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Todo

Narra Ramón:

Entre a mi oficina junto con Beverly, no estaba acostumbrado a trabajar con mujeres, pero se nota que ella es una profesional hecha y derecha, estos días lejos fueron agotadores y muy ocupados, lo único que quiero es terminar mi trabajo y por fin descansar, además poder saludar mejor a Poppy, no saben cuánto la he extrañado.

—De acuerdo, ya los sellé, esperare al próximo tren que me lleve con los gobernadores para entregárselos—Dijo ella mientras acomodaba los papeles en su maletín, alistándose para irse, fue algo fácil y rápido—Ojalá lo hubiéramos podido hacer allá, a mi prometido no le gusta la idea de que me vaya lejos.

—Lo entiendo, tiene suerte, eres una chica bastante agradable.

—Gracias señor Timberlake, ¿usted también está comprometido con alguien? —Me preguntó, ssnnnnnn, es complicado, se que amo a Poppy, de eso estoy seguro, pero no quiero abrumarla con algo oficial ahora, ha sufrido mucho y lo único que quiero es que este bien.

—Depende, hay una chica que me interesa y estoy seguro de que siente lo mismo, pero...es difícil para los dos—Acomodó las plumas y bolígrafos en mi mesa.

—Bueno, si puedo darle un consejo, no espere demasiado—Se coloco su abrigo y su sombrero, agarrando el maletín apunto de salir de la puerta—Es entendible querer estar seguro, pero no sabes si las cosas van a cambiar, es mejor aprovechar el momento.

Sonreí—Gracias señorita Birds ¿quiere que la acompañemos a la estación?

—Descuide, no me voy a perder—Se despidió con calma y se retiró, dejándome solo en esa oficina, me recosté en mi silla y suspire tranquilamente.

—Hola señor Timberlake, ¿necesita algo? —Cuestionó Zuki entrando.

—Sí, ¿puedes avisarle a Poppy que ya estoy libre y que quiero hablar con ella?

—De hecho, Poppy salió hace ya unas horas.

—¿¡Qué!? —¿No esta? Adonde pudo haber ido, y sola.

—Dijo que usted se lo permitió.

—Noo, claro que no lo hice, manda a buscarla de inmediato—Ordené, mi calma desapareció, la tan sola idea de que mi dulce y frágil amapola este afuera sola, en un mundo lleno de gente que puede aprovecharse de ella de muchas maneras, me asusta por completo, no soportaría que algo le llegase a pasar.

Esto es mi culpa, sabía que ella me necesitaba ahora pero la ignore, ahora debo arreglarlo.

Narrador:

La rosada caminaba tristemente, estaba algo lejos de la próxima ciudad, en un camino guiado por una pista y parecía que estaba por llover, no sabia bien cuanto tiempo había estado caminando, y sinceramente tampoco le importaba, solo seguía y seguía, estaba en el punto en el que sentía que sus rodillas se quebrarían en cualquier instante, tal vez estaba cometiendo un error, tal vez lo mejor era regresar, pero siempre que empezaba a convencerse de eso su cerebro le reprochaba que no fuera egoísta y que dejara a Ramón vivir, ella no lo merecía, no merecía nada, nunca lo hizo, a duras penas recordaba su vida antes de ser sometida a la esclavitud, no se sentía una dama ni siquiera una persona, hasta que Ramón llego a su vida.

Flash back

Despertó como en cualquier otra mañana, solo que esta vez una cómoda sonrisa acompañaba su rostro, porque sabía que él estaba a su costado, además, podía sentir su brazo abrazándola de espaldas, se giro por completo hasta verlo, ambos echados de lado, mirándose, solo que Ramón seguía dormido, ella se delito con su respiración tibia chocando contra ella y calidez que le daba ese abrazo, con cuidado de no despertarlo, se metió un poco más entre sus brazos hasta estampar su rostro contra su cálido pecho, él inconscientemente la rodeo otra vez en un abrazo más apretado, incluso estando dormido quería mantenerla cerca.

Fin del flash back

Suspiro con tristeza al entender que ya no podría volver a sentir esos brazos, estaba rota sin él, sola y completamente a la deriva, no tenia adonde ir y no podía regresar, no tenia lugar en el mundo, era un simple error que debía ser sepultado en el olvido, era insignificante, y no merecía la sanación.

Flash back

—Vamos, déjame ver—Ríe Poppy mientras seguía con sus propias manos cubriendo sus ojos—Sabes que no aguanto las sorpresas.

—Oh créeme, lo sé, es por eso que esto es tan divertido.

—Jaja.

—De acuerdo, puedes abrir los ojos—Susurró con dulzura el billonario y su amada se quita las manos con mucha ilusión, lo ve frente a ella sosteniendo un collar con una figura de mariposa rosada, la cual tenía incrustados diamantes y joyas rosas, la de pecas brillantes observa maravillada el regalo, lo toma con cuidado y lo observa sin poder creerlo, el señor Timberlake le había hecho obsequios antes, pero el hecho de que este ahora fuera con una intención romántica la hacia sentir cosquillas en lo más profundo de su estómago, en el buen sentido, aunque luego de un rato Ramón nota que se desanimó un poco, empezó a preocuparse—¿No te gusta?

—Claro que sí, me fascina, pero...desearía también poder hacerte este tipo de regalos, y me entristece un poco no tener nada que ofrecerte—admitió decaída.

—Ey—Él se acerca y la toma de su mentón para voltearla—Sabes que a mi no me importan esas cosas, esta es solo una pequeña muestra de mi aprecio, pero no necesito nada de ti más que tu amor, los objetos no significarían nada si no te tuviera a ti.

