Estaba parado frente al espejo de su cuarto semidesnudo, admirando como había cambiado su cuerpo.
Le sorprendió que su vientre tomará mayor tamaño del que esperaban, eso le había generado estrías que se podían apreciar de manera significativa, pues su piel pálida daba a resaltar las marcas rojizas que estaba dejando su embarazo.
No le causaba incomodidad, ni siquiera le parecía que lo hacía ver “feo”, simplemente le daban comezón, una comezón tremenda de vez en cuando. Su dulce esposo se acostaba a su lado y comenzaba a sobarle esas marcas con crema o pomada mientras le hablaba al bebé.

-¿Mirándote de nuevo? -murmuró su cansado marido cuando apareció-. Por fin pude terminar lo que me pediste.

-¿Instalaste la cuna?, me habría quedado, pero últimamente ya me es muy cansado quedarme de pie, y ahora el único lugar cómodo que encuentro es mi cama.

Thor sonrió con ternura.

-Lo sé.
Bueno, terminé eso, ayudó que pintaramos antes de que ya no pudieras pararte. En fin, tenemos que ir de compras y...

El timbre sono captando la atención de ambos. Se miraron y luego el rubio bajó abriendo la puerta.

-¡Thor! -saludo su madre abrazandolo-. Cuanto tiempo mi amor.

Estaba inmóvil, su mirada estaba vacía, y sus sentimientos encontrados.

-Thor -saludo Odín-. Un gusto volver a verte.

-Madre, Padre -un suspiro acompañó su mala cara-. ¿A que debo sus visitas?

-Ay hijo, no tienes porque tratarnos así -la mujer dejo su maleta sobre el sillón-, hemos tenido nuestros descontentos, pero no nos puedes privar del privilegio de conocer a nuestra nieta.

-Pero que...

-¿Thor? -la voz de Loki se hizo presente desde la planta alta.

-Son mis padres -sus palabras salieron con cierto desagrado-. Nadie los invitó, no los privaria de su nieto, pero no han hecho nada por él.

-¿Él? -su madre sonrió-. No seas tonto, ya le compramos todo a la pequeña Daniela.

-Pero no...

-Shhh -miró a su esposo-. ¿Verdad que ya hemos comprado todo para Daniela? -Odín asintió- ¿lo ves?

-No lo quiero.

-No seas un grosero, el que no acepte tu matrimonio no te hace ser un grosero con tu madre.
Al menos Freyja por fin estuvo consciente de que era una mujer, ¿dónde está?

-Arriba, y se llama Loki.
También les agradecería que se larguen ahora mismo con todas sus cosas, yo no les he pedido nada.

-Thor -volvió a llamar Loki-, no les hables así, son tus padres.

-¡Freyja! -hablo Frigga-, que gusto verte querida.
Te traje unos vestidos cómodos para esta etapa.

-Soy Loki.. -trataba de ser amable-, y no uso vestidos desde que tenía siete.

-Tonterías, uno no puede negar su naturaleza.

Claramente se sintió ofendido, como si el tener un hijo lo hiciera menos hombre.

-Mamá.. -reprochó Thor-. No quiero ser grosero, pero es hora de que se vayan.

-No Thor, esta bien. -Su voz era triste- ¿Gustan comer?

-Por fin algo que ofrecen, ya era hora de que tú mujer hiciera algo.

Thor apretó los puños. Loki le tomó la mano.

-Iré arriba, no me siento muy bien.
Haz que se vayan de manera cortes.

-Oh Claro que se irán, pueden meterse todos sus prejuicios por donde les quepa.

-Thor, modales -jugó-

-Te amo Loki.

-Te veo arriba, seguiré admirando mis estrías. Me hacen sentir único.