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17

Rachel caminaba por la calle mientras por su celular miraba la dirección que le había mandado su amiga.
Se detuvo cuando le indicó que había llegado a su destino, subió la vista y frente suyo había una cafetería, al parecer bastante nueva.
Entró y en una esquina vió a su amiga tomando un té mientras miraba su teléfono. Se acercó y se sentó al frente llamando su atención.

—Rachel... —dijo sonriendo— no te ví llegar.

—Estabas muy distraída —dejó su bolso a un lado—. En la llamada sonabas muy preocupada. —dijo extrañada— ¿Que eso tan importante que querías decirme?

—No quería hablar primero de esto. —Rachel frunció el ceño— ¿Quieres saberlo ahora? —preguntó.

—Ya me estás poniendo impaciente —rió levemente—. Dímelo, Grace.

—Es sobre el Sr Peters...

Estaba muy confundida.

—No entiendo...

—Verás, el me ha preguntado sobre ti.

—¿Qué? ¿Qué cosa?

—Me preguntó donde vives... yo se lo dije y perdón por eso...

'Ahora entiendo como llegó a mi casa'. Pensó la castaña.

—Descuida, no tienes que disculparte. De todos modos, él no fue a mi casa o eso creo.

Se sentía mal por mentirle a su amiga, pero no quería que sepa todo lo que estaba haciendo.

—¿De verdad? —la castaña asintió— Él parece estar muy interesado en ti.

Rachel negó rápidamente.

—Un hombre como Evan Peters jamás estaría interesado en alguien como yo —recordó aquella noche que pasó con él, tenía un nudo en la garganta—. Tipos como él solo se aprovechan de la vulnerabilidad del otro para ganar...

—¿Por qué dices eso?

—Yo lo veo de esa forma, aunque no lo conozco del todo.

—Deberias hacerlo, tal vez no es como lo dices.

...

La mañana era fresca pero soleada. Evan bebía su café mientras leía unos papales, al lado suyo estaba la mujer limpiando la mesa.
Luego de unos segundos, guardó aquellas hojas en su maletín.

—Necesito que me haga un favor —le habló a la empleada—. Y tiene que ser hoy.

—Señor, para lo que me necesite estoy aqui. —le respondió amablemente.

—Gracias.

Llevó su mano al interior de su traje y de allí, sacó un sobre blanco abultado y lo puso en la mesa.

—Debes entregarle esto a John Stevens —la mujer lo miró confundida—. Dile que vienes de parte de Rachel Smith y que te pidió que le dieras este dinero.

—¿Donde...?

—Mi chófer te llevará, no te preocupes. Si te pregunta quien eres, dile que eres su tía o algo así. Confío en ti...

—Claro, señor. No se preocupe.

La mujer no preguntó nada más, solo asintió ante las órdenes de su jefe.
Éste al terminar su desayuno, se retiró al trabajo para comenzar su rutina.

...

Mientras viajaba en el autobus hacía su casa. Miraba en el calendario las fechas, el tiempo se le estaba acabando y aún no conseguía dinero. Sabía que no podía hacer nada más, por lo que empezó a empacar sus cosas.

Ya en casa, guardaba los cuadros en una caja, las lágrimas no tardaron en aparecer. Agarró su teléfono y marco el número del dueño, esperó unos segundos y respondió.

—Señor Stevens...

—Hola, Rachel. ¿Que tal tu dia? ¿A que se debe tu llamada?

Frunció levemente el ceño extrañada.

—Quería hablarle sobre la deuda...

Quiso seguir hablando pero el mayor la interrumpió.

—No te preocupes por eso. Todo esta cubierto —la chica alejó el teléfono para verificar si se había equivocado de número, pero no—. Por cierto, tu tía es muy agradable.

No respondió. Trató de analizar las palabras del hombre. ¿Qué tía?

—Pero yo...

Y otra vez la interrumpió.

—No te preocupes por empacar, tienes 6 meses pagados. Debo colgar tengo mucho trabajo.

—Esper...

Y colgó.

No entendía lo que pasaba. Quería creer que la mujer se equivocó y realmente pudo ser así. Pero sinceramente, se sentía aliviada.

...

Estaba sentada en los asientos del parque mientras observaba con cuidado a Maggie.
No podía dejar de pensar en la llamada de a noche. El único que sabía sobre eso, era Evan Peters, pues le había pedido su ayuda.

De pronto, ya no podía ver a la niña, se acercó a los juegos y no estaba. Miró hacía todos lados pero no la encontraba. Comenzó a caminar para buscarla en otros lados mientras sacaba su teléfono.

—¡Boo! —dijó una voz tierna detrás de ella.

Rachel giró y el alma volvió a su cuerpo. La niña estaba con una sonrisa, la broma contra su niñera había funcionado.

—¡Margareth! —le retó a punto de llorar— ¡Casi me matas del susto!

—Lo siento, Rachel. No lo volveré a hacer.

Luego de aquella broma de muy mal gusto, volvieron a la mansión, donde la niña siguió jugando y la joven la acompañaba a su lado.

Unos segundos después, la empleada se acercó.

—Rachel —la llamó—. El Sr Peters la espera en su oficina.

Asintió y fue hacía la planta de arriba, caminó en el pasillo hasta estar frente las puertas de aquella oficina. Suspiró y cerró los ojos un momento para mantener la calma y tocó.

—Adelante... —ordenó el rubio.

Acomodo un poco su cabello, abrió la puerta y entró.
Evan estaba sentado en uno de los sillones mientras jugaba con un anillo. Apenas la vió, guardó el objeto y ella se acercó.

—¿Quería hablar conmigo? —preguntó directamente.

—Sí —afirmó el mayor—. Siéntate, por favor.

La joven obedeció. Ella estaba muy nerviosa, estar frente de él, le resultaba muy incómodo. No podía dejar de pensar en la noche que pasaron juntos.

—Yo pagué el alquiler de tu departamento y lo que debías también. —habló muy seguro.

En ese momento los nervios se fueron y el enojo se apoderó de su cuerpo.

—¿Qué? —sé paró enfrentandolo— ¿Por qué lo hizo? ¡No tenía que hacerlo! —levantó la voz.

Él se levantó de su asiento y se acercó a ella.

—Me pediste ayuda. —la miraba directo a los ojos. Su voz era muy intimidante.

—Y fue un error hacerlo —tenia ganas de llorar, sus ojos estaban cristalizados, tenía un nudo en la garganta—. No tenía que hacerlo... —las lágrimas salieron— ¿Ahora debo pagarle a usted?

Comenzó a negar mientras lloraba. Ya tenía suficientes problemas.

—No tienes que pagarme nada. —agarró el pañuelo que estaba en su escritorio y se lo tendió.

Ella aceptó con timidez. Limpió sus lágrimas.
Miró con los ojos humedos al rubio tratando de entenderlo.

—¿Por qué lo hizo? —preguntó.

—Porque me importas...

Después de dos meses aparezcoo JJAA
Perdoooon, el colegio me tenía muy ocupada.
Espero este capítulo le guste y por favor voten y comenten si les gustó.
Los quiero, bye.

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