Capítulo 6
Nadie podría entender el miedo que se extendió por el cuerpo y mente de Namjoon en el momento en que comprendió que tal vez, si ese asesino se encontraba dentro del hogar de los Kim él y sólo él sería el único sin posibilidad de supervivencia. Estaba siendo egoísta por pensar tan sólo en su vida, una vida que ni siquiera le causaba demasiada emoción pues sus días eran una constante repitición de terapias inútiles, jornadas de dibujo y cócteles de somníferos a escondidas. Su vida era sin duda desastre pero lo cierto es que todavia tenía la esperanza de conseguir curarse, se aferraba a esa posibilidad tanto que casi dolía notar como esta era arrancada de sus entrañas. Antes de su enfermedad en su cabeza sólo existía lugar para sueños: viajes que realizar, idiomas que aprender, un trabajo que escoger o incluso jornadas de vacaciones con sus amigos, tal vez acampando o visitando algún festival de música donde cada persona que se crúzase ante sus ojos fuera más única y especial que la anterior. Pero sus sueños habían muerto hace mucho tiempo, al igual que ahora moría su esperanza de recuperarse y con esta sus ganas de volver a ser el adolescente plagado de colores e ideas extrovertidas.
–Namjoon - la voz de SeokJin sonaba lejana sin importar que el muchacho estuviese a su derecha, de cuclillas y posando la mano sobre su hombro para llamar su atención.
Namjoon se giró, el corazón repiqueteaba con tanta fuerza en su pecho que incluso sus manos y piernas habían comenzado a temblar al ritmo de cada latido. Su rostro,, antes lleno de calor por la calidez del desayuno caliente o la chimenea encendida, ahora se tornaba pálido y frío, incluso sus labios habían tomado un tono más rojizo del habitual. Como si la temperatura de la casa hubiese bajado varios grados a la vez.
–Ei, Namjoon, ¿qué te ocurre? - Jin sentía esa necesidad de ayudarle. Cuidar a quienes se encontraban en circunstancias difíciles era prácticamente una característica de su personalidad. Tal vez odiaba a Namjoon, lo que este representaba... pero nunca permitiría que este sufriera mientras estuviese en sus manos la posibilidad de ayudarlo. Su madre solía decir que cada vez que se comportaba con exagerada amabilidad ante desconocidos le recordaba a su padre, SeokJin seguía negándose a parecerse a ese hombre en algo, por muy mínimo y pequeño que fuese el detalle que les hacía tener algo en común.
–Yo... - Namjoon se giró ante el hijo de su psicólogo, apretó la mano de este tomándola con ansiedad. Era un idiota, por su miedo irracional y por buscar apoyo en alguien que solo conocía hace horas. Sin embargo su ilógica mente se sentía segura si alguien tiraba de él para sacarlo del precipicio hacia el que caminaba con la mirada ciega de pánico - Estoy asustado.
Jin asintió y dejó escapar de su boca una perfecta sonrisa inquieta. Quería proteger a Namjoon pero si realmente un asesino caminaba por el interior de esa casa su única opción era arrastrar al chico con agorafobia hacia el exterior. Ataques de pánico, ansiedad... el remedio podría ser mucho peor que el conflicto para el muchacho pero lo mantendría vivo al fin y al cabo.
–Ven conmigo - SeokJin entrelazó los dedos de su mano con los de Namjoon y por un momento sintió alivio al notar como el chico asentia y se levantaba - Dae, ven aquí. No te alejes de nosotros.
Su hermano pequeño asintió, sabía cuando debía obedecer, podía ver en las pupilas de Jin el nerviosismo, cubriendo por completo su aura. En ocasiones habían compartido esos momentos durante su infancia, en los que SeokJin trataba de mostrarse fuerte aunque en realidad el miedo lo hiciese temblar mientras se escondían bajo su cobijo de sábanas blancas durante las noches de tormenta. Cuando eran unos niños esa fortaleza era su refugio, ellos se escondían abrazados fingiendo ser caballeros con armadura y un escudo que nadie ni nada podría atravesar pues había sido forjado con escamas de los dragones más antiguos y fuertes. El problema de crecer es entre otras muchas cosas, que los sueños empiezan a perder fuerza y la realidad se antepone a cualquier mínima muestra de quimera utópica. Te arrancan del escondrijo invencible para soltarte en un mundo en el que si te caes sentirás los pies pisoteando tu espalda, debes levantarte rápido, olvidar el dolor o la sangre recorriendo tus rodillas por los golpes y seguir adelante. Pero no todos pueden, a veces te cansas, te rindes y pierdes.
–Iremos juntos a la habitación, no quiero que ninguno se separé o haga ruido de forma excesiva. Vamos a cerrar la puerta y mantenernos ahí hasta que papá llegue - la mano de Jin tomó también la de su hermano - es probable que no haya sido nada grave pero es preferible que nos mantengamos juntos.
Namjoon trago saliva, era curioso pero le asustaba mucho más tener que escapar hacia el frío mundo exterior que encontrarse cara a cara con un asesino. Un chico que por otra parte había acabado así por el maltrato psicológico que otros vertieron sobre su espalda.
–Jinie - la atención de los dos muchachos recayó sobre el pequeño - Creo que es más adecuado revisar primero el salón, puede que el ruido fuese causado por un animal... papá menciono que los gatos salvajes se cuelan amenudo debido a que muchos vecinos los alimentan.
Fue solo un momento de duda para el mayor de los tres, el hijo del psicólogo soltó las manos de los dos chicos y se apartó de ellos, si alguien tenía que arriesgarse ahí era él. No porque el protagonista sea el héroe o porque no quepa otra opción distinta en ese preciso instante, si no porque su hermano podría correr peligro en esa casa y Namjoon podría estar expuesto a la ansiedad por una falsa alarma. La persona con menos cosas que perder ahí era él. Podría subir a la habitación y olvidarse de todo, pero nadie les prometía la total seguridad incluso ahí encerrados. Lo más lógico era comprobar que sucedía como habían pensado hacer desde el inicio e informar a su padre, después podrían esconderse asustados.
–Subid vosotros, revisaré rápidamente el primer piso y llamaré a papá. - tenía miedo y el intento por disimular se fue a pique con su voz aguda - Venga, arriba.
Lo más difícil para Jin fue recorrer el silencioso pasillo hasta el salón de la casa, el día era gris así que la luz era escasa mientras caminaba de una zona otra. El lugar estaba totalmente igual al día anterior, por supuesto a excepción del cristal roto de forma tosca y torpe.
Tragó saliva y miró a su alrededor sin saber que hacer. Silencio. Cuando Namjoon y Dae entraron en la habitación el lugar se sumió en un casi total reposo. Aún podía escuchar su respiración agitada, el corazón presionando y oprimiendo su pecho, sus pasos... pero nada más. Revisó toda la planta baja y al no hayar nada se decidió a subir al segundo piso, casi podía notar dolor en su cuello cuando caminaba sin mirar hacia atrás. Estaba aterrado, siempre había sido un chico con muchos miedos absurdos; las películas de posesiones infernales, los cementerios, durante una época de su vida incluso los ovnis le causaban cierto pavor... y ahora podía percibir como aquellos miedos eran muy distintos del que en ese instante experimentaba.
Una vez más camino con sigilo mientras revisaba cada rincón de la casa, la única habitación que le faltaba era la suya, aunque durante un segundo pensó que tal vez Namjoon y su hermano podrían estar en peligro, se obligó a olvidar esa estúpida idea.
–No hay nadie - abrió la puerta de la habitación, Dae estaba sentado con Namjoon en su cama - pero prefiero que nos quedemos aquí. Llamaré a papá.
Los dos chicos asintieron, centrados en encontrar algo que los entretuve raros. Pasaron la mañana viendo películas hasta que el doctor Kim llegó. Sin embargo, su padre también achacó la rotura del cristal a los gatos monteses.
–Pondré algo ahí para tapar el agujero - el padre de Jin suspiró - No entiendo como han podido romper el cristal, suelen colarse en el sótano pero nunca habían hecho esto. SeokJin ayudame, arreglaremos este desastre.
"Tras la conexión en directo con uno de los encargados del cuidado del muchacho nos han quedado claras dos cosas, la primera es que no es violento cuando no se encuentra en una situación de peligro. Los expertos han asegurado que Choi Junhong, también conocido como Zelo, no es excesivamente violento a estas alturas de su tratamiento sin embargo lo segundo en lo que han insistido es su especial rencor hacia aquellos que lo llevaron al sanatorio. Como mostrábamos en las cintas anteriores, el chico mostraba interés hacia las personas implicadas en su encierro durante las últimas sesiones de psiquiatría a las que fue expuesto. Su cuidador lo ha dejado claro, la hipótesis apunta directamente hacia una venganza. Recordemos también que algunos de los doctores que han tenido contacto con la terapia de Zelo habitan en las casas próximas al sanatorio.... "
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Hiiiii!!!!!
Bueno por aquí dejo el nuevo episodio, es muy corto pero de veras que no me acostumbro a escribir con el móvil que me han dejado, yo quiero mi móvil de vuelta!!
Aún así, gracias por leerme. Un beso, Mel 😘
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