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Capítulo 5

Jin se asomó a la ventana con las manos temblorosas. Silencio, lo único que perturbaba la tranquilidad del bosque era el viento haciendo sonar las ramas y el crujido de la valla oxidada del patio. Tan solo llevaba un par de días en esa casa, sin embargo todo le resultaba completamente monótono y repetitivo.

Sus ojos se posaron sobre la hierba del bosque ante sus ojos, tratando de evitar con la mirada el sanatorio que destacaba en la vista del horizonte. El rocío que la madrugada había dejado perlaba todo lo verde de un blanco etéreo que comenzaba a derivar en miles de diminutas gotas de agua.

A Seokjin no le gustaba esa calma, porque en su vida la quietud significaba problemas, quizá por eso la ansiedad estaba comenzando a formar cobijo en su pecho. La sensación de dolor que ahoga e impide el fluir de los pensamientos con normalidad, eso era lo que mejor conocía. Mente débil en cuerpo sano.

Sabía que sólo duraría lo que tardaría en acostumbrarse a su nuevo entorno, sin embargo también sabía que faltaba mucho para que eso ocurriera, pues nada de lo que lo rodeaba ahora  creaba felicidad. A su alrededor solo percibía elementos negativos.

-Mmm... - giró la cabeza y miró a Jungkook, el muchacho se encogía entre las mantas y gimoteaba por el frío. Estaba despierto pero no protestaba.

A Jin le pareció adecuado alzar un poco la voz para preguntar. La imagen ante su mirada era tan desoladora que sintió esas irremediables ganas de preguntar, de asegurarse de que el chico estaba bien a pesar de que hacía mucho tiempo que se había prometido a sí mismo no mostrar preocupación ante desconocidos.

Había sufrido el castigo de quienes son demasiado amables en el pasado, ahora vivía escabullendose de la necesidad de mostrar benevolencia. Como si esa personalidad real de su persona fuese incorrecta, porque aquello lo había hecho sufrir en algún momento de su vida.

-¿Quieres que cierre la ventana? - dijo notando como el aire frío le congelaba la espalda.

Jungkook se limitó a asentir con los párpados entreabiertos, los efectos de sus medicinas nocturnas lo atontaban en cuanto abría los ojos. Hacía muchos años que sus despertares eran borrosos, acompañados de sombras difusas que al principio lo aterraban y ahora tan solo eran una parte más de su vida. Se estaba acostumbrando a no ser nadie, a la incertidumbre, a no saber cómo su mente amanecería. Y lo cierto es que lo prefería de ese modo, no tener que pensar en nada era lo mejor de ser un loco. La medicación podía mantenerlo en paz mientras su mente gritaba clemencia.

-¿Te encuentras bien? - Jin era una figura difusa para Jungkook, pero no le costó demasiado distinguir la voz de quien le hablaba. Algunos de sus sentidos todavía estaban sanos - Pareces.... ido.

Solo asintió, estaba cansado. Los somníferos hacían bien su trabajo y más cuando los tomaba a mitad de la noche. Esa madrugada había consumido varios, cuando las pesadillas eran más fuertes que el medicamento se limitaba a aumentar por cuenta propia las dosis. En el sanatorio podía llegar a ser complicado y en esa casa, sin la vigilancia constante de su psiquiatra, podría tomar cuantos quisiera.

-Oye... - SeokJin estaba preocupado, un poco por el chico pero todavía más  por la reacción que su padre tendría al encontrarse a un paciente en tal estado de... Ni siquiera sabía cómo definir lo que le ocurría a Jungkook - ¿Qué te sucede?

-Nada. - la voz del pintor era ronca y casi violenta. Jin dió un paso hacia atrás por instinto - Solo... déjame dormir un poco más y estaré bien.

SeokJin asintió con el ceño fruncido y lo observó moverse con torpeza en la cama. Al final de cuentas no podía dejar así a alguien que claramente estaba sintiéndose mal, maldijo en voz baja y se acercó a Jungkook nuevamente. Su personalidad amable presionando en su pecho para escabullirse después de tanto tiempo siendo escondida.

-Puedo traerte algo si lo necesitas. - dijo finalmente. Una de sus manos se posó sobre la espalda baja del chico y como si se tratase de un pequeño que necesitaba consuelo, Jin acarició con cuidado y sin prisa la zona.

-Zumo. - contestó Jungkook tras varios segundos. Su vista perdida se aclaró un poco de forma paulatina - El zumo de manzana me gusta pero en el sanatorio nunca lo había.

-Veré que puedo hacer. - Jin se obligó a usar un tono frío, pero aún así logró que el pintor sonriese complacido. El zumo de manzana le recordaba a casa y a la comida de su madre, esa que desde hace tanto tiempo no podía probar.

Jin por su parte parecía confuso acerca de la petición. Se habría esperado cualquier otra cosa antes que el zumo de manzana, su favorito en las mañanas. Le encantaba ese sabor dulce mezclado con una casi diminuta pizca de regusto agrio. Al menos ahora sabía que tenía una cosa en común con el chico, una tan sencilla como absurda.

Bajó a la cocina y buscó en las estanterías, todavía no controlaba bien el lugar en el que su padre guardaba las cosas. Con su propias manos peló, trituró y endulzó con azúcar las manzanas para a continuación meterlas en la exprimidora eléctrica. Se sentía útil haciendo un mísero zumo para un muchacho que ni siquiera le caía del todo bien.

Jin era feliz cocinando porque aquella era la única cosa que con certeza podía hacer realmente bien pero lo que más apreciaba era ver las reacciones de la gente. Sus expresiones cuando la comida que preparaba era bien acogida, cada vez que alguien le mencionaba que sus platos eran sabrosos la sonrisa aparecía en sus labios.

Lograba hacer felices a las personas con un simple plato de comida.

Así que, con una pequeña sonrisa en la cara se limpió bien las manos y encendió el televisor de la cocina. Su padre todavía no había vuelto por lo que podría compartir con su hermano un desayuno tranquilo como desde hace mucho tiempo no lo hacían.

Un escalofrío lo hizo soltar el cuenco de cristal derramando su contenido. El sonido de este partiéndose en pedazos lo obligó a dar un paso hacia atrás pero eso no evitó que las astillas rebotasen. El dolor llegó hasta su pierna como efecto secundario, cuando uno de los fragmentos rajó superficialmente su piel provocando una herida. Tras limpiar el desastre y curarse volvió a poner atención a lo que hacía todavía escuchando de fondo las noticias.

"Desde el sanatorio ruegan a las personas que viven en zonas cercanas que se mantengan atentas y cuidadosas. El muchacho no está curado todavía y podría cometer de nuevo un acto de matanza debido a sus constantes recaídas. Hasta el momento no ha sido hallado ningún indicio de que se encuentre todavía en el bosque, la policía informa también de que barajan las posibilidades de que haya seguido el camino de la carretera hacia la ciudad o por el contrario quizás se halle escondido en las casas habitadas desperdigadas por este territorio. Piden que se mantenga la calma, aún así aconsejan a los vecinos de estas zonas mantener los ojos abiertos y no recoger a ningún autoestopista. La familia ha aportado nuevas fotos del sospechoso que ya se han viralizado, recuerden también que el chico es todavía un adolescente. Esta es la última hora, les ha informado Kim Min Seok"

Jin no podía evitar estar levemente asustado, pero eso no le impidió seguir con lo que estaba haciendo por mucho que la ansiedad comenzase a revolverle el estómago de forma desagradable. Tomó el mando del televisor y sencillamente lo apagó, no quería escuchar nada más. Le gustaba vivir en su ignorancia libre de miedos o amenazas, si el asesino estaba cerca prefería no saberlo porque la sola idea de que este pudiera rondar la zona lo paralizaba de pies a cabeza.

Con un suspiro colocó todos los platillos sobre la mesa y se acercó a las escaleras.

-Dae, baja a desayunar y trae a Jungkook. - gritó como solía hacerlo su madre y no pudo evitar reír por la comparación que él mismo hacía en su mente. La echaba de menos, con sus defectos y pesadeces.

A pesar de su mente antigua aquella mujer se había esforzado por ser una madre, contrariamente a su padre quien sencillamente se limitaba a ignorar su presencia y la de su hermano pequeño.

Jungkook bufó en alto aletardado pero no le llevó la contraria ni a Jin ni a su hermano, no se le olvidaba todavía que esa no era su casa ni el sanatorio. No podía dormir durante horas esperando sus medicamentos, incluso si se mantenía encerrado.

Su humor sólo cambió cuando observó todos los alimentos alineados sobre la mesa y perfectamente ordenados al detalle. Le regaló a SeokJin lo que este más quería, su sonrisa. Entonces vió ese simple detalle, el zumo que le había pedido. Sus ojos se abrieron en sorpresa como si fuera un niño pequeño ante el dulce más delicioso.

Jin observaba sus profundos hoyuelos sin poder evitarlo y aquellos ojos repletos de brillo que le dejaban ver los sentimientos del muchacho a través de las pupilas.


-Jinie ha hecho el desayuno. - Daehyun miró a Jungkook - Eso seguro que te cura, mi hermano hace cosas muy…

-Está bien Dae. - lo reprendió SeokJin - Lo que tiene Jungkook no se puede curar con comida.

-Pero ayudará. - su hermano tomó una  silla y tras sentarse a la mesa comenzó a devorar todo lo que se encontraba delante de su mirada.

Los otros dos chicos se sentaron también, sin embargo sólo compartían miradas torpes. No había ni el menor rastro de las peleas del día anterior, ni el más mínimo comentario hiriente. Jungkook estaba agradecido por aquella caliente y deliciosa comida que lo había recibido después de una noche fría. SeokJin se encontraba atontado por ver la felicidad plasmada en sus pupilas.

Dilatadas, sus pupilas estaban dilatadas. Entonces lo entendió, Jungkook no estaba sintiéndose enfermo, sino más bien drogado por la excesiva medicación.

-Jungkook. - habló - Si vas a vivir aquí no quiero que mi hermano vea como te alimentas de pastillas.

El pintor levantó la mirada dejando la comida a un lado momentaneamente. ¿Había sido tan obvio?

-Es mi medicación. - replicó como excusa.

-Mi padre no es el tipo de psiquiatra que droga a sus pacientes para que no sean conscientes de nada, recuerdo esa parte de él. Es un idiota pero en su trabajo no comete ni un solo error porque es importante para él al nivel de elegirlo por encima de sus propios hijos. Esta mañana estabas totalmente colocado ¿no es así? - Jungkook tartamudeó buscando una respuesta. Sintiendo sus manos agarrotarse. - No contestes. Sé la respuesta.

-Los necesito. - susurro incómodo - No puedo dormir sin mis pastillas.

-Al igual que el adicto necesita su droga. - Jin habló con tono serio, ante la mirada curiosa de su hermano - Pero no aquí, no con Daehyun cerca. Si lo haces se lo diré a mi padre y créeme, no le va a gustar viniendo de su paciente favorito.

Ninguno de los dos dijo algo más después de eso, no podrían aunque quisieran pues el gran estruendo del cristal de la ventana del salón siendo quebrado los asustó de inmediato.

Y Jungkook, nuevamente, se paralizó por completo.

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Holii!

Iba a subir este capítulo el jueves pero creí que sería buena idea dejarlo para Halloween por la estética de esta fic.

Si todo va bien subiré otro esta noche o mañana.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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