*.*.*Yuuri.*.*.*

Desperté gracias a la suave luz del sol que se filtraba por la ventana de la habitación

El suave goteo del suero conectando a mi vía intravenosa era lo único que se escuchaba dentro de la habitación, en estos momentos; rodeado del silencio es que aun me pregunto si realmente estoy en la realidad o me caí lo suficientemente fuerte en el hielo como para quedar en coma —Algo tonto si mencionamos el fuerte dolor en mi abdomen que confirma que estoy despierto—

Años atrás, gracias a los bajos índices de nacimientos femeninos y a los descubrimientos de la ciencia en materia de genética. Empezaron a aparecer en el mundo hombres cuya estructura interna era muy similar a la de una mujer en cuanto a la capacidad de concebir una vida, por lo demás; físicamente son hombres completamente normales, o al menos lo son para algunos. Los demás solo creen que son aberraciones insignificantes cuya existencia va encontra de los principios impartidos por dios

Desde la primera vez que surgió esta condición. Los donceles —nombre dado a dicha condición—, hemos sido tachados de monstruos, basuras y otros calificativos mucho más denigrantes. Aunque hoy en día las personas son mucho más comprensivas y tolerantes; aun existen algunos que conservan aun su intolerancia hacia el asunto

Tuve que soportar el ataque de muchos al momento de empezar a patinar profesionalmente, tuve ataques de pánico al momento de competir gracias a la presión que me impuse a mi mismo por llenar las expectativas; para demostrar que era digno de ser considerado un igual de los demás patinadores, caí en depresión y casi dejo mi carrera

Todo se complico más en cuanto Viktor se convirtió en mi entrenador, mucho más cuando empezamos a salir y llego hasta los extremos en cuanto nos casamos. Había momentos en los que quería terminar con todo, olvidarme del mundo y desaparecer, pero Viktor jamás me dejo, defendió lo nuestro con todo lo que pudo; y les callo la boca a todos los que estaban en nuestra contra. De eso ya dos años y medio, los cuales no cambiaría por nada

Gire mi vista hacia mi izquierda y allí me encontré con la vista más graciosa del mundo

Viktor estaba sentado a mi lado en lo que a mí respecta; la silla más incómoda del mundo, con el cabello alborotado, un hilito de baba bajándole por la barbilla y a punto de caerse al piso

Quise reírme a carcajadas, pero tuve que contenerme de hacerlo; me dolía hasta el respirar y la sola idea de lo mal que debía de haber dormido en ese lugar me dieron ganas de cederle un poco de espacio junto a mí en la cama

—¿Viktor? .—acerque mi mano hacia su hombro y le moví un poco, el en reacción se acurruco más contra la silla .—¡Viktor!

Viktor despertó algo sobresaltado mientras giraba su vista alrededor de la habitación , con el dorso de su mano se quitaba el hilito de baba que bajaba por su mentón. Fijó su vista hacia mí mientras sus ojos brillaban y su boca formaba una sonrisa de corazón

— Yuuri~. —Viktor se abalanzó sobre mí mientras me envolvía en un fuerte abrazo. Sus brazos eran cálidos, sus manos acariciaron suavemente mi cabello. — ¿Cómo te sientes, te duele, tienes hambre?

—Tranquilo Vitya.—lo abrace fuertemente a mi ocultando mi rostro en su cuello, embriagándome con su aroma. —Estoy bien, duele un poco pero es soportable. —hice algo de espacio junto a mí en la cama mientras dejaba un corto beso en su mejilla. — ¿Los niños donde están. Quiero verlos?

—Una enfermera se los ha llevado hace poco a una evaluación de rutina. —me abrazo por los hombros y me recostó más a su cuerpo. —Son tan lindos. Yuki y Viktoria son las cositas más adorables del mundo. Solo míralos Yuuri . —Viktor saco su teléfono de su bolsillo y empezó a enseñarme un montón de fotos de nuestros hijos, apenas llevan horas de vida y ya hay como mínimo 1000 fotos de ellos

—Se ven tan hermosos con la ropa que les regalo Yuri.—

—Yo he dicho exactamente lo mismo en cuanto se los vi puesto. —Dijo sonriendo.—incluso las enfermeras opinaron igual

Me reí un poco con la actitud de Viktor, es tan adorable la forma tan llena de orgullo que tiene al hablar sobre los niños, incluso antes de ellos nacer ya era así. Estuvimos mirando algunos mensajes de nuestros amigos hasta que tocaron suavemente la puerta

—Con permiso. —dijo una voz suave abriendo la puerta. —Buenos días señor Nikiforov, le hemos traído algo de compañía. —una doctora algo bajita entra a la habitación seguida de dos enfermeras empujando dos pequeños cuneros. —¿Cómo se siente esta mañana?

—Algo adolorido. —Mi vista se centro únicamente en los dos pequeños cuneros donde se veía algo de movimiento. —¿Puedo cargarlos?. —La doctora termino de anotar algunas cosas en un portahojas y volteo a mirarme sonriendo.

—Por supuesto que puede cargarlos, solo tenga cuidado de no lastimarse. —después de decir esto las enfermeras asienten en respuesta mientras sacan a los bebes con cuidado. —Muy pronto comenzaran las horas de visita, nosotras nos retiramos para que puedan estar tranquilos.

Nos ha dado un asentimiento de cabeza antes de dirigirse a la puerta, las enfermeras se han acercado a dejar en nuestros brazos a ambos bebes para finalmente salir detrás de la doctora

Mi vista se fijo en el pequeño bulto en mis brazos, con los ojos abiertos y el dedo en la boca me miraba fijamente y con total curiosidad mientras yo acariciaba su cabecita por sobre el gorrito de bebe que llevaba

—Yuuki se parece mucho a ti Yuuri~.— Viktor se sienta justo a mi lado mientras mece y hace morisquetas a Viktoria que solo lo mira somnolienta. —Mi pequeño bebe cerdito, lindo lindo lindo. Tienes la belleza de tu madre

—Y Viktoria se parece mucho a su papa. —pase mi dedo pulgar sobre su suave mejilla adornada de un suave color rosa. —La belleza rusa está en los genes de ambos. Solo espero que no tengan mi complexión física tan cambiante

—Bromeas, yo adoro cuando pareces un lindo malvavisco, blandito y suavecito. —

—Si si y yo adoro cuando ambos están en silencio. Ya dejen de ser tan cursis, es empalagoso. — ambos volteamos la mirada a la puerta donde un Yuri algo enojado entraba apretando fuertemente un gran oso de peluche, mientras tomaba de la mano de Otabek quien llevaba una caja de regalo algo grande

—Oh Yurio viniste, pero mira que cara cargas, si sigues así tu linda cara va a arrugarse muy pronto. —

—Vete a la Mier.—antes de siquiera terminar con el insulto , su vista se fue directo a los dos pequeños bultos en nuestros brazos. Su cara enojada cambia completamente, con una sonrisa grande y ojos verdes brillantes. —WoW son tan pequeños, mira Beka son tan lindos.

Ambos se acercan a nosotros. Yuri jalando fervientemente a Otabek hasta la cama

—Si Yura, son muy lindos. —dijo mientras dejaba la caja y el peluche a un lado de la cama. —Muchas felicidades señor Yuuri, Viktor

—Si claro, felicidades felicidades. Ahora déjanos cargarlos. —

Viktor que estaba a mi lado pego más a su pecho a la bebe mientras saca la lengua hacia Yuri

—No quiero. —haciendo pucheros. —Mío. —Dijo señalando a Yuuki.— Mía. —señalando Viktoria. —Nuestros. —abrazándome hacia el

—No puedes estar hablando enserio. —Viktor volteo la mirada hacia otro lado como si no le hablaran a él. —Es en serio verdad. —dijo ya algo irritado

Ambos seguían discutiendo sin dar ninguno su brazo a torcer, Viktoria y Yuuki se removían algo incómodos de tanto alboroto y yo lo único que podía hacer era pedirle con la mirada a Otabek que hiciera algo

— Viktor,¿Ya has comido algo?. — ambos se detuvieron mientras Viktor niega con la cabeza.—Yo tampoco pude gracias a que alguien estaba muy impaciente.—volteo su mirada hacia Yuri y el solo se hizo el desentendido .—Porque no vamos juntos al la cafetería del hospital

— Otabek tiene razón, no es bueno que te quedes sin comer nada

—Pero Yuuri

—Por favor,por mi.—puse mi mejor sonrisa para convencerlo mientras el,algo refunfuñón dejaba con mucho cuidado a Viktoria en los brazos de un muy sonriente Yuri

—Dejo en tu cuidado a mis mas grandes tesoros Yurashka, cuídalos bien

—Son solo unos minutos anciano.—dijo acariciando las mejillas de la bebé

Viktor salio refunfuñando algunos insultos en ruso mientras Yuri le mostraba la lengua victorioso con nuestra hija en brazos

—Enserio no entiendo como lo soportas

—El amor Yuri. El amor

—Si yo fuera tu le daría un puñetazo —se sienta a mi lado — Con amor claro

Ambos reímos un poco por su ocurrencia y charlamos un poco en lo que llegaban nuestras parejas

Cuando al fin regresaron Viktor y Yuri se enfrascaron en una pequeña discusión por quien tomaba a la pequeña, la cual termino en cuanto deje en brazos de Yuri a Yuuki, hasta que fue hora de irse

—Eso es traición Yuuri, no ves que Yurio quiere quitarnos a nuestros bebes—cargo a ambos niños en brazos mientras Otabek y Yuri se despedían

—Yo no quiero quitarte nada viejo calvo — .dijo cogiendo de la mano a Otabek mientras sonreía con maldad. —Deja que crezcan y ya veremos a quien quieren más. A su viejo molesto o al hermano genial