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La profesora salió por la puerta indicando que harían una pausa de unos minutos.
Adrien se pasó la mano por el pelo intentando deshacer la gomina que empezaba a picarle y rindiéndose tumbó su cabeza contra la mesa.
―Pues sí que estás cansado.
Intentó contestar a Nino pero este tenía demasiada razón, en cuanto cerró los ojos ya estaba fuera de combate.
―Ya lo pillo, te despertaré cuando comience la clase.
―Eh,¿Qué le pasa a ese?
Alya alzo la voz desde su pupitre justo detrás de Nino, este giró en su dirección para ver junto a su cara de interés a Marinette.
― ¿No se encuentra bien?
Cuestionó con genuina preocupación la chica de las coletas.
Nino volvió a mirar a su amigo.
―Se ha pasado la noche trabajando, está fuera de combate― Le levantó un brazo al rubio y lo soltó para que las chicas vieran como volvía a caer como un peso muerto. ―Está K.O.
Mientras tanto en la mochila de Adrien, Plagg de divertía curioseando el smartphone de su elegido. Él también se había pasado la noche de un lado a otro de París pero por suerte para él, tenía queso.
Adrien en un acto previsor se aseguró de llevar una cajita repleta. Ya tenía suficiente con pasarse la noche haciendo posturitas como para que Plagg estuviese molestando cada diez minutos por que tenía hambre.
Desafortunadamente aquella delicia se había acabado y ahora el kwami no tenía otra cosa que hacer que tocar aleatoriamente los botones del móvil.
Abrió la aplicación de mensajes casi por error.
"Oh,esto es lo que Adrien usa para hablar con la gente"
Navegó por la lista de contactos y casi sin querer apareció la pantalla de"escribir mensajes".
-Introduzca su texto aquí-
"Ajam"
Plagg pulsó las teclas proyectadas en la pantalla y compuso un texto.
"S.O.S NECESITO QUESO"
Jugó un poco más con los botones y acabo pulsando "enviar a todos los contactos"
En ese momento Adrien movió la pierna inconscientemente y Plagg chocó la cabeza contra la pantalla.
Se abrió la última búsqueda en internet y la programación online delas noticias empezó a funcionar.
"..es de el centro de la ciudad de París, retransmitiendo en directo informamos de los últimos detalles sobre la catástrofe acontecida"
En el vídeo podía verse ,aunque con dudosa calidad por el movimiento,como un hombre lanzaba agujas directamente desde su cuerpo.
"Oh, esto es malo"
La gente gritaba y corría despavorida en todas direcciones, la policía estaba allí y podía verse varias victimas en el suelo. Tenía que avisar a Adrien y no se le ocurrió otra forma que subirle el volumen del móvil al máximo.
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― Adrien, te está sonando el móvil.
Nino agitó el hombro de su amigo para despertarlo, este levantó la cabeza con pesadez y le miró con los ojos entrecerrados con gesto confundido.
― El móvil― repitió señalando la mochila.
Adrien cogió su bolsa percatándose ahora del sonido, parecían las noticias. Abrió esta y pudo vislumbrar a Plagg alumbrado por la pantalla de su teléfono haciéndole señas, metió la mano en la bolsa para bloquear el móvil y con un movimiento rápido se metió al kwami en el bolsillo de la chaqueta.
Al final aquella ropa iba a servirle de algo.
― Creo que iré a lavarme la cara antes de que vuelva la profesora.
Y con esta escusa consiguió salir del aula y esconderse en un cubículo de los baños de hombres para hablar sin ser visto.
― Plagg, te juro que como esto sea por que quieres mas queso te voy a...
― ¡NO! Adrien, mira las noticias.
Adrien hizo una mueca aún sin creérselo mucho pero aun así obedeció mirando las noticias.
"..s autoridades pertinentes recomiendan encarecidamente a la población que no salgan de sus hogares ni de sus refugios, aunque el conteo de victimas mortales está a cero los herido graves suman ya la cantidad de..."
Adrien miró a su kwami y no lo pensó más.
― ¡PLAGG, TRANSFORMAME!
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La profesora volvió a entrar en el aula, esta vez con la cara lívida.
― Chicos, sentaos y escuchad atentamente, tengo algo muy importante que deciros.
La clase la miró expectante y esta explicó la situación que París vivía en aquellos instantes, los alumnos de miraron apabullados y asustados entre ellos. Marinette pudo sentir a Tikki desde su bolso agitándose para llamar su atención.
― Por lo tanto hasta nuevo aviso todos los alumnos de esta institución permanecerán bajo sus muros por su propio bien, varios policías vendrán a custodiar este recinto y otros tantos del país.
Los comentarios no se dejaron esperar, algunos hablaban asustados, estaba empezando a cundir el pánico.
― No hay de que preocuparse, Ladybug y Chat Noir salvaran la situación como siempre hacen.
Alya habló en voz alta para que todos sus compañeros la escucharan, algunos suspiraron calmados al recordar ese hecho.
Marinette se levantó de su asiento como si este quemara y ante la mirada expectante de sus compañeros hizo una pregunta.
― ¿Puedo ir al baño?
―Está bien, pero no tardes.
Mientras salia de la clase a velocidad pasmosa pudo oír a Chloe riéndose de su "actitud cobarde".
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El centro de la ciudad era un verdadero caos.
Había coches volcados, gente tirada por el suelo y todo esto recubierto de agujas. En cuanto la policía había llegado pudieron darse cuenta deque aquello estaba fuera de sus facultades y muy lejos de las posibilidades que les brindaban sus armas.
Las agujas lo atravesaban todo sin esfuerzo y todo quedaba paralizado y agonizante bajo aquel tacto.
No se lo explicaban. Hasta aquel entonces los akumas que habían enfrentado habían sido en cierta medida ridículos.
Si bien era cierto que siempre dependían de Ladybug y Chat Noir para salvar la situación y que eran igualmente peligrosos todos tenían algún factor ridículo.
Habían visto un hombre paloma, un chico que metía a los adultos en pompas de jabón, una especie de bailarina rosa que transformaba en copias perfectas de ella misma a todo lo que tocaba y otros tantos, quizá de una forma u otra era peligros potenciales pero sus aspectos (no todos) solían rozar la mofa.
Pero aquel akuma daba miedo.
Tenía el aspecto de un hombre muy delgado, se podrían entrever los huecos entre las costillas y casi podían verse las marcas que hacían los pulmones cada vez que respiraba. A aquel aspecto cadavérico debía sumarse el hecho de que agujas salían de todos su cuerpo rasgando la bata médica y los pantalones que llevaba.
No había nada de jocoso en aquel ser.
Sobretodo el hecho de que cada vez que tomaba aire de forma profunda se convertía en una especie de erizo y al soltarlo disparaba agujas en todas direcciones sin contemplaciones.
Quedaban pocos policías de pie en aquella zona.
Asier Favre solo llevaba un par de meses en el cuerpo de policía francés,desde que era un niño aquel había sido su sueño y cuando lo consiguió lo menos que se esperaba era estar cubriendo con su cuerpo a un niño mientras una pierna le dolía como si se la estuviesen arrancando de cuajo.
¿La causa? Cuando se había lanzado por el niño para evitar que este siguiese el camino de su madre, que yacía clavada al suelo junto a ellos, una de las agujas le había impactado en gemelo.
Y aquella era su situación dolorido al punto de estar cerca de quedar en la inconsciencia, con un niño de unos tres años oculto entre sus brazos y viendo como aquel pirado estaba a punto de soltar otra tanda de agujas que no sería capaz de esquivar.
Allá iban.
Cerró los ojos esperando unas punzadas y un dolor que no llegarían.
― Oye, ¿estás bien?
Asier abrió los ojos desmesuradamente, frente a el virando su bastón a tal velocidad que creaba un escudo estaba Chat Noir, el policía sonrió aliviado al ver a aquel crío enfundado en cuero negro.
Por surrealista que sonara el era el único que tenía una oportunidad en aquellos instantes.
―He tenido días mejores, no voy a mentirte.
Cuando la ráfaga de agujas cesó Chat condujo al policía y al niño a un lugar seguro lo más rápido que pudo, no había tiempo que perder.
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―¿Y cuál es tu problema? ¿Se te saltó un punto cuando tejías?
El gato negro dio un par de piruetas sobre la cabeza del akuma molestándolo y luego saltó hasta la marquesina de un edificio cercano para esquivar una aguja del tamaño de una lanza.
Aku Puntor lo miró furibundo, si bien su plan había sido conseguir los dichosos miraculous de un tirón e ir a terminar su cuenta pendiente con el alcalde, aquel niñato estaba empezando a cabrearle, si para arrancarle su prodigio tenía que empalarlo en el proceso no iba a lamentarlo.
Disparó un par de agujas en la dirección del héroe y este las esquivó a pesar de que una de ellas quedo clavada en su cola-cinturón.
―Ya veo por que decían que la curiosidad mató al gato.
Chat rió socarrón mientras corría de un tejado a otro a cuatro patas aunque nada más lejos de la realidad estaba bastante cansado, lo de no dormir le estaba empezando a correr en su contra. Paró tras la chimenea de unos tejados para recuperar un poco el aliento y sintió como se le erizaba el cuerpo al notar como una aguja traspasaba la chimenea y pasaba casi a ras de su oreja.
―No es hora de esconderse, entrégame tu miraculous y todo esto acabará.
Vale, aquello había estado demasiado cerca. Opto por escabullirse nuevamente y se coló por una ventana asustando a una ancianita que parecía que no se había enterado de nada de lo que pasaba en las calles colindantes. Cogió un cesto repleto de ovillos de lana frente a la mirada atónita de la señora y salió de nuevo por la ventana.
Aquello era estresante, no tenía ninguna posibilidad de acercarse para un combate cuerpo a cuerpo, no tenía ni idea de como usar su cataclismo en aquella situación, estaba cansado y lo único que podía hacer era correr de un lado a otro para que el akuma se centrará en el y no en la pobre gente que intentaba escapar con ayuda de los policías que quedaban en pie.
Debía hacer tiempo hasta que llegase Ladybug, sin duda ella sabría quehacer.
Volvió a ponerse en el campo de visión del villano que cada vez le miraba más hastiado, cogió impulso con el brazo y le lanzó un ovillo.
―A mi la lana siempre me relaja, prueba.
El akuma ni siquiera se dignó a esquivar aquel improvisado proyectil, miró a Chat de forma indescriptible y volvió a tomar aire de forma profunda.
―Oh, ahí vamos otra vez.
Liberó un centenar de agujas al soltar el aire y Chat Noir a penas pudo sacar su bastón para usarlo de escudo, empezó a girarlo con fuerza creando una pantalla protectora cuando de repente soltó un grito de sorpresa.
Soltó el bastón como si le hubiese dado un calambre, una de las agujas había conseguido tomar su trayectoria con la fuerza suficiente como para clavarse en la mano que sujetaba el bastón.
Aquello iba mal.
Notó como Aku Puntor volvía a hincharse para iniciar una nueva ráfaga de agujas, usar su bastón estaba fuera de la lista, su cabeza no paraba de decirle que huyese de allí pero sus piernas no reaccionaban lo suficientemente rápido.
Aquello iba fatal.
El akuma soltó aire y el se cubrió la cabeza inútilmente pensando que ahora si que iba a irse a dormir.
―Siento la interrupción, pero aquí estamos un poco en contra del maltrato animal.
Chat Noir miró el cuerpo que ahora se levantaba frente a el. Su lady estaba allí, derecha y alta batiendo su yoyo a una velocidad espasmódica protegiendole del peligro.
¿Qué iba a ser de el sin ella? Quizá ya hubiesen barrido el polvo con el hace mucho.
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