligado a cubrir sus días no trabajados durante lo que resta del mes. Como mesero suele ser muy empático y activo, permanece en gran movimiento dentro del local con sus patines rojos, es eficiente pero cuando cierto cliente va de sorpresa al local es todo un manojo de nervios.

_____________________________________

Twice se cruza de brazos, decidido. — ¡Ahora tengo nuevas prioridades, y es tomar el control de todo Musutafu otra vez junto al líder!

...

Hawks, quien se mantiene en las grandes oficinas de Enji Todoroki, deja a un lado su café en cuanto de sus oídos escucha las palabras dichas por Twice, a través del micrófono que había insertado en el adicto de las calles oscuras.

Su ceño frunce con evidente molestia y frustración, dejando escapar un chasquido de lengua de forma inmediata.

—Tch.

────┈┈┈┄┄╌╌╌╌┄┄┈┈┈────

Comida a domicilio

Enji Todoroki logra percatarse de ese pequeño detalle, es por eso que deja a un lado todo lo que está haciendo sobre el escritorio. — ¿Qué pasó?

El rostro del rubio se ve molesto. —Mi primer método de infiltración fracasó. —responde un tanto frustrado. —Tendré que ser un poco más invasivo. —añade dejando la tableta aún lado. —Necesitaré más tiempo libre a partir de ahora, Todoroki. —agrega sentándose en el sofá y apoyando su nuca en contra el respaldo, clavando sus ojos cansados al techo.

El pelirrojo regresa sus azulinos hasta su portátil. —Mientras me mantengas informado, no habrá problema con eso. Solo no olvides ordenar mi agenda en tus tiempos libres.

—Tu agenda es un asco, ¿sabes? —suelta hastiado. —Ya estoy cansado de rechazar las insistentes entrevistas solicitantes luego de las declaraciones que hizo tu hijo. Aún si ya han pasado días, sigues en boca de todos. —añade pensativo. —Creo que va siendo hora de que los enfrentes.

Enji Todoroki frunce su ceño. —No es el momento para hacerlo. —responde serio. —Yo... Necesito tiempo. Primero necesito hablar con él.

— ¿Aún no logras hacerlo?

—Él me ignora completamente. Es como si no existiera.

Hawks lanza un suspiro. —Pues entonces busca la manera de acercarte a él, antes de que todo esto explote lo suficiente para que tu reputación arruine tus futuros proyectos y sociedades con tus socios. —arroja mientras acomoda sus cabellos rubios.

—Sí, ya tengo una idea de cómo hacerlo. Y bien, ¿qué tal ese lugar?

—Sigue siendo un asco. Los mismos adictos de siempre, el mismo olor a deposiciones. Nada fuera de lo común. —suelta recordando el lugar. —A excepción...

Los azulinos de Enji desvían de su portátil y se clavan con interés. — ¿A excepción?

—Si me anclo a las últimas palabras que dijo Twice hace apenas un minuto atrás, es un hecho de que él definitivamente ha regresado. Y ha regresado para recuperar lo que en algún momento fue suyo, Todoroki. —responde mientras observa a su superior con evidente seriedad. —Él ya está aquí.

Enji se levanta de su asiento y comienza a observar la gran ciudad a través de su ventanal. —De ser así no tienes tiempo que perder. —ordena de forma inmediata. —Un paso en falso y todo Musutafu estará envuelto en crímenes y luchas de poder... Otra vez. —añade. —Es hora de que te dediques a tu verdadero oficio y no a este disfraz de corbata. Ve.

Hawks lanza un suspiro mientras se estira. —Qué explotador eres... —lanza risueño. —Si ese es el caso, entonces exijo un aumento.

────────༺༻────────

La charla con Todoroki había sido lo suficientemente agradable para que ahora ambos estén dando un paseo a través del parque. El helado ya se lo habían terminado de comer hacia ya varios minutos y aún si el silencio es evidente, Izuku se mantiene pensativo en todas las cosas que Todoroki le había confiado.

—Si en algún minuto necesitas contar con alguien... Todoroki-kun. —interviene Izuku rompiendo el silencio. —No olvides que puedes contar conmigo.

El par de heterocromaticos le observan con cierto brillo mientras se siente cobijado por las palabras del pecoso. — ¿Para lo que sea?

—Sí, para lo que sea.

