5. LIBROS
Ya había pasado algún tiempo desde que los cinco chicos se habían conoció y habían formado un "simpático" grupo de amigos, las bromas de Claude, el razonamiento de Alan, la serenidad de Allegra, el entusiasmo de Bridgette y la irrompible seriedad de Félix.
Para ese momento no era un secreto para ninguno de ellos y ni para todo el colegio Françoise Dupont de los profundos sentimientos que cierta azabache tenía por cierto rubio. Así es que Félix en su nueva faceta de tratar de ser empático con todos evitaba a toda costa hacerle un desaire a su pequeña amiga. Así es que para ello había discurrido de una estratagema muy propia de él, los libros, cada vez que Bridgette acudía a él con la intención de pedirle una cita o tener algún momento a solas, él se refugiaba en uno de los tantos libros que llevaba encima evitando así prestarle atención, pero todo por servir se acaba y la azabache estaba ya perdiendo la paciencia por esa repentina y severa afición a la lectura de su "futuro marido", como ella lo vislumbraba.
La enorme sonrisa que Bridgette mostraba aquella mañana no dejaba a lugar a dudas de la alegría que la invadía, así entró al colegio y así llegó a su clase sin perder ni un ápice de aquella muestra de felicidad.
- ¿Alguien parece contenta hoy? - pregunto Allegra acercándose a ella.
- Estoy más que contenta, los he conseguido. - ampliaba más su sonrisa.
- ¿Los has conseguido?, ayer escuche que se habían agotado.
- Si, yo conseguí los dos últimos, estuve formada cinco horas pero ha valido la pena. - le mostraba con aire de orgullo las dos entradas con el membrete del "Cirque du Solei" - Estoy convencida que en cuanto las vea no rechazara mi invitación.
- ¿Lo imaginas?, él y yo solos tomados de la mano viendo el espectáculo. - fantaseaba con radiante fulgor en sus ojos, ilusionada ante su segura cita.
- Ji, ji, ji, primero tendrás que conseguir hablar con él. ¿Te recuerdo lo que ocurrió en todas las demás ocasiones?.
- Esta vez será distinto, seré más directa y atrevida. - su voz denotaba determinación frente a Allegra que solo rodaba los ojos por tantas veces que había escuchado ya aquella frase.
- Mira, ahí lo tienes. - señalaba la rubia hacía la puerta.
Como era de esperar Félix había entrado con un tomo de "Guerra y Paz" de Tolstoi frente a su cara, sin prestar atención a nada ni a nadie caminó hacia su sitio.
Bridgette rápidamente se levantó de su lugar y espero a que Félix pasara a su lado.
- Buenos días Félix, tengo dos entradas para el "Cirque..... - el chico pasó de largo inmerso en su libro y sin prestarle atención a la azabache.
Ella lo veía atónita, no le había prestado ni las mas mínima atención, había sido como si ella fuera invisible para él, con el labio inferior hacía fuera y ceño fruncido se sentó de nuevo ante la frustración de haber fallado.
- Muy ilustrativo su método señorita "directa y atrevida". - reía por lo bajo Allegra.
En el recesó las dos chicas estaban sentadas en una de las bancas del patio mientras observaban a su tres compañeros conversando amenamente al otro extremo del recinto.
- Inténtalo ahora que está hablando con Alan y Claude. - sugirió la rubia.
- ¡Voy allá! - respondió entusiasta.
- En cuanto el rubio se percato de que Bridgette se acercaba cortó la conversación y tomó sus libros y se alejó leyendo uno de ellos.
La azabache ni siquiera se detuvo a saludar a sus dos amigos seguía a paso rápido tras de Félix.
- ¡Félix, espera! tengo que hablar contigo. - ella se esforzaba pero nada, él parecía no escucharla solo se concentraba en su lectura.
Cuando parecía alcanzarlo él se giró a la izquierda y entró al baño de los chicos, nuevamente con una cara de hastío regresó donde su amiga la esperaba.
- ¿Qué?...¿Don tempano de hielo prefiere seguir flotando solo a la deriva?. - dijo con sorna Allegra.
- Es una mala analogía ¿lo sabes?...pero muy acertada...Si, ni siquiera se detiene a escucharme, siempre con la nariz metida en sus libros...pufff - bufó agobiada.
- Lo mejor será que desistas, de seguro que Claude te acompaña.
- ¡No!, conseguiré que Félix Agreste vaya conmigo, aunque sea lo último que haga. - Allegra sintió un escalofrió ante la intensa mirada de su amiga.
Un nuevo día comenzaba en Paris y una alegre azabache llegaba a su clase. Allegra observó que aparte de su habitual cartera traía un libro en la mano, "Guerra y Paz".
- ¿Le vas a hacer la competencia a Félix? - preguntó riendo.
- No tiene nada de malo que me interese por la lectura. - respondió sin más.
- Mira, viene entrando de nuevo con el libro frente a él. - señaló la rubia.
Sin decir nada Bridgette se puso en pie, tomó su libro y comenzó a leerlo mientras caminaba a paso rápido hacía el rubio. El choque de ambos no se hizo esperar quedando las cosas de Félix desperdigadas por el suelo.
- Que torpe soy, lo siento mucho. - rápidamente se agacho a recoger las cosas del rubio, quien la miraba desconcertado.
- Toma, - le entregó su cartera - y no olvides tu libro, creó que esta era la página que estabas leyendo. - le entregó el libro semiabierto en una página determinada y regresó a su lugar llevándose su libro.
Félix la siguió con la vista hasta que ella con gracia se sentó sin dejar de sonreírle. Aun desconcertado abrió su libro y sus ojos se abrieron de más y sus pupilas se dilataron, miró un par de veces a Bridgette antes de soltar un suspiró de derrota.
Al pasar junto a la azabache se detuvo y sin levantar la vista se dirigió a ella.
- Te recogeré a las cinco el próximo miércoles. - y sin mas camino hasta su lugar.
- ¿Que ha sido eso? - preguntó intrigada Allegra.
- ¿Eso? han sido los libros. - dijo mostrando una gran sonrisa de satisfacción.
Félix solo veía una y otra vez la página de aquel "Guerra y Paz" en la que estaban pegadas dos entradas para el "Cirque du Solei" y una foto de Bridgette sosteniendo un cartel "¿Vendrías conmigo?".
FIN
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