Capítulo 32
Al igual que los cuadros que pintaba la vida de Jungkook había vuelto a teñirse de colores oscuros. A esas alturas comprendía que el amor romántico no era lo más importante, y aún así seguía preguntándose en silencio si en algún momento lograría encontrar una pareja que le hiciera sentir la felicidad real.
En ocasiones se encontraba a sí mismo sonriendo mientras trazaba dibujos abstractos y soñaba con experimentar cada historia de amor de las canciones que escuchaba. Sí, Jeon Jungkook había crecido mucho, también había aprendido bastante de sus anteriores relaciones… Pero sus necesidades acerca de tener alguien que lo comprendiera a su lado, todavía permanecían.
—Mira hacia arriba. - la muchacha acarició las piernas de Jungkook y lo observó, sus labios estaban hinchados debido a todas las cosas sucias que hasta hace unos segundos habían realizado. Él la quería, no podía mentir diciendo que su cuerpo no se llenaba de sentimientos al mirarla a los ojos pero de todos modos quería más, alguien que de verdad pudiese comprender su arte y pensamientos más profundos. - Me gusta cuando tienes el pelo desordenado.
Por su cama habían pasado muchas mujeres y prácticamente ningún hombre, todas y cada una de ellas importantes por uno u otro motivo. Era absurdo pero tenía miedo de olvidar lo que Jin solía causarle si aceptaba a otro muchacho en su cama, sin duda no rechazaba el sexo con el género masculino, sin embargo no planeaba iniciar una nueva relación homosexual. Había un puesto guardado en su corazón para el chico que de verdad quería. Tan tonto, tan sinsentido.
Jungkook aún confiaba en que su camino volvería a cruzarse con el cocinero, no podía afirmar con certeza el motivo pero quería verlo. Comprendía que todos esos pensamientos eran estúpidos, no era sano vivir con el miedo o la esperanza de introducir a Seokjin de nuevo en su vida. Sus sentimientos por aquel muchacho habían estado marcados por la necesidad de cariño que ambos experimentaron años atrás y ninguno de los dos estaba preparado para ser lo suficientemente maduro en aquel entonces.
—¿Expondrás los dibujos que me haces? - Jungkook sonrió y negó ante la pregunta de la chica - ¿Por qué?
—Porque solo son garabatos. El día que pinte a una mujer con verdadera pasión sin duda le mostraré el resultado a todo el mundo. Mientras sean simples bocetos, se quedarán en la pared de mi habitación o en la basura. - el problema no eran las novias que había tenido, Jungkook realmente les había ofrecido su sinceridad y cariño a cada una de ellas. El problema quizás estaba en ese amor que no lograba olvidar por mucho que lo intentaba, Seokjin lo había rescatado en una de las peores épocas de su vida pero ninguno de los dos se había esforzado por darle un final digno a lo que tuvieron. Merecían un cierre en el que no hubiese rencores ni cosas que echarse a la cara mutuamente. - No puedo asegurar que vaya a pintarte un cuadro de exposición, sabes que no puedo endulzar la realidad. Me niego a ser un mentiroso.
Así era como las espantaba, solo Soojin había entendido su humor y aceptado sus complicaciones. Jungkook todavía no sabía si la muchacha buscaba una relación real o tan solo un chico interesante con el que mantener conversaciones profundas y pasar las noches. No había diferencia entre lo que ambos querían, quizás por eso estaban comenzando a aburrirse. Y tal vez por eso la honestidad se sentía tan sumamente bien entre ambos, por muy fría que esta pareciese en ocasiones.
—Cuando la gente se aburra de tu chico misterioso me ofrezco voluntaria para ser la nueva musa. Pinturas de mi cuerpo por todo el país, suena excitante. - bromeó Solar, con una amplia sonrisa. El flequillo desordenado le caía sobre los ojos.
Jungkook sonrió ante sus palabras y dejó el lienzo a un lado para estirarse sobre la cama del pequeño estudio mientras la tomaba por la cintura. Era tan diferente de Jin, y parecida al mismo tiempo, ambos eran atrevidos y descarados pero el cocinero siempre mostraba inseguridades ante las multitudes mientras que Solar amaba ser el centro de todas las miradas. Había nacido para recibir atención.
Ella no era egocéntrica y tampoco buscaba cumplidos. Era simple y sencillamente un ser social que amaba poder hablar y conocer a multitud de seres humanos con diferentes formas de pensar.
—Detesto el verano. - dijo la chica, esquivando los últimos rayos de sol del día que se colaban por la ventana. - ¿Lo has invitado a la próxima exposición?
Jeon Jungkook negó, moviéndose sobre la cama para alcanzar un cigarrillo. Ese vicio obtuso había aterrizado en su vida últimamente.
—Lo he hecho varias veces y nunca viene, supongo que no quiere nada conmigo. Ni siquiera amistad.
—Tal vez se haya enfadado al ver pinturas de él desnudo por cientos de museos, ¿no crees que tiene sentido que se rehuse a acudir a una exposición de arte dónde la mayoría de los cuadros son de su cuerpo y la gente asiste con la intención de ver el erotismo que presentas?
Jungkook nuevamente se mantuvo en silencio, estaba reflexionando acerca de las palabras de Solar, sin embargo creía fielmente en el hecho de que Jin disfrutaba sabiendo que aún después de tanto tiempo la gente admiraba su belleza. Ya fuese a través de cuadros detallados o simples garabatos, Kook se había esforzado en ocultar su rostro decorandolo de miles de formas.
—Bueno, supongo que no vas a contestar. Estás perdido en tu propio mundo de nuevo.
El pintor se limitó a sonreír.
Kim Seokjin suspiró molesto debido a la gran cantidad de gente que se acumulaba en el muelle. El calor sumado a la multitud de personas que se movían de un lado a otro, estaba haciéndole derramar gotas y gotas de sudor pegajoso. La camisa blanca se le pegaba a la espalda resaltando sus anchos a la par que trabajados hombros y su flequillo, antes perfecto, ahora no era más que cabello manchado desperdigado sobre su frente de forma aleatoria.
El viaje hasta Jeju había sido largo.
No estaba allí por Jungkook, tampoco podría negar que incluso sin estarlo el chico llegaba a su cabeza constantemente. El motivo que lo había llevado hasta Jeju se resumía en negocios, los mejores alimentos de mar provenían de la isla por lo que necesitaba encontrar un buen promotor para su restaurante. Hoseok había señalado Jeju como el lugar perfecto para su labor, así que simplemente siguió las indicaciones de su novio tratando de ignorar los recuerdos que ese sitio le producía.
—Me han dicho que Jeon Jungkook abrirá su estudio para una exposición gratuita como motivo del solsticio de verano.
Había escuchado durante todo el viaje como las personas compartían el nombre de Jungkook y halagaban su arte, era imposible que su curiosidad no naciera en un ambiente así. Incluso cuando él había visto cientos de dibujos del pintor, aún quería saber qué tenían sus obras para causar tantísimo revuelo. El erotismo no podía ser lo único que movía a todas esas personas hasta la isla con el principal objetivo de entrar en el estudio de Kook.
—¿Debería ir? - se preguntó en voz baja mientras tomaba la maleta.
La brisa cálida del mar calmó su calor, había echado de menos cosas que hasta ese instante ni siquiera recordaba.
—¿La exposición del artista de Jeju? - una mujer se asomó sobre su hombro y posó los ojos sobre el panfleto que había obtenido en el barco. - Yo he visitado el estudio en un par de ocasiones. No es tan exagerado como todos dicen pero algunas pinturas son realmente bonitas. Dejando a un lado todo el tema de los desnudos también tiene arte abstracto, es probablemente la parte de la exposición que menos personas aprecian.
Jin asintió, levemente incómodo por la intromisión de la mujer. Se escabulló lo antes posible entre la multitud y dejó que un largo suspiro abandonase sus labios. ¿Por qué sentía miedo ante la idea de toparse con Jungkook?
Su mente era un total desastre de ideas y preguntas, incluso una vez instalado en el hotel siguió preguntándose a sí mismo si sería buena idea acudir a la exposición de esa noche. Sin embargo no lo hizo, no acudió. Al menos, no en esa ocasión. Volvió a casa con los pensamientos todavía formando una telaraña desordenada en su cabeza.
—¿Todo bien? - Hoseok lo había ido a recoger a la estación de autobuses, ambos vivían en Seúl ahora. Tenían una vida tan cómoda como mundana, sencillo. Todo era aburridamente sencillo al lado de una persona tan maravillosa como Jung.
Sencillo de un buen modo y sencillo de un mal modo también. Sencillo porque les resultaba fácil convivir en armonía y sencillo porque nunca necesitaban decir demasiado.
—Bien, por suerte no coincidí con él en ningún lugar, la isla es pequeña pero probablemente Jungkook ni siquiera se mueva de ese estudio suyo. De otra manera estoy seguro de que lo habría visto en varias ocasiones. El muelle está bastante cerca de su estudio. - confesó. - De todas formas, es mejor así. Lo nuestro jamás pudo ser, ahora te tengo a ti.
Hoseok forzó una sonrisa, era lo suficientemente listo como para saber en lo que Seokjin estaba pensando. Lo supo desde el preciso instante en que sugirió Jeju para los negocios y este asintió sin tan siquiera plantearse un lugar diferente. Conocía a su novio, sabía lo suficiente acerca de los motivos que lo llevaron a romper su relación con el pintor, el cómo las cosas habían ocurrido o la manera en que Jin se preguntaba a menudo qué tipo de vida había escogido emprender su ex novio.
—Me tienes a mi. - Hoseok sonrió levemente. - Pero sabes que soy un parche. No me importa, me quieres y te quiero, lo haré hasta el día en que recuerdes que realmente necesitas a tu lado a una persona que te aporte más emociones que yo.
—Hoseok…
—Jin está bien. - el chico sonrió ampliamente. - Aún somos jóvenes, es tu segunda relación mientras que para mí es la primera medianamente seria. Lo normal es experimentar muchas cosas con personas diferentes hasta saber qué es lo que queremos, puede ser lo que teníamos antes o lo que hemos conseguido. Las posibilidades son infinitas cuando se trata de la vida, es normal dudar.
Seokjin necesitaba decir que nada de eso le ocurría, que no estaba sintiendo ninguna inquietud o duda, pero hacerlo hubiese significado mentirle a su pareja. Sí, Jin tenía más dudas que nunca acerca de con quién quería compartir su vida.
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Hiiii!!!
El final se está acercando como ya os mencioné la semana pasada y de nuevo os digo que amo los finales felices y eso es lo que os daré baes.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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