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Capítulo 21

Las cosas parecían complicarse a cada día que pasaba, Jin ya no tenía a nadie con quien hablar pues su hermano parecía centrado en evitar cualquier contacto con algo distinto de los libros. Sus exámenes se acercaban y la presión que su padre ejercía se cernía sobre este de forma inevitable. Tampoco tenía a Namjoon, el pintor ya no le prestaba atención pues se mostraba realmente ocupado con el asunto de sus clases. Tan solo en un par de ocasiones habían intercambiado palabras.

"—¿Has comido? - Namjoon siempre negaba sin apartar la vista de sus cuadros - Te prepararé algo, pareces cansado."

¿En qué momento se habían dado la vuelta los acontecimientos? Seokjin necesitaba un poco de esa calor que el muchacho solía darle, la misma que ahora le dedicaba a su profesor. Ya no había caricias, conversaciones a madrugada, sexo placentero o besos enfermizos. Namjoon no lo miraba, ni siquiera le contestaba y en el fondo Jin sabía que las palabras que aquella noche dijo tenían mucho que ver.

Cuando Namjoon explotó tras esa conversación que había tenido con el padre del cocinero, Jin no espero demasiado hasta desahogarse. Aquella noche de hace una semana, la vez que el pintor lo lastimó con unas palabras que jamás antes nadie le había dicho... Se vengó de la peor de las formas.

"—Te gusta lastimar a la gente que te rodea. Tu hermano fue un simple peón - Seokjin se había arrepentido de sus palabras en el preciso instante que las dijo. Namjoon había llorado tras golpear la cara del cocinero en un ataque de ira cuando tal acusacion salió de su boca. "

Siete días, había pasado una semana pero la herida de ambos estaba tan reciente que quemaba. Los dos arrepentidos, ambos por razones de peso. Lo único cierto era que se necesitaban, porque en una casa tan hermética como esa tener a alguien con quien hablar lo era absolutamente todo, más aún cuando las almas estaban dañadas de forma irremediable, como las suyas.

Por eso Seokjin se había comenzado a centrar más de lo normal en su trabajo, aprovechaba su buena relación de amistad con su jefe para salir de vez en cuando a escondidas de su padre durante la noche. Estaba viviendo por primera vez desde que llegó a la ciudad y aún así no podía olvidar el hecho de que Kim Namjoon ya no lo miraba, ni siquiera para darle los buenos días. Hasta Jaehwan lo había notado menos animado, perdido en sus pensamientos.

"—¿Te sucede algo Jin? - Le había preguntado la noche anterior durante su turno en el restaurante.

—Nada grave, solo estoy un poco desanimado. Se solucionará solo, no te preocupes - había respondido el cocinero mirando a su jefe a los ojos."

Lo cierto es que estaba unido a ese muchacho pues con sus debilidades y virtudes era el único que podría llegar a comprenderlo. Namjoon, sin duda jamás pensó en él como un aliado en la encrucijada de pensamientos que era su cabeza, sin embargo ahora que no hablaban lo sabía con total certeza. Si se habían aferrado el uno al otro mediante el sexo, era quizás la mejor excusa para desahogarse sin implicar al corazón cansado en tales asuntos, porque ninguno de los dos había tenido un apoyo en mucho tiempo y porque estaban aferrándose a la idea de que el amor romántico realmente no existía. Sentirse comprendido, a gusto, lo es todo. Incluso para quienes adoran la soledad, existe un punto de inflexión en el que hablar con alguien que comparte tus problemas, miedos o ideas de vida, le da a la mente paz.

Jin había estado encerrado en ese punto de necesidad y había encontrado en Namjoon la mejor herramienta de desahogo. Cuando se besaba todos los pensamientos oxidados de lágrimas quedaban en un tercer plano, el hecho de estar con aquel chico le servía para rendirse al placer y sustituir el miedo por mil imágenes de Namjoon. Sus ojos abriéndose y cerrándose en un segundo cuando el placer llegaba, sus labios gruesos teñidos de una rojez preciosa por el roce constante de los besos lentos a la par que largos, sus manos siempre repletas de pintura a pesar de que ante su padre las limpiaba de forma obsesiva... Cuando compartían cama ambos mostraban su verdadera personalidad, desesperados, necesitados y como locos por un poco de atención. Eran exclavos de la atracción, como volcanes en erupcion cada vez que se juntaban. Ambos con personalidades difíciles, explosivas.

Nam dejándose calmar con los rices, Jin volviéndose más difícil al tratar de evitar la intimidad excesiva.

—Jin - alzó la mirada cuando se padre lo llamó y escondió bajo la almohada el manual de recetas del lugar en el que trabajaba - Necesito que me ayudes, vamos a sacar a Namjoon al jardín de nuevo.

—¿Qué? No voy a ayudar en eso, ya sabes como se puso la última vez - respondió tajante el cocinero. Pero el doctor ignoró por completo esa respuesta.

Aún recordaba los temblores en el cuerpo de Namjoon, sus ojos brillantes inyectados en sangre por el pánico, su necesidad por tomar miles de pastillas... No estaba preparado para lanzar al pintor contra sus mayores miedos, sobretodo cuando llevaban un tiempo peleados.

—Esto es por el bien de Namjoon, llamaré a un médico del sanatorio si no ayudas pero sentirá menos confianza, todo será peor. El proceso es duro y aún así necesario si queremos que se cure. - su padre suspiró audiblemente cansado - Él ha aceptado intentarlo con tu ayuda así que levantante y ven a ayudar.