Shoto no puede evitar sonreírle. —Está bien. —suelta tranquilo mientras nota a un felino aparecer en el camino y pasar su cola entre sus piernas.

— ¡Ah, un gato! —suelta con emoción el pecoso acuclillandose inmediatamente y estirar su mano, sintiendo como el gato negro se permite acariciar con él. —Es muy suavecito... —murmura sonriendo de forma cautivadora.

Todoroki se mantiene ahí, de pie, observándolo acariciarlo y sonreírle.

— ¿Sabes? Esto me trae un recuerdo... —murmura esta vez el pecoso acariciando el felino, ahora con su mirada seria. —Anoche soñé con un gato, pero era gris.

–Oh. —suelta Todoroki acuclillandose frente a él, con interés. — ¿Y qué sucedió en el sueño? Con el gato. —específica.

El felino ya conforme con las caricias se aleja, e Izuku acaricia por última vez su cola negra al instante en que observa los heterocromaticos de Todoroki, neutral.

—Él de pronto apareció repleto de sangre, muerto. —responde con normalidad. —Ahora que se acercó aquel, lo recordé. —añade golpeando levemente sus propias rodillas, con sus palmas y enderezarse.

Todoroki Shoto alza su mirada y le observa en silencio. Aquel rostro que Izuku traía en aquel instante era lejano al emocionado hace un segundo atrás.

—Entonces fue una especie de pesadilla.

Izuku asiente instantáneo en cuanto observa su reloj. —Sí, definitivamente lo fue... —murmura para acomodar su mochila. —Todoroki-kun, ya debo ir al trabajo. ¿Te parece si te dejo fuera del lugar en donde comprarás soba?

Todoroki niega, levantándose también. —Compraré después, primero iré a un par de tiendas... —señala acomodando su bolso y mirarle fijamente. —Gracias por acceder a venir conmigo, ahora me siento mejor.

Izuku le sonríe al instante en que posa su diestra sobre su hombro. — ¡Para eso somos los amigos, Todoroki-kun! —le sonríe emocionado para comenzar a correr. — ¡Entonces nos vemos, ánimo!

Es lo último que Todoroki Shoto le escucha decir mientras le ve alejarse corriendo.

—Sí... Nos vemos. —susurra.

{...}

Luego de cuatro horas de abundante trabajo, Izuku Midoriya por fin había podido sentarse un segundo, aprovechando que los últimos clientes habían entrado luego de girar el cartelillo adornando un "CERRADO", a las afueras del local.

Se había sentado esta vez en la cocina, mientras juguetea con sus patines rojos escuchando al chef, Akiyama, parlotear con el cajero Atsushi.

—Un par de golpes bastaron para que ganara la batalla. —lanza Akiyama enérgico mientras corta un pulpo, activo. —Y finalmente... ¡Una patada y ya!

—Ohhh... —suelta Atsushi apoyado en la barra mientras come una aceituna. — ¿Pero desde cuando es que has retomado esas batallas?

El chef de cabellos rojizos sonríe. —Te seré honesto, cuando comencé a trabajar aquí, fue solo por una razón. Quería ahorrar el dinero suficiente para atreverme a comenzar mi propia academia. —dice mientras arroja el pulpo a la olla y esta vez comienza a picar hierbas frescas con rapidez. —Pero me sentí oxidado, es por eso que comencé a inscribirme en torneos.

A Izuku le picó la curiosidad aún si se mantenía en silencio, es por eso que no demora en incluirse en la conversación. — ¿Torneos de qué, Akiyama-san?

El chef le sonríe con orgullo mientras infla su pecho. —De Kick Boxing, mocoso.

— ¿¡Kick Boxing!? —exclama Izuku aproximándose a Akiyama extasiado. — ¡Es genial! ¡Es el deporte de contacto que ha estado cada vez ganando más popularidad aún si es de origen japonés originado en los años sesenta! ¡Osamu Noguchi fue el fundador, y aún si se destaca por usar técnicas de boxeo, las patadas son realmente geniales que les otorga mayores posibilidades de ataque! —exclama emocionado olvidando respirar. — ¡Es... Es...!

—Respira un segundo... Midoriya-kun. —pide el castaño mirándole con ternura. —No sabía que te gustaban esas cosas.

Akiyama sonríe mientras le golpea fuertemente en su espalda. — ¡Exacto, no pudiste haberlo dicho mejor! —exclama sintiendo las vértebras del pecoso reacomodarse ante el golpe.

Izuku casi queda estampado en contra la pared de no ser que se hubiese sujetado de la encimera.

—Entonces es por eso que estas en esas batallas, ya lo entiendo. —murmulla Atsushi al instante en que Izuku se encima sobre Akiyama en cuanto recobró el impulso.

— ¡¡Akiyama-san!! ¿¡Yo podría ir algún día a verlo pelear!? —exclama emocionado, lanzando humito por sus narices al respirar tan agitadamente de la emoción.

Y el chef no podría sentirse más contento. — ¡Claro que sí! —exclama emocionado mientras clava el cuchillo en contra la encimera. — ¡Bien, está decidido, en el momento que las fechas del próximo torneo estén confirmadas, tú y Atsushi irán a hacerme barra! —exclama sonriente mientras Izuku festeja emocionado.

— ¡¡Sí!! ¡¡Iremos al torneo!! —exclama el pecoso golpeando su pecho en contra el de Akiyama, ambos dejándose llevar por la emoción del ambiente.

El rostro de Atsushi decae instantáneo mientras observa como Izuku es arrojado lejos por el choque de pecho de ambos. —E-esperen un segundo. —murmura incrédulo. —Y yo por qué debería ir...

Pero es ignorado duramente mientras siguen celebrando.

────────༺༻────────

Ya es de noche.

Izuku Midoriya sube activamente las escaleras de un apartamento en especial, aún si ya debería estar en casa se había negado a ir hasta allá.

Y es que no había sabido más de él. Definitivamente no planeaba simplemente ignorar todo lo que había sucedido durante la mañana.

—Buenas noches, con su permiso. —dice el pecoso en cuanto divisa a cierta mujer que se mantiene sobre las escaleras fumando un cigarrillo a media pasada. La desvía como puede y sigue avanzando.

Así, hasta que había llegado al piso de interés. No demoró mucho en sonar el timbre, y aún si no sabe que dirá específicamente, sus dedos ansiosos lo vuelven a presionar tres veces más seguidas.

— ¡Ya va, por un demonio!

Es la voz de Katsuki al otro lado, y que marca evidente hastío.

Pero cuando abre la puerta con su rostro malhumorado, rápidamente se deshace por uno neutral. — ¿Qué demonios haces aquí?

Izuku Midoriya reúne aire en sus pulmones y no demora en entrar y cerrar él mismo la puerta.

Bakugou Katsuki parpadea un tanto sorpresivo por esa reacción y le observa.

— ¿Cómo estuvo tu primer día, Katsuki-sensei? —inquiere rebuscando en su mochila. —Yo aproveche de traer de tu comida favorita. —extiende en la mesa. —Quiero cenar contigo.

Bakugou se mantiene incrédulo en su lugar y no dice una sola palabra, es por eso que las esmeraldas del pecoso avanzan hasta él y queda frente a él. — ¿Estás ahí?

—Desde cuando... Desde cuando es que eres tan activo. —suelta incrédulo.

Izuku Midoriya le mira un tanto curioso. — ¿A qué te refieres con eso?

El rubio ceniza niega mientras guarda sus manos en sus bolsillos y se sienta en la mesa. — ¿Y que tal tu estúpida cita con el bastardo mitad-mitad, eh? —lanza mordaz mientras quita las tapas de aluminio de la comida, saliendo el vapor inmediato en conjunto con el delicioso aroma de la carne y arroz. — ¿Creíste que no me daría cuenta de esa mierda?

El pecoso le observa y presiona sus manos sobre el respaldo de la silla. — ¿Y qué tal tu nueva asistente? —devuelve Izuku sonriente.

Bakugou abre sus escarlatas y su ceño frunce. —Escúchame bien... He tenido que soportar incluso que me estén dando estúpidas clases de ética con un sujeto que lo único que sabe hacer es darme ejemplos de estúpidos jeans. —suelta malhumorado. —Si sigo trabajando ahí es solo porque tú mismo dijiste que querías que lo hiciera.

Izuku lanza un suspiro y baja su mirada. —Tienes razón. Lo siento, es solo que me puse un poco celoso... —confiesa.

Bakugou abre sus escarlatas mientras un leve sonrojo nace de sus mejillas. Es entonces que una gran sonrisa decora su rostro, mientras su pecho infla. —Eres un idiota, Deku. —susurra avanzando hasta el y tocar suavemente su mentón, obligándole a verle a los ojos. — ¿Por qué debería un sujeto tan genial como tú sentir celos por esa loca? —inquiere mientras acaricia su mentón.

Izuku deja notar un mohín. —Pero... Ella dijo algo que no me gustó. —suelta en un sonrojo mientras desvía sus esmeraldas y frunce su ceño.

Los intensos carmines brillan en cuanto ve aquella tierna reacción de Izuku, y no puede evitar no querer observar más. — ¿Qué fue lo que no te gustó, Deku? —ronronea Katsuki sin quitar su vista de aquel rostro molesto, notando como el mohín de Izuku intensifica a la vez que cruza sus brazos.

—Eso de... Íntimos compañeros. —murmura frunciendo más su ceño. —Sonó... Mal.

Bakugou aproxima sus labios hasta la oreja derecha de Izuku mientras la palma de su mano la posiciona tras su cuello, acariciando sus cabellos con suavidad. —El único íntimo compañero que tengo... Eres tú. —confiesa mientras le besa cerca de la comisura de su labio y le deja ir.

—Pero eres tan idiota que se te olvida, Deku bastardo. —añade neutral regresando a su asiento.

Izuku con un gran sonrojo en sus mejillas le enfrenta. — ¡Tú! ¡Eres injusto! —exclama molesto sentándose frente a él.

— ¿Qué? ¿Tan pronto ya quieres que te coma?

Y el sonrojo en Izuku va en peligroso aumento. — ¡¡Y-y-yo n-no me refería a eso!! —exclama con sus esmeraldas abiertas y su corazón a todo bombeo.

—Qué fácil eres de leer, maldito pervertido. —lanza en una carcajada mientras se levanta y va en busca de platillos.

— ¡¡Q-QUE NO ME REFERÍA A ESO!! —chilla el pecoso golpeando su cabeza en contra la mesa y quedándose ahí, tal como una avestruz escondiendo su cabeza en la tierra.

—Esa mujer está loca y es hostigante. No sé qué demonios pensaba Nezu al dejarla conmigo. —suelta Bakugou aún sonriendo por la reacción del pecoso, mientras posiciona dos platillos en la mesa con su debido servicio. — ¿Y bien? ¿Qué es lo que quería ese sujeto?

—Oh. —dice Izuku levantando su rostro sonrojado mientras observa a Bakugou servirle un vaso de agua. —Realmente nada en especial, solo quería hablar de su vida y de sus problemas personales, cosas de amigos.

—Ehh... —murmura comenzando a comer. —Si viene de ese sujeto me puedo esperar de todo, inclusive una mierda así. —añade inclinándose de hombros y restandole importancia. — ¿Y qué te pareció mi primer día como docente? ¿Huh?

— ¡¡¡Brillante!!! —exclama Izuku con sus esmeraldas relucientes. —Aunque todos quedamos un tanto nerviosos por aquella competencia. A decir verdad me siento un tanto preocupado luego de tu ausencia. —añade. —Miyamoto-sensei era todo lo contrario a lo que son en realidad tus clases...

Y Bakugou sonríe de forma pícara. —Pero si me tienes como tu maldito profesor privado para las horas que desees. Inclusive a la madrugada. —añade guiñandole el ojo mientras comienza a comer.

Esto causa que Izuku sonroje lo suficiente para que baje su cabeza. —E-en realidad... —susurra aclarando su garganta. —Quería verte. Sentí que nuestra comunicación estuvo lenta. P-pero me alegra que todo siga igual que siempre. —añade esta vez aliviado, mientras le mira sonriente.

— ¿Cómo no estarlo? Hemos vuelto a nuestras propias responsabilidades. —responde Bakugou comiendo contento. —Esta mierda está buenísima. —lanza satisfecho mientras come más arroz.

E Izuku le mira paciente, hasta que no lo piensa demasiado. —Uh... ¿Me podrías explicar que pasó específicamente entre Miyamoto-sensei y tú? —inquiere curioso mientras come.

Bakugou clava un segundo sus escarlatas sobre él y luego la desvía hasta su comida. —No.

— ¿Ehhh? ¿Por qué no? —inquiere Izuku con sorpresa.

—No quiero que se me arruine la cena.

—Pero eso es... —murmura Izuku sin entender por completo.

—Cosas de adultos, mocoso. —agrega Katsuki en un suspiro, a sabiendas que esa respuesta no sería suficiente para él.

Y un silencio abunda de pronto, Katsuki no puede quitar su mirada de Izuku, quien pareció dejar de insistir.

Es entonces que el silencio rompe por las manos de Katsuki, quien busca los dedos de Izuku, y los acaricia suavemente. —Debo de amarte mucho para seguir trabajando en esa mierda, ¿sabes? —suelta ronco y con un leve sonrojo carmín decorar en sus mejillas.

Izuku siente el tacto y no puede evitar sentirse nervioso y feliz al mismo tiempo. —Y-yo... A decir verdad, ahora mismo me siento egoísta. —responde un tanto apenado. —No quiero que por mis propios deseos acabes haciendo cosas que no te gustan...

Bakugou lanza aire por sus narices, ya rendido. —Desde lo que vi hoy, no planeo irme hasta que tú te gradúes de ahí. —confiesa desviando su mirada a un lado.

— ¿Uh? ¿Por qué?

— ¿Eres malditamente ciego? —gruñe al notar que Izuku no se había percatado de nada, ni siquiera de que aquel amigo de ojos heterocromaticos que tenía era una obvia amenaza para él.

Izuku lanza una risa nerviosa mientras rasca su nuca. —Uh... Realmente no entiendo a qué te refieres.

Bakugou rueda sus ojos. —Te necesito cerca, eso es todo. —declara con sus escarlatas serias, mientras Izuku siente un bombeo intenso surgir desde sus profundidades en cuanto le escuchó decir eso.

────────༺༻────────

Todoroki Shoto ahora mismo, luego de tomar variados desvíos y estar en diferentes tiendas de cómics, se ha decidido a regresar a casa.

Aún un tanto pensativo acaricia sus cabellos bicolores con sus ojos serios. Su pecho ya se siente aliviado luego de haber expuesto sus problemas con el único amigo en quien sabía podría confiar plenamente, sin miedo a traiciones.

Izuku Midoriya. Desde que le había conocido, por algún motivo inexplicable no le era difícil hablar y abrirse con él. Tenía ese toque especial, un tanto mágico que hacia que se sintiera lo suficientemente cómodo y en confianza.

Así mismo fue cuando le conoció, fue tan mágico que para cuando se dio cuenta, ya le había acabado confesando toda su vida.

Y aún si quizá pensaba que para el pecoso podría resultar una especie de molestia, cuando le miraba a los ojos solo veía en él empatia y comprensión. Ni siquiera era una mirada de lástima, era la mirada que usualmente le entregaba que le hacía sentir cercano a él.

Es por eso que no puede evitar sonreír mientras mira hacia las estrellas.

—Ya me siento mejor... Gracias, Midoriya.

Debía confesar que le agradaba llamarle por su nombre ya que, la primera vez que lo hizo de forma errónea, el pecoso reaccionó nerviosamente. Ese agrado se había acabado transformando en una extraña costumbre que le hacía sentir más y más cercano a él.

Y le alegraba haber podido salir y retomar la comunicación con él, ya que por algún motivo, desde que Bakugou-sensei había comenzado su docencia en la academia, Izuku se había alejado en general de todos.

Aún recuerda aquellos días en el que su rostro se veía completamente deplorable, para cuando el pecoso se ausentó por más de una semana y en la que su propia persona se encargó de mantener sus apuntes al día, esperando su regreso pacientemente.

Es por eso que por inercia, Todoroki pausa su caminata.

—Es cierto... Él sabe todo de mí pero, por algún motivo yo no sé absolutamente nada de él. —suelta apenas cae en cuenta. No logra asimilarlo del todo aún si ya está en frente de su casa.

Inevitablemente, las palabras dichas por Izuku el día de hoy regresan.

"Él de pronto apareció repleto de sangre, muerto."

Todoroki acaba negando un tanto confuso e inserta las llaves en el cerrojo. Para cuando entra, cualquier pensamiento que hubiese querido gobernar su mente, esfuma rápido.

—Has demorado en llegar, Shoto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro