La misión principal estaba llevándose acabo, primero harían que Bruno conviviera con más personas por su voluntad. Hasta el momento por voluntad propia solo convive con Mirabel y recientemente con Camilo; su plática de hace una semana sobre la obra de nueva del de verde vestimenta fue una manera muy efectiva de acercarse a el.

— ¿Cuáles flores te gustarían? –pregunto a Dolores, su boda con Mariano sería esa misma noche, Pepa estaba muy emotiva por lo que Bruno estaría allí de apoyo emocional para esta–

— ¿Que tal si te tomas libertades? –sonrio acomodándose el peinado, el cual fue hecho con ayuda de Isabela, obviamente–

— No puedo creer que te vayas a casar con el Maluma –se quejo molesto, el apodo lo saco por buscar un modo corto de referirse a Mariano, ¿quedaba muy bien Maluma no?–

— Y yo no puedo creer que le digas diciendo así

— No peleen por favor, démosle a la abuela una boda tranquila, ¿si? –pidio la próxima guardiana del milagro–

— Bien –dijeron ambos hermanos en modo de queja–

— Gracias

— Chicas, la abuela dice que si ya están listas –pregunto Toñito desde el otro lado de la puerta, se suponía que Camilo no estaria con Dolores por ser padrino de Mariano, pero de algún modo termino quedándose con ella–

— Claro, déjenme ir por el tío Bruno y bajo –asintieron dejando que saliera de la habitación de Dolores llendo a la puerta de Bruno–

Su camino fue tranquilo, iba tarareando la canción de «La familia Madrigal actualizada», versión en la que la nombraba a Bruno sin mencionar su desaparición.

— Mi tío Bruno, el futuro observa, más no lo puede cambiar –canturreo tocando la puerta anunciando su entrada, escuchando un pase para entrar a la habitación– ¿Listo para la boda de Dolores tío?

— N-no lo sé Mira... ¿Y si tengo una visión y arruino todo como con la de Pepa? ¿O como casi lo hice con la de Julieta? Eso si fue un desastre –empezo a murmurar posibles escenarios negativos, frustrando a su sobrina–

— Tío –le interrumpió– por favor, nada malo pasará. Está será la primera celebración de la familia a la que asistes luego de doce años, nos hace mucha ilusión que asistas, en especial a Dolores –comento tratando de darle ánimos–

— Okey... –metio la mano derecha dentro de su ruana de gala, la cual es literal su ruana de siempre solo que los símbolos de relojes de arena y tiempo estaban hechos con hilo dorado, contrastando brutalmente con la tela verde de la ruana– vamos para allá –lanzo un puño de sal por sobre su hombro izquierdo, sus rituales no faltarían en esta celebración–

— ¡Así se habla! –exclamo emocionada– si te llegas a sentir mal solo dime antes de desaparecer te de la nada –sonrio bromista, no quería repetir lo de la fiesta de cumpleaños de Luisa, dónde casi todo el pueblo se reunió y el en pleno ataque de ansiedad se escondió dentro de los muros de Casita durante tres días–

— No prometo nada

— No me hagas esto tío –chillo bromista y dramáticamente–

Sip, tenían una muy bella relación de sobrina-tío en la cual Mirabel era el ancla emocional de Bruno. Suena mal pero es cierto, ella es la principal razón de sus acciones en su pasado y presente... Y quizás también su futuro.

En definitiva, no salió como Bruno creyó que saldría, todo fue perfecto, desde el clima despejado siendo alumbrado por la luz de la luna hasta la misma fiesta luego de esta. Mentiriamos si dejamos que Bruno no se sintió intimidado ante Mariano, el cual tenía una complexión parecida a Luisa o Félix, fornida, mientras que Bruno era literal un fideo andante. Mirabel tuvo a Bruno pegado a ella como un niño de cinco años a su mamá, le estresaba tanto ruido y tantas personas, y aún más estrés el estar en un lugar abierto, ¿Y si volvía a temblar?

— Tío, por favor, no volver a temblar. El milagro está en perfectas condiciones –le tranquilizó Mirabel dándole unas arepas y dejándolo con su abuela– te dejo con la abuela, debo ir a lidear con alguien. Dicen que llegó alguien nuevo del exterior –le hizo de enigma para luego desaparecer rápidamente dejando a Bruno con Alma, ambos se miraron y Alma sonrió–

— Brunito, ¿cómo estás mijo? ¿No estás alterado por tanta gente? –obviamente estaba al tanto del actual problema de Bruno, era el más pequeño de los trillizos, por lo tanto lo protegían sus hermanas y madre–

— Por ahora creo que estoy bien mamá –le dio una mordida a su arepa, buscando más confort en la comida de su hermana–

— Me alegro que la pases bien cariño, sería desastroso que no la estés pasando bien y estés aquí sufriendo –menciono, por la cantidad de música Dolores estaba pasando por dolores, valga la redundancia, de cabeza así que utilizaba tapones para los oídos, los cuales le fueron regalados al cumplir los diez años–

— ¿Cuánto crees que dure esta fiesta ma?

— No lo sé Bruno, pero si se que deberé irme a dormir pronto, ya estoy muy vieja para estarme desvelando tanto con ustedes –comento haciendo que Bruno sonriera–

— Apenas tienes setenta y siete ma, todavía estás joven

— Ni tanto mijo

Continuaron así, platicando de cualquier tema haciendo que Bruno se olvide por un segundo que se encontraba en el exterior tan tranquilamente. Dónde se diera cuenta de que tanto ruido había posiblemente se vuelva a ocultar tres días en las paredes de Casita.