Seokjin tubo que morderse la lengua para no dar una mala contestación, sin embargo finalmente se levantó y caminó con su padre hacia el salón dónde ya estaba Namjoon. Parecía saber lo que ocurriría pues observaba desde el sofá el jardín asilvestrado de la casa. Las manos le temblaban levemente, sus ojos estaban irritados debido a las lágrimas. Incluso Jin tenía miedo sabiendo que un maldito asesino se encontraba rondando la casa por los bosques del lugar. No culpaba a Namjoon por encerrarse, él mismo haría si eso no lo obligase a depender de otros para vivir.

Cuando se miraron algo extraño recorrió el cuerpo de ambos, estaban una vez más juntos en uno de esos momentos que parecían arrastrarlos hasta el dolor de forma inevitable. Jin se acercó lentamente y a pesar de la presencia de su padre, tomó la mano de Namjoon con fuerza quien se resistió por varios segundos. Había muchas cosas que atravesaban sus mentes pero ninguno decía, se necesitaban de la misma forma que el ser humano necesita el agua para lograr sobrevivir.

—Solo cierra la boca y deja que te ayude con esto - de nuevo la dureza como máscara de que no le importaba nada con respecto a Namjoon. Eso hizó que el pintor se sintiera inseguro prácticamente al instante.

—Sueltame - gruñó Kim Namjoon - No me toques.

Jin miró a su padre por unos segundos y suspiró cuando este asintió. No quería soltar a ese muchacho que ahora más que nunca parecía destrozado y asustado, a pesar de sus actos o de su actitud molesta. Relajó el gesto de su cara y mostró una sonrisa más cálida mientras apretaba la mano de Nam entrelazando sus dedos con los del muchacho. Así que no lo hizo, no lo soltó sino que lo mantuvo sujeto a él con fuerza, se aferró al agarre de Namjoon mientras tiraba de este hacia el jardín, ante la mirada furibunda del doctor quien no aprobaba tan íntima muestra de unión entre los dos.

Jin suspiró al ver a su padre pero solo unos segundos después se centró de nuevo en el pintor, quién con la mirada perdida parecía a punto de desmayarse. Si las cosas tenían que ser así le gustaría tratarlo con la mayor delicadeza posible, Namjoon merecía cariño y su padre nunca sabría como darselo.

—Para - la voz del pintor se quebró en una súplica en cuanto dieron varios pasos por el porche del patio.

Jin se giró levemente hasta encararlo y tras mirarlo a los ojos lo envolvió en un abrazo que Namjoon aceptó. Atrás quedó cada recuerdo de enfado durante al menos esos instantes, de nuevo el sentimiento de necesidad instalándose en la mente del pintor quien tembloroso y mareado se aferraba al abrazo del hijo de su doctor. El viento frío chocaba contra su cara animandolo a respirar con tranquilidad, sin embargo no podía pensar en otra cosa que no fuese su hermano. Las palabras de Seokjin volvían frescas hasta su cabeza, lo torturaban junto con la idea de dañar a alguien más. Estaba mejor encerrado, en algún sitio en el que sus actos no le estropeasen la vida a los demás.

—Tranquilo Joonie - susurró en el oído de Namjoon, notando la mirada de su padre clavabada sobre ellos - Ya estás fuera, todo está bien. Estamos bien a pesar de todo. Y lo siento, siento mucho esas palabras que te dije. Nunca he pensado que tu hermano sea un peon, no tienes la culpa de nada. Nunca la has tenido por mucho que tus padres lo crean.

—No quiero que me mientas - respondió el pintor apretando con sus manos en un puño la camisa del cocinero - Prefiero que seas sincero aunque duela. Llevo mucho tiempo tratando de aislarme de la verdad.

Seokjin suspiró sintiéndose culpable, no sabía que hacer para demostrarle a Namjoon que sus palabras habían estado motivadas por el dolor que aquella discusión le causó y ni siquiera pensaba en algo distinto de la venganza al mencionarlas.

—Tú también me lastimaste - de nuevo escudandose en las excusas más absurdas en lugar de tomar responsabilidad.

—Lo hice - admitió en cambio Namjoon - pero tú me habías lastimado antes, así que tendré que hacerte daño de nuevo para que la balanza se equilibre. No avisaré cuando, solo lo haré. Te destrozare, se me da bien lastimar a todo aquel que se atreve a entrar en mi vida. Tú lo dijiste y en toda declaración de una discusión hay parte de verdad. No estabas pensando, precisamente por eso no te controlaste, dijiste lo que creías.

Jin soltó la mano de Namjoon para llevar las suyas hasta la cara de este y acariciarle las mejillas con un cariño que ni él mismo sabía que existía en su interior.

—También tenemos en común eso Joonie, al igual que tú lastimo a las personas que me rodean pero no lo hago queriendo. Es solo que... Tengo una personalidad complicada, como tú - Jin sonrió al notar que Namjoon estaba más pendiente de la pelea que del lugar en el cual se encontraba - ¿No tienes frío aquí fuera? - sonrió con calided y abrazó con fuerza al pintor - Déjame protegerte del viento, artista idiota.

Namjoon tragó saliva mirándo a su alrededor y se escondió en el pecho de Jin, ocultando la pequeña sonrisa que cubría sus labios. Al fin respiraba un poco, solo había dado unos pasos pero se encontraba en el exterior, estaba incluso a gusto, con la temperatura del cuerpo de Seokjin manteniéndolo a salvo.


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Hiiiiiii!!!!

Ayer por la noche traté de subir el capítulo pero no me aparecía la opción de "escribir nuevo cap" porque a Wattpad le encanta hacerme bullying. ¿Os ha pasado alguna vez?

Un beso, Mel 😘

P. D : Monsta X está de comeback, por favor darle amor a sus mvs.

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