Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 06

Acacia

Me sentí cómo... ¿Cómo me sentí?

•••

Todo iba viento en popa. Tal y como lo planeé, todo está excelente. De verdad, muy... Muy perfecto.

Exceptuando el hecho, de que ya almorzamos, estamos comiendo nuestro helado y las conversaciones se han limitado a ser: Nulas.

Nada de nada. Estoy tan incomoda y tan decepcionada. No me ha hablado, se ha mantenido callado y cualquier cosa que le cuento, es respondida con monosílabos.

Finalmente, empezaba a considerar eso de que el tiempo sí cambiaba amistades. No ha habido más que uno que otro comentario y sonrisas de boca cerrada. Me duele pensar en el hecho de que tal vez jamás volveremos a ser los mismos, ¿Será así o él de verdad no se siente bien?

Y temo.

Porque pensar en eso me hace... Me hace querer... Llorar.

Miro el suelo, puedo sentir como el conocido líquido salado empieza a llenar mis ojos, puedo sentir como ese líquido poco a poco se extiende corriendo por ellos hasta acumularse más y más, solo faltan segundos y una microgota de agua para que estallen.

-¿Terminaste tu helado? Me gustaría que por favor vayamos al hotel -Se ve tan tenso, como si estuviera soportando algo gigante y pesado encima. Casi como si estar ahí le doliera.

Miro al lado contrario y pestañeo millones de veces para alejar las lágrimas. No creo haberlo logrado del todo cuando volteo mirándolo para responderle y él me devuelve la mirada confundido. Me dijo que estaba cansado y lo presioné a venir aquí porque así lo planeé, debí preguntarle. Estaba tan emocionada de ponerme al día con él que no pensé en que quizá en este momento no era lo que él deseaba.

-Sí, seguro.

Me levanto, voy al cesto de basura, boto el papel que tenia mi cono de helado y sin esperarlo camino directamente a mi auto sin ver a otra parte que no sea al frente.

Llega después muy lentamente, sube y pregunta:

-¿Estás bien? -Se pone su cinturón con cuidado y una vez listo se recuesta del asiento suspirando.

Sé que no ha estado descansando bien hasta una mosca se daría cuenta, la única que no quise ceder a eso fui yo. Me siento fatal, en serio quería pasar un buen rato con él pero no se trata de lo que yo quiera, no estoy pidiendo nada a cambio al ayudarlo, él no debe hacer ningún esfuerzo por mi.

Lo hago porque así lo quiero, somos amigos.

Pero sigo pensando... ¿Quizá no quería pasar tiempo conmigo?

-Sí, discúlpame. Te llevaré al hotel para que descanses. Lamento haber sido un desconsiderada-Es lo único que respondo cuando arranco el auto. No dice más y yo tampoco.

La verdad, es que una parte de mi sí está molesta.

Es decir, ¿Qué pensaba? ¿Que luego de nuestro encuentro iríamos a cantar en algún karaoke? ¿Que subiriamos a la casita del árbol a tomar el té y sería como en mis sueños? Pero al menos esperaba alguna respuesta cortés y amena de su parte. Quizá ha cambiado un poco.

Puede que resulte doloroso, pero es así. Así es la vida real, tal vez siempre le guardes cariño a alguien que en algún momento fue especial para ti pero se mantienen lejos porque saben que su momento ya pasó.

Tal vez eso nos sucede, el tiempo en el que nos necesitábamos... Ya ha pasado. Aunque no me interesa realmente si pasó o no, lo importante es que quiero que esté presente en mi vida si él está dispuesto a estarlo.

Tampoco le temo a los cambios. Es natural aunque no sepamos aceptarlo siempre de buena manera, a veces suceden cosas que nos obligan a avanzar, a adaptarnos y eso deseemos o no, nos hace cambiar. Depende de uno mismo decidir si ese cambio es bueno si nos hace sentir mejores, si el ambiente a nuestro al rededor es más ligero... O dañino, si nos hace sentir perdidos, si nos hace sentir sin una forma específica para lograr encajar en nuestro propio cuerpo.

Llegamos media hora después, bajamos y entramos al hotel. Fran nos recibió con una sonrisa.

-Hola, ¿Qué tal su día? -Nos pregunta ella, por su nueca al examinar de cerca mi cara puedo ver que ha notado como ha ido nuestro día-. Ya veo... Disculpe, ¿Puede darme su información personal? Si es que va a hospedarse, claro -Le habla esta vez a Luciano.

-Sí, por supuesto -Él busca en su bolso para luego darle sus documentos a Fran, me detengo a observar el lobby mientras hablan. El recibidor dónde está Fran se encuentra justo frente a la gran entrada y a cada lado la adornan altos jarrones color oro que contienen hermosas orquídeas blancas; el piso parece de cristal y el techo tiene un hermoso mar pintado a mano. Es un hotel bastante elegante y glamuroso. Luciano y yo siempre soñamos con hospedarnos así de niños. Para cuando vuelvo a fijarme en ellos, Francesca le estaba dando las llaves de su habitación.

-Por cierto, Francesca Greco -le extiende la mano y él la toma-. Soy amiga de Acacia, creo que somos tan amigas que vivimos juntas.

Ella le sonríe burlona cuando él se sorprende, pero rápidamente se recupera.

-Luciano Cabassi, un placer -Dejan de estrechar sus manos y él carraspea-. Discúlpame, no sabía que tú eras Francesca. Acacia me ha hablado mucho de ti.

-Me alegro, también me ha hablado de ti pero... Siento decir, que no tanto -Ella le sonríe falsamente. Me lo esperaba, pero no tan pronto. Tratarlo con gentileza va a ser un trabajo duro para ella.

-Bueno, bueno. Ve a refrescarte, Luciano. Estaré aquí con Fran, tómate tu tiempo -Le dije. Él acepta, se despide de ambas y se va.

-Es muy atractivo para nuestro bien -Dice ella viendo por dónde se fue-. Se ve... Algo débil y pálido pero definitivamente es un buen caramelo, sabor manzana verde. Uhm... -su picara expresión solo me hace bufar-. Siento que no haya sido como esperabas.

-No importa, sabíamos que era una posibilidad... Además, yo lo puse a pesar el día conmigo. La verdad es que no sé en qué pensaba, fue mi culpa.-Apoyo mi cadera en el mostrador y cruzo mis brazos viéndola asentir.

Ya sabe que no quiero hablar de eso.

-De acuerdo... ¡Oye, adivina qué! -exclama de repente y mira a la entrada, lo ha hecho varias veces desde que estoy aquí. La miro interrogante y ella resopla-. Dios, si que cambias cuando tienes un mal día -susurra-. No importa, no respondas te lo diré... -Hace una pausa dramática mientras con sus dedos imita una especie de bateria sobre el mostrador. Eso me hace reír-. ¡El festival celeste es en una semana! ¡Ta da! -extiende sus manos a los lados haciendo las clásicas manos de jazz.

Le sonrío con cariño, Fran es tan especial para mi.

-¿Y debo emocionarme por que...?-dejo la pregunta al aire mientras la miro interrogante alzando una de mis cejas.

-¡Ah! Eres una amargada -Baja sus brazos de golpe frustrada.

-Mira quien lo dice.

-¿Sabes qué? Eres insoportable, no sé porqué todos dicen que eres un cielo, bah. Solo tienen que convivir un poco más contigo para que sepan, ¡Que eres el mismísimo fuego del infierno!

Es cuando exploto en mil carcajadas ahogadas.

- Iré a tomar algo, no quiero que el señor Giorgio piense que te estoy distrayendo. Supongo que Luciano va a tardar, asi que si viene y no he llegado dile que me llame -Me despido y voy a una especie de resto-bar que hay al aire libre cerca de la playa. Este hotel es famoso justo por eso, fue construido en una hermosa costa.

Antes de salir a la arena me quito las sandalias y las tomo en la mano.

Me siento en una silla de la barra, miro el cielo y saco el celular de mi bolso.

-Bienvenida, ¿Qué desea ordenar? -Me pregunta un hombre al otro lado de la barra.

-Hola, me gustaría una piña colada por favor -Vuelvo a mi teléfono y voy a la cámara empezando a enfocar el hermoso atardecer que hay frente a nosotros. Tomo unas dos fotos para luego volver a guardarlo y quedar hundida en aquel hipnotizante atardecer. Suspiro... Corro la mirada en su dirección y noto que él aún está mirándome. Le sonrío-. Es hermoso, ¿No crees? Sé que antes de plasmarlo en una foto hay que apreciarlo en persona, pero no puedo evitar querer apreciar tanta belleza cuando yo quiera... Es el tipo de belleza que se debe admirar.

-Me parece hermoso sí, el hecho de que aún existan personas que se tomen el tiempo de mirar cuán afortunados somos por tener tanta perfección al rededor. Pero en lugar de admirarla, la envidiamos y la destruimos... Porque jamás seremos tan perfectos como ella.

Eso sonó... tan mío.

-Es raro conocer personas que tengan ese nivel de conexión con mi cerebro -Le extiendo mi mano y él la estrecha-. Acacia Fiore.

-Mario Rodríguez -Me sonríe y me suelta la mano.

-¿Latino?

-Así es -Me guiña un ojo-. Una piña colada en seguida.

Esa mini charla me dió automáticamente un nivel increíble de ligereza.

Las personas siempre se sienten bien cuando son comprendidas.

Yo me sentía bien porque Mario me hizo sentir menos sola, menos incoherente y menos perdida solo con un comentario.

Es cuando considero, que a menudo solo necesitamos tener una conexión con alguien, para sentirnos bien con nosotros mismos, para subirnos el ánimo, para hacernos pensar que no estamos tan locos como creíamos.

Minutos después él vuelve.

- Aquí tienes -Me tiende la bebida y saco el dinero para pagarla pero él se niega, me opongo pero él dice que es un regalo-. Espero volver a verte alguna vez.

- También yo, ¿Estarás aquí para el festival?

-Claro, ¿Vendrás? -Tomo de mi piña colada llenando mi boca de aquella explosión dulce y espumosa. Está deliciosa.

-Da por hecho que sí, necesito otra de estas -Le digo señalando mi bebida. Nos reímos.

De la nada siento una mano en mi cintura y un cuerpo caliente presionando a mi lado.

-De acuerdo volveré al trabajo entonces y nos vemos en el festival, Acacia -Mario me sonríe y yo a él mientras me despido también.

El cuerpo suelta mi cintura y se sienta junto a mi.

-¿Festival? -Pregunta y yo alzo una ceja mientras vuelvo a absorber del pitillo mi bebida. Esta vez una gran cantidad, no me apetecía hablar con él. No quería volver a tener el mismo peso de hace rato, tiene mejor pinta ahora que se refrescó y aún así luce cansado. Quiza debería decirle a Federico que cancele la fiesta.

-Uhjm.

-¿Qué clase de festival? ¿Cuándo es? ¿Irás con él? -Lanza de golpe, yo frunzo las cejas.

-¿Ahora quieres hablar?-no, no puedo evitar reclamar, es la oración más larga que me ha dado esta tarde y como había dicho, eso me enojó independientemente de mi error.

-¿Qué? -Pregunta confundido y yo suelto un suspiro. No puedo enojarme por algo que yo causé.

-No hablaste en toda la tarde, Luciano. Es todo-revuelvo mi piña colada mientras el musita un «lo siento»-. Ya. Es un festival que hace el hotel cada año, será la semana que viene -le digo sin verlo, jugando aún con el pitillo.

-Eso es genial, estaremos juntos porque él me acaba de confirmar que sí vendrás.

-Sí, claro -Termino lo último de mi piña colada y dejo un billete bajo el vaso de vidrio-. ¿Estas listo? Es hora de irnos -Él asiente, me da un beso en el cachete para luego tomar mi mano. Nos despedimos de Fran quién tiene algo que hacer en la noche, se disculpó por no poder ir a la celebración para Luciano y salimos de ahí.

Llegamos a su casa todo esta en total silencio.

Silencio que se extinguió cuando Luciano abre la puerta y el conocido grito de sorpresa sale de todas partes.

-Sorpresa -Le sonrío, él me mira y también sonríe pero su gran sonrisa llega después, cuando toda su familia y amigos empiezan a abrazarlo.

Les dí espacio y luego sus padres vienen a saludarme felices.

°°°

Vi a Luciano a lo lejos, desde la puerta que da al patio, está enérgico, ríe y habla con sus amigos como si no hubiera un mañana... No diré que eso no me duele porque estaría mintiendo.

Me hizo sentir que para él estar conmigo hoy fue una perdida de tiempo, porque en realidad conmigo no se sentía cómodo, lo que me confirma que para él fue tedioso.

Y la verdad en este momento me siento mal, él me había pedido perdón por alejarse, él mismo había llegado con una actitud diferente, que me hizo sentir que podíamos recuperar todo el tiempo y yo estaba dispuesta desde un principio. Pero solo le estorbé y ahora está feliz, dándole a otros lo que yo hubiera querido recibir hoy.

No logro entenderlo... No sé por qué se está alejando esta vez. Han pasado tres horas desde que habíamos llegado, en realidad no conozco a ninguno de sus amigos y él no se ha acercado ni a pedir la hora.

Lo único que sé, es lo estúpida que he sido y no ha pasado ni un día.

Pero hay una cosa que se le ha olvidado: No soy una persona con mucha paciencia.

He aprendido a controlarlo en algunas situaciones, pero no todas y esta definitivamente no es una de ellas.

Lo aceptaré. Y pondré punto final a este patético intento.

Para distraerme, decidí ayudar a la mamá de Luciano y amiga de la mía; llevé comida a la mesa de aperitivos y llené algunas bebidas.

Luego de un rato de hacer lo mismo, ví esa sonrisa perversa con piernas seguirme a la cocina, sé que si pregunta algo estoy perdida, sé que con la poca fuerza que me queda debo fingir que estoy feliz, que lo estoy disfrutando.

-Brillante y amada Acacia, hiciste un buen trabajo... -Iba a decir "gracias" pero él habló una vez más-: Lástima que así jamás conquistarás a mi hermano.

-Dulce y tierno Federico diría que siempre me hace feliz verte, pero mentir está mal -Tomo una bandeja con pastelitos para luego mirarlo y hacer una mueca parecida a una sonrisa. Él se carcajea

-Es única tu dulce forma de ofender a alguien, amore. Saca fuera todo el odio que quieras, yo sé que en el fondo...

-Muy en el fondo -Le interrumpo y él me ignora.

-...me quieres -Termina, nos miramos como si quisiéramos ahorcarnos hasta matarnos... y luego nos reímos a carcajadas.

Federico es el hermano menos de Luciano, su único hermano en realidad. A Fede lo quiero muchísimo desde siempre, él me ha ofrecido su amistad eterna y sin retorno, desgraciadamente.

-Jamas oirás eso salir de mis labios, Federico -Le doy un sonoro beso en el cachete y en ese momento el timbre resuena por toda la casa-. ¿Llevas esto por mí a la mesa de afuera, por favor? Yo iré -Él asiente, me devuelve el beso en la sien y ambos salimos en direcciones opuestas.

Abro la puerta y automáticamente una gran sonrisa aparece en mi rostro. Gracias al cielo, otro pedacito de felicidad para ayudar con este caótico día.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro