Capítulo 10
Acacia
Cuando estuve a punto de perderme
•••
Estaba nerviosa, ¿Y más que nerviosa? Estaba aterrada.
Sentirme perdida no me gusta, no me gusta no saber dónde estoy parada, no me gusta no estar preparada y sobre todo no me gusta no tener respuestas a mis preguntas.
Sigo parada aquí contra mi auto, esperando desde hace más de una hora y media.
¿Ya he dicho que no me gusta esperar?
Dios, soy un ser tan despreciable y controlador. ¡Pero no puedo ver las cosas de otro modo! ¡No sé relajarme!
Estoy nerviosa, me siento tan mal, tan culpable que lo único que quiero es patalear y hacer un berrinche por no lograr ser menos imbécil.
Es mi realidad: Tengo tantas cosas que mejorar en mi, que he perdido la cuenta.
Estoy confundida, a pesar de que él hizo y dijo cosas que me afectaron yo fui egoísta al solo pensar en mi, en como me sentía yo. Y no me dí cuenta si no después de tomar toda la tarde para pensar, también me había equivocado. Luego de este tiempo, ni siquiera me importa si él no pide disculpas... Él no es como yo, no siente lo mismo que yo, ni siquiera se dió cuenta mientras él se sentía mal perdido en su mente. No significa que mi enojo no valga o que hay sido la única equivocada.
No soy adivina, pero no debí encerrarme solo en sentirme fatal.
Me siento perdida. Dios, tengo tanto por hacer.
Siento que habia ignorado todo lo que me faltaba por avanzar porque la mayoría de personas a mi alrededor estaban conformes con mi persona, ellos estaban felices.
Pero luego están también las personas que me aman, las personas que me dicen que hay cosas que debo soltar para sentirme bien conmigo no solo un momento, sino siempre.
Desprendo la atención a mis pensamientos y miro a mi alrededor por onceava vez. Un hombre camina en mi dirección a lo lejos y mis nervios explotan.
Él camina calmadamente, hasta llegar frente a mi.
-Lamento mi ausencia, no me sentía bien.
No me mira, no tiene un tono normal en su voz. Usa uno que jamás he oído en él, me habla con frialdad. Como si no me conociera, como si nunca hubiera existido confianza entre nosotros.
Como si fuéramos desconocidos.
Mis ojos se cristalizan. No quiero perderlo, por mas que intente hacerme la dura no puedo. Él es tan importante para mi que perderlo significaría perder una parte mía también. ¿Qué piensa él de esto?
Ha sido mi primer amigo, ha sido tantas veces el primero en mi vida que se ha colisionado tanto conmigo al punto de que no pienso aceptar que la putrefacción me gane está vez.
Lo abrazo, lo abrazo porque lo necesito tanto de vuelta. Esta vez soy yo quien le ruega...
- Perdón -Él se tensa y yo me aferrro más a él, me aferro a una persona que siempre será todo para mí. Y está mal, está mal pero es algo que justo ahora anhelo. Pero sé que debo mejorar, sé que debo cambiar y el primer pasó que daré será este, pedir perdón...-. Siento tanto haber pensado de mala forma, siento haberte herido. Sí consideré como te sentías, por eso no quise molestarte más. Me dolió muchísimo tu actitud conmigo y me lo tomé personal porque seguías ignorandome.-Y aceptar mis errores.
Entonces, cuando pienso que él me abrazará más fuerte y también lamentará haber discutido conmigo.
Me aleja, él me aleja.
-Acacia... Necesito estar solo por un tiempo, agradezco tu esfuerzo. En cuanto pueda, te llamaré.
Fue todo lo que dijo antes de marcharse.
°°°
Este día no ha ido más que desastre tras desastre y ya solo me quedan dos días para solucionar el local que compraremos.
En serio espero que sean provechosos y buenos días porque si no, todo se complicará
Más.
Estoy en mi habitación, con mi cabeza siento un volcán en erupción, mi cuerpo cansado y mi corazón como una esponja mojada antes de lavar los platos.
-Entonces... ¿Todo bien hoy?- Me pregunta Franco al teléfono. Llevamos alrededor de cinco minutos hablando.
Me acomodo en mi cama y tiro la cabeza hasta el borde de una de las esquinas haciendo que mi cabello caiga y casi toque el piso.
-Sí, de maravilla -Miento-. El local de hoy nos llevó todo el día, tuvimos mucho de qué hablar porque había la misma cantidad de pros y contras.
Me pongo cómoda en mi posición, intentando relajar mis hombros y cuello sin éxito. Pegué más el teléfono en mi oreja.
-Y... Si había la misma cantidad, ¿Por qué no fueron a mirar el siguiente? Era una cita, Acacia ¿Sabes con cuanta falta de profesionalismo te hace ver eso? Negociaste citas para hoy que eran imposibles de conseguir y los dejaste plantados porque estuviste ocho horas pensando en... No sé, ni siquiera sé en qué estabas pensando.
Mis dientes muerden mi labio inferior y una vez más, me siento idiota.
Vale que no estuvo bien mentirle, sé que tiene razón pero aún así siento que no es el momento de decirle aquello. Aunque no le conté la verdad, ha atinado en todo con sus palabras.
No te hundas en autocompasión. Recuerdo y trago fuerte.
Debo relajarme, estar concentrada y decidida... pero relajada. Porque no se cambia de la noche a la mañana
Debo respetar mis tiempos y debo entender que es un proceso paso a paso.
Es un proceso dónde lo intentas cada día.
-Yo...
Pero claro que él me interrumpe, porque en realidad sabe que no tengo como defenderme de eso. Sabe que tiene razón y yo sé que se está alterando.
-En este momento te hablo como tu jefe. ¿Por esto faltas al trabajo? Y lamento ser duro pero no cederé a más días, Acacia. Y ahora te hablaré como tu amigo, si crees que no puedes con eso solo...
-Sí puedo -digo rápidamente.
-¿Entonces es por eso? ¿Por demostrar que sí puedes?
-No, no yo...
-Acacia -Iterrumpe-. Sé que puedes hacer mucho y perfectamente, lo saben muchas en serio muchas personas. No tienes que demostrar nada, Luciano entenderá.
-¡No puedo dejarlo! -le grito y es cuando guarda silencio-. Necesito hacer esto con él
-¿Y él necesita hacerlo contigo?
Me prometí no pensar tantas cosas, me prometí que si llegaba a sentir algo extraño a mi alrededor, yo hablaría. Prometí que dejaría de asumir cosas de las que no tengo idea.
-Sí, creo que sí
-¿Crees?
Estoy empezando a exasperarme, estoy empezando a sentir ese ardor detras de las orejas, la irritacion y incomodidad en el cuerpo en señal de que estoy molestandome.
Y entonces las palabras de Luciano por la tarde frente a mi auto antes de irse se repiten en mi memoria. Cierro fuertemente los ojos y relamo mis labios. Después de decirme muchas cosas, simplemente se fue, me dijo que quería ir solo a su casa.
-Tal vez él no lo necesite, pero yo sí.
-¿Sabes que no es sano que te aferres, verdad?
Y por un segundo, mis cables hacen chispas
Porque claro que lo sé, tengo defectos pero no estoy loca. No es como si no estuviera consiente, no es como si nunca jamás me diera cuenta de las cosas. Porque cometa errores lo importante es que sé que están ahí y los admito, lo importante es que estoy dispuesta a mejorar. Una de las cosas que definitivamente sí sé hacer es admitir cuándo estoy mal... Bueno, regularmente.
No soy un ser supremo
-¿Quieres por favor dejarme en paz con esto? Dios... -Le respondo frutrada pasando mi mano izquierda por todo mi rostro hasta que se hunde en mi cabello es entonces cuando noto su silencio.
Carajo.
¿Es en serio? ¿Tan rapido la volví a cagar? una vez más, he herido a alguien el día de hoy.
Otra vez, me he equivocado. Vuelvo a pasar mi mano libre por mi cara varías veces. Idiota.
-Franco... -inicio, pero como es costumbre entre nosotros las interrupciones...
-Te veo el Sábado en la empresa, sin falta.
Sin decir ni esperar nada más, me cuelga.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro