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Capítulo 10

Usar Audio en el momento que lo indique para una mejor experiencia.

Por cierto, no olvideis que la historia está marcada para contenido adulto jeje.














Capítulo 🔟

El agua caliente resbalaba por la espalda de Namjoon calentando todo su cuerpo mientras la música sonaba de forma suave en su teléfono. Casi había olvidado lo que eran las duchas largas y calmadas tras tanto tiempo en el sanatorio. Allí le daban seis minutos que dificilmente podía aprovechar, sobretodo en invierno, cuando el frío se esparcia por todo su cuerpo haciéndolo temblar y sólo las duchas vaporosas lo calmaban. Había echado de menos tener más libertad en cosas tan sencillas como esa.

Alzó la cabeza y abrió levemente la boca sintiendo como todas las gotas chocaban contra su rostro. Se sentía exhausto tras la medicación, había tomado suficientes pastillas como para no despertarse hasta esa tarde, sin embargo el doctor tenía normas estrictas sobre ser productivo. No quería enfrentarse a ese hombre después de lo sucedido con Seokjin, de hecho prefería mantenerse alejado todo el tiempo que le fuese posible.

Un suspiró abandonó sus labios mientras cerraba los ojos, estaba cansado de pensar, todas esas imágenes en su cabeza lo agotaban.

–Pareces un zombie - dio un traspié al escuchar tan cerca la voz de Jin - Tranquilo, no muerdo.

El hijo del doctor cerró con llave la puerta del baño y se acercó hasta la mampara transparente de la ducha. Por un segundo Namjoon pensó en cubrirse, sin embargo el chico estaba más interesado en obtener un poco de calor que en su propio cuerpo desnudo. O eso pensó.

–¿Qué mierda haces Jin? - habló rápidamente evitando que este abriese la mampara.

–Quiero una ducha y tú llevas aquí casi una hora, no te preocupes por el tema de la desnudez. No tienes nada que no haya visto antes.

Namjoon se dio la vuelta y tragó saliva con fuerza. No le preocupaba que Jin lo viese, le preocupaba verlo a él. Llevaba mucho tiempo apartado de cualquier cosa medianamente erótica y nunca había estado del todo seguro acerca de sus gustos. Le parecían bonitos todos los tipos de cuerpo, dibujaba tanto a hombres como mujeres, gordos o flacos, altos o bajos, se imaginaba a los mismos igual de sensuales. Estaba asustado de lo que Seokjin podría causar en su cuerpo, una reacción mental más que emocional o excitante. Era pura naturaleza, no podría evitar el cosquilleo en su abdomen por mucho que quisiera.

Jin sonrió notando los hombros tensos del pintor, Namjoon era atractivo y por el momento era lo único que le importaba, quería desahogarse. Olvidar por unos minutos a su padre era la mejor opción para mantener su cuerpo y cabeza sanos. Por eso decidió entrar en el baño sabiendo que ese muchacho estaría ahí. Sus ojos recorrieron la espalda musculada del pintor, sus pieles tenían tonos distintos, haciendo que destácase la diferencia entre ambos. Mientras que Namjoon era algo pálido, se mantenía levemente moreno y él, Seokjin era tan blanco como la leche. Su dermis no mostraba ni una sola marca, ni tan sólo la señal de un grano.

[PLAY AUDIO 🔉]

–¿Cuanto hace que no te tocan Namjoon? - se relamió los labios. Había visto esas pinturas, unos cuadros que si su padre llegase a descubrir meterían en un buen lío al pintor. Erótica homosexual. No significaba nada en realidad, pero quería intentarlo – He visto lo que dibujas, esconderlo bajo la cama no es la mejor opción cuando compartimos habitación bebé.

–Jin... - trató de hablar Namjoon pero su voz fue sustituida por un suspiro cuando Seokjin le rodeó la cintura con las manos invitándolo a posar su espalda sobre el pecho de este - Yo...

–Estás tan necesitado como yo, ¿verdad? Podemos hacernos favores Namjoon, no significa nada. Solo sexo sano. No quiero sacar la ciencia como tema ahora, porque nunca me ha interesado, sin embargo hasta yo sé que confirma la necesidad del ser humano por el sexo. Instinto. Necesidad.

Las manos de Seokjin recorrieron el abdomen trabajado del pintor lentamente haciendo que este suspirase de nuevo. Joder, necesitaba a alguien, no podía vivir con toda esa ansiedad acumulada. Los dos eran la mejor opción, el uno del otro. Las personas encuentran consuelo en otras personas, el ser humano necesita socializar, hablar, divertirse... de lo contrário la mente se enferma de soledad y eso es exactamente lo que les está ocurriendo a ellos. Se necesitan para curarse.

Los labios del hijo del doctor comenzaron a cubrir la piel de su cuello y nuca, había pasado tanto tiempo desde la última vez que logró sentirse así de bien con alguien. Una sonrisa recorrió su cara y se relamió los labios una vez más, señal de que las caricias lo estaban comenzando a excitar. Le permitió tocar cuanto quisiera relajando sus músculos mientras se concentraba en los dedos de Jin sobre su torso.

–¿Qué planeas? - preguntó con voz ronca.

–Planeó hacer todo lo que quieras, mientras eso me aleje de la jodida realidad. No sé si te has dado cuenta de que no tengo a nadie y...

Fueron las únicas palabras que Namjoon necesitó para girarse y estampar a Jin contra la pared del baño, el agua mojó su cabello dándole al impecable Seokjin un aspecto más masculino. Los dos se sentían igual, eso era lo único importante. Respiraban con fuerza, mirándose y rozandose sin miedo. Acostumbrando sus cuerpos al contacto físico entre sí.

Los ojos grises del pintor encendieron a Jin cuando lo observo mirar su cuerpo pasando las manos por la curva de su cintura y posandolas a ambos lados de sus muslos, piel fría contra manos calientes. Fuego y hielo creando algo nuevo juntos. Se estaba derritiendo ante la idea de lograr probar a Kim Namjoon, ese muchacho parecía poder romperlo todo con sus dedos largos pero lo tocaba tan bien, lo acariciaba tan decidido. Sin cuidado alguno, llevando sus besos por cada zona que le parecía apetitosa y volviéndolo loco en el proceso.

–Si esto va a suceder no voy a dejar el control en tus manos - Jin gimoteo notando la erección de Namjoon presionar contra la piel de su abdomen y acercó sus labios a los de este. Su respiración era acelerada debido a la anticipación de lo que pasaría, ya se lo podía imaginar empujando su polla con fuerza hasta hacerlo enloquecer de puro placer. Dios, lo necesitaba tantísimo destrozandolo y borrando cada lágrima de dolor. Quería ser llevado a su punto máximo de aguante, le gustaban los retos y por eso había escogido a Namjoon. Deseaba precipitarse contra él, permitirle dominarlo.

–Claro, es mejor dejarte lo a ti. Loco de atar - susurró el hijo del doctor evitando mostrar su gran excitación ante la actitud tomada por el pintor.

Las manos de Namjoon atraparon sus muñecas inmobilizandolo contra la pared, haciéndolo gemir y pegando mucho más sus cuerpo mojados. Jin mordió el labio del chico como defensa y lamio la sangre de su mordisco mientras lo escuchaba maldecir.

–Tú no estás más cuerdo que yo idiota. - Namjoon respiró hondo y miró sus labios gruesos. Ese rosado color lo llamaba provocándolo a cada segundo. Era tan bonito, tan femenino y a la vez masculino, delicado pero duro. Era Seokjin y todas esas características que lo enfermaban de deseo. Quería pasar las manos por su torso solo para comprobar cuan suave era su piel blanquecina, bañar con su lengua las inglés de este y comérselo lentamente arrancandole gritos de placer desde lo más profundo de su propia alma. Estaba mareandose de anhelo.

El mínimo espacio fue roto por los duros labios de Namjoon, impulsando un beso que logró despertar rápidamente el deseo de Jin quien se estremeció de pasión. Abrió la boca de forma sumisa a la vez que respiraba como podía, dejándose hacer mientras disfrutaba del juego de lenguas tan caliente y adictivo. No había oxígeno, ni espacio. No había nada interponiendose entre ellos dos además de los fuertes gemidos que de forma inevitable se escabullian de sus bocas, sumiendolos en un calor indescriptiblemente placentero. Se estaban quemando el uno en los labios del otro, no podían apartarse de esa sensación de necesidad.

Jin cerró las manos, todavía atrapadas contra la pared, en un puño. Deseando poder pasarlas por la piel de la espalda de Namjoon cuando este comenzó a masturbarlo sin vergüenza. Jadeando como si hubiera corrido durante horas se dejó tocar de todas las formas obscenas que el pintor conociese.

–¿Quién tiene el control Jinie? - esa voz ronca lo despertó de su letargo y miró a Namjoon con los ojos brillantes. Lágrimas de placer se escapaban de su mirada.

–Tú... - gimoteo notando como el pintor pasaba uno de sus dedos por su glande lentamente.

Namjoon asintió y posó un beso repleto de ardor sobre su cuello. Lo sintió morder su clavícula, calmar la zona con su lengua y succionar la piel marcandolo al instante.

–No me imaginaba esto de ti Namjoon... eres un chico muy... - sus intentos por convencerse a sí mismo de que seguía con el control fueron destrozados cuando el pintor soltó sus manos y rápidamente pudo sostenerse a sí mismo en su amplia espalda. Podía notar los huesos de sus omóplatos bajo las palmas de sus manos mientras Namjoon llevaba dos dedos a su boca.

Jin los aprisiono con los labios y chupo sin vergüenza sabiendo de sobra el significado de eso.

–¿Has... estado con un hombre antes? - preguntó curioso.

–No - la respuesta fue clara y tajante - pero el mecanismo no es muy diferente. Un agujero y una polla para este. ¿No es así Jin?

Seokjin asintió colgandose aún más del pintor cuando este levanto una de sus piernas y acarició su entrada con los dedos empapados en saliva. Respiró profundo hinchando su abdomen de aire y cerró los ojos deseando más que nunca su toque. Estaba desesperado por un poco de atención. Demasiado tiempo solo con sus problemas, al fin encontraba a alguien dispuesto a borrar de su alma por unos minutos todo rastro de estrés, ansiedad y dolor.

Namjoon introdució con cuidado el primero de los dedos mientras levantaba la mirada hacia Jin. Quería asegurarse de no lastimarlo, incluso si no se conocían demasiado, ni había sentimientos entre ellos, ser cuidadoso le parecía lo más adecuado. Lo movió lentamente notando como el rostro de Seokjin pasaba la frustración al relax. Su boca volvió a abrirse levemente mientras cerraba los ojos sintiendo cada movimiento que el pintor hacía.

–¿Es una especie de manía? - preguntó aún centrado en la boca abierta de Jin quien hizo un ruidito de confusión - Abres la boca como un pez fuera del agua buscando oxígeno, nunca pensé que podrías ser adorable.

–No... no soy adorable... - respondió sin abrir los ojos, demasiado entretenido por el placer que los dedos del pintor le provocaban - Ve... más profundo. - lo guió.

El proceso fue lento y asfixiante para ambos hasta que Namjoon logró hundirse entre las piernas de Seokjin. Volvieron a besarse cuando el placer cubrió sus cuerpos provocando que temblaran mientras se envolvian en un abrazo fuerte para sostenerse. Estaban conociéndose el uno al otro, todo sin embargo, fluía sin problemas. Las caderas del pintor se movían tan lentamente que Jin tubo que rogar por un sexo más fuerte y trepidante.

Es así como acabó contra la pared de nuevo, enterrando sus cortas uñas en la espalda de Namjoon y gimoteando por la forma en que lo tocaba sin dejar de moverse. Una y otra vez, profundo, rápido, delirante. Podría derretirse en sus brazos un millón de veces y seguir queriendo más de esa forma en la que el pintor lo trataba. Había cuidado en él, por supuesto, pero también una fuerza descomunal que lo golpeaba placenteramente de forma continua. Besos que lo hacían ahogarse relevando su respiración a un segundo plano y deseo, estaban envueltos en una peligrosa llama de enardecimiento.

Y eso les gustaba.

Eso los volvía locos.

Les encantaba.

–Me corro - gimio Jin sobre la boca de Namjoon recibiendo un vehemente beso francés a cambio - Namjoon ah...

El pintor aumento la velocidad de sus estocadas callando los gemidos del hijo del doctor con un nuevo beso. Estaba tan en la cima que no lograba apartarse, no podía parar. Durante los últimos años había estado sólo, por completo, ahora se encontraba sosteniendo a un chico en brazos, provocándole placer e incluso si quizás era uno de sus muchos errores ya no le importaba.

–Hazlo Jinie, correte para mí - susurro en su oído.

Un par de minutos más fueron suficientes para que ambos llegarán al clímax, se quedaron quietos. Todavía abrazados bajo el agua caliente, respirando con dificultad y sintiéndose el uno al otro por completo.

–¿Qué mierda hemos hecho? - preguntó Namjoon sin esperar una respuesta.

–Desahogarnos y vivir Nam, eso hemos hecho.










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Well, well, well. Espero que os guste este capítulo, aquí empieza el lemon pero ya sabéis que para mi lo importante siempre es la relación entre personajes antes que lo erótico.

Un beso, Mel

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