24
Estaba sentada a un lado de su padre. Él descansaba.
Los doctores le habían llamado para notificarle los análisis de la última tomografía. Al escuchar el tono en el que habló el doctor, le preocupó bastante. Así que fue rápidamente al hospital.
Pasaron unos minutos, hasta que la puerta de la habitación se abrió y entró un doctor junto a dos compañeros más.
—Señorita Smith, buenas tardes —ella solo asintió—. Queremos notificarle los resultados de los análisis hechos anteriormente. ¿Quiere que hablemos afuera?
Rachel negó.
—Esta bien... —ojeó su libreta— Los resultados nos mostraron un crecimiento del tumor. Eso quiere decir que, la quimioterapia no ha funcionado.
—Pero... —se tapó la boca.
—Tambien, hicimos una tomografía para descartas otros tumores cancerígenos en el cuerpo. Lamentablemente encontramos uno en el hígado.
—Espere... ¿Cómo que en el hígado?
—Su padre tiene un cáncer tipo Glioblastoma —comenzó a explicar el otro doctor—. Es un cáncer muy agresivo y bastante común en adultos. Es muy resistente a la quimioterapia, cirujía y radioterapia. —ella miró a su padre llena de lágrimas.
—¿Y cómo pudo llegar hasta el hígado? —dijo como pudo.
—Las células cancerosas se desprendieron del tumor original en el cerebro. Éstas viajan a través del torrente sanguíneo y pasan a través de la barrera hematoencefálica; una capa de células que separa el cerebro de la circulación sanguínea. Llegan al hígado a través de la circulación sanguínea y se establecen allí, formando un nuevo tumor.
—Su padre necesita mucha supervisión y cuidado. —dijo por último, otro.
Los doctores se retiraron dejando sola a la castaña.
Por un momento pensó que su padre se curaría. Todo volvía a ser como antes y otra vez se sentia sola.
...
Ya era noche y esperaba a su amiga. Tenía ganas de hablar con alguien. Llamó a Grace y ésta muy gustosa aceptó salir.
No tuvo que esperar mucho, la chica ya estaba corriendo hacia ella.
—¡Rachel! —dijo dándole un abrazo— Me da gusto verte.
Y se sentó en frente suyo.
—A mí también. Creo que eres la única amiga que tengo...
—Rachel... —asintió y bebió de su botella— Claro que somos amigas, siempre estaré para ti.
—Gracias... —la amiga se dió cuenta que ella balbuceaba, miró la mesa y había tres botellas de cerveza.
Sintió pena. Algo había sucedido para que ella esté de esa manera. Desde que la conoció, jamás la vió beber en exceso, incluso ella decía que jamás se iba a emborrachar.
—¿Sabes? Tenía muchos amigos en la universidad, pero desde que dejé de estudiar, ninguno me llamó para preguntar si estaba bien o si algo había pasado. Desaparecí para ellos.
—Oh, Rachel... —le tomó de la mano y quiso llorar.
—Quiero contarte muchas cosas, pero tengo miedo de ser abandonada otra vez...
—Rachel, soy tu amiga y no tengo porqué juzgarte, no tengo ningún derecho a hacerlo. Te escucharé y apoyaré en todo...
Y se le va a llorar. Quería desahogarse, quería contar todo lo que le estuvo pasando durante los últimos meses. Finalmente, le diría todo a su amiga.
—Yo... Me acosté con Evan Peters por dinero —Grace quedó muda—. Necesitaba una gran suma de dinero para los tratamientos de mí padre, a él le diagnosticaron cáncer y los tratamientos son muy caros. Él me ofreció el dinero a cambio de sexo...y lo hice.
—No tienes que contarmelo ahor-
—La familia con la que trabajaba se iba de viaje un par de meses y me ofrecieron cuidar a la niña de una familia amiga. Yo acepté. Pero no sabía que Evan era padre de esa niña —acomodó un poco su cabello—. Quise renunciar, pero necesitaba más dinero. Él me ayudó a pagar el alquiler de mí departamento, prácticamente pagó todo. Y dijo que lo hizo porque sentía algo por mí—dió un fuerte suspiró—. Así terminé enganchada con él.
—¿Él no es casado?
—Su matrimonio ésta roto hace mucho... Sé que no es ninguna excusa, pero... —levantó los hombros— creo que también siento algo por él.
—Amiga... —la abrazó y rápidamente la castaña correspondió.
Después de una larga charla, Grace acompañó a Rachel a casa. Le contó lo que le dijeron de su padre y no paró de llorar. Todos los demás la miraban.
Acostó a la menor, le quitó los zapatos y la arropó. Verificó que todo estuviera bien antes de irse.
...
Despertó de golpe, miró su alarma. Eran las 06:27 minutos. Al instante, sintió un fuerte dolor de cabeza. Recordó lo mucho que bebió, al menos para ella. Se tomó de los pelos al recordar que le contó a su amiga absolutamente todo lo que pasó con Evan.
Miró por la ventana. El cielo estaba de color azul con manchas naranjas y rosadas. Recién estaba amaneciendo.
Estiró un poco los músculos, la espalda le dolía, bueno, le dolía absolutamente todo.
—No debí beber tanto, tsk. —se quejó.
Tomó un largo baño, desayunó tostadas con una tasa de leche.
Y otra vez las declaraciones de Lauren Anderson invadieron su mente. Se le quitaron las ganas de comer.
—No puede ser cierto... —negó repetidas veces.
Se reloj indicaba las 07:48. A las 8 en punto el colectivo llegaba a la parada. Así que, tomó su bolso y salió del departamento.
...
Entró a la gran casa y como siempre, fue hacia la cocina para saludar a la empleada. Esa mujer ya estaba preparando un gran desayuno para la familia.
—¿Maggie todavía no despierta? —preguntó comiendo unas uvas.
—No... Se durmió muy tarde y bueno...
—Y... ¿El señor Peters?
—Parece que se tomó el día. No fue a trabajar, creo que está en su oficina —picaba unas frutas—. ¿Ya desayunaste, querida?
—Eeh, sí. Iré a ver si Maggie quiere despertar.
Antes de irse, tomó unas uvas más. Subió las escaleras y caminaba por el pasillo hacía la habitación de la niña. Se detuvo al ver el cuadro que estaba puesto en la pared. Los Peters en su boda, muy felices.
Se preguntó cómo aquella relación se había destruido, porqué ya no se querían.
Estaba a punto de tocar el cuadro, pero unos brazos la cargaron.
—¿¡Pero qué!? —dijo en voz alta.
El rubio la tomo por sorpresa y se la llevó a su habitación.
Gracias por los 5k!!!
Espero les gusteeeee
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