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Christopher
-Quieres que te prepare el desayuno?.
Anastasia levanta la cabeza de la almohada al instante.
-Si, claro.
Río levemente.
-De acuerdo. -le robo un beso y me dirijo hacia el comedor.
Ya allí, busco en el refrigerador algo decente pero a la vez delicioso y cargado de proteínas para empezar el día. Encuentro una caja de cereales en un cajón y los depósito en un jarrón redondo sobre la encimera.
Sonrío cuando escucho los pasos de Ana, acercándose. ¡Dios, enserio que siempre tiene hambre esta chica!.
Se sienta sobre la encimera, a mi lado y toma el control. Enciende el pequeño televisor en la cocina; no puedo agradecérselo más, tal vez un poco de música mientras preparo el desayuno no estaría mal.
A pesar de mi sugerencia, me convence de que podemos todo la música que quiera luego de que termine su programa favorito, dándome besos en el cuello.
-Oh, ya empezó.
No le presto demasiada atención, nunca me han gustado los programas de chismes y farándula. El simple hecho de saber que especulan sobre la vida de otras personas por simples fotos, videos o comentarios en redes sociales que después de todo no significan nada, me hace vomitar del asco.
Aún así, es inevitable no oír lo que habla la presentadora en televisión.
-Queridos espectadores, hoy tenemos una noticia de primera plana. Una primicia de última hora. Hace unos minutos nos llegó una información, de manera anónima, la cual sin duda, dejará a más de uno con la boca abierta. Y es que la vida de nuestros famosos siempre da para hablar, y esta vez, no fue la excepción.
-Asi es, Jade. Cómo ya sabemos, la vida amorosa de Patrick Williams siempre ha sudo un tornado lleno de especulaciones; romances pasajeros con mujeres más jóvenes.. los cuales, sin embargo, han sido negados por el ex-empresario y su esposa, pero.. esta vez no sé cómo podrá justificarse.
¿Qué diablos?.
-¿Anastasia?. ¿Podrías cambiar de canal?. Ya sabes, es que.. -mi padre siempre ha sido catalogado por los medios de infiel, sin embargo, a pesar de que sé que ha tenido alguna que otra salida casual, me he hecho creer que está cambiando, por y para mamá.
-Oh, claro.
Asiento y continúo en lo mío, retando por todos los medios de ignorar las sandeces que hablan en ese ridículo programa, sin embargo..
-Asi es, señoras y señores, tenemos pruebas de que Patrick Williams tiene una doble vida.
El programa sigue, y no sé cómo carajo no se acaba de apagar la pantalla.
»-Pues, al parecer.. tiene otra mujer y.. ¡sosténganse de sus asientos!. ¡Tiene otro hijo!.
Y esa fue la gota que derramó el vaso.
Tanto fue mi asombro al oír las palabras «mujer», «hijo» y «pruebas» en una misma oración que el cuchillo que sostenía, y que se encargaba de cortar las rodajas de pan me cortó. Salí de mi limbo cuando el picor de la herida abierta me hizo reaccionar.
-Mierda, ¿estás bien?.
Hago una mueca con la boca ante el leve pero para nada ardor. Las palabras de la periodista hacen eco en mi cabeza. Soy llevado hasta la silla más cercana por Anastasia, quién se arrodilla entre mis piernas e inspecciona con mejor detallamiento la herida.
-No es profunda. Creo que curándola y poniendo una bandita será suficiente. -me mira y me regala una pequeña pero cariñosa sonrisa-. Espérame aquí, ahora vuelvo, ¿vale?.
Ni siquiera le respondo cuando Anastasia ya estaba corriendo hacia la habitación buscando el kit de mano.
Apoyo las manos en la meseta e hiperventilo.
La respiración me falta y tengo que controlarme para no romper todas las vajillas. En estos momentos deseo apagar de una la televisión, pero la curiosidad me gana más y termino prestándole atención a la periodistas del programa de chismes.
Trago saliva cuando una foto de mi padre, comiendo muy sonriente en un McDonald's aparece en pantalla. A su lado, una mujer de cabellos negros y aproximadamente su edad. Luces felices tomados de las manos, como una joven pareja de casados.
Se me revuelve el estómago de solo verlo.
Mientras Jade Collins sigue hablando, otra y otra fotografía es mostrada. Una dónde se protagoniza una salida en la noche, con cubrebocas y gafas puestas ambos es la segunda que sale. La tercera, menos explícita: Se ve claramente a un hombre de espaldas besando a la mujer de las anteriores fotos. Conozco la anatomía del hombre que me engendró al instante. Ese porte alto, cabello oscuro ligados con las características canas se me hace demasiado conocible.
Dejó de prestarle atención cuando ponen en pantalla audios dónde supuestamente mantenían conversaciones cariñosas y hasta sexuales. La cabeza me da vueltas y tengo que cerrar los ojos y tomar mis rostro con las manos para tranquilizarme.
Siempre supe que escondía una que otra amante por ahí. Erick y yo hemos sido testigos de sus escándalos por infidelidad y juramos no decirle a mamá para no dañar su reputación y romper su corazón. Todo, con la excepción de que la respetara. Prometió no volver a fallarle y puedo asegurar que hasta ese momento, no había protagonizado otro reportaje de infiel y manipulador, pero esto..
Esto me supera.
No es una simple amante, es su mujer.
Es tan raro pronunciar la palabra, pero el acta de matrimonio en la pantalla lo dice así. Tal vez es falso, o se trata de un error o un montaje, pero conozco tan bien a mi padre que no dudo ni en un momento de creerle a la reportera.
Según tengo entendido por los conocimientos básicos que tengo sobre la ley, un matrimonio puede ser saldado dos veces cuando uno de ellos no es firmado y presencial ante la ley. No es nuevo para mí el hecho de que mis padres solo se casaron por la iglesia, teniendo así la bendición del cura que hizo semejante unión y la de Dios, pero nunca fue testigo su casamiento, ante la ley.
Entonces, de alguna u otra manera, es como si estuviera casado dos veces.
Se ha casado dos veces.. y con distintas mujeres.
¡Joder!.
Siento los pasos de Ana llevar hasta mi. Quito las manos de mi rostro con cansancio y me siento de una, derrotado, en la silla más cercana. Todo esto me cansa. Ivana con su aparente obsesión hacia mi, el trabajo, la relación fantasma de mis padres, Anastasia y su manera de derrumbar todas mis barreras..
Por una vez, quisiera hallar la solución a todos mis problemas.
Se arrodilla ante mi y toma mi mano con delicadeza. La veo destacar el frasco con alcohol y humedecer el algodón hasta rodear el corte. Aplica una crema antibacterial y otra no muy conocida por mi y termina, rodeándola con un pequeño pedazo de tela y dándole un casto beso.
La acción me hace sonreír.
Es tan.. tierna.
Extraño, lo sé. Nunca había conocido este lado de Anastasia Rumsfeld pero debo de admitir que cada cosa que aprendo de ella me hace gustarme más.
Porque si, lo acepto. Me gusta.
Me gusta Anastasia Rumsfeld, la puta ama de los negocios y la joven empresaria que un día llegó a mi empresa sin saber, en ese momento, que se convertiría en mi ancla, mi soporte, mi confidente y lugar seguro.
Sin decir una palabra, apaga el televisor y se detiene tras mi espalda. Siento sus delicadas manos posarse en mis hombros y hacer una leve presión y eso es justo lo que necesito para soltar toda la tensión que acumulo en mi cuerpo.
inclino mi cabeza hacia atrás la respuesta de soporte de la silla. Me dejo llevar por sus hábiles manos y me sumerjo una burbuja de relajación, que solo la diosa de cabellos castaños sabe proporcionarme.
Acaricia cada punto de mi espalda con maestría, sabe dónde tocar para hacerme sentir mejor. De izquierda a derecha, del centro hacia abajo. Una dos y tres veces hasta que suelte un suspiro de alivio.
-¿Mejor?. -es lo que pregunta antes de darme un beso en la mejilla. Abro los ojos y le sonrío, respondiéndole de inmediato con una mirada cariñosa.
-Mejor. -confirmo y me enderezó en la silla. Tomo sus manos y la hago rodearme hasta sentarse en mis muslos.
Me dedica una mirada lastimera. Acaricia mis cabellos con lentitud, como si se preparara para preguntarme algo prohibido.
-Sabes que siempre voy a estar para ti, ¿no?.
Suspiro, a sabiendas de lo que se refiere.
»-Puedes desahogarte conmigo si así lo deseas. -sugiere.
Lo necesito.
Lo ansío.
Contarle a esa persona con la que más confías, tus dolores de cabeza y la carga en tu espalda es la mejor forma de desahogarse. Anastasia revoluciona una confianza que ninguna otra mujer, ni siquiera mi madre, me ha proporcionado en años.
Pero..
-No quiero hablar de eso ahora. -digo con la voz suave.
Asiente con lentitud, como si procesara el significado de mis palabras y hasta creo ver un destello de tristeza de sus ojos.
No permitiré que la irresponsabilidad de mis padre me amargue el día. Ya tendré tiempo para ponerlo en su lugar y hablar de muchas cosas. Necesito explicaciones, y por primera vez en veintiséis años la necesitaré, lo enfrentaré.
Le sonrío a Anastasia, quien juega con sus dedos, intranquila, sobre mi regazo.
-¿Desayunamos?.
***
Luego de una tarde maravillosa al lado de la mujer más hermosa, me marcho a casa de mi madre.
Suspiro mientras conduzco mi Cadillac. Le dí el día libre a Nicolás. Necesitaba hacer esto por mi cuenta. Saldar cada cuenta y buscar información. Obviamente, no me quedaré de brazos cruzados y mi primera parada será en el lugar que me vió crecer.
El portero no necesita presentarme ante la dueña de la casa para requerir así su confirmación. Cada trabajador me conoce y sabe que tengo la entrada permitida siempre que venga.
No he abierto la puerta principal con las llaves cuando siento los gritos llegar hasta el porche. Conozco los voces, más de lo que me gustaría, de hecho.
Me preparo mentalmente para lo que me espera y entro, a paso firme. Nunca he sido un hombre que le tema a enfrentar sus problemas, y esta vez no será la excepción, mucho menos si se trata de mi familia.
No he llegado hasta las escaleras que conducen hasta las habitaciones cuando el dueño y señor de la casa aparece ante mi. Su cabello se ve despeinado y su mejilla derecha más ruborizada de lo normal.
Así que lo ha golpeado..
Trae el aspecto más desaliñado que ha tenido en años de su carrera en la sociedad. Su chaqueta está arrugada y desabotonada y la camisa blanca con sus dos botones de arriba sin abotonar.
Al verme, se detiene en seco y puedo verlo palidecer. Es irónico como el hombre que debería enseñarme a respetar a las mujeres, a ser un hombre de verdad y saber reconocer las cosas como son, es quien es juzgado en esta ocasión. Es él quien debería golpearme por mi actitud, reprenderme hasta hacerme entender la lección y hacerme bajar la cabeza derrotado.
Doy un paso hacia delante, con toda la calma posible. A pesar de todo, le debo respeto, si es que algo como eso se le debe tener a un hombre que hace sufrir a una mujer que lo ha amado por casi treinta años y se ha encargado de hacer ojos ciegos a cada unos de sus fallos.
-¿Cómo pudiste?. -es lo primero que pregunto.
Calla, tragando saliva y bajando la mirada.
»-¿En serio pensaste que nunca lo sabríamos?. ¿Que viviríamos en la ignorancia de tus actos?.
-Chris..
-No me llames así. -reprendo, calmando toda la rabia que amenaza con salir al exterior-. Solo es puede hacerlo. -alego, refiriéndome a mi madre.
-Eres mi hijo.
Suelto una risa irónica.
-Vaya, ahora recuerdas eso. ¿Qué no deberías llamarle hijo al mocoso que tuviste fuera de tu matrimonio?. Oh, no, espera, olvidé que estás casado dos veces. ¿De cuál de los tus tres hijos estaré hablando?. -ironizo.
Noto como su manzana de Adán baja y sube con brusquedad.
Revuelvo mi cabello antes de explotar.
-¡Te lo dije!. ¡Erick y yo te dejamos bien claro que no debías lastimarla y te pasaste por el miembro que tienes en las piernas todas nuestras palabras y tu promesa vacía!. ¿Es qué acaso no tienes vergüenza?. ¿Cómo puedes dormir en las noches sabiendo que estás viviendo una doble vida?. -tomo aire. La rapidez de mis preguntas lo deja consternado-. ¿Hace cuánto?.
Arruga el entrecejo.
-¿Hace cuánto nos estás viendo la cara de idiotas a loa tres?. De hecho, ¿hace cuánto le estás viendo la cara al mundo entero?.
Calla.
El que calla otorga..
-¡HABLA DE UNA VEZ, MALDITA SEA!. -grito, al impacientarme con su silencio.
-¿ENSERIO QUIERES SABERLO?. -me responde de igual manera-¿QUÉ GANAS SABIÉNDOLO?. ¿ACASO ESO CAMBIARÍA EL ODIO QUE ME TIENES EN ESTE MOMENTO?.
-¡Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión, en eso estamos de acuerdo!.
-¡Entonces.. !
-Entonces.. -doy un paso más cerca, quedando cara a cara-.. ¿vas a ser un hombre por una puta vez en tu vida o seguirás mintiéndonos?.
-¡¿Por qué insistes en saber!?. ¡Es mi vida, y puedo hacer con ella lo que me plazca!. ¿Pero de verdad quieres saberlo?. Pues bien.. sabrás toda la verdad. -su ataque de rabia me hace saber que las palabras que soltará a continuación no serán para nada calmantes-. Desde el momento cero la he estado engañando. Desde aquella vez en que en el altar le prometí matrimonio la estoy engañando y.. ¡No!. ¡No estoy satisfecho lo que he hecho estos últimos años, pero no puedo manejar mis sentimientos!. ¡¿O acaso tú si puedes!?. -calla, esperando mi respuesta. La da un giro total al tema principal de la conversación y eso me hace enfurecer. Me preparo para replicar pero se me adelanta, incrementando el volumen de su voz-. Intenté por toda una vida sentir algo por ella, juro que lo intenté. Solo yo sé todo lo que hecho y aguantado, criándolos para hacer creer que era la mujer de mi vida, y ¿adivina qué?. ¡ME EQUIVOQUÉ!.
Nuestros pechos suben y bajan por la adrenalina del momento. Nos encontramos soltando toda nuestra mierda de una vez y de la manera menos adecuada. Bien dicen, que en los momentos de rabia es cuando mela debemos dejarnos llevar por nuestros sentimientos.
Cada palabra se ha incrustados en mi como un alfiler en un globo y mi corazón se parte cuando veo a mi madre en la cima de la escalera, aguantando las lágrimas en sus ojos.
Patrick sigue mi vista y se encuentra con la desastrosa imagen de la aquella mujer glamurosa que siempre ha sonreído ante las cámaras, con una mirada apagada y carente del brillo que suele poseer.
Sofía Anderson siempre ha sabido salir adelante ante las dificultades, pero por como mira a mi padre sé que esto la destrozó por completo. Ya no es el hecho de haber tenido un revolcón con cualquier modelo famosa, es el hecho de que ama a otra, le dice te amo y tienen una hijo, prueba suficiente de lo que dice tener.
La entiendo, juro que lo hago. O por lo menos lo intento. No he experimentado nunca lo que es sentirse destruido por la persona que debía construir cada recuerdo y mento inolvidable a tu lado, pero de solo pensarlo..
Es inevitable no pensar en Anastasia y mientras más me preguntó por qué la diosa de maravillosas curvas llega a mi mente, más que me convenzo de que no podré sacarla de mi cabeza. Al contrario, cada vez más se incrusta en mi pecho como un tatuaje.
Patrick rompe el silencio haciendo sonar sus caros zapatos por la losa. Se marcha, como el cobarde que es, dejándonos solos en el salón. La puerta es escuchada luego de unos segundos y arranca su auto sin siquiera volver a atrás. Sin pensarlo dos veces.
-Mamá..
-Siempre lo supe. -declara, sorprendiéndome, con la voz suave. La ronquera por el llanto no se hace esperar-. Siempre supe que no me amaba de la misma forma en la que yo a él. Pero aún así.. me aferré a la idea de que al nacer tu hermano sentiría aunque sea una pizca de amor por la madre de su hijo. -solloza-. Luego naciste tú.. me di cuenta de que nada había cambiado. Seguía siendo solo el lindo bolso que llevaba en el brazo y presentaba ante sus socios como su esposa pero trataba como una cualquiera entre las cuatro paredes de nuestra habitación.
No sé que decir. Las palabras me faltan y la garganta se me seca de la dolorosa confesión.
Pero a pesar de todo, esto solo me hace admirarla más. Pensar que aguantó tanto por mi hermano y yo, buscando ante nuestra felicidad y el calor de una familia que su propio amor propio me hace replantarme muchas cosas y reconocer la valentía que poseen muchas mujeres.
Caminó hacia ella, subiendo cada escalón con rapidez y estrecho su delgado cuerpo entre mis brazos. Es lo único que necesita para echarse a llorar desconsoladamente en mi hombro y rodear mi torso con sus brazos.
Pasan segundos y tal vez minutos y seguimos en la misma posición. cada uno busca su propia ancla, a su manera. Mi madre busca aquel mejor amigo que le proporcione su hombro para llorar, mientras yo busco.. ¿qué es lo que busco realmente?. ¿Paz?. Tal vez. ¿Un soporte?. Definitivamente. Ambos dolores se compactan y se curan entre sí entre nuestros brazos.
Por qué el amor de una madre es incomparable, único y entendible solo para aquellos que lo han sido. Y Sophia Anderson había aprendido a callar mientras nos sonreía con cariño a mi hermano y a mi, pero ya no más.
El vaso se llenó y la última y desiciva gota que lo haría desbordarse, había caído.
No es hasta que sentimos la puerta ser abierta con brusquedad que nos separamos. Por un milisegundo, pienso que es Patrick quien camina hacia nosotros, arrepentido y con ganas de decir que cada una de sus palabras no fue más que puras mentiras, pero es Erick quien camina, con evidente preocupación hacia nosotros.
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Ok, creo que no tengo excusa para hablar sobre mi falta al libro.
O tal vez si. Empecé un nuevo nivel educativo, más exigente y difícil y la cabeza se me ha llenado de tareas, trabajos prácticos y trabajos de controles parciales.
Ahora, déjenme saber si les ha gustado el capítulo y que piensan de lo que se contado hasta ahora del lindo.
Déjenme saber que piensan de:
Anastasia.
Christopher.
Sophia.
Patrick.
Erick.
Quiero aclara que intentaré publicar lo antes posible y así no dejarlos con la duda mucho tiempo.
Déjenme su voto 🌟 y no olviden recomendar la historia si les gusta hasta ahora.
**PD: capítulo no corregido. Recuerdo que una vez terminada la historia, los capítulos serán corregidos con nueva información y algunos otros cambios, uno por uno, para el desarrollo de la trama y entendimiento de los futuros lectores.
¡Besos agridulces para todxs!.
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