02
El día comenzó algo agitado. Fui al hospital por papá, quien a cada rato decía que estaba feliz por salir del "maldito hospital". Lo decía en voz alta, me parecía vergonzoso y gracioso a la vez, todos lo miraban con extrañes.
Apenas dejé a papá en casa, fui al hogar de los Anderson. Apenas entré y Susan se me tiró encima.
-¡Te extrañé, Rachel! - me abrazó a lo que también le correspondí.
-Pero si ayer nos vimos -dije riendo.
-Aun así, todo el tiempo te extraño ¿Por qué no vives conmigo? -me miró e hizo un puchero que me derritió el corazón. Está niña era irresistible.
-Hija, Rachel no estará contigo todo el tiempo, ella tiene que estudiar -le dijo su madre mientras se preparaba para ir a la oficina.
-Su, trataré de estar todo el tiempo posible contigo ¿Está bien? -ella asintió- Hoy iremos al parque así que, ve preparando un abrigo.
Susan apenas escuchó eso y corrió a su habitación. Lamentablemente su madre la pasaba en el trabajo, su padre igual -eran divorciados- cosa que hacía que no siempre esté con sus padres, era lamentable.
-Rachel, te tengo buenas noticias -me informó-. Ven, siéntate aquí -señaló el sofá.
Rápidamente fui hasta allí y me senté a su lado.
-¿Cuáles son las buenas noticias? -le pregunté entusiasmada.
-Debo informarte que en una semana me darán mis vacaciones, por lo que quiero pasarlas con Susan en Japón -¿Eso era buenas noticias para mí?- Sé que necesitas trabajo, por lo que te recomendé a una amiga. Ella se irá dos meses de trabajo y quiere que cuides a su hija. El padre trabaja hasta la noche, así que tendrías que estar todo el día con ella. Pero es tu decisión.
Justo yo también entre a vacaciones, pensaba pasarlas con papá, pero no podía darme el lujo ¿Cómo pagaré la universidad?
Cuidar a otra niña me daba algo de miedo, pero no quedaba otra.
-Aqui está el número -me dió un papel con el nombre de la mujer, Christin Peters.
-Muchas gracias, señora -ella solo negó.
-Gracias a ti, Rach. Bueno, debo irme -tomó su bolso y lo puso en su hombro y agarró las llaves de su auto- Disfruten el día en el parque.
Y sin más, se fue.
Yo fui a la habitación de Susan, a ver qué tanto hacia. Me asomé a la puerta y pude ver qué tenía sus cinco muñecas sentadas, ella estaba en frente, con su ceño fruncido. Parece que no sabía cuál llevar al parque, era tan indecisa.
-¿Que ocurre, Su? -le pregunté mientras me ponía a su lado.
-Ellas cinco quieren ir al parque conmigo, pero solo puedo llevar a una ¿Que hago?
-¿A quien ,hasta ahora, no te acompaño al parque? -le pregunté mientras le seguía el juego.
-Raquel, ella nunca vino conmigo.
-Entonces llevemos a Raquel ¿Bien? -ella asintió, tomó a su muñeca y la puso en su mochila.
Salimos de la casa, tomadas de la mano. Ella daba pequeños saltos de felicidad, yo solo la miraba feliz, pasar las mañanas con Su era lindo. La iba a extrañar cuando se vaya, eso era lo malo, cuando eres niñera por mucho tiempo de algún niño es difícil despegarte de ellos.
Cuando llegamos al parque rápidamente Susan fue hacia los juegos dejándome atrás, yo fui hacia unos asientos que estaban allí para cuidar de ella.
Aproveché para llamar a la señora Peters, quería el trabajo. Llamé y esperé unos segundos hasta que respondió.
-¿Halo?¿Quien habla? -preguntó.
-Hola señora Peters, soy Rachel Smith, trabajo para los Anderson -le aclaré.
-¡Si! Eres la niñera. Lauren habló muy bien de ti. Dime, ¿te interesa trabajar para mí?
-Si...la señora Anderson me dijo que sería por dos meses ¿Cierto?-le dije con timidez.
-Cierto. Respecto a eso, como sería desde la mañana hasta la tarde tu pago será de 70 dólares el día ¿Aceptas el trabajo?
-Sí, aceptó.
-¡Excelente! Te veo en dos semanas -y colgó.
Por ahora todo iba bien, conseguí trabajo y me pagarían bien, recordé que hoy también tenía trabajo en la noche, en un club nocturno. Esperaba a que todo salga bien.
Cuando llegó el atardecer, me fui a casa para prepararme. Eran las diez de la noche, papá ya estaba dormido, me puse ropa cómoda y me maquillé solo un poco.
Salí en silencio, procurando a qué papá no despierte.
Tomé un taxi que me llevó al club, cuando estuve ahí, entré. Las chicas que trabajaban me recibieron muy bien, todas eran muy amables. Me dieron mí uniforme y me indicaron todo sobre bebidas, no era tan difícil como creí.
-Siempre debes responder a los clientes, se amable y muéstrate sonriente. Si alguien quiere sobrepasarse, llama a seguridad ¿Has entendido? -me preguntó.
-Sí, entendí todo - le respondí con seguridad.
-¡Suerte en tu primer día! -me dijo para luego irse.
Cuando el club abrió, comenzó a llenarse de gente, pero rica, estos clubs eran para gente con mucho dinero. Todo iba bien, los clientes charlaban conmigo y yo les respondía amablemente.
Este trabajo no estaba nada mal.
-Es la primera vez que te veo aquí ¿Eres nueva, no? -me preguntó alguien a mis espaldas.
Me di la vuelta, y frente mío estaba un hombre rubio, de ojos marrones, con ropa muy lujosa, aparentaba de unos 30 años. El tipo me miraba fijamente, eso me ponía nerviosa.
-Asi es... -le respondí -¿Que quiere para tomar, señor?
-Un martini, por favor...
Mientras preparaba el cóctel, sentía su mirada sobre mí, noté que me miraba de arriba a abajo, y me ponía aun mas nerviosa. Cuando al fin terminé de prepararlo, se lo dí.
-No sabía que habían contratado a una chica tan bonita como tú...de saberlo hubiera venido corriendo a darte la bienvenida.
Mí rostro se tornó rojo, mis mejillas estaban calientes. No respondí porque sabía que si abría la boca diría cualquier tontería.
Decidí ir al baño para calmarme, le dije a una compañera que me cubra y fue muy amable al aceptar. Lavaba mí rostro para bajar el calor, me mire en el espejo y note las ojeras. El trabajo y la universidad me quitaba mucho tiempo, por lo que no dormía lo suficientemente.
Cuando terminé, salí del baño, yo estaba por volver a mí puesto, de pronto alguien me tocó la cintura, giré mí cabeza para ver quién era y me sorprendió ver que era el tipo que me coqueteó hace unos momentos. Él me sonrió y rápidamente me aleje de él.
-Señor, usted no puede hacer eso, ni tampoco puede estar aquí -le dije un tanto enfadada.
-Claro que puedo, cariño -me dijo con voz ronca, otra vez estaba coqueteando.
-No, señor. Así que le pido que se retire o llamaré a seguridad -amenacé.
-¿Cómo ellos se atreverían a sacar al dueño de este club? -aquellas palabras me dejaron muda.
¿Dueño?¿Este tipo?
-Yo...no sabía que usted era el dueño. Lo siento, señor.
El se acercó a mí y tomo uno de mis cabellos poniendo este detrás de mí oreja. Acercó su rostro al mío, podía sentir su agradable perfume.
-Lo dejaré pasar esta vez. Si algo vuelve a pasar...tendrás que abstenerte a las consecuencias, así que, ten mucho cuidado, nena...-me susurró al oído causando un escalofrío en mí cuerpo. Luego de unos segundos se fue dejándome totalmente confundida y atónita por lo ocurrido.
AWANTIAAA EVANN AJJAJAJA
Todos queremos ser Rachel ಥ‿ಥ
Voten y compartan si les gustoo
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