Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5.1

|Hamburguesa amarga|

Bakugou avanzaba con sus manos en los bolsillos.

Menudo día de mierda, había tenido que salir a pesar de ser su maldito día libre.

Observó su reloj de bolsillo.

Como siempre, había llegado quince minutos antes de la hora acordada.

Soltó un suspiro, sentándose en una banca frente al maldito local de comida rápida. Sacó su teléfono y comenzó a jugar la mierda esa mata zombies.

Luego de tres partidas, comenzó a mirar hacia sus alrededores.

Chasqueo la lengua.

¿Cuando demonios pensaba llegar ese maldito bastardo?

Entonces notó como un hombre de cabellos rojizos se aproximaba hacia él caminando más lento que un puto caracol.

—Hasta que llegas imbécil. —gruñó Bakugou saludando a un chico sonriente, que llegaba a paso lento con su mano extendida.

El chico era alto, de cabello rojizo y liso. Sus dientes eran puntiagudos y tenía un carácter amigable, pero a la vez firme e intimidante.

Es así como lo podemos describir, pues Kenjirou a pesar de ser un tipo muy amigable, también podía dar mucho miedo si así se lo proponía.

Aunque... bueno, no tanto como Bakugou.

—Apenas son las 14:35 hermano. —dijo Kenjirou divertido mientras le tocaba el hombro.

Katsuki miró su agarre en su hombro y lo sacó de inmediato, con molestia.

—Y bien, ¿qué putas quieres? —preguntó Katsuki cruzándose de brazos. —No vine hasta aquí por una mierda de hamburguesa.

Kenjirou le miró sonriente.

— ¡Pero qué amoroso estás hoy! —exclamó Kenjirou divertido. —Vamos a comer, ya te cuento.

Katsuki solo chasqueó la lengua y avanzó a paso lento con sus manos en los bolsillos.

El local desprendía un aroma delicioso, lo que provocaba un automático aumento de apetito.

Kenjirou se apoyó en la encimera, a un lado de la caja registradora y observó con detenimiento cada promoción.

—Dame una hamburguesa XXXL, junto a la porción de papas más grande, aros de cebolla y coca. —dijo Kenjirou, sonriendole a la chica.

La chica rápidamente anotó su pedido en la computadora.

—Y bueno, si es posible, tu número también. —agregó guiñandole el ojo.

La chica solo se sonrojó y comenzó a anotar su pedido con mayor rapidez.

Entonces alzó su mirada, observando a su acompañante que se veía bastante malhumorado.

— ¿Y usted qué va a ordenar? —preguntó, observando la mirada de odio del rubio ceniza.

—Dame la mierda más picante que tengas. —dijo Bakugou con cara de pocos amigos, mientras se iba a sentar.

Tal y como había dicho en la mañana, no pensaba pagar ni un puto peso.

Ella le miró sin saber qué pedir, mientras notaba como Bakugou pasaba de ella.

—E-Esto, ¿qué le doy? —preguntó la chica nerviosa ante la actitud del rubio, mirando al pelirrojo.

Kenjirou sonrió, ya acostumbrado a la actitud de su mejor amigo.

—Lo mismo que yo, pero con mucha salsa picante encima de todo. —respondió, ya conocía a la perfección los gustos de Bakugou.

Entonces esperó la orden y la boleta.

Recibió la boleta y una vez comenzó su camino hacia la mesa la giró.

¡Bingo! Había conseguido el número de la chica, sus encantos nunca fallaban.

Se sentó contento frente a Bakugou con su pedido en mano.

—A comer hermano. —dijo mientras comenzaba a comer entusiasmado.

Bakugou solo se le quedó viendo de brazos cruzados, esperando lo obvio.

Kenjirou ante esto rodó los ojos.

—Está bien. —gruñó molesto, odiaba que no le dejaran degustar su comida en calma. —Supe que estás trabajando en la academia Yüei. —dijo sin dejar de lado su hamburguesa, hablando con la boca llena.

—Así es, ¿y eso qué? —dijo Bakugou mientras comenzaba a comer sus aros de cebolla.

Estas mierdas están desabridas, gruñía a sus adentros.

—Bien, mi querido hermanito estudia ahí. —respondio Kenjirou mientras bebía coca. —Entonces lo que te quería decir es qu—

De pronto pauso su charla de manera abrupta y se quedó mirando hacia la entrada principal.

— ¡AH! ¡PUERCO ESPÍN! —gritó en medio de todo el local, alzando sus manos con su boca llena.

Al instante en que Katsuki se dio cuenta del estúpido escándalo totalmente innecesario de su amigo que sabía que haría, se pegó en la cara con la mano, con claro signo de molestia.

Kirishima, Kaminari, Izuku y Todoroki habían entrado al local hace apenas un segundo.

De pronto Kirishima pegó un leve salto y se estremeció, se giró al lado contrario y fingió no haber escuchado nada.

Si no lo ves, entonces no pasó.

Pensaba.

— ¡PUEEEERCO ESPÍN! —exclamó aún más fuerte esta vez levantando y agitando sus manos con excesivo desespero.

Lo único que le faltaba era dar malditas señales de humo.

— ¿¡QUIERES CERRAR LA PUTA BOCA, PEDAZO DE MIERDA!? —exclamó Bakugou molesto.

—Mierda, vámonos Kaminari. —susurró Kirishima dándose la vuelta rápidamente chocando con Izuku, cayendo ambos al suelo de manera instantánea.

Kirishima se levantó rápidamente con obvio nerviosismo mirando en dirección a su hermano, que seguía agitando sus manos de manera incansable.

— ¡Ah! —exclamó Izuku en el suelo. —Kirishima-kun ¿estás bien? —preguntó observando la angustiada cara del pelirrojo.

Todoroki se les quedó mirando con absoluta normalidad y soltó un leve suspiro observando a Izuku en el suelo.

—Izuku, vamos levántate. —habló mientras le tendía la mano para que se pusiera de pie. —A la próxima ten más cuidado, Kirishima. —agregó mientras hacía un leve impulso para ayudar a levantar al pecoso.

—S-si estoy b-bien. —balbuceó Kirishima huyendo hacia la puerta como un rayo, notando como su hermano se levantaba de su asiento con un aura preocupante.

— ¡AH! —exclamó Kaminari clavando sus ámbarinos en una esquina del local. — ¡Es senpai, es senpai! —exclamó emocionado.

— ¡Lo sé, maldición! —exclamó Kirishima frustrado intentando pasar de toda la gente para huir.

Cuando casi llegaba a la salida, dirigió su mano hacia la manilla hasta que unos fuertes brazos lo frenaron del cuello.

—Oooye hermanito.

Escuchó en su oído izquierdo, sintiendo el pesado y amenazante aliento chocar contra su piel. Era todo, estaba jodido.

—No pretendes huir de mí, ¿no? —preguntó de manera amigable. —Sabes perfectamente lo que les pasa a los putos imbéciles que intentan huir de mí. —continuó con agresividad mientras le agarraba de un cachete y lo comenzaba a arrastrar de manera brusca a través de todo el local, observando como la gente les observaba de manera preocupante.

— ¡A-Ah! ¡Suéltame maldición!

— ¡Kenjirou-senpai! —exclamó Kaminari emocionado extendiendo las manos.

Kenjirou giro su mirada para notar a Kaminari saltar emocionado desde una de las esquinas del local.

— ¡Rayito! —exclamó sonriente. —Ven acá junto a tus amigos, quiero presentarles a alguien. —continuo, lanzando con furia a Eijirou al rincón de su asiento.

Eijirou pareció palidecer cuando al frente de él observó a yakuza-sensei mirarle con odio puro mientras molia unos cuantos aros de cebollas con sus puños.

—Será mejor que le hagamos caso, no saben como es cuando se enoja. —susurró Kaminari con temor, mientras se acercaba.

Todoroki solo miró a Izuku quien asintio de inmediato.

¿¡Yakuza-sensei!? —exclamó Kaminari una vez llegando a la mesa, tapándose la boca al instante, se le había escapado.

Entonces pudo sentir unos ojos llenos de furia devorarle.

Mierda, estaba muerto.

Kenjirou ante esto estalló de risa.

— ¿¡Yakuza-sensei!? —preguntó. — ¡Oye Bakugou, esa mierda te queda perfecta! —exclamó. —JAJAJAJAJA.

— ¡Cállate imbécil! —exclamó Eijirou tembloroso.

Él la había cagado al intentar huir, su estúpido amigo la había cagado el doble y ahora su maldito hermano la cagaba de manera monumental.

Bakugou hizo mierda todos los malditos aros de cebollas en menos de un segundo.

— ¡¡¿¿HAH??!!

Escuchó Kaminari de manera inmediata.

— ¿Con quién putas crees que estás tratando, pedazo de mierda? —preguntó Bakugou intimidante, mientras se levantaba de su asiento de manera lenta y se acercaba amenazante al chico. — ¿Quieres que te mate con una sobredosis de mi puta comida, bastardo?

Kaminari le miró pálido en silencio.

— ¡TENGO UN MALDITO PURÉ DE AROS DE CEBOLLA QUE PERFECTAMENTE TE PUEDE CERRAR LAS PUTAS FOSAS NASALES SI SE ME DA LA MALDITA GANA! —exclamó mientras lo tomaba firme del cuello de su camisa y lo levantaba unos centímetros del piso con facilidad.

—No, no, no, no, no, no.

Fue lo único que logró salir de la boca de Kaminari al límite, mientras sentía que el agarre en su cuello se volvía más firme.

Kenjirou cesó con su risa y clavo sus ojos rojizos en Bakugou.

—Oye bro, —interrumpió Kenjiro entretenido. —no seas tan duro con él. —añadió serio. —Además tiene razón, eres todo un yakuza. Deberías sentirte orgulloso de que incluso adolescentes de preparatoria lo noten. —dijo riendo mientras continuaba con su hamburguesa.

Katsuki solo chasqueo la lengua y lo soltó con rudeza.

—No te metas conmigo, mocoso. —dijo mientras se sentaba y comenzaba a comer su hamburguesa.

Entonces Izuku llegó a su lugar.

— ¡Buenas tardes Bakugou-sensei! No esperaba verlo por aquí. —dijo alegre mientras llegaba a su lado, al parecer no se había percatado de la pequeña amenaza.

Bakugou pauso su masticar por unos segundos y clavó sus escarlatas en Izuku por una milésima de segundo.

—Ah, hola. —saludó desviando su vista hacia la ventana.

Kenjiro se impresionó ante aquello.

Bakugou jamás devolvía el saludo.

—Bueno, ¿se puede saber qué mierda quieres? —preguntó Bakugou ya cansado de la situación, mirando a Kenjiro irritado. —Ya estoy hasta la puta mierda.

—No te esponjes, dame un segundo, dame un segundo. —dijo Kenjiro. —Bien, me parece que mi dulce hermanito y sus amigos ya conocen a mi querido amigo Bakugou. —continuó mientras apretaba la cabeza del aprisionado Eijirou.

— ¡Sí! Bakugou-sensei es un genio y un muy buen profesor de matemáticas. —respondió Izuku sonriente.

Bakugou ante ese comentario repentino apretó su hamburguesa con furia.

—Tch. —soltó mirando hacia la ventana con su ceño fruncido.

Kenjirou parpadeó un par de veces sorprendido ante aquello.

— ¡Claro que sí, pequeño! —exclamó, retomando la conversación. —Bien, hoy estoy de buen humor. —dijo Kenjiro. —Ustedes pidan lo que quieran y acomodense, yo pago. —agregó con emoción.

Entonces clavó su mirada en su hermano que seguía en un rincón.

—Y tú, mi pedacito de mierda, ya verás cuando lleguemos a casa. —dijo mientras soltaba a Kirishima y lo dejaba ir junto a sus amigos. —Pide lo que quieras, puerco espín. —dijo sonriente.

Izuku le miró sorprendido.

—Y-Yo no puedo aceptar eso... ¿señor? —balbuceo mirando al mayor.

—Kenjirou Kirishima, pequeño. Y siéntete libre, algo me dice que eres muy especial. —dijo mirando de reojo a Bakugou, quien frunció el ceño de manera extrema ante ese comentario.

— ¡Muchas gracias Kirishima-san! Soy Midoriya Izuku. —dijo mientras se presentaba con una reverencia.

—Bien Izuku, ve a comer junto a tus amigos, igual tú chico frío. —dijo refiriéndose a Todoroki, quien solo asintió y se retiró.

Una vez se habían retirado, Kenjirou clavó su mirada en Bakugou.

—Bien, ese idiota es mi hermano y realmente es un imbécil en matemáticas. —dijo Kenjiro. —Pero veo que ya lo conoces. —agregó. —Yo realmente intento ayudarlo pero no se mucho sabes, no soy un puto genio como tú.

Kenjirou Kirishima, hermano de Eijirou Kirishima, tiene 23 años.

Conoció a Katsuki en el primer año de la universidad en una pelea, porque sí, Katsuki siempre estaba envuelto en peleas y Kenjirou también.

Se hicieron mejores amigos con el pasar de los años aunque bueno, su amistad era un tanto rara debido al carácter del rubio, pero Kenjirou sabía perfectamente cómo tratarlo.

Kenjirou es profesor de Música y al mismo tiempo posee una banda de rock, toca los fines de semana en bares nocturnos.

Además trabaja en una academia municipal pero piensa pronto postular a la academia Yüei, su mentor fue el profesor Present Mic y cada día lo incentiva para probar suerte en Yüei.

—Mientras no ponga de su parte no moveré un dedo. Ayer fue el primer puto taller de matemáticas y el único idiota que asistió fue ese inútil. —dijo señalando a Izuku, que se encontraba pensando en qué pedir con su mano en el mentón.

—Ehhh... Que bueno saber eso. —soltó Kenjirou cruzándose de brazos. —Te aseguro que irá sin falta a tus talleres hermano, yo mismo me encargaré de eso. —dijo con energía y amenaza a la vez.

—Y sobre ese pequeño... —dijo señalando al pecoso que ahora hablaba animadamente con Kaminari y Todoroki. — ¿Qué te traes entre manos? —le murmuró de forma pícara.

Clavo su mirada y le sonrió de manera burlesca.

—No sabía que te gustaban los menores. —susurró, enfureciendo a Katsuki.

— ¡¿Hah?! —exclamó el rubio.

— ¿¡Qué mierda te pasa imbécil!?

—Jajajaja es broma, es solo que me parece tierno el chico. —dijo Kenjiro mientras comía sus papas en calma.

Bakugou miró la espalda de Izuku de manera pesada.

—Él es solo un marica miedoso y ya. —murmuró mientras continuaba comiendo con molestia.

— ¿Por qué? —preguntó.

—Ni idea, ayer casi se puso a llorar solo por molestarlo un rato. —dijo con el ceño fruncido.

Kenjirou frunció el ceño y la risa se le acabó.

—Oye. —respondió. —Tú eres muy extremista cuando se trata de tus jodidas bromas Bakugou, recuerda que es solo un niño. —reprendió Kenjiro, mirándolo serio por primera vez en el día.

Bakugou clavo sus escarlatas con molestia sobre él.

—A mi nadie me dice como tratar a mis malditos alumnos, imbécil. —respondió a la defensiva. —Además él es raro, ayer me dió un sándwich y un jugo, aparte de una manzana como agradecimiento de la clase, cuando es mi trabajo, joder. —dijo con su puño fuertemente presionado. —De alguna manera me desagrada esa actitud de mierda que tiene.

—Aww, realmente es una ternurita, ya quisiera yo tener un alumno así. —dijo Kenjiro mirando de reojo al pecoso que hablaba alegre con Kirishima y Todoroki, mientras Kaminari tragaba como nunca. —Mis malditos alumnos solo se dedican a calentar el puto asiento, ni siquiera me preguntan como estoy.

—Lástima que no lo tienes, porque es mí alumno, imbécil. —respondió Bakugou sonriendo con soberbia.

— ¡Ah, no puede ser! —exclamó Kenjirou. — ¿Acaso el Bakugou posesivo dió a luz? —preguntó con una sonrisa maliciosa.

Bakugou borró su sonrisa rápidamente.

—Muérete. —dijo con pesadez mientras bebía con desgano. —Tu imbecilidad se define como tu estúpida manera de analizar las cosas. Eres un verdadero retrasado, me enfermas. —continuó. —Bien, ya terminé, me largo de aquí. —dijo levantándose con calma. —Ya sabes que los miércoles debes llamarme tarde, pedazo de mierda. —Finalizó mientras guardaba sus manos en los bolsillos.

— ¡Entendido! Te acompaño, igual acabo de terminar. —dijo mientras caminaba a su lado.

— ¡Kirishima-san, gracias por la comida! —dijo Izuku levantándose haciendole una reverencia.

—No fue nada pequeño. —respondió Kenjirou revolviendo sus verdes cabellos al instante en que guardaba su billetera, acababa de pagar todo.

—Y... Bakugou-sensei, gra-gracias por las lecciones de ayer. —dijo sonriente mirándole con timidez.

Bakugou le miró de reojo con sus manos en los bolsillos.
—Ajá.

Fue lo único que formuló el rubio ceniza continuando su camino hacia la salida del local.

—Oye Izuku, ven un segundo. —llamó Kenjirou.

— ¿Si? —dijo Izuku acercándose a él.

—A Bakugou le agradas, bien hecho, tienes al mejor profesor de matemáticas a tus pies. —dijo feliz.

Izuku abrió sus esmeraldas sorprendido y emocionado.

Entonces desvío su mirada hacia el ambarino—Kaminari, cuida a ese idiota por mí. —dijo Kenjirou antes de retirarse.

— ¡Si! —exclamó Kaminari con la boca llena.

—No hagas eso, es asqueroso. —dijo Kirishima molesto, con sus brazos cruzados y su ceño fruncido.

La verdadera molestia era su hermano y Kaminari lo sabía.

Lo quería, sí, pero a veces era demasiado sobreprotector.

—No sé porqué admiras tanto a ese imbécil. —agregó mirando con molestia al rubio quien comía tranquilamente sus papas fritas.

— ¿Es tu hermano no? Además canta genial. —respondió Kaminari indiferente.

—Y una mierda. Yo canto mejor que él. —murmuró para sí Kirishima mientras comenzaba a comer.

—Izuku, ¿cómo te fue ayer en el taller de matemáticas? —preguntó Todoroki terminando de comer.

— ¡Muy bien! Bakugou-sensei es genial, en menos de una hora aprendí muchísimo, deberían ir chicos. —respondió Izuku emocionado, comiendo su hamburguesa.

—Ehh, no creo que le caiga muy bien a Yakuza-sensei. —dijo Kaminari riendo nervioso. —Sobre todo luego de lo de hoy.

—Él es así, pero es muy buen profesor. —respondió Izuku sonriente.

—Me sigue pareciendo poco profesional, la manera en que trato a Kaminari fue simplemente muy agresiva. —dijo Todoroki.
—Bakugou-sensei tiene claros signos de violencia. —agregó mirando de manera firme a Izuku.

—É-Él es un buen profesor... —respondió algo triste, pues en el fondo sabía que lo que decía su amigo era verdad.

Todoroki suspiró con pesadez. —Bien, te acompañaré la próxima vez Izuku. Quizá tengas razón. —respondió.

— ¡Bien! —exclamó alegremente.

—Nosotros también tendremos que ir hermano, no queremos tener problemas con Kenjiro-senpai otra vez. —dijo Kaminari preocupado. — ¿Recuerdas cuando nos amarró a un tronco del árbol por un día entero? —dijo infartante. — ¡O cuando intentó ahogarnos en tu piscina solo porque nos comimos su porción de pastel!

—Ya lo sé idiota. —habló con pesadez.

Un suspiro de satisfacción salió de los cuatro una vez acabaron de comer y se disponían a dirigirse a sus hogares.

Aunque claramente uno de ellos no la pasaría exactamente bien cuando llegara a su casa.

Kenjirou lo estaba esperando de manera paciente con una correa en sus manos.

Planeaba amarrarlo en una silla por un par de horas por haberse atrevido a huir de él.

Eijirou apenas entró a casa, lo noto en el sofá, con una correa.

Entonces, Kenjirou le sonrió.

—Bienvenido a casa, hermanito.

—Mierda...

_____________________________________________

Buenas!

Ya llegó uno de los personajes más importantes en el fic, muero de emoción.

Escribir hamburguesa me dio hambre haha.
Gracias por el apoyo, enserio! ❤

Que tengan una linda semana.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro