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Capítulo 11

Tan solo observando el ambiente que lo rodeaba Jin sabía que se encontraba en el centro de la ciudad, no por los coches o la gran cantidad de edificios que rozaban el cielo, sino por todas las personas que apuradas chocaban contra él sin voltearse a pedir disculpas. Nadie, literalmente nadie le había prestado la más mínima atención.

El sol naranja iluminaba las calles dejando un rastro colorido contra los cristales, el viento era leve pero frío y sus manos enfundadas en unos finos guantes de lana se mantenían calientes mientras caminaba sin prisa. A su alrededor parecía ser un pecado tomarse tanta calma, pero a Jin siempre le había gustado observar lentamente el entorno. Arrastrando sus pies, sin ninguna prisa se permitió tararear la canción que sonaba en sus auriculares, sus ojos brillando ante el amanecer y su cabello tostado por la luz dorada.

Sonrió levemente, a pesar de que comenzaba a acostumbrarse a su nuevo entorno todavía se ahogaba cuando permanecía demasiado tiempo dentro de esa casa de los horrores. No soportaba ver a su padre, convivir con él era probablemente el peor castigo que le habían dado nunca. Su madre jamás pensó en sus emociones al tomar una decisión así.

Su vista captó un papel con letras grandes en la galería de un pequeño restaurante coreano y una sonrisa invadió su cara. Había tenido suerte, llevaba varios días tratando de encontrar trabajo. Algo así le serviría para alejarse de la rutina, al mismo tiempo podría salir de aquella casa y desconectar se vez en cuando. Respiro con profundidad antes de decidirse a entrar, hasta el momento nadie lo había querido contratar. La cocina que exigían era pobre de sabores, a él le gustaban los platos repletos de sabor pero al parecer en los restaurantes preferían comidas totalmente sanas y de buena apariencia. El sabor tenía que ser bueno sin embargo no arriesgado.

-Perdone, vengo por la oferta de trabajo que hay en el cartel de la entrada. No tengo estudios como cocinero pero he traído recomendaciones de restaurantes en los que he... - el encargado del local alzó una ceja sin tomar los papeles que Seokjin le ofrecía.

-Especificamos que el chef debe ser un profesional - habló el hombre mientras limpiaba la barra con una ballesta amarilla - Pero puedes hacer una prueba como pinche, en un par se horas llegará un chico interesado en el puesto de cocinero. Él decidirá si quiere trabajar contigo, si te parece bien.

Jin frunció el ceño y guardo las cartas de recomendación de sus antiguos jefes. Quizás después de todo debía inscribirse en la universidad, aunque no como contable o cualquiera de las otras opciones que sus padres habían barajado sin tener en cuenta ninguna de sus opiniones.

–¿Tardará mucho? - preguntó finalmente.

–No lo sé, solo viene a presentar documentación así que ni siquiera es un hecho el que lo contratemos. Vuelve otro día chico.

De nuevo con un suspiro Jin abandono el lugar, la sensación de que estaba perdido era cada vez mayor. A su edad y sin ningún estudio que le diera oportunidades de tomar un buen puesto de trabajo, sólo podía aspirar a ser camarero y pinché de chefs que la mayoría de las veces ignoraban todas sus ideas. Le frustraba tanto pensar en el futuro que había comenzado a escudarse en la falsa mentira de que no le importaba, que sus sueños no eran compatibles con la realidad que vivía y que ese era el motivo por el cual nunca los cumpliría.

Lo cierto es que sentía miedo. De vida, de los costosos gastos de las universidades y de que hacer más adelante. Su fase nunca había estado presente en los momentos difíciles de su vida y aún así le resultaba sencillo esconderse en su casa, esperar sin hacer nada y trabajar mientras en su mente los objetivos de un mejor futuro se construían y derrumbaban una y otra vez.

Siguió el camino sin rumbo fijo, se limitaba a moverse por el área comercial, entraba a cada local pero la respuesta siempre se repetía. La experiencia no les importaba, tampoco las recomendaciones. Todos querían a un hombre con estudios y diplomas que poder colgar de las paredes con el objetivo de atraer a la gente.

Para cuando llegó de nuevo a casa sus ánimos estaban por el suelo y ni siquiera la sonrisa de su hermano pudo calmarlo. Subió a su habitación e ignorando al pintor se dejó caer sobre la cama y escondió la cara en la almohada, quería llorar hasta quedarse dormido. Le dolía el pecho debido a la ansiedad que le causaba pensar que tal vez nunca llegaría a ser lo suficientemente bueno. Necesitaba un plan de futuro pero no quería uno, no queria entrar a una academia o universidad siendo el más viejo de todos los alumnos. No le apetecía ser considerado el peor en alguien, su mayor miedo residía en enfrentarse una vez más a los profesores hostiles y los alumnos competidores. Matarían su ilusión en solo un par de semanas.

–¿Un mal día? - la voz rasposa de Namjoon sono en sus oídos, desde lo ocurrido el día anterior en la ducha no habían hablado o compartido momentos juntos.

–Un pésimo día - dijo con frialdad - Odio esta ciudad.

–¿Quieres hablar de ello? - Namjoon estaba siendo más amable de costumbre y Jin no pudo evitar reír, el sexo lo había suavizado como la miel a las abejas.

Se sentó sobre la cama y miró con curiosidad al chico, estaba pintando de nuevo. Las pinceladas lentas mientras sus ojos se centraban en el lienzo, su ceño levemente fruncido señalizaba que algo en la pintura no acababa de convencerlo. Seokjin confirmó que era así cuando Namjoon posó el pincel sobre la mesita y dejó a un lado su trabajo.

–No he encontrado trabajo - Jin miró como el pintor se limpiaba las manos y cruzó sus piernas todavía sentado en la cama - Y ni siquiera han comprobado mis actitudes.

–Dijiste que ibas a inscribirte en una academia, tal vez deberías hacer eso primero.

Namjoon no estaba ayudando en lo absoluto pero no lograba pensar en lo que el hijo del doctor podría estar sintiendo. Solo cuando lo escucho bufar en alto cambio el rumbo de sus palabras.

–Te has frustrado, es normal. No es el fin del mundo Jin. No siempre vas a obtener lo que quieres, inténtalo otro día y si todavía no es posible piensa en lo que debes cambiar para que lo sea. Quizás no has ido al lugar adecuado o tal vez simplemente todavía no es el momento, puede que no cumplas las espectativas necesarias. ¿Quieres ser cocinero cierto? - Jin asintió - Si no te convence la universidad prueba con algún cursillo, toda referencia que abulte tu curriculum podría ayudar.

–Deja de decirme lo que hacer, necesito relajarme y no puedo cuando me recuerdas lo que pienso a cada instante.

Seokjin se levantó y se acercó a Namjoon con un puchero en los labios  estaba siendo coqueto, una parte de él que jamás le había dejado ver al pintor. Habían sido pocos los hombres en su vida sin embargo tenía por costumbre poner la voz levemente aguda o hacer mohínes cuando buscaba atención. A veces funcionaba, otras sólo derivaba en que lo apartaran de un empujón.

–Oye esto... pensé que solo sería una vez - Namjoon fue uno de esos que lo rechazaron gentilmente. Por eso Jin lo comprendió como un reto y volvió a insistir buscando con sus ojos la mirada del muchacho - ¿Cuál es el objetivo de todo esto?

–Entretenme - respondió.

El pintor rodeó su cintura inseguro y rozó con sus labios el cuello de Jin. En el instante en que este lo apretó contra su cuerpo comenzó a besar la piel expuesta de sus clavículas. No lo habia pensado demasiado últimamente pero lo cierto es que le gustaba el cuerpo del hijo del doctor. Y su piel era algo a tener muy en cuenta, tan blanca y suave. Tan perfecta para ser marcada una y otra vez. No podría cansarse de mordisquear hasta causar chupones de tono morado.

–Eso está mejor - la voz se Seokjin se había vuelto causando hormigueo en el estómago de Namjoon - ahora labios. Quiero un beso en los labios Joonie.

Y ese apodo. ¿Cuanto hacía que alguien no flirteaba así con él? Todavía estaba necesitado de toda la atención que Jin le ofrecía tan vehemente.

Dejó un camino de besos desde su barbilla hasta sus labios y entonces unió sus lenguas en un juego peligroso repleto de pasiones entrelazadas. Le gustaban los métodos poco convencionales de Seokjin para olvidar los problemas, sin embargo tendrían que pasarse la vida unidos para que todos los tipos de dificultades fuesen borrados de su existencia. Las manos de Jin se posaron sobre su pecho atrapando su vieja camisa y antes de que pudiese pensarlo dos veces ya se encontraba arrinconandolo contra la pared. Sus cuerpos completamente juntos, ambos necesitados del consuelo que sólo la excitación les ofrecía. Los dos entretenidos con besos de engaño, parches para el alma que en algún momento terminarían perdiendo la fuerza cuando solo las cicatrices cubriesen sus pieles.

–Cama - rogó Jin con la voz entrecortada. Lo necesitaba de nuevo, quería matar la ansiedad con placer como hacía tanto que lo necesitaba.

Namjoon lo tomó una vez más de la cintura y lo tumbo en la cama colocándose entre sus piernas. Besos en el cuello, la droga más adictiva que Seokjin podría llegar a probar, sobretodo cuando las venas del pintor se mostraban tan atractivas ante sus labios.

–Sólo besos, solo quiero besarte hoy - y era cierto. Por motivos que ni él mismo comprendía se sentía necesitado de cariño, incluso con la excitación de por medio. Quería que los brazos fuertes del chico lo sostuvieran por una noche.

Eso fue exactamente lo que el pintor hizo, hasta la madrugada se besaron sin vergüenza alguna. Olvidando todo lo demás y separándose tan solo cuando la respiración les fallaba, sus labios estaban rojos por los roces y sus miradas brillantes de intensidad. Estaban creando lazos más importantes de lo que ambos podrían llegar a comprender, estaban conociéndose de la forma más natural que ellos dos sabían. Desde cero y sin complejos, sin embargo todavía faltaban muchas cosas para que ambos descubrieran como realmente son.

"Las fuentes cercanas han confirmado que el chico se encuentra en el bosque, los vecinos de la zona informaban esta mañana acerca de una cueva en la que la presencia de ropas rotas y comida llamaban la atención. Por ahora todavía no hemos sabido quien puede estar ayudando al fugitivo pero las investigaciones siguen y cada vez estamos más cerca de encontrar el paradero de este muchacho. Seguiremos informando tan pronto como actualicemos información "





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Hiiii!!!

Un poquito corto, estoy un poco desanimada con esta fanfic porque creo que mis capítulos son cada vez peores.

Mejoraré, lo prometo.

Por ahora, quiero desearos felices fiestas a pesar de que yo no celebro la Navidad en casa. Feliz Navidad preciosidades! 💜

Un beso 😘 Mel

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