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Capítulo 8

El señor Kim suspiró cansado y miró a Namjoon, llevaba mucho tiempo tratando de ayudarle a superar sus miedos e inquietudes y a veces pensaba que sencillamente ese chico no tenía intenciones de curarse. Estaba más a gusto en un sanatorio o en la casa de en un extraño que en su propio hogar, tal vez el problema estuviera en sus padres y no en él sin embargo ¿existía alguna figura materna o paterna que acéptase ser culpable de todo aquello que su hijo o hija sentía? Por un momento casi se sintió culpable, estaba siendo demasiado duro con Jin. Ya nada quedaba del niño dulce y alegre que su hijo solía ser hace tantos años.

–No quiero volver - la voz de Namjoon lo arrancó de sus pensamientos y volvió a centrarse en su trabajo. Ese chico lo necesitaba más, Seokjin  era lo suficientemente mayor como para buscarse la vida por si mismo.

–¿Por qué? - sabía la respuesta pero quería escucharla saliendo de los labios de su paciente.

–No lo sé, demasiados recuerdos agridulces - Namjoon suspiró y miró el techo mientras jugueteaba con sus manos. Apretaba sus dedos nervioso, se mordía las uñas y arañaba sus brazos de vez en cuando - Nunca me ha gustado mi casa, ni mis padres, ni siquiera el barrio donde vivíamos.

El doctor observó discretamente la manera en que el agorafobico rasguñaba la piel bajo sus muñecas, tratando de hacer menos notable la ansiedad. Anotó una vez más la descripción acerca del daño físico que el muchacho se autoinflingia cada vez que tocaban una conversación medianamente incómoda para él. Probablemente sus padres lo abandonaron mucho o lo protegieron demasiado, de cualquier forma Namjoon no había aprendido nunca a lidiar con el estrés. Le gustaba la total tranquilidad y ese accidente destrozó una mente que desde un inicio se había mostrado débil en muchos aspectos.

–Si lo sabes Namjoon. Cuéntamelo, puedes halar conmigo.

Jin observaba la escena con una mueca de rabia desde la esquina. Su padre jamás había querido escuchar ni uno solo de sus problemas, se sentía prácticamente estúpido sintiendo envidia de un pobre chico que ni siquiera lograba expresar lo que pensaba sin entrar en una especie de trance. Podía ver como Namjoon enterraba sus uñas en la piel de sus brazos buscando el dolor físico y de repente los moratones que se difurcaban por el largo de la cara interior de estos tenía sentido, lo había visto el día anterior, cuando Namjoon se quitó la sudadera para ponerse el pijama, primero puso sus ojos sobre la espalda musculada del chico y después sobre los brazos, encontrando musculo pero también señales liliáceas en toda la extensión de su piel. En un sanatorio no podría hacer nada en contra de su vida, le quitaban todo pero aún así las finas uñas de sus manos tenían que crecer lo suficiente para poder ser cortadas y ahora estaban lo suficientemente largas como para causar un desastre de arañazos.

Seokjin siseó, le daba grima ver como Namjoon se hacía eso.

–Después del accidente - su padre asintió - todo cambió, no me gusta eso. Mis padres han cambiado, quisieron superarlo con una nueva vida y me apartaron de todo lo que amaba.

De nuevo el psiquiatra escribió algo sobre su cuaderno con lentitud, casi con parsimonia. Era como si ya conociera todas las respuestas antes de realizar en voz alta las preguntas. Conocía a la perfección a ese chico, uno de sus más antiguos pacientes.

–¿Tienes eso algo que ver con tu miedo a socializar o tu miedo a enfrentarte al mundo y las personas de este?

La pregunta surgió efecto en Namjoon quién por un segundo dejó de arañarse a sí mismo para mirar al doctor con la duda marcada en los ojos. Jin volvió a poner atención, sentía curiosidad.

–¿Qué haces Jinie? - la voz de Dae lo interrumpió en medio de los pensamientos turbios que el rostro del pintor mostraba.

–Ag, Dae, sube arriba. Quiero saber a quien mierda a metido papá en casa - su hermano río, definitivamente nunca podría engañarlo.

-Es sólo curiosidad, ¿a qué sí? - dijo caminando hasta su escondite en la esquina - Yo también quiero saber más de Joon.

Jin frunció el ceño ante el apodo que su hermano le había puesto a ese idiota, solo se conocían desde hace unos días y su inocente hermano ya estaba tratando de hacer los peores amigos. Sus elecciones solían ser más peligrosas que curiosas.