Sonríe—Te amo Ramita, te acompañaría tanto en la cima como en lo bajo, ojalá algún día pueda compensarte todo lo que has hecho por mí—Dijo antes de que plantar un tierno beso para cerrar el momento.

Fin del flash back

Mierda, no podía continuar así, seguía teniéndolo en su mente, no sabía en qué momento oscureció, y ya ni siquiera podía sentir las gotas de lluvia estrellarse contra ella o el frio adormeciendo su cuerpo y sus pulmones, solo podía sentir una tristeza tan fuerte que incluso parecía no sentir nada, estaba muerta por dentro, se sentía vacía, ya no podía seguir así y solo habían pasado unas cuantas horas, en las que sus pensamientos negativos se apoderaron de su mente y parecía asesinarla por dentro, en un acto desesperado por animarse, saca de debajo de su ropa el collar que hace semanas Ramón le regalo, seguía siendo tan hermoso como su amor con él, paso levemente su dedo por sus joyas y lo observo hipnotizada, abrumada por la nostalgia y la soledad, hasta que siente como este se le fue arrebatado de las manos y la cadena se rompía alrededor de su cuello al ser arranchado den esa forma, se giro hacia atrás por el impulso y ahí pudo ver que fue un hombre desconocido el que se lo robo y que ahora caminaba en dirección opuesta—¡Oye! —Grito desesperada al ver esto, intento seguirlo, pero apenas dio un paso sus piernas parecieron colapsar y dejarla caer, podía sentir lo temblorosas y desgarradas que estaban por dentro, pero eso no le importaba, no podía perder ese collar—¡No no! ¡Vuelva! ¡Por favor! —Pronto el hombre queda fuera de su vista, y junto a él lo único que le recordaba a su amado, se sintió aún más vacía, parecía que el universo siempre conspiraba para torturarla de muchas formas, ¿Por qué le pasaba esto? ¿era esto para lo que había nacido? ¿para sufrir? ¿para ser amada y que ese amor le fuera arrebatado? ¿para estorbar el camino de los demás? ¿Por qué Dios le hacia esto?, sin poder soportar más deja que su llanto se apodere de la situación, llora, dando fuertes sollozos y pequeños gritos de pena, hasta que siente a alguien parado detrás de ella, ¿Qué podía esperarse? A un simple señor o señora dispuesto a burlarse de ella o pedirle que se moviera—¿Y usted que p-piensa hacerme? —Cuestiona débil y sin mirarlo.

—Llevarte a casa—Esa voz se le hizo conocida, rápidamente voltea y efectivamente, era nada más y nada menos que su "amo", Ramón, el cual sostenía un paraguas y traía un traje abrigador, este se arrodilla frente a ella y la ayuda a ponerse e rodillas también, aunque ahora ella miraba al suelo sin querer hacer contacto visual—Me alegra haberte encontrado.

—Y eso era exactamente lo que quería evitar...—Lo dicho lo extraño.

—Poppy que rayos te ocurre, no me hablaste cuando llegue y ahora escapas, ¿Qué te ocurre? —Hubo un silencio, la rosada trata de tragarse sus lamentos y formular alguna respuesta coherente para él, solo lo miro con una expresión seria y los ojos hinchados y hechos cristal.

—¿Por qué? ¿Por qué vienes a buscarme? Ramón, eres un hombre tan exitoso, adinerado y además una maravillosa persona, puedes hacer cosas mejores con tu vida que tener atada a una esclava contigo, puedes encontrar a alguien mejor, alguien como la señorita Birds, alguien de tu mismo estatus y que pueda serte más útil de lo que yo seré, lo puedes tener todo Ramón, y eso es lo que quiero para ti, quiero que seas el hombre más feliz de la tierra, por eso decidí irme, desearía que me lo hicieras más fácil...

—Basta...—La interrumpió, ella lo miro con la misma cara firme—¿No lo entiendes? Déjame decirte...Amapola Kendrick, que antes de que tu llegaras a mi vida, e sentía solo, mi fortuna iba en aumento, pero no había nadie a mi lado, todas las damas de mi altura eran iguales a mí, señoras frías y solitarias que querían más poder, pero...luego tu llegaste, y me diste lo que estuve buscando durante toda mi vida....un verdadero propósito......el cuidarte se convirtió en mi meta, y tiempo después el amarte también, eres lo que me salvo de ahogarme en un pedazo de madera a la deriva, eres mi tesoro más valioso y nada de lo que tengo o tendré valdría algo sin ti, dices que quieres que yo lo tenga todo, pues...tu eres mi todo—Confeso mirándola fijamente, ahora logrando doblegarla y hacer que su rostro serio cambie a uno conmovido—No t-te puedo perder...porque te necesita tal vez más de lo que tu me necesitas a mi...

Poppy arrugo el mentón por las ganas inmensas de llorar y paso a abrazarlo con fuerza, el correspondió con un brazo mientras el otro sostenía la sombrilla que aún los protegía de la lluvia, de un momento a otro todo el cuerpo de la de rosada se puso tenso y de la nada de se debilito, esto debido a su cantidad excesiva de esfuerzo físico, se dejo caer sobre su pareja, totalmente agotada, por suerte Ramón tenía consigo a Luna, así que se subió junto a Poppy y le coloco unas mantas para dejarla descansar en su pecho mientras el manejaba al caballo, llevándola a casa para que al fin puedan descansar.

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