Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

| 6 |

Christopher

Acomodo mi corbata dejándola perfectamente anudada en mi cuello. Deslizo mis manos por todo mi traje color azul oscuro, alizándolo para que no quede arruga alguna en la cara tela. Nicolás, mi chofer encamina el auto en dirección a la empresa mientras colocó mis iPods en mis oídos. Necesito relajarme. Enseguida la melodiosa voz de Bruno Mars suena en mis oídos con la canción Versace on the floor, adentrándome en una burbuja de relajación. Descanso mi cabeza en el asiento del coche mientras cierro los ojos soltando un sonoro suspiro. Decido bajar un poco el volúmen, o no podré percibir cuando haya llegado a la empresa.

Me merezco unas largas vacaciones. He estado inmerso en el trabajo desde ayer que salí del despacho, revisando cientos de papeles y no he podido pegar ojo, eso sin mencionar que una castaña con unos hermosos ojazos grises no ha salido de mi cabeza y ya me está empezando a molestar. Y para completar mi hermoso despertar -nótese el sarcasmo-, me siento abrumado por que necesito sexo. Del bueno. De ese que te deja aturdido y deseando repetir hasta el cansancio. Suset me ayuda alguna u otra vez, pero siendo sincero ya me estoy cansando.

Decido no prestar atención al rumbo al que se está encaminando justo ahora mismo mis pensamientos, hoy mi hermano llega de Londres y necesito tener la mente fría al recibirlo. Erick además es mi abogado, al ser el mayor papá le otorgaría la empresa a él para después hacer que ambos la manejáramos juntos, pero él simplemente descartó la "oferta". Se graduó de abogacía y hoy en día es quien atiende personalmente mis asuntos legales. Hace unos días viajó junto a su esposa para visitar a sus suegros, y justo hoy regresaba dado el hecho de que en unas horas debatiríamos los acuerdos legales que tendría mi matrimonio con la primogénita de los Miller.

Resoplo cansado. Debo admitir que mi hermano fue inteligente, no tomó el puesto de director general de WCC y hoy en día no tiene que someterse a los cientos de problemas que afronto yo; y no sólo hablo del hecho de que mi padre quiera que despose a la única hija de unas de las familias más poderosas del mercado sino el hecho de que Anastasia rechazó mi oferta de "cenar" condecoradamente. Marco se burló de mi toda la noche cuando lo llamé para verificar algunos asuntos, no fue necesario que le comentara nada ya que a simple vista se notaba el humor que me cargaba.

Él me conoce perfectamente, sabe que sólo el trabajo logra ponerme así pero teniendo en cuenta que la empresa va subiendo sus ganancias, y obviamente aquello no podía ser el motivo de mi disgusto, adivinó enseguida el por qué de mi molestia. Y si soy sincero no se por qué me molesta, después de todo mujeres en el mundo hay miles y como mi socia hay mucho mejores..¿no?.

¡Mierda, ya estoy pensando en ella de nuevo!.

Si, definitivamente tomaré unas vacaciones.

Abro los ojos abruptamente quitándome de una forma brusca los pequeños audífonos luego de que prácticamente no oyera ni un solo momento la canción que estos emitían, estando sumergido en mis pensamientos. Ni siquiera noté el momento en que dejó de oírse Bruno Mars y empezó a sonar una canción de Justin Timberlake.

Al mirar hacia mis alrededores, me percato de que estoy a unas cuadras de llegar. Guardo los pequeños parlantes y me encamino, luego de suspirar obstinado, a entrar en el enorme edificio.

Otro día más de sufrimiento.

Bueno.. ¿tampoco podía empeorar no?. Después de todo hoy Anastasia no viene, según mi secretaria tendría que ocuparse de algunos asuntos importantes en su empresa, aunque mañana se ocuparía de empezar el proyecto del centro comercial. Debo admitir que la manera en la que manejó la junta el otro día fue de admirar. Con una pose autoritaria y firme nos dejó a todos embobados con su propuesta de crear una cadena de tiendas juntos, y vaya que lo tenía todo planeado.

Me negué a seguir pensando en ella y abrí las puertas de mi elevador personal y pulsé el botón que me llevaba directamente a mi oficina.

Suset me recibió con una sonrisa coqueta enseguida. ¿Es que acaso esta mujer no se cansa de sonreír tanto?.¿No le dolerá la mandíbula?.

-¡Buenos días, señor! -dijo con tono "sensual" que sólo me incomodó más de lo que ya su presencia lo hacía.

-Buenos días -murmuré cortante y seguí de largo, sin seguir entablando más de ese saludo con ella, pero al parecer no notó cual era mi intención.

Y digo "no notó" por que sin darme cuenta me siguió hasta mi oficina.

Irritante.

-Señor, su padre me mandó a avisarle que la reunión estipulada con Edgar Miller y su familia se dará en una hora. La señorita Ivana me pidió que le sumara a su agenda una cena con ella a las..

-Hazle saber que no iré. -interrumpí- Hoy estaré ocupado. -dije luego de que me levantara a seguirme un trago de whisky.

-Como desee.

El ambiente se llenó de silencio. Solo se escuchaba el sonido de los pequeños hielos chocar dentro del vaso. Pensé que ya se había ido, aunque me extrañé al no sentir el sonido de la puerta siendo abierta y posteriormente cerrada. Justo me llevaba el vaso con el líquido a la boca cuando unas manos se pasaron sobre mis hombros. Dí un pequeño brinco en mi lugar, sobresaltado, al no esperar dicho movimiento.

»-Se nota tenso. -dijo empezando a masajear mis hombros- ¿Quiere que lo ayude a liberar todo ese estrés? -susurró en mi oído.

Si fuera otro momento, ya la estuviera follando sobre el escritorio, pero puedo jurar que su atrevimiento no me causó ningún tipo de placer. Malhumorado empujé bruscamente sus manos de mi cuerpo, odiaba sentirme así. ¿Qué rayos estaba pasando conmigo?

-Le pido que sea más profesional señorita Jones. Recuerde que soy su jefe y usted mi empleada, por lo tanto exijo respeto. No se propase de los límites o estará en juego su puesto -hablé más duro de lo que debía, obviamente no la despediría, Suset podrá ser demasiado intensa cuando se lo proponía pero siempre ha sido muy eficiente en su trabajo.

Su cara de asombro no se hizo esperar, era muy descarado de mi parte que le estuviera pidiendo que se alejara de mi cuando ya habíamos traspasado esa "barrera". Aunque me sentí extrañamente aliviado, entre ella y yo solo habían ocurrido no muchos encuentros netamente sexuales y no pensaba ir más allá, no con ella.

-Y-yo pensé que..

-No le pago por pensar, así que mueva su trasero de mi oficina y pónganse a trabajar.

«Trasero que muchas veces disfrutaste, cabe recalcar».

Y sí que lo hice.

Furiosa, que digo furiosa, más que furiosa salió de mi oficina echando humo hasta por los poros. Si algo quería evitar era esto, esa actitud de niñas caprichosas en las mujeres con las que me acostaba, siempre les dejaba claro cuáles eran mis intenciones y ellas aceptaban sin rechistar, que se obsesionaran conmigo ya no era mi problema.

No me veo de aquí a cinco años casado, viviendo en una casa en medio de la nada con dos hijos a los que cuidar y un perro llamado Pluto. No me veo de mano comiendo helado en un parque mientras los niños juegan en los toboganes.

¡Por dios!. La vida no puede simplemente ser tan aburrida.

Oigo como abren la puerta de mi oficina, al estar de espaldas no noto de quien se trata.

-Suset, creo que fui muy claro cuando dije que no me apetecía follar -ya me estaba cansando su actitud.

Una risa varonil me hace girarme abruptamente hacia el dueño de dicho sonido, dándome a entender que obviamente no se trataba de mi secretaria-¿Enserio te estás follando a tu secretaria? La verdad no se como me sorprende conociéndote. -mi hermano toma el vaso de mi mano y bebe del líquido mientras sigo perplejo en mi lugar, no esperé que llegara tan pronto- ¿Qué?, ¿acaso no me vas a saludar?. No te quedes ahí parado y ven aquí, mocoso.

Toma mi mano y me estrecha contra su cuerpo dándome un abrazo para después tomar mi rostro entre sus manos y dejar un sonoro beso en mi mejilla.

-¡Ya deja de hacer eso! -lo reprendo limpiándome la cara mientras él solo se ríe.

A pesar de que a algunos pueda parecerle un poco extraña nuestra relación, siempre ha sido así, y la verdad aunque demuestre todo lo contrario, ya me acostumbré a sus gestos cariñosos, los cuales sólo utiliza para molestarme. Él siempre ha sido mi ejemplo a seguir; desde que éramos pequeños hemos sido un equipo, nos juntábamos para pegarles chicles en el cabello a las chicas en la secundaria, íbamos juntos a todas las fiestas y ligábamos con quien nos apetecía.. siempre hemos tenido confianza el uno en el otro, por lo que nunca me avergoncé al contarle cada una de mis experiencias sexuales cuando era un adolescente.

Y si, antes solíamos ser los mujeriegos empedernidos más deseados por las mujeres, pero todo acabó cuando conoció a Alice, al principio empezó como sexo casual pero terminó obsesionándose con ella y hace tres años se casaron. No me desagradó la idea, ver a mi hermano feliz era suficiente para olvidar el hecho de que ya nos saldríamos de fiesta como lo hacíamos antes, pero por suerte tengo a Marco.

-Me sorprende verte aquí tan temprano -dije volviendo a sentarme mientras él se servía un trago de coñac-. Pensé que vendrías más tarde.

-He decidido llegar antes ya que extrañaba a mi hermanito, ¿algún problema con eso?.

Río negando con la cabeza -Deja de decirme "hermanito". -imito su voz-. Estoy bastante grandecito para que me llames así.

-¿Prefieres que te llame Christy? -alza una ceja mientras sonríe de lado a lo que yo tenso mi mandíbula.

Sabe que odio el ridículo apodo que me impuso nuestra madre desde que era un niño, pero a él parece no importarle y eso lo confirmo cuando empieza a reír escandalosamente.

-Deberías ver tu cara -dice quitándose las lágrimas que salieron debido a la risa.

Resoplo.

~°~

Justo acaba de terminar la reunión con los Miller. Ivana no soltó mi mano mientras que sus padres hablaban con el mio, y me sentía exageradamente feliz cuando salí de aquella sala pensando que me libraria de ella de una vez por todas, aunque claro, era demasiado bueno para ser verdad.

-¡Chris! -su voz chillona retumbó en toda la recepción mientras trataba de alcanzar mi rápido paso, incluso algunos trabajadores voltearon a verla pero a ella parecía no importarle.

-¿Qué quieres? -suspiré cansado.

-¿Por qué le dijiste a tu secretaria que cancelara de tu agenda la cena conmigo? O mejor aún.. ¿dime por qué pediste que lo anotara como si fuera un compromiso más al que debes asistir?. ¡Soy tu prometida!. No necesito esperar a que estés desocupado, tu deber es complacerme, ¡vamos a casarnos! -hace un berrinche mientras pisaba el piso de manera exagerada evidentemente molesta.

Rodeé los ojos con fastidio. Iba a decirle que no pensaba cenar con ella ni ahora ni nunca, que lo único que nos mantenía juntos era ese estúpido contrato, pero alguien más se adelantó a responder por mi..

-No le reclames -dijo Erick llegando a donde nos encontrábamos llamando nuestra atención-. Quedamos en pasar tiempo juntos recordando los viejos tiempos dado el hecho de que hace dos semanas no nos vemos. No ha sido su culpa, claro que le gustaría pasar tiempo con su futura esposa pero la verdad ya teníamos planes. Pero tal vez mañana puedan salir -se giró a verme- ¿no, Christopher?.

No pasó desapercibida la mirada que me mandó, exigiéndome que me comportara y aceptara. Odiaba el hecho de saber que a veces pasaba de ser mi hermano mayor a convertirse en mi papá, ¡Qué ya soy bastante mayor, carajo!. No necesito que me digan que hacer. Aún así se que todo esto es por el bien de la empresa, por lo que..

-Claro -le sonreí levemente a la rubia a mi lado, aunque más que una sonrisa fue una mueca.

-Bien, yo ya me voy. Nos vemos luego, osito -se despidió dejando un pico en mis labios.

Nada más perderla de vista pasé la palma de mis manos por mi boca, asqueado.

La risa de Erick llamó mi atención. ¿De qué se rie este ahora?-Creo que me debes una.."osito" -rió dándome dos palmadas en la espalda.

-¿¡Hasta cuando tendré que soportar a esa loca!? -paso la mano por mi cabello, despeinándolo en el acto, desesperado.

Mi hermano abrió la boca para responder pero sin embargo no lo hizo. Lo miré confuso, su vista estaba justo detrás de mi espalda, tan serio que pensaba que había visto un fantasma, ni siquiera pestañeaba. Me voltee dispuesto a descubrir que era aquello que había llamado su atención y..

¡Tiene que ser una broma!.

Anastasia Rumsfeld acababa de salir del elevador, tan despampanante como siempre. El sonido de sus tacones picotear contra el suelo llamó la atención de más de uno, si no es que ya lo había hecho con su presencia. Parecía una de esas películas donde todo pasa en cámara lenta mientras suena una canción sensual de fondo. Su larga cabellera castaña se ondeaba mientras caminaba, parecía una jodida modelo.

No obvié la forma en la que iba vestida. Traía una falda entubada color rojo oscuro que combinaba con sus altos tacones, haciendo que sus esbeltas piernas se vieran kilométricas, llegándole unas centímetros arriba de sus rodillas. La camisa blanca de mangas largas de botones que llevaba, dejaba los dos primeros sin abotonar, y al ser tan ajustada, resaltaba sus pechos enseñando parte de ellos.

¡Maldita, lo hace a propósito!.

Sus labios color carmín combinaban con el outfit, dándole el punto final a la sensual manera en la que iba vestida. Se veian más gruesos, y a la vez mas apetecibles.

¡Quiero besarla!.

-¿Quién es ella? -interrumpió mis pensamientos mi hermano, a mi lado, lo que agradezco porque empezaba a fantasear con la manera en que la follaba sobre mi escritorio aún con sus labios de ese color tan.. excitante.

Vale, ahora si estoy delirando. ¿Acabo de decir que un color me excita?

Suspiro-Es una larga historia, luego te cuento. -zanjo el tema al instante al ver que se aproxima a nosotros.

Un momento.. ¿acaso no dijo que no venía hoy?

-Buenos días, señor Williams.

Mierda.

Mi mandíbula se tensa mientras ella sonríe, con cara victoriosa, como si hubiera logrado su propósito. Si lo que quería era excitarme, pues ya lo hizo; la manera en la que lo pronunció, tan sensualmente, con esos labios teñidos en ese color rojo tan fogoso fue.. ni siquiera se como fue.

-Ignora su mala educación.-dijo mi hermano a mi lado mientras me sonríe ladeadamente al notar mi silencio, yo solo me dedico a fulminarlo con la mirada-. Hoy se levantó con un humor de perros.

-Pensé que eso ya era costumbre -finjió inocencia en su voz.

Erick rió como si le hubieran contado el chiste del año. ¡Estúpido!.

-Me caes bien, tienes un buen sentido del humor. Me presento, me llamo..

-Erick Williams. -completa por el, alza su mano para tomar la de él-. Es un placer. -sonríe.

Él toma su mano y cuando ella piensa que la va a estrechar con la suya, la sorprende dejando un casto beso-El placer es mío, señorita.. -deja la frase a medias.

-Anastasia. Anastasia Rumsfeld -la susodicha ríe cuando nota que a mi hermano en cualquier momento se le saldrán los ojos de la sorpresa-. Vaya, que manía tienen todos de reacción así cuando les digo mi nombre. Un dia de estos creeré que me tienen miedo. -bromea.

-Nada de eso. -mete sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón mientras sonrie-. Lejos de causar miedo, debo admitir que impone con su presencia, es realmente hermosa. Aunque me sorprende verla por aquí, ¿ha venido para hacer negocios? no sabía nada..

Frunce su ceño confusa, por lo que decido aclarar toda la situación.

-Hace unos días se convirtió en socia de WCC. Al estar se viaje no lo sabías. -le aclaro mirándolo a lo que el asiente aún confuso, se que después me reclamará por no haberle avisado.

Decido voltear a verla otra vez, mi vista por un minisegundo se pierde en su escote pero me obligo a levantar la mirada.

»-Pensé que no vendría hoy. -adopto una postura seria.

-No pensaba hacerlo, pero quise comenzar cuanto antes el proyecto. El centro comercial se tardaría mínimo unos cinco años ser construído y pienso que si nos dedicamos totalmente a su construcción, se podría construir antes. Por eso cuanto antes empecemos, mejor.

-Es casi imposible que se construya en menos.. -me interrumpe.

-Oh créame señor Williams, para mi no existe el imposible -me guiña un ojo y juro que casi desfallezco.

Ah si que quieres jugar a este juego ¿hum?. Pues juguemos entonces..

-Bien, en unos minutos pasaré por su oficina para ponernos de acuerdo con el proyecto, ¿de acuerdo?.

-Claro. Yo me retiro, no quiero seguir interrumpiendo lo que sea que estuviesen hablando. Con permiso.. -se marcha luego de hacer un leve asentamiento con la cabeza en señal de despedida a Erick y a mi.

-¿De qué proyecto estaban hablando?¿Qué tanto me perdí?.

-Después te explico, ahora debo conquistar a esa belleza -sonrío malicioso notando el abultamiento de su trasero en la falda ajustada.

-Veo que no pierdes el tiempo -ríe.

Le doy una última sonrisa confirmándoselo y me dispongo a caminar hasta la oficina de Anastasia. No toco la puerta, simplemente entro sin avisar y allí la veo. Está de pie, delante del escritorio, levemente inclinada hacia delante, haciendo que su trasero se empine. Paso mi lengua por mis labios sintiendo mi boca seca de repente, la vista que tengo desde aquí es perfecta. Aún así decido llamar su atención y carraspeo, al parecer no notaba mi presencia detrás de ella ya que los papeles que sostenía caen desordenadamente al suelo.

Rápidamente me acerco a ayudarla a recogerlos. Al estar frente a ella, no noto lo cerca que estamos y lo bien que se ven sus pechos desde aquí. Su piel se ve cremosa a simple vista, suave. Contengo el impulso que me nace de querer tocarlos y confirmar si es tan tersa como pensé.

Me levanto recogiendo la mitad de los papeles mientras ella lleva los otros.

-Bien, ¿por donde empezamos?

Ambos nos sentamos en las sillas que yacen delante del escritorio y nos ponemos a trabajar.

_______Anastasia_______

Han pasado ya seis horas desde que llegué. Justo son las 8:27 de la noche. Christopher y yo nos hemos pasado todo el dia sumergidos en el trabajo. Debo admitir que su ayuda me benefició demasiado, sino no hubiera terminado tan rápido.

No se me pasaron desapercibidas las miraditas que le echó a mi escote. Sonrío. «Justo la reacción que deseaba tener en él»pienso.

Hace un minuto se fue luego de haberme insistido en llevarme a mi apartamento, pero desde luego negué su acción, teniendo en cuenta las dobles intenciones de su amabilidad. Pensé que sería mejor esperar a que se adelantara y luego yo me fuera, la tensión sexual que se siente en el ambiente cuando estamos solos es demasiado fuerte y sería incómodo compartir el elevador.

Hace dos días me mudé sola. Prácticamente tuve que hacer un contrato donde le aseguraba a mamá que la visitaría todos los días, según ella me extrañaría demasiado y siendo sincera yo también extrañaré el ambiente familiar pero ya había tomado una decisión, ya soy lo suficientemente adulta, manejo mis gastos yo misma y prefería ser más independiente.

Tomo mi bolso blanco Louis Vuitton y salgo del edificio adentrándome al garaje y sacar mi auto. Desactivo las alarmas y me preparo para abrir la puerta pero..

-¡Quieta! ¡No te muevas o disparo! -sentí un metal frío posicionarse en la zona lumbar de mi espalda. Me paralicé, tragué saliva cuando sentí un cuerpo más grande que el mío acorralarme contra el aula.

-P-puede tomar todo lo que quiera. El auto, el celular.. pero no me haga nada -digo rápidamente, atemorizada.

Siento como el hombre detrás de mi ríe. El arma sigue en mi cuerpo, restregándose cada vez más en señal de amenaza.

-Mmm.. creo que mejor me divertiré un poco contigo -siento el aliento caliente en mi cuello, me pongo la mano en los labios al reprimir el asco que me causa la sensación.

-P-por favor..

-Shh.. tranquila, lo disfrutarás.

Empieza a tocar mi cintura levemente mientras hago lo primero que se me ocurre: cerrar los ojos. En estos momentos estamos solos, de noche. ¿Cuál es la probabilidad de que salga ilesa de ésta?. Exacto, ninguna. Puedo ver por encima de mi hombro que el sujeto es dos cabezas más alto y que yo y se que aunque forcejee va a ser en vano, para colmo no tengo ningún aprendizaje sobre defensa personal y..

De repente aleja bruscamente sus manos de mi cuerpo. Todo ocurre tan rápido que no noto el momento en el que al girarme, lo veo desmayado en el piso y justo enfrente de mi está..

-¿Christopher? -pregunto en un susurro con la respiración aún agitada.

-¿Estás bien? -sus grandes menos acunan mi rostro mientras mira preocupado mi rostro al ver la escurridiza lágrima que sin mi permiso se deslizó por mi mejilla.

-Y-yo.. él -hago un breve pausa- si no hubieras llegado yo..

-Ya, shhh -pega mi cabeza a su pecho mientras acaricia mi cabello, inconscientemente envuelvo mis manos alrededor de su cuerpo-. Ya pasó. -susurra y suelto un profundo suspiro al sentir mi cuerpo temblando.

En estos momentos lo que menos me importa es estar abrazada al egocéntrico de mi socio, ni mucho menos el hecho de que estamos solos en el garaje o que el hombre -que por cierto, sigue en el suelo-, pueda volver a levantarse o que haya muerto.

Me siento extrañamente bien. Segura..
Como una niña pequeña en los brazos de su padre. No paso por alto el calor que me brinda su cuerpo y el cómodo silencio en el que estamos sumergidos.

Llámenme masoquista, pero nunca antes había agradecido que Christopher hubiera aparecido en estos momentos. Por una décima de segundo, el apuesto empresario autosuficiente que conocí se esfuma, es como si nunca se me hubiese insinuado en estos días, como si.. yo le preocupara.

Estúpido lo sé, pero justo ahora no estoy pensando con claridad teniendo a semejante hombre consolándome.

»-¿Te encuentras mejor? -susurra mientras se aleja levemente para mirarme a los ojos y se inmediato me afecta no tener su cercanía.

La pregunta es.. ¿Por qué?

-Pensé que ya te habías ido -recuperé mi postura alejándome de su anatomía completamente.

-Dejé mi celular en tu despacho. -suspira- ¿te encuentras bien? -pregunta otra vez.

-Si -trato de sonar firme pero la verdad aún me afecta saber que si no hubiese llegado a tiempo.. quizás no hubiera sobrevivido, nada me asegura que el tipo no fuera a lastimarme para mantener mi boca cerrada luego de haber abusado de mi.

-Ven, te llevaré a casa. -me preparo para interrumpirlo pero.. -. Y no acepto un no por respuesta.

Entrelaza nuestros dedos y se encamina hacia su auto. Estoy tan sumergida en mis pensamientos sobre la calidez de su mano que no logro reaccionar a lo obvio.

-¿Dejaremos al sujeto ahí? ¿Qué pasará con mi auto? -pregunto rápidamente consternada aún por la situación.

-No se levantará en unos cuantos minutos, lo golpeé en una parte del cuello que lo dejará inconsciente. Llamaré a la policía y al guardia de seguridad del edificio, pagará por querer propasarse contigo. En cuanto a tu auto no te preocupes, ponle el seguro y después le digo a Nicolás que pase por el -dice de lo más despreocupado.

-¿Nicolás?.

-Mi chofer. Ahora ven -vuelve a llevarme hasta su auto, abre la puerta para mi y la cierra al sentarme en el asiento del copiloto.

Rodea el auto por delante, abre la puerta del piloto, se pone el cinturón -a lo que yo imito su acción-, y enciende el coche para empezar a digirse a mi departamento. En ese momento recuerdo.. él no sabe donde vivo.

»-¿Dónde vives? -pregunta como si me hubiese leído la mente.

Me acurruco contra el asiento luego de que le haya dado mi dirección. No vivo tan lejos pero aún asi me permito un momento descansar un rato.

Oigo como habla por los auriculares de sus audífonos inalámbricos. Tiene su mano derecha obre el volante mientras que su brazo izquierdo reposa en la ventana. Luce de lo más tranquilo, su cuerpo se acomoda mejor sobre el asiento mientras su mirada se mantiene seria, sin apartar la vista del frente.

Puedo distinguir al instante que habla con la policía.

-Intentó violar a mi novia. Gracias a Dios llegué a tiempo y lo dejé inconsciente -hizo una pausa- cargaba un arma blanca..

¿¡Novia!?

Decido ignorar lo antes mencionado por el hombre a mi lado y dirijo mi vista hacia las calles de Nueva York. En estos momentos, observar a las personas caminando por las calles es más interesante que ver cómo los músculos de los brazos de Christopher se contraen cuando mueve la palanca de cambio de velocidades. Lo que menos necesito ahora es que me descubra mirándolo y quede como tonta.

