66.
Las fuerzas de Geno a partir de esas semanas mejoraban fugazmente, la energía le ganaba por mucho a la debilidad y todos los días hacia una limpieza diaria con ayuda de Ink, quien veía aquel lugar como un espejo.
Siendo que algunos muebles eran de madera.
" Tomate un descanso, Geno." Sonrió ladino Ink, sentado y agotado por tener que estar de puntillas sobre la silla para alcanzar el techo y pasar el trapo.
" Lo siento. Es una costumbre que agarre."
" ¿Cuando esperabas a tu exesposo?"
Geno detuvo en su andar, y el rostro bajó sin rechistar.
Ink anotó eso de inmediato.
" No diré que dejes de limpiar, pero te recomiendo que las costumbres que tuviste con él las quites o el pasado no podrás dejar."
" ¿y obtendré el café de nuevo? "
" Y obtendrás el café de nuevo, hasta te lo compraría de mi propio dinero."
"Ese dinero técnicamente es de mis hermanos."
"Touche."
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