–No. No es curiosidad, hay un loco en nuestra casa y no puedo dormir tranquilo.

–En el sentido estricto de la palabra... no está loco, no hace locuras. Solo siente miedo del exterior. Mucha gente comienza a tener agorafobia ahora, dicen que se debe a....

–Da igual Dae, dejame escuchar.

El pequeño guardo silencio y se escondió detrás de su hermano igual de curioso acerca de Namjoon. Era una persona nueva y a DaeHyun Le gustaba conocer gente, incluso si a veces lo tachaban de raro o inconsciente. No podía evitar querer tener amigos, podría probar a entablar amistad incluso hasta con el diablo si eso le quitaba la soledad. Sin Jin estaría realmente deprimido.

–Bien Namjoon, me alegra que me hayas confiado ese secreto. No creó que sea tan grave como piensas pero prometo no decir nada - la voz de su padre era tan monótona y desinteresada que Jin no lograba entender como era de los mejores en su campo de trabajo. ¿No creaba vínculo con sus pacientes o simplemente tampoco le importaban?

–Si es grave doctor - la voz de Namjoon estaba ronca por la necesidad de llorar, le dolía la garganta mientras cerraba la boca y se mordía el labio demasiado fuerte.

–Créeme, para alguien objetivo, es un sencillo detalle que nada influye en los acontecimientos que ese día tuvieron lugar en tu vida - su padre suspiró y forzó una sonrisa - Venga, eres lo suficientemente listo como para comprender que no podrías haber hecho nada para evitarlo. ¿Cierto?

–No lo sé, hace mucho que no sé nada señor.

Los ojos de Namjoon revolotearon alrededor de la estancia hasta encontrarse con unos ojos curiosos. En otra ocasión podría haber resultado gracioso o incluso adorable la manera en que Jin se apartó y cayó sobre el suelo al comprender que había sido descubierto pero lo cierto es que en ese instante Namjoon sólo logró temblar de ira, había revelado su secreto mejor guardado y el hijo del doctor lo había oído.

–¿Qué has escuchado? - se levantó totalmente ido por la sensación de exposición que la situación le provocaba.

Sus manos fuertes casi volaron hasta el cuello del sweater de Seokjin antes de empujarlo con fuerza contra la pared. Jin gimoteó adolorido, se encogió con miedo al notar como el chico caminaba de nuevo hacia él. Namjoon levantó el puño dispuesto a golpearlo y todos los recuerdos de su padre castigandolo con golpes en el pasado... todo el horror que vivió de niño regreso a su mente. Un gritó de pavor se escabullo de su boca. Todo su cuerpo temblaba ante la idea de tener que recibir de nuevo golpes como consecuencia de sus errores.

-¡Nada! - dijó - No he escuchado nada.

El golpe de Namjoon nunca llegó, el muchacho solo se quedó quieto observando a Jin arrepentido por la forma en que había reaccionado.

-No.. no voy a pegarte Jin - y era cierto, no era una persona violenta a pesar del impulso que solo un minuto atrás lo había obligado a empujar con fuerza a Seokjin.

-Él no lo hará pero yo sí - el doctor Kim apartó a Namjoon y antes de que cualquiera de los ahí presentes pudiese moverse tan si quiera un poco el golpe resonó con fuerza dejando la señal de un hilo de sangre esparcida por el suelo y la boca de Jin.

Namjoon lo miró perplejo, temblaba de puro miedo y se abrazaba las piernas evitando la mirada del señor Kim.

–Nunca aprendes subnormal.

Seokjin bloqueo buscando aire mientras miraba de reojo a su padre subir al primer piso de la casa. Dae rápidamente lo cubrió con sus brazos en un cálido intento de abrazo.

–Jin... yo... siento lo que ha ocurrido - confesó Namjoon.

Pero los dos hermanos estaban demasiado sumidos en los malos recuerdos como para prestarle atención y él se sentía demasiado culpable como para apartar la vista del chico que ahora se mostraba tan débil y asustado ante sus ojos.

"Noticias de última hora, según la versión de una enfermera el muchacho podría haber escapado por miedo. En las últimas semana había estado hablando acerca de que alguien trataba de lastimarlo sin embargo el resto de enfermeras han negado esto y lo han adjudicado a un simple rumor. "






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Apuesto a que me estáis odiando ahora. Sí, va a haber un poquito de drama en esta novela, nada que implique un mal final, para tristeza está la realidad. La literatura siempre debería mostrarnos un mejor mundo sin olvidar el realismo. Un 50% de cada.

Espero que os haya gustado baes.

Un beso, Mel 😘

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