Luego de unos segundos hace otra llamada a quien pienso que se trata de su chofer al oir el tono tan autoritario que utiliza, y lo confirmo cuando escucho que le dice que recoja mi auto y lo lleve a mi apartamento.

Pienso en todo lo que ha pasado; en como en un chasquido de dedos pasé a querer llegar lo antes posible a mi departamento para tumbarme en mi cama y dormir hasta el medio día, a estar en el auto de Christopher, y lo peor, es que no me molesta ni incomoda su compañía ahora, al contrario, a su lado no me siento desprotegida.

De repente un bombillito imaginario se enciende en mi cabeza. ¿Cómo no se me ocurrió preguntarle antes?

-¿Cómo sabías exactamente donde golpearlo para que cayera inconsciente? -pregunto de la nada, llamando su atención un milisegundo para después volver a fijar su mirada en la carretera.

-Sé algo de defensa personal -se encoge de hombros-, nada del otro mundo.

-Vaya -exclamo sorprendida.

En ese momento recuerdo que no le he agradecido por salvarme. A pesar de que fuera una casualidad que estuviera en el lugar del hecho, no negaré que estoy gratamente agradecida con él, tanto que si me pide besarle los pies lo hago.

Vale, tampoco hay que exagerar. No quiero alimentar su ego.

-Gracias.

-No debes agradecerme, no lo hice para ganar puntos contigo, simplemente necesitabas de mi ayuda y sería demasiado ruin de mi parte si te dejaba sola en esa situación.

Pude notar la firmeza con la que dijo esas palabras. La seguridad con la que que habló me desconcertó, pero de cierta forma me gustó saber que no es el frío hombre que demuestra ser a menudo.

Suspiro al notar que aparca frente a las puertas del edificio donde resido.

-Gracias por traerme. Si pudiera agradecerte de alguna manera...

-De hecho -me interrumpe-, si hay una forma en la que puedes recompensarme.

La forma maquiavélica en que sonríe me dice una y otra vez que no fue buena idea proponerle semejante cosa teniendo en cuenta de que quiere ser más cercano conmigo. La manera tan directa en la que me dijo hace unos días en mi oficina que quería follarme me sorprendió en ese instante y no negaré que me excitó tenerlo tan cerca de mi pero..

¡Agg, por qué pienso en eso!. Me he desconcentrado totalmente.

¿En que estaba? Ah, si.

-No pienso acostarme contigo si es lo que quieres -digo amenazante.

-Oh no hermosa -me sonríe coqueto-, serás tú quien me pida que te folle como se que te gustaría que lo hiciera, no pienso chantajearte con eso.

La forma tan segura en la que habla me hace tragar saliva.

»-Pero no creas que te librarás de mi, aún tenemos algo pendiente. -dice acariciando mi mejilla para después guiñarme un ojo.

Abofetéo su mano en mi mejilla con expresión seria, esto no me está gustando nada-Ve al grano.

Sonríe-Tú, yo, mañana a las 9 de la noche, en Brooklyn Fare.. ¿aceptas?.

Frunzo el ceño-¿Me estás invitando a..

-A cenar -completa por mi- me lo debes. -lame lentamente su labio inferior.

Mi mirada se dirige una fracción de segundo al movimiento de sus labios, pero tan rápido como lo hago, vuelvo a mirarlo a los ojos.

Pienso en todos los pro y contra. Si no acepto me vería como una malagradecida, mientras que si voy no parará de coquetearme.

Ahora que lo pienso, creo que debería dejarme llevar, después de todo mi plan siempre fue seducirlo para poder sacarle información sobre su padre y hundirlo. Creo que necesito ser un poco más.. cariñosa.

-Acepto. ¿Me pasarás a recoger?.

Sonríe de lado. Debe estar pensando que me tendrá en bandeja de plata, y ¿saben que?, puede que no sea tan mala idea dejar de lado un poco mi actitud con respecto a él.

Sólo un poco.

-Claro. Recuerda.. a las ocho. -asiento con una sonrisa y me dispongo a bajar del auto hasta que..- Anastasia.

Giro mi rostro para voltearlo a ver.

»-Ponte hermosa mañana -sonríe.

¡Vamos a jugar!.

Muerdo mi labio ligeramente y noto como su vista se traslada a ese lugar en específico-Eso no tienes que decírmelo.

Giro lentamente adentrándome al edificio mientras oigo como las ruedas avanzan por el asfalto. Algo me dice que no va a ser una simple cena.


Pero..¿qué podría salir mal